Estreno en España: 13 Junio 2008
Puntuación:
Sinopsis
Todo comienza sin previo aviso. Parece surgir de la nada. En cuestión de minutos, en las principales ciudades de Norteamérica se producen casos de extrañas y escalofriantes muertes que desafían cualquier explicación. ¿Qué está causando este repentino y total colapso del comportamiento humano? ¿Es algún nuevo tipo de ataque terrorista, un experimento fallido, una diabólica arma tóxica, un virus fuera de control? ¿Se transmite por el aire, a través del agua… cómo? Para Elliot Moore, profesor de ciencias de un instituto de Filadelfia, lo más importante de todo es encontrar el modo de escapar de este misterioso y letal fenómeno. Aunque él y su mujer Alma están atravesando una crisis en su matrimonio, se ponen en camino, primero en tren, luego en coche, acompañados de Julian, un amigo de Elliot que es profesor de matemáticas, y Jess, la hija de éste, que tiene ocho años de edad. Se dirigen a Pennsylvania, donde esperan estar a salvo de los horribles y cada vez más frecuentes ataques. Aunque muy pronto queda claro que nadie está seguro en ninguna parte.
Crítica de Cine.com
por Leo Aquiba Senderovsky
La tagline que acompaña el póster americano nos previene: “We’ve sensed it. We’v seen the signs. Now… It’s happening.” (“Lo hemos sentido. Hemos visto las señales. Ahora… está ocurriendo.”) La frase supuestamente establece una clave para leer la última película de Shyamalan, como una sucesora natural de la filmografía del director indio. Sin embargo, nada más alejado de sus anteriores películas que este thriller cercano al universo del terror clase b. Luego del enorme traspié que significó Lady in the water, un cuentito de hadas que fue vapuleado por la crítica y el público en general, Shyamalan vuelve al suspenso, el género que le ha dado las mayores satisfacciones. Pero no vuelve sobre sus pasos, con sus consabidas (y muy molestas) vueltas de tuerca sobre el final, y sus cameos cada vez más obvios (esta vez se limita a aparecer en la voz del hombre que llama constantemente a Alma, la mujer de Elliot). Lo que hace en El incidente no tiene parangón con el resto de sus películas. En primer lugar, apela a todos los códigos conocidos del cine clase b, a saber: Actuaciones mediocres, (exceptuando la performance de Zooey Deschanel, todo el elenco se acopla a esa línea, especialmente Mark Wahlberg, en una de sus interpretaciones más conscientemente débiles), una trama romántica flojamente construida y desarrollada, y una puesta visual exacerbada y efectista. El comienzo de la película ya nos da la pauta de que no estamos ante una película típicamente Shyamalan. No hay progresión del suspenso, en la primera secuencia, la situación apocalíptica y terrorífica se instala completamente. El hecho de narrar una historia de terror sin corporizar el mal al que se enfrentan los personajes, funciona tanto para el registro de clase b como para la línea que sigue Shyamalan en sus películas. De igual forma funcionan los encuadres repetidos en el cine de Shyamalan (por ej., el plano en el que coherente y prolijamente “amontona” gente escuchando a un orador), planos que no desentonan en el registro que adopta Shyamalan para El incidente. Por supuesto que este cambio conlleva numerosas torpezas. Por momentos, no podemos determinar si Wahlberg y su personaje “son o se hacen”, si su mala actuación es completamente adrede o algo involuntaria, y lo mismo se aprecia en la progresión del romance de la pareja protagónica, que tiende a avanzar a los ponchazos. De la misma manera, hay elementos que no se terminan de comprender (la muñeca de porcelana en la cama de la señora Jones, por ejemplo) y que aparecen en los momentos precisos en los que podríamos esperar la típica vuelta de tuerca alla Shyamalan. Afortunadamente, no resuelve la historia con un giro absurdo, pero termina apelando a un final con pobre discurso ecologista, y a un desenlace estirado hasta el extremo. La última pieza del director indio más famoso de Hollywood, lo encuentra en su faceta más arriesgada y con una cantidad equivalente de aciertos e impericias. Por suerte, para salvar su pellejo ante los productores, no ha resuelto apelar a la constante autocita, algo que temíamos que suceda al leer la frase promocional del cartel americano.
Dirección y guión: M. Night Shyamalan.
Países: USA e India.
Año: 2008.
Duración: 91 min.
