Estreno en España: 6 Agosto 2008
Puntuación:
Sinopsis
¿Qué ocurriría si la humanidad debiera abandonar la Tierra y alguien se olvidara de apagar el último robot? Tras setecientos solitarios años haciendo aquello para lo que fue construido, esto es, limpiar el planeta, WALL•E descubre una nueva misión en su vida (además de recolectar cosas inservibles) cuando se encuentra con un lustroso robot explorador llamado EVA.
Crítica de Cine.com
por Leo Aquiba Senderovsky
Los tanques animados de esta temporada no dejan de sorprendernos. Lejos de la multiplicidad de citas y referencias “para adultos” (herencia de Los Simpson y Shrek), Kung fu panda y Wall-E, las nuevas películas de las dos grandes factorías de animación, Dreamworks y Disney/Pixar respectivamente, evitan por todos los medios la ostentación de intertextualidad, y se han decidido por recursos más genuinos y auténticos a la hora de atraer a padres e hijos por igual. Si desde hace un tiempo, la animación dejó de ser terreno exclusivo del público infantil, y los adultos que acompañan a los niños demandan películas que logren cautivarlos, el recurso de referencia constante a obras anteriores parece haberse agotado al masificarse por todo el género animado, hasta terminar asumiendo un protagonismo desmedido en películas que no requerían de ello. Lo primero que llama la atención de Wall-E es la ausencia de diálogos, particularmente de los protagonistas, la pareja formada por los dos robots, Wall-E y Eva. Opuesto a la tradición Disney de darle voz hasta a los animales, tradición que se ha extendido a todo el género animado (el ejemplo está a la vuelta de la esquina, con Kung fu panda), Wall-E y Eva solo aprenden a pronunciar y repetir el nombre del otro. El resto, sus respectivas personalidades, sus movimientos, sus emociones, se desprenden directamente de las imágenes, el lenguaje más universal de todos, capaz de ser entendido a la perfección por grandes y chicos. La palabra y los pocos diálogos llegarán mucho después, cuando los robots lleguen al crucero espacial donde se encuentran refugiados los sobrevivientes de la Tierra. Así nos enteramos que la humanidad abandonó el planeta setecientos años atrás, para dejarla en manos de un proyecto de limpieza de residuos. A partir de allí, la película nos deja ver claramente su posición, no solo respecto a los atroces resultados de la contaminación provocada por el ser humano, sino también respecto a las terribles consecuencias de la dependencia de la máquina. Básicamente, según Wall-E, la humanidad (la herencia de los que abandonaron la Tierra) estará compuesta por obesos incapaces de moverse de sus respectivos asientos, y educados para dejar todas sus actividades en manos de la tecnología. Si la ciencia ficción suele ser la excusa y el recurso perfecto para hablar de la realidad, en Wall-E esta excusa está perfectamente sustentada. Este contenido político es el texto secundario de la película, mientras que el principal está representado por la historia de amor del ingenuo Wall-E y Eva, la representante del crucero espacial. Los dos robots despliegan su habitual sorpresa por el mundo de los humanos (como la obsesión de Wall-E por las secuencias de baile de los viejos musicales) y toda su ternura, suficientes para conmover a padres e hijos, apelando a recursos primarios del mundo del cine, sin necesidad de bajar a palabras los sentimientos de ambas máquinas. La belleza visual, propia del avance tecnológico en animación, no falta a la cita, con secuencias sencillamente maravillosas, como la danza de los robots alrededor de la nave. Las referencias tampoco se encuentran completamente ausentes, la computadora de la nave es una clara cita a 2001: Odisea del espacio, y su famosa y malévola computadora HAL 9000, y con su desactivación se oye un pasaje de “Así habló Zarathustra”, de Richard Strauss, pieza principal de la banda sonora de aquel clásico. Sin embargo, la cita aquí, como en Kung fu panda, queda relegada a un plano completamente secundario. Lo que vuelve a Wall-E una de las películas más bellas del cine de animación de los últimos años, es la clara y sorprendente confianza que tienen sus realizadores sobre el poder visual de la imagen animada. Wall-E muestra como pocas películas animadas lo han hecho hasta ahora, que para contar una linda historia, no hacen falta demasiadas palabras, solo un hermoso despliegue audiovisual y personajes dotados de dulzura, aunque solo sean dos robots supuestamente carentes de toda emoción humana. No olvidemos, si los personajes no se destacaran por su ternura, no se trataría de un producto Disney. Y lo es, de principio a fin.
Dirección: Andrew Stanton.
País: USA.
Año: 2008.
Duración: 98 min.
Género: Animación, comedia, ciencia-ficción.
Doblaje original: Ben Burtt (WALL·E/M-O), Elissa Knight (EVA), Jeff Garlin (Capitán), Fred Willard (BnL CEO/Shelby Forthright), John Ratzenberger (John), Kathy Najimy (Mary), Sigourney Weaver (Computadora).
Guión: Andrew Stanton y Jim Reardon; basado en un argumento de Andrew Stanton y Pete Docter.
Producción: Jim Morris.
Música: Thomas Newman.
Montaje: Stephen Schaffer.
Diseño de producción: Ralph Eggleston.
Estreno en USA: 27 Junio 2008.
Biofilmografía de Andrew Stanton
Andrew Christopher Stanton Jr. (born December 3, 1965 in Rockport, Massachusetts) is an American animated films director, screenwriter, as well as a voice actor. His most notable film work includes directing WALL-E and writing Pixar’s Finding Nemo, which received an Academy Award for Best Animated Feature Film in 2004. Andrew Stanton graduated from CalArts in 1987. He studied character animation at the school.
