Crítica GENTE POCO CORRIENTE

Estreno en España: 8 Agosto 2008

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Sinopsis

Cuando Finn (Anton Yelchin), un joven de 16 años, es detenido mientras compraba cocaína para su madre Liz (Diane Lane), toxicómana, se vienen abajo sus planes para pasar el verano fuera de Nueva York con su padre, antropólogo, estudiando a la tribu Ishkanani en la selva. En el intento de enderezar tanto su vida como la de su hijo, Liz se muda con él a la casa de campo de una finca rural propiedad de su rico protector y amante, el Sr. Osborne (Donald Sutherland). Finn se introduce de inmediato en la “tribu” de los adinerados socios del club de campo que habitan en su nuevo hogar. No tardará mucho en salir con la nieta del Sr. Osborne, Maya (Kristen Stewart), y en hacerse gran amigo de Bryce (Chris Evans), el hermano de ésta. El chico se adapta rápidamente a su nueva vida de ropa cara, automóviles, caballos, sexo y drogas. Liz comienza a asistir a reuniones de Alcohólicos Anónimos y a convertirse en una madre cariñosa que se esfuerza por corregir sus errores y recuperar el amor y la confianza de Finn. Desafortunadamente, las cosas comienzan a descontrolarse y el muchacho empieza a ver que la riqueza y las amistades adquiridas tienen un precio.

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Crítica de Cine.com
por
Leo Aquiba Senderovsky

La premisa central, que abarca hasta el título original (Fierce people o Gente feroz), compara a la clase alta americana con los Iskanani, una tribu salvaje de África. Esta comparación se muestra obvia y redundante en muchos pasajes del film, hasta ir dejando de lado en la comparación a “algunos ricos buenos”, como Ogden Osborne y su nieta Maya, y centrar esta aguda mirada en la personalidad de Bryce, el perverso nieto de Osborne. La película, basada en la novela de Dirk Wittenborn y con guión del mismo, se enfoca en la mirada de un joven que comienza a convivir con una familia adinerada, y entabla una amistad con el “patriarca” de la familia, un hombre mayor que le enseña algo mucho más importante para la película que esta repetida comparación con los salvajes, la idea que “de lo malo sale lo bueno”, que el capital y el poder de una familia aristocrática puede nacer del lugar más bajo, como una extorsión sexual. Este drama dirigido por Griffin Dunne (algunos podrán recordarlo como el actor y productor de After hours, dirigido por Martin Scorsese), se ve beneficiado por las excelentes interpretaciones de Diane Lane, Donald Sutherland, y especialmente, de Anton Yelchin, quien encarna al joven Finn, que es testigo de este universo de hipocresía. Sin embargo, es la constante, progresiva, reiterada y sobre-explícita alusión a los dos mundos paralelos (el de la familia Osborne, y el de la tribu Iskanani que reflejan los documentales televisivos realizados por el padre de Finn), la que termina reduciendo la capacidad de observación de la película (y el personaje) sobre estas familias, que ocultan mucho más de lo que muestran y ostentan. Atrás queda alguna que otra secuencia muy interesante, que refleja mucho más de lo que muestra esta premisa extendida a lo largo del film.

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Dirección: Griffin Dunne.
Países:
USA y Canadá.
Año: 2005.
Duración: 107 min.
Género: Drama.
Elenco: Diane Lane (Liz Earl), Anton Yelchin (Finn Earl), Donald Sutherland (Ogden C. Osborne), Kristen Stewart (Maya), Elizabeth Perkins (Sra. Langley), Chris Evans (Bryce), Paz de la Huerta (Jilly), Blu Mankuma (Gates), Christopher Shyer (Dr. Leffler), Garry Chalk (McCallum).
Guión: Dirk Wittenborn; basado en su novela.
Producción: Griffin Dunne y Nick Wechsler.
Música: Nick Laird-Clowes.
Fotografía:
William Rexer.
Montaje: Allyson C. Johnson.
Diseño de producción: Mark Ricker.
Dirección artística: William Heslup.
Vestuario: Monique Prudhomme.
Estreno en USA: 7 Septiembre 2007.