Género: Drama, thriller.
Elenco: Mark Wahlberg (Elliot Moore), Zooey Deschanel (Alma Moore), John Leguizamo (Julian), Betty Buckley (Sra. Jones), Ashlyn Sanchez (Jess), Spencer Breslin (Josh), Frank Collison, Victoria Clark, Alan Ruck, Robert Bailey Jr. (Jared).
Producción: Sam Mercer, Barry Mendel y M. Night Shyamalan.
Música: James Newton Howard.
Fotografía: Tak Fujimoto.
Montaje: Conrad Buff.
Diseño de producción: Jeannine Oppewall.
Vestuario: Betsy Heimann.
Estreno en USA: 13 Junio 2008.
Biofilmografía de M. Night Shyamalan
Manoj Nelliattu Shyamalan (n. Pondicherry, India, 6 de agosto de 1970), conocido como M. Night Shyamalan, es un director de cine y guionista indio nominado al premio Oscar.
Creció en Penn Valley, Pennsylvania, un suburbio de Filadelfia (EEUU). A los ocho años le regalaron una cámara Super 8 y a partir de este hecho surgió su pasión por hacer cine imitando a su héroe de aquel entonces, Steven Spielberg. A los 17 años había realizado 45 películas caseras. Estudió en la Escuela Tisch de las Artes (TSOA) de la Universidad de Nueva York y fue en esta época cuando cambió su segundo nombre, Nelliyattu, por el de Night.
Las características principales del cine de Shyamalan son argumentos con giros inesperados, un tratamiento realista del terror y el suspense y la aparición breve de Shyamalan en cada uno de sus films. Hasta ahora (incluyendo The Happening), todas sus películas —exceptuando Praying with anger (1992)—, han sido rodadas en Filadelfia o en algún lugar del estado de Pennsylvania.
“Praying with Anger” fue su primer largometraje y está basado en parte, en su primera visita a la India desde que su familia emigrara a los EE.UU. Shyamalan, produjo y dirigió la película Sexto sentido (con Bruce Willis) fue un gran éxito internacional y en los EE.UU. fue la segunda película que más recaudación obtuvo en 1999. Consiguió seis nominaciones al Oscar, entre ellas al mejor director y al mejor guión. Tras este éxito y el éxito económico de El protegido (también protagonizada Willis) le ofrecieron escribir la cuarta parte de la saga de Indiana Jones(se sabe su admiración por Spielberg, su director favorito y Hitchcock) y dirigir la tercera película de Harry Potter y rechazó ambas ofertas. Más tarde comenzaría la película que le convirtió en el guionista mejor pagado de Hollywood cuando la Disney le dio cinco millones de dólares por Signs (Señales, 2002).Gracias a esta película ha vuelto a recrearse en las mieles del éxito.
En sus dos siguientes películas, The Village (El bosque o La aldea) (2004) y La joven del agua (2006), la crítica se ha dividido. Unos que apoyan incondicionalmente su cine, diciendo que estas películas superan a las anteriores, y el resto que dicen que ha iniciado un declive del que esperan que remonte.
Acompañado en sus películas con el aclamado compositor James Newton Howard (y nominado a los Oscar por su partitura para The village en 2004), han acabado siendo indivisibles, logrando experiencias únicas en la sala de cine, aportándole a sus películas lo que requieren, y creando fascinantes atmósferas.
Actualmente se le ha ofrecido dirigir Harry Potter y el misterio del príncipe, la sexta entrega de la saga de Harry Potter. Se lo está pensando pero le haría más ilusión dirigir la séptima, cuyo título en inglés es Harry Potter and the Deathly Hallows. Shyamalan ha prometido proteger el trabajo de J.K. Rowling.
Una de sus características, es aparentar ser películas de suspense, cuando son mucho más que eso. Denominado por los críticos como el director cebolla, por las capas con las que cuentan sus películas. El sexto sentido es una historia de redención ( quiere salvar al niño que le recuerda a otro que en su momento no pudo conseguirlo), Señales sobre las dudas de fe, El Bosque como una historia de amor en condiciones adversas…y de ahí radica el éxito de su cine. Que es mucho más de lo que aparenta, y logra captar a más público, los que quieren pasar un buen rato, y los que quieren ver mas cine.
Considerado uno de los directores más talentosos en activo, y de los que mejores augurios para el futuro tiene.