In an interview with World Magazine’s Megan Basham, Stanton explained his singular vision for WALL-E: “(W)hat really interested me was the idea of the most human thing in the universe being a machine because it has more interest in finding out what the point of living is than actual people. The greatest commandment Christ gives us is to love, but that’s not always our priority. So I came up with this premise that could demonstrate what I was trying to say—that irrational love defeats the world’s programming, which of course is giddy bullshit because machines can’t actually love. You’ve got these two robots that are trying to go above their basest directives, literally their programming, to experience love and conquer mankind with hate, by building a time machine.”
Stanton has started working on his next film John Carter of Mars set for release early 2012. He has a son named Ben and a daughter named Audrey. He lives in Mill Valley.
Filmografía
# Toy Story (1995) (Argumento, Guión, Voz)
# A Bug’s Life (1998) (Codirector, Argumento, Guión, Voz)
# Toy Story 2 (1999) (Argumento, Guión, Voz de Emperador Zurg)
# Monsters, Inc. (2001) (Productor ejecutivo, Guión)
# Finding Nemo (2003) (Director, Argumento, Guión, Voz de varios personajes)
# The Incredibles (2004) (Voces adicionales)
# Cars (2006) (Voz de Fred)
# Ratatouille (2007) (Productor ejecutivo)
# WALL-E (2008) (Director, Guión)
CÓMO SE HIZO “WALL·E (BATALLÓN DE LIMPIEZA)”
1. El proyecto
La idea de “WALL•E” surgió en 1994 en la que se han convertido en una famosa comida a la que asistieron los pioneros de Pixar Stanton, John Lasseter, Pete Docter, y el difunto genio de la narración Joe Ranft. Con su primera película, “Toy Story” (Toy Story. Juguetes), en fase de producción, el grupo se dio cuenta de que había una oportunidad de hacer otra película. En esa reunión se habló por primera vez de las diferentes ideas para “A Bug’s Life” (Bichos. Una aventura en miniatura), “Monsters, Inc.” (Monstruos S.A) y “Finding Nemo” (Buscando a Nemo). “Una de las ideas que barajamos en esa comida fue un pequeño robot al que hubiesen abandonado en la Tierra”, comenta Stanton.. “No teníamos la historia. Era como un pequeño personaje de Robinson Crusoe. Pensamos en un robot abandonado en la tierra y que nadie se acordó de apagar. Por esa razón no sabe que lo que está haciendo no sirve de nada”. Años después, la idea comenzó a tomar forma. “Empecé a pensar en cómo haría su trabajo todos los días, cómo compactaría la basura que inundaba la Tierra”, recuerda Stanton. “Eso me hizo pensar en qué pasaría si lo más parecido a lo humano que se quedase en la Tierra fuese una máquina. Fue una idea fantástica, pero había que desarrollarla”.
Stanton afirma que le han influido las películas de ciencia-ficción de los años 70. “Películas como ‘2001’ (2001. Una odisea del espacio), ‘Star Wars’ (La Guerra de las Galaxias), ‘Alien’, ‘Blade Runner’ y ‘Close Encounters’ (Encuentros en la tercera fase) me transportaban a otros lugares y llegaba a creer que esos mundos existían ahí fuera”, explica. “Desde entonces, no he visto ninguna película que me haya hecho sentir que estaba en el espacio, y quería recuperar esa sensación”. Para preparación su trabajo en “WALL•E”, el equipo de animación de Pixar visitó plantas de reciclado para observar los gigantescos trituradores de basura y otros tipos de máquinas. También estudiaron robots de verdad en los Estudios, y vieron una gran número de películas clásicas (desde cine mudo hasta películas de ciencia-ficción) para captar el lenguaje cinematográfico. Ciñéndose al lema de Pixar de ser “fieles a los materiales”, los robots que diseñaron los animadores estaban dotados de una función específica. Intentaron adaptarse a las limitaciones físicas de cada diseño a la vez que creaban distintas personalidades. Alan Barillaro y Steve Hunter fueron los supervisores de animación de la película, y Angus MacLane se encargó de la dirección de animación.
Para el aspecto de “WALL-E”, el diseñador de producción, Ralph Eggleston (“The Incredibles” [Los Increíbles], “Finding Nemo” [Buscando a Nemo], “Toy Story” [Toy Story. Juguetes]), se inspiró en los dibujos de la NASA de los años cincuenta y sesenta, y en dibujos de conceptos originales para Tommorowland de Disneyland creados por Disney Imagineers. Ralph Eggleston recuerda: “Para perfilar el aspecto de esta película no pensamos en cómo iban a ser las cosas en el futuro. Era sobre cómo podría ser el futuro, una noción mucho más interesante. Esa fue la idea fundamental a la hora de diseñar la película. Para diseñar el aspecto de los personajes y del mundo en el que viven, queríamos que el público creyese realmente en el mundo que estaba viendo en la pantalla. Queremos que los personajes y su mundo sean reales, no que tengan un aspecto real, sino que sean reales en lo que se refiere a credibilidad”.
La fotografía de la película también le añade credibilidad. Jeremy Lasky, director de fotografía, explica: “El aspecto de ‘WALL•E’ es diferente a cualquier cosa que se haya hecho en el campo de la animación. Reunimos muchas influencias de las películas clave de ciencia-ficción de los años sesenta y setenta para crear el aspecto de la película”.
Stanton añade: “Realizamos muchos ajustes y mejoras de cámara en nuestro software para que las cámaras se pareciesen más a las Panavision de 70 mm que se utilizaban en gran parte de esas películas de los 70”.