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Biofilmografía de Griffin Dunne

Griffin Dunne, actor y productor americano, nacido el 8 de junio de 1955 en Nueva York. Es hijo del escritor Dominick Dunne y hermano de la actriz Dominique Dunne. Dirige la compañía de producción basada en Nueva York, Double Play, en sociedad con Amy Robinson. Produjo la película dirigida por Martin Scorsese After Hours (1985), en la cual también actuó. En 1987 rodó la comedia Who’s That Girl? con Madonna. Desde 1989, está casado con la modelo-actriz Carey Lowell.

Filmografía

# The Accidental Husband (2008)

# Your Product Here (2006)

# Fierce People (2005)

# Famous (2000)

# Practical Magic (1998)

# Addicted to Love (1997)

# Duke of Groove (1996) (TV)

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CÓMO SE HIZO “GENTE POCO CORRIENTE”

  Un drama sobre los oscuros secretos de la élite norteamericana, la película GENTE POCO CORRIENTE ofrece una visión poco común del bien resguardado mundo de los superricos. Dirigida por Griffin Dunne, la cinta traza el viaje de Liz y Finn Earl, madre e hijo de clase media, y su acogida por parte del rico benefactor Ogden C. Osborne en Vlyvalle, un decadente pueblo. Inicialmente seducidos por la exuberancia de lo que les rodea, acaban viéndose atrapados por una clase social brutal, cuya lucha amenaza con absorberles en un viaje sin retorno. “La comunidad de Vlyvalle es como un precioso rosal”, afirma el productor Nick Wechsler. “A medida que cavas hacia las raíces del arbusto, vas descubriendo material en descomposición lleno de larvas y gusanos, alejado de toda belleza”. Más que desenmascarar de forma simple estilos de vida privilegiados, GENTE POCO CORRIENTE pone en paralelo las costumbres sociales de los adinerados con las de una tribu primitiva. En la película, Finn, interpretado por Anton Yelchin, descubre que los habitantes de Vlyvalle se comportan en gran medida como los Ishkanani, una población primitiva que su padre antropólogo está estudiando en el Amazonas. Esta sorprendente comparación, en cierto modo humorística pero acertada a la vez, se extiende por toda la película y va ganando peso a medida que Liz y Finn se van viendo intergados en su nuevo entorno. “Todos tenemos algo de brutalidad”, confiesa el director, Griffin Dunne. “La gente paga precios muy elevados por tener dinero. Realmente los confunde, tanto a los que lo tienen como a los que lo quieren”. “Los ricos son muy extraños para los que vienen de fuera”, comenta el guionista, Dirk Wittenborn, quien adaptó el guión a partir de su novela. “No te dejan entrar. Tienen normas secretas, igual que los más primitivos. El foráneo, el antropólogo, no conoce las reglas y rituales de la tribu y deberá aprenderlas. Normalmente esto se consigue a base de cometer errores”. Diane Lane, quien encarna a Liz, comparte el paralelismo que establece la película, aunque admite que prefiere la brutalidad descarada de los Ishkanani al salvajismo cuidadosamente disfrazado de los ciudadanos de Vlyvalle. “Al menos los Ishkanani tienen una sensación de disfrute al utilizar su poder,” comenta la actriz. “La naturaleza sucia, la agresividad pasiva de los ricos es sencillamente una capa más que hay que atravesar. Prefiero lidiar con la expresión más primitiva”.

  Donald Sutherland, en el papel de Ogden C. Osborne, el patriarca de Vlyvalle, añade: “Los Ishkanani son gente auténtica. No están gobernados por la mentira, como el pueblo de Osborne”.

  Tal como señala Dunne, GENTE POCO CORRIENTE se centra en los crímenes de la clase alta que nunca ven la luz. “Detrás de las vallas de hierro forjado de todo rico imperio familiar se esconden secretos jamás contados de actos realmente brutales cometidos para mantener su estatus”, manifiesta el director. “Esas fortunas no se han ganado en la lotería. Para alcanzar tal posición se ha tenido que verter algo de sangre”.