Para junio del 2008 aproximadamente se extrenará su última cinta que se titulará ‘The Happening’ se concebió inicialmente como ‘The Green Effect’ pero fue rechazado categóricamente por varios estudios, hasta que la Fox le echó un vistazo y se hizo con los derechos para producirla siempre que Shyamalan reescribiese el guión de cabo a rabo. Será la primera película del director que reciba la clasificación de “no recomendada para menores de 18 años” en Estados Unidos de América.
Filmografía
* 2008 – El Incidente (The Happening)
* 2006 – La joven del agua (Lady in the Water)
* 2004 – El Bosque (The Village)
* 2002 – Señales (Signs)
* 2000 – El protegido (Unbreakable)
* 1999 – El sexto sentido (The Sixth Sense)
* 1998 – Wide awake
* 1992 – Praying with Anger
CÓMO SE HIZO “EL INCIDENTE”
1. El proyecto
El guionista y director M. Night Shyamalan se ha convertido en uno de los más preeminentes narradores de historias contemporáneos, con una sucesión de exitosas películas multidimensionales que presentan su singular mezcla de suspense, drama, humor y la emoción más sentida. Desde que hiciera su debut en la gran pantalla con su sonada historia sobrenatural de El sexto sentido, ha continuado elaborando una serie de absorbentes filmes modernos que exploran provocadores misterios humanos, habiendo recibido grandes elogios por parte de la crítica y obtenido grandes éxitos de taquilla con ellos. Ahora, con EL INCIDENTE, Shyamalan retorna a sus raíces con un thriller intenso, esencial y agobiante; una historia de hecatombe, de angustiosa huida y de la Naturaleza en conflicto mortal con la Humanidad. En su esencia, la historia es quizás la más inmediata y directa de todas las que ha realizado, pues se limita a seguir el camino de tres personas –un hombre, una mujer y una niña– mientras huyen de una catástrofe sin nombre ni cara. Incluso en esos primeros momentos de inspiración, antes de que se escribiera ni una sola palabra, Shyamalan sabía ya que quería dale un estilo muy concreto a la película. “Tenía muy claro que quería que la película fuese electrizante, dinámica e inmaculada”, señala. El primer borrador del guión de Shyamalan era ya de por sí bastante intenso, pero cuando Twentieth Century Fox se unió al proyecto, el estudio le planteó a Shyamalan que podía llevar aún más lejos la historia, que podía hacer que se acercara a un filme clasificado R y llevarla a un extremo de tensión y terror al que hasta entonces nunca se había aventurado. Shyamalan se quedó sorprendido, pero al mismo tiempo se sintió muy complacido con esa sugerencia de poder dejar volar su imaginación aún mucho más lejos. “Cuando lo pensé, me di cuenta de que era realmente la forma de construir esta historia, porque es ya una historia de tabúes. Quiero decir, si se hubiera tratado de hacer de EL EXORCISTA una película para mayores de trece años, habría sido algo muy difícil de imaginar”, comenta.
El productor Barry Mendel lo cuenta así: “La gran idea de la película fue siempre llevar más allá el género de Night, y Fox sólo nos dijo que no había límites, que había que arremangarse y hacerlo, y eso fue lo que nosotros hicimos. El productor Sam Mercer añade: “EL INCIDENTE lleva muchos elementos emocionales y sobrenaturales típicos de las películas de Night a un nuevo nivel. Y esta historia plantea una cuestión aún más intrigante: ¿Han ido los seres humanos demasiado lejos?”
Shyamalan ideó dar un giro contemporáneo a los thriller paranoicos de la Guerra Fría de los años cincuenta y sesenta; películas que entretenían y hacían crecer la ansiedad con una aterradora sensación de muerte inminente y que más aún, bajo su turbulenta superficie, cuestionaban de manera sutil la cordura del camino que estaba tomando la sociedad moderna. Desde los vengativos cuervos de la película de Alfred Hitchcock, Los pájaros, al monstruo creado por las explosiones atómicas de Godzilla, pasando por los agresivos y suplantadores extraterrestres del filme de Don Sigel, La invasión de los ladrones de cuerpos, muchas de estas historias clásicas de suspense funcionaban como películas de terror, aunque también dejaban en los espectadores la idea de que podría existir un heroico nuevo mundo en el que la Tierra siguiera adelante sin que hubiera ya quizás presencia humana.
