Estreno en España: 25 Abril 2008
Puntuación: 

Sinopsis
Cuando Audrey Burke (Halle Berry) pierde a su marido (David Duchovny) en un violento accidente, se acerca cada vez más a Jerry Sunborne (Benicio Del Toro). Acostumbrada a una vida llena de amor y comodidad después de once años de matrimonio, Audrey se siente perdida. Impulsivamente, pide ayuda a Jerry, un drogadicto amigo de su marido desde la infancia. Desesperada por llenar el vacío dejado por la muerte de su marido, Audrey le ofrece la habitación al lado del garaje con la esperanza de que pueda ayudarles, a ella y a los niños, a enfrentarse a tan inesperada pérdida. Jerry libra una batalla diaria para alejarse de las drogas, pero su inesperado papel como padre sustituto y amigo del hijo y de la hija de Audrey le aporta una desconocida capacidad de recuperación. Los frágiles lazos que unen a Jerry y Audrey amenazan constantemente con romperse mientras intentan sobrevivir al dolor y a la renuncia.

Crítica de Cine.com
por Leo Aquiba Senderovsky
La sinopsis no nos deja muchas esperanzas. La historia de Cosas que perdimos en el fuego se sumerge desde el inicio en un drama completamente desolador, del cual no logra salir ni con todo el espíritu optimista que le imprime su final. La introducción de la película es un claro signo de este regodeo en el dolor de los personajes, el cual se extiende quince minutos más de lo necesario, para contarnos, entre saltos temporales, los momentos felices de la familia compuesta por Audrey y Brian, y la forma en la que Brian muere asesinado. De ahí en más, la línea argumental principal, el vínculo que se establece entre Audrey y Jerry, el mejor amigo de su marido, un adicto que intenta infructuosamente recuperarse, y solo lo logra acercándose a la familia de su amigo, y ocupando el lugar que quedó vacío, con todo el conflicto que ello implica a la hora de alimentar el drama. Sin embargo, es precisamente esta historia excesivamente dura y sobrecogedora, inscripta en un planteo de por sí bastante forzado, la que potencia dos enormes interpretaciones, especialmente una muy convincente performance a cargo de Benicio del Toro, como el adicto en recaída constante. La dirección, a cargo de Susanne Bier, subraya con fuerza el dolor de los personajes, aún cuando intenta remarcar cierto tono esperanzador, y arriesga con un recurrente planteo visual (los planos detalles de ojos en momentos clave recorren toda la película), recurso poco común y bastante acertado. Cosas que perdimos en el fuego es, desde el principio, un drama contundente, no apto para corazones sensibles, que apenas logra sobrevivir al constante y agotador golpe bajo, y cuyo mayor mérito se encuentra en las excelentes actuaciones de sus protagonistas.

Dirección: Susanne Bier.
Países: USA y Reino Unido.
Año: 2007.
Duración: 118 min.
Género: Drama.
Interpretación: Halle Berry (Audrey Burke), Benicio del Toro (Jerry Sunborne), David Duchovny (Brian Burke), Alison Lohman (Kelly), Omar Benson Miller (Neal), John Carroll Lynch (Howard Glassman), Alexis Llewellyn (Harper Burke), Micah Berry (Dory Burke).
Guión: Allan Loeb.
Producción: Sam Mendes y Sam Mercer.
Música: Johan Söderqvist.
Fotografía: Tom Stern.
Montaje: Pernille Bech Christensen y Bruce Cannon.
Diseño de producción: Richard Sherman.
Vestuario: Karen Matthews.
Estreno en USA: 19 Octubre 2007.

Biofilmografía de Susanne Bier
Susanne Bier es un directora, guionista y productora de cine danés nacida el 15 de abril de 1960 en Copenague se dio a conocer a nivel internacional con películas realizadas bajo los parámetros del movimiento fílmico Dogma 95. Bier fue una destaca participante del movimiento dogma 95 bajo cuyos postulados realizó películas como A corazón abierto (Elsker dig for evigt, 2002), más tarde Susanne realizaría el filme Brødre (2004), donde continuaría empleando una estética cercana a la de dogma pero sin seguir al pie de la letra todos las reglas del movimiento, bajo estas mismas condiciones filmó en el 2006 Efter brylluppet (Después de la boda), producción con la que fue nominada al Oscar a mejor película en lengua extranjera. En 2007 estrenó su producción Things We Lost in the Fire.