  “La gente tiende a olvidar que la razón por la que las familias ricas tienen dinero en la actualidad es porque lo han tomado de otros”, afirma Lane. Wittenborn añade: “Los ricos no hacen fortuna por ser amables. Y la gente debe recordar siempre esto”.

  A diferencia de la mayoría de escritores y cineastas que cuentan historias sobre los ricos, tanto Wittenborn como Dunne conocen el tema de primera mano. “Estoy a la defensiva acerca de criarse como un rico hasta la edad adulta”, admite Dunne. “A nosotros nos han formado para parecer extremadamente ricos. Eso era lo más importante. Y saber que eso no era del todo correcto cambió mi perspectiva acerca de este tipo de vida. Odiaba a las personas que hacían de la riqueza parte de su identidad, y realmente me ofendía el tremendo énfasis que ponían en ello”.

  “Tanto el padre de Griffin como el mío estuvieron indirectamente envueltos en ese mundo,” añade Wittenborn. “Así que, en nuestra adolescencia, nosotros éramos parte de él, aunque realmente no era así. Nosotros no éramos ricos. Creo que Griffin sí tiene esa comprensión y compasión por el forastero”.

  Fue la experiencia de Wittenborn como “chico pobre en una fiesta de ricos” la que le motivó para comenzar el manuscrito de GENTE POCO CORRIENTE. Al terminar el primer borrador consultó a Dunne (uno de aquellos contactos sociales que tenía en Nueva York) si podía leer su trabajo. “Supe desde quizá la tercera frase que no iba a descartar ese texto”, recuerda Dunne. “Realmente me impactó la historia de clases y la relación entre la madre y el hijo. Trata sobre familias disfuncionales y las consecuencias de la conducta de los padres sobre sus hijos”.

  Poco después de que Wittenborn publicara la novela GENTE POCO CORRIENTE, el autor se unió con Dunne para adaptar el texto a la pantalla. “Muchas de las historias del libro son autobiográficas”, explica Wittenborn. “Y Griffin decía ‘pues algo igual me sucedió a mí.’ Era todo un misterio, una apasionante y verdadera aventura para ambos”.

  Para el papel de Liz, la madre de Finn, tanto Dunne como Wittenborn tenían en mente a Diane Lane, una actriz cuyas actuaciones en películas como INFIEL y BAJO EL SOL DE LA TOSCANA la convirtieron en una de las protagonistas femeninas más solicitadas de Hollywood. Para la complacencia de Dunne, Lane se enamoró rápidamente del guión.

  “Fue una elección que salió de mi corazón”, cuenta Lane. “Me encantó la hábil combinación de elementos que conjuga la historia: un joven que se convierte en un hombre, la dificultad de intentar ser una madre modelo y encontrarte con tu propia inmadurez, y también el sistema de clases en EEUU que fingimos que no existe”.

  Para Lane, el papel de Liz, una madre soltera que lucha por superar su problema con las drogas a la vez que intenta recuperar la confianza de su hijo, suponía una oportunidad de interpretar el tipo de personaje complejo y con defectos que Hollywood suele rehusar. “A través de graves errores cometidos, Liz se da cuenta de que eligió los caminos equivocados”, comenta Lane. “Y ahora adopta otro rol e intenta estar ahí para su hijo. Y lo interesante es que el chico no accede a la primera de cambio. Los niños te ven enseguida las intenciones y tus intentos por fingir ser quien no eres”.

  “Diane es la más maravillosa de las actrices”, confiesa Sutherland. “Es la más generosa, la más elegante y la más sensible en lo que a comprensión del mundo se refiere, así como del mundo en que ella vive y del mundo en el que vive su carácter”.

  “Diane es impresionante”, añade Wittenborn. “Encaja a la perfección la intensidad de la lucha de Liz. Cuando la ves te da realmente la sensación de que está atrapada”.

  De hecho, el personaje de Lane se enfrenta a un gran dilema cuando se da cuenta de que el santuario que le ofrece Osborne puede ser en realidad un terrible compromiso. “En este mundo, Liz es siempre inferior. Y eso duele”, dice Lane. “Al final termina preguntándose ‘¿Por qué me estoy apoyando tanto en este entorno? ¿Por qué me dejo definir por esos estándares y por esas otras personas? Quizá no estoy dando un buen ejemplo a mi hijo'”.