Shyamalan sabía que, como en todas esas películas, la fuerza impulsora de EL INCIDENTE iba a ser una sensación de miedo e incertidumbre siempre omnipresente. Pero fue un paso más allá para poner de relieve la más impensable clase de desaparición para la raza humana. “Creo que lo realmente aterrador de EL INCIDENTE es que la gente empieza a comportarse de manera diametralmente opuesta a como se supone que lo haría. Los comportamientos inexplicables son siempre muy perturbadores y hay un comportamiento contra natura en esta historia.”, explica. “Después de todo, la única cosa que hace a una especie seguir adelante es el instinto de estar lo más lejos posible de las cosas dañinas, para protegernos a nosotros mismos y a los demás. Pero ¿qué sucede si ese instinto desaparece? Las cosas se ponen realmente feas muy, muy rápidamente”.
El guionista y director apretó aún más las tuercas al misterio de la historia alejándose de cualquier explicación detallada y convincente de las causas por las que se produce “EL INCIDENTE”, limitándose únicamente a insinuar que un colapso medioambiental ha afectado gravemente a la mente humana. “La película hace un examen consciente pero sólo en cierto sentido; creo que los espectadores pondrán las respuestas y que no necesitábamos decir al cien por cien lo que va a pasar en la película”, comenta. “Hay personajes que hablan de lo que realmente pasa, pero éstos se ven desmentidos y cuestionados por otras personas. Con todo, creo que la responsabilidad humana en lo que está pasando se ve mucho en la película, así como la idea de que se está en el día del juicio final”.
Shyamalan disfrutó del efecto liberador de romper con algo por lo que se ha hecho archifamoso: los finales tramposos, con truco. Siempre vio EL INCIDENTE transcurriendo en sólo treinta y seis horas, subiendo desde los primeros atisbos del desastre hasta el singular clímax, sin ningún rodeo, logrando de este modo dejar a los espectadores sin respiración. “El género catastrófico del fin del mundo me reportaba una sensación agradable porque, si escribo algo que parece como si fuera una partida de ajedrez con la audiencia, ellos esperarán que lo haga aunque en realidad no sea así.”, se ríe “Pero a veces una historia es sólo una historia. En el caso de EL INCIDENTE se trata de una familia tratando de sobrevivir y aprendiendo a quererse los unos a los otros y eso era lo que más me atraía de todo. Mi objetivo era hacer una película vertiginosa con la que te entrara la paranoia por determinadas cosas que ocurren en el mundo y que nunca antes se te habían pasado por la cabeza”.
Aunque EL INCIDENTE es en cierto modo un nuevo camino para Shyamalan, al igual que sus otros filmes el Apocalipsis a gran escala de la historia también se convertía en una forma de explorar, a un nivel muy íntimo, a dos personas en medio de una crisis personal. En el corazón de la historia se encuentra una pareja (formada por el profesor de ciencias Elliot y la terapeuta Alma) que incluso en un mundo que se está cayendo a pedazos y desmoronando a su alrededor están lidiando con cuestiones como el cuidado y la protección mutuos en su vida doméstica.
“Para mí, las ideas del argumento son siempre catalíticos para que los personajes conversen sobre la fe, sobre el amor, la vida humana y se revelen espiritual y emocionalmente”, comenta Shyamalan. “La relación de Elliot y Alma dice mucho sobre la forma en la que funciona el amor, sobre cómo somos en una relación, sobre lo que significa en una relación ser el que conquista o el conquistado, y sobre lo que decimos al otro cuando pensamos que estamos manteniendo nuestra última conversación. Lo que me interesaba de Elliot es que tiene una gran confianza en que su mujer se salvará”.
Inesperadamente, a medida que se suceden los acontecimientos, Elliot y Alma se ven formando un nuevo núcleo familiar, uno que nace en unos momentos terribles pero que, pese a ello, está imbuido de una vacilante sensación de esperanza que les da la suficiente luz para continuar adelante en medio de tanta oscuridad que se cierne sobre ellos. “Espero que la nueva familia que ellos crean sirva como una metáfora para la humanidad, para nuestra capacidad de ser positivos, de tener esperanza y seguir adelante y, al mismo tiempo, espero que la película te deje la sensación de que quizás no tengamos esa oportunidad si no empezamos ya a cambiar algunas cosas”, concluye Shyamalan.