CÓMO SE HIZO “COSAS QUE PERDIMOS EN EL FUEGO”
1. El proyecto
COSAS QUE PERDIMOS EN EL FUEGO es la primera película producida en Estados Unidos de la directora danesa Susanne Bier, conocida por sus largometrajes basados en personajes muy humanos, entre las que destacaremos Después de la boda, nominada a un Oscar en 2006, y dos películas anteriores, Te quiero para siempre (2002) y Brodre/Hermanos (2004), nominada a 11 premios de la Academia de Cine Europeo. La directora prefiere filmar historias directas de mucha fuerza emocional basadas en acontecimientos inesperados que conectan con un público cada vez más numeroso. El oscarizado director Sam Mendes está entre los que conocen y admiran las películas de Susanne Bier. Después del éxito de American Beauty y Camino a la perdición, la productora de Sam Mendes empezó a recibir los mejores guiones de Hollywood. Uno de los proyectos que más le interesó fue COSAS QUE PERDIMOS EN EL FUEGO, escrito por Allan Loeb. “Es una historia conmovedora y original”, dice el productor. “No abundan los guiones que, por una parte, cuentan una historia personal acerca de la relación entre dos seres humanos y que, por otra parte, tienen la amplitud necesaria para convertirse en una película para la gran pantalla y no en un telefilm”. Sam Mendes decidió inmediatamente producir la película y empezó a buscar al realizador ideal para encabezar el proyecto. “Pensé desde el primer momento que necesitaba a un director muy especial”, dice. “Quería que la realización fuera tan personal como el guión. Su instinto de productor le hizo pensar en Susanne Bier, a la que compara con Fernando Meirelles, Alejandro González Iñárritu y otros cineastas actuales de talento procedentes de países donde no se habla inglés. “Al igual que la obra de Susanne, sus películas tienen una estética particular; ruedan cámara en mano, la textura es más granulosa, no es tan convencional como en Estados Unidos o Inglaterra, mi país natal”, explica. La directora también buscaba una historia con la que debutar en Estados Unidos y reconoce que sentía cierto nerviosismo a la hora de escoger el material idóneo. Después de leer numerosos guiones, el drama de Allan Loeb la conmovió por tratarse de la historia de dos personas que intentan sobrevivir a una pérdida devastadora. “Siempre me he interesado por las reacciones de la gente en situaciones extremas. La historia no me era desconocida, pero también despertó mi curiosidad porque era algo que podía pasar de verdad”, dice la realizadora. “Además, me gustó mucho la idea de trabajar con Sam Mendes; estaba segura de que sería una experiencia estimulante y agradable”. Sólo le preocupaba no tener la misma libertad que en Dinamarca. “Pensé que trabajar en Estados Unidos implicaría ciertas restricciones, que me pedirían que la película fuera más convencional, pero fue todo lo contrario,” añade. “Me decían cosas como ‘Atrévete, ten valor, que sea más peligrosa'”.
Cuando alguien le pregunta al guionista Allan Loeb de qué trata COSAS QUE PERDIMOS EN EL FUEGO, siempre contesta lo mismo: “De catarsis y recuperación”, dice. “Nunca digo nada más porque es eso, pero también trata de la amistad”.
El guionista desconocía el cine de Susanne Bier hasta que esta se unió al proyecto. “Brodre/Hermanos y Te quiero para siempre me conmovieron profundamente, son películas muy poderosas”, dice Allan Loeb. “En cuanto vi lo que había hecho, supe que COSAS QUE PERDIMOS EN EL FUEGO estaba en buenas manos”.
La historia transcurre en el noroeste de Estados Unidos y empieza mostrando la cómoda vida de una pareja, Audrey y Brian (Halle Berry y David Duchovny), con sus dos hijos, Harper de diez años (Alexis Llewellyn) y la pequeña Dory de seis (Micah Berry). El matrimonio se lleva muy bien. Sólo hay un tema en el que no están de acuerdo, y este es Jerry (Benicio del Toro), el amigo de infancia de Brian, un abogado que ha echado su vida a perder por su adicción a las drogas. Audrey no entiende por qué su marido sigue ayudando a Jerry cuando todos le han abandonado debido a su comportamiento autodestructivo.
Después de la repentina muerte de Brian, Audrey invita a Jerry al entierro en parte porque se siente culpable y también porque siempre fue el amigo de su marido. Desde el oscuro abismo de dolor en el que está sumergida, entiende que Jerry es la única persona que conocía y amaba a Brian tanto como ella.
Lo que más atrajo a Sam Mendes fue la aparente sencillez de la historia. “Me gustó que el punto de partida fuera una pareja feliz con dos hijos”, dice. “Tienen una vida sólida, nada espectacular, por muy especial que sea para ellos. Y, de pronto, uno de los dos muere”.
Para mantener la conexión que tenía con su marido, “la mujer empieza a escarbar en el pasado”, explica el productor. “Sabe que tenía un amigo que ella no conoce. Se llama Jerry, es un drogadicto, pero decide encontrarle. Es un hombre difícil, solitario, no muy simpático, pero algo les une. Es más una unión psicológica que romántica. Juntos son capaces de enfrentarse a sus problemas”.
Susanne Bier añade: “No es una película con mensaje. Odio las películas con mensaje. Pero me gustan los filmes con contenido, y me gustan las historias que, a pesar de su aparente sencillez, permanecen después de haber visto la película y dan pie a largas conversaciones”.
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