  Al reconocer que la relación de Liz con su hijo Finn es sin duda el corazón de la película, Dunne y Lane buscaron intensamente el actor joven perfecto para el papel. “Raras veces te encuentras una historia que dependa tanto de quién interpretará a un chico de 15 años”, comenta Dunne. “Es un extraño que llega a una cultura y la cambia con sólo aparecer en ella. Sólo con su presencia”.

  Dunne se había orientado hacia actores de más edad a fin de evitar las limitaciones de horas de trabajo a las que están sujetos los niños actores. Pero cuando conoció a Anton Yelchin, de 15 años, conocido por su aparición en CORAZONES EN ATLÁNTIDA y por la serie HUFF de Showtime, Dunne supo que había encontrado a su estrella. “Anton es sencillamente perfecto”, exclama el director. “Está más allá de lo que podía haber imaginado. Y además está bien preparado. Entiende su personaje y es un extraordinario actor y una bellísima persona”.

  Lane comparte los halagos, destacando la edad de Yelchin como un elemento crucial para su interpretación. “Anton tiene realmente la edad del personaje, y eso era muy importante para mí”, cuenta la actriz. “Yo quería que quien interpretara a mi hijo se encontrara en ese apasionante momento de transición entre el niño y el hombre. Ese momento tiene un algo que es auténtico y conmovedo”.

  “Anton era encantador”, confirma Sutherland. “Era muy bueno e incondicional. Estaba pasando por esas experiencias de la pubertad que suceden por primera vez en esa etapa de la vida, y la película lo estaba retratando. Era impresionante”.

  “Anton es probablemente uno de los hallazgos más brillantes de mi carrera como eje de una película”, añade Wechsler. “Y tengo la sensación de que se convertirá en una de las grandes estrellas del cine”.

  Al hablar sobre el proyecto, Yelchin rebosa de entusiasmo. “Me gustó absolutamente todo del guión”, manifiesta el joven actor. “Había cosas que nunca había hecho. Y todo era muy interesante, como el tema de las tribus frente a nuestra sociedad. Me sentí muy afortunado de haber podido interpretar este personaje”.
A pesar de su edad, Yelchin no se siente abrumado por el chocante acto de violencia que Finn sufre en la película. “En realidad trata sobre el dominio”, comenta. “Son esos elementos que deben conquistarse cuando se entra en una nueva tribu social. Y Finn debe someterse a un proceso para recuperar su honor”.

  Lane estaba entusiasmada por cómo la dinámica en la pantalla entre Finn y Liz se aleja de las convencionales relaciones entre madre e hijo. “Liz es inmadura y casi una hermana para él, una hermana mandona”, explica Lane. “En realidad no es la figura autoritaria responsable porque no desea ser impopular. Verdaderamente entiendo esa dinámica”.

  Dunne estuvo todavía más encantado con la química que Yelchin y Lane reflejan en la pantalla. “Me siento muy afortunado porque afectan en una gran medida al curso de la película”, admite el director. “Aprendí mucho viéndoles trabajar juntos. Son simplemente muy, muy reales”.

  Cuando Donald Sutherland leyó el guión de GENTE POCO CORRIENTE, se identificó rápidamente con el papel de Ogden C. Osborne, el anciano multimillonario que introduce a Liz y a Finn en su imperio elitista. Incluso se sintió empujado a escribir una carta a Dunne explicando por qué el papel era tan importante para él en ese momento de su vida.

  “Es impresionante cómo la muerte se aproxima con creciente rapidez. Es una progresión exponencial”, afirma Sutherland. “Ahora tengo 69 años. A esta edad ya estás preparado para morir. Está justo a la vuelta de la esquina, de modo que para mí supuso una gran oportunidad de explorar lo que pasaba por la cabeza de Osborne y ponerlo en paralelo con lo que pasaba por la mía”.

