Estreno en España: 9 Enero 2009
Puntuación:
Sinopsis
Cansado de huir de sí mismo, Harvey Milk (Sean Penn) deja un puesto ejecutivo en Wall Street para salir del armario y mudarse al barrio Castro, de San Francisco, con su compañero Scott Smith (James Franco). Abre una tienda de cámaras que no tarda en convertirse en el punto de encuentro del barrio, cuyos vecinos no tienen otro lugar para reunirse en una época particularmente rígida. Harvey se da cuenta de que no son pocos y empieza a hablar por ellos. Se enfrenta a empresarios, sindicatos y políticos intolerantes. Sus victorias son cada vez mayores. Su valentía –recibe amenazas constantes– inspira a otros a seguir sus pasos. En su vida privada, empieza una destructiva aventura con Jack Lira (Diego Luna), un joven que se agarra a él para sobrevivir. La comunidad homosexual, que se siente unida y más fuerte, le elige para un puesto público y se convierte en el primer político abiertamente gay elegido en el país. Su mensaje de libertad y esperanza le crea muchos enemigos, y deberá enfrentarse a Dan White (Josh Brolin), otro concejal recién elegido en el ayuntamiento de la ciudad. Harvey Milk fue asesinado en 1978. Pero incluso después de su muerte, la voz de Harvey habla de la valentía de una generación que abrió una nueva época de tolerancia y entendimiento.
Crítica de Cine.com
por Leo Aquiba Senderovsky
Milk no puede ocultar su condición de “película importante”. Film biográfico sobre un político homosexual asesinado en los setenta, protagonizado por Sean Penn y