  “El papel se correspondió en una gran proporción con la forma en que Donald contemplaba su vida y los años dejados atrás,” comenta Dunne. “Y como resultado, su interpretación es inteligente y llega al espectador”.

  “Osborne tiene que tener una presencia autoritaria, aristocrática, aunque también un aspecto de calidez y de gran corazón”, indica Wechsler. “Donald proporciona todos esos atributos del grandioso y fuerte patriarca a la vez que muestra su ternura y su corazón. Es el actor definitivo”.

  Lane, quien ya había trabajado con Sutherland diez años atrás, estaba “encantada” de haberse reunido con su colega y amigo. “Es simplemente un ser humano maravilloso”, confiesa, “y muy cultivado política e históricamente. Le dio a la película lo que sólo él le podía dar”.

  Dando vida a Maya, la inocente nieta de Osborne que se enamora de Finn, Kristin Stewart emana sin esfuerzo la misma autenticidad que ya demostró interpretando a la hija de Jodie Foster en LA HABITACIÓN DEL PÁNICO de David Fincher. “Kristin tiene esa rara combinación de calidad entre juventud y autenticidad”, afirma Dunne. “Parecía el tipo de persona de la que un niño se enamoraría y recordaría toda su vida”.

  “Maya es distinta a los otros papeles que he interpretado”, admite Stewart. “Siempre había sido la estirada, la adolescente que no quiere hablar con nadie. Pero Maya es dulce. Es inocente. No se da cuenta de la corrupción que la rodea”.

  Sin embargo, durante el curso de la película, Maya comienza a analizar el mundo que hasta ahora tenía como lo más natural. “Al conocer a Finn, Maya se da cuenta de que su mundo es una farsa”. explica Stewart. “Aprende lo que es una relación auténtica y comienza definitivamente a cuestionar las que hasta ahora tenía”.

  Para el importante papel de Bryce, el carismático y erudito hermano mayor de Maya, Dunne se fijó en Chris Evans, una estrella en ascenso visto recientemente con Kim Basinger en la película CELLULAR, y también protagonizando LOS CUATRO FANTÁSTICOS, uno de los éxitos del verano de 2005. Dado que suele interpretar papeles de “chico bueno”, Evans no dudó en aprovechar la oportunidad de dar vida a un hombre joven arruinado por la riqueza. “Es la vez que más me he divertido interpretando un papel”, confiesa. “Bryce ha tenido una vida de tantos privilegios que casi le afectan al cerebro. Está obsesionado por tener y hacer todo lo que le da la gana”.

  “Chris es muy, muy guapo, atractivo y encantador”, comenta Dunne. “Se considera a sí mismo como una especie de héroe local, una característica idónea para su papel. Disfruté trabajando con él y con las sorpresas y giros interpretativos que le daba a su personaje”.

  A pesar de la naturaleza más extrema de Bryce, Evans sigue considerando que GENTE POCO CORRIENTE evita el cliché de retratar a los ricos como gente mala. “Esta arrogancia y vanidad se encuentra en todos y cada uno de los seres humanos,” admite Evans. “A cualquiera que introduzcas en ese ambiente le convertirás en un monstruo”.

  Fue Diane Lane quien sugirió que su buena amiga Elizabeth Perkins tuviera el papel de Pilar Langley, la hija de Osborne. “No veía a nadie más. Lo tenía muy claro”, confiesa Dunne. Pilar es ese tipo de rica engreída que caería mal con facilidad. Pero Elizabeth entendió rápidamente la humanidad del personaje. Le aporta al papel unos matices de fragilidad muy importantes”.

  “Yo me crié con personas como la Sra. Pilar Langley”, explica Perkins. “Van más allá de la riqueza. Son extremadamente ricos y casi completamente inconscientes de que existe otro tipo de vida fuera de sus dominios. No ocultan su deseo de mantener a todo el resto de personas alejadas de su mundo. Es interesante interpretar esta anticuada estrechez de miras con la riqueza”.

  A pesar de la tensión apreciable ante las cámaras entre sus respectivos personajes, Lane y Perkins aprovechan gustosamente y disfrutan de la oportunidad de trabajar juntas. “Fue excepcional sentarme junto a mi verdadera amiga y tenerla actuando conmigo”, apunta Lane. “Casi se me olvidaba hablar porque me quedaba embobada con ella de la ilusión que me hacía”.

  Con una larga trayectoria cinematográfica de veinte años a sus espaldas, Dunne se considera en ventaja a la hora de dirigir a sus actores. Perkins afirmó: “Griffin es uno de nosotros, de modo que automáticamente se genera mucho más respeto. Nunca se guía por los resultados. Siempre te ofrece alternativas para llegar a un punto, en lugar de simplemente decirte qué es lo que quiere de ti. Y así es como los actores necesitan que se les hable”.

  “Nunca había trabajado con un director tan cálido y amable”, apunta Evans. “Exprimir el alma para actuar es un asunto en ocasiones delicado, pero Griffin realmente te lo pone fácil. Simplemente se coloca ante ti y sonríe. Y eso te hace sentir cómodo”.

  “Griffin aporta inteligencia a todo aquello que hace,” añade Sutherland. “El trabajo de un actor es subjetivo y el de un director es objetivo. Griffin sabe realmente cómo establecer un puente ante esta diferencia”.

  Aparte de dirigir a su formidable plantel de actores y actrices, Dunne se enfrentó al reto de crear el suntuoso y extravagante mundo de Vlyvalle, y además con el relativamente modesto presupuesto de producción. Desde mansiones hasta globos aerostáticos, GENTE POCO CORRIENTE está repleta de imágenes de una excepcional riqueza. “No sé cómo diablos hemos podido hacerlo”, confiesa Dunne. “Cuento con un extraordinario equipo técnico, gente estupenda que ha conseguido darme todo lo que he necesitado. Es como si tuviéramos un gran presupuesto, mucho más del que realmente hemos tenido”.

  Wechsler se entusiasma: “Es asombroso lo que hemos hecho con esta película. Tenemos un diseñador de producción increíble. El responsable de los decorados es excepcional. Hicieron milagros en cuanto a las localizaciones y con lo que pudieron idear con el limitado presupuesto del que disponían. El talento que encontramos en Vancouver fue extraordinario”.

  Desde el principio, Dunne y Wittenborn se comprometieron a lograr un aspecto estético lo más auténtico posible, desde los automóviles hasta el vestuario de los personajes, pasando por la decoración de cada una de las habitaciones. “Mark Ricker (el diseñador de decorados) visitó numerosas casas de multimillonarios de Southampton y las estudió detenidamente”, informa Wittenborn. “Cuando entraba en la casa de invitados no lo podía creer. Era tal como lo viví en mi niñez. Había regresado a ese mundo”.

  Como película terminada, GENTE POCO CORRIENTE consigue ilustrar un buen número de temas distintos, incorporándolos a lo que Dunne llama “una historia muy compleja sobre la llegada de una edad muy concreta”. La cinta contiene potentes afirmaciones sobre la política de la riqueza y el elitismo, las maravillas y los terrores del primer amor, y las disputas entre padres e hijos. Pero quizá lo más destacable es que funciona como un cuento ejemplar sobre el abuso de poder.

  “Realmente aprecio lo que esta película nos hace ver y aceptar de nosotros mismos,” dice Lane. “Creo que existe un nivel de poder abusivo básico que es innato. Las personas abusan unas de otras entre distintas culturas, y lo han hecho a lo largo de la historia. Tengo la esperanza de que el secreto está en darse cuenta de que nadie tiene una naturaleza innata mejor que la de otro”.

  “Es una película pura”, afirma Sutherland. “Todos hemos intentado participar en algo que nos ha apasionado. Espero que la gente encuentre en ella la verdad, una revelación, con humor, innovación y claridad”.

  Dunne espera que el viaje de Finn por el transcurso de la película proporcione un mensaje positivo al espectador. “Finn es la ventana a la conciencia. Liz, su madre, intenta que él libere su odio y eleve su espíritu para llevarlo más allá del instinto natural. El hecho de situarse por encima del instinto primario es un factor importante en esta película. Se trata de encontrar la bondad en un lugar de gran brutalidad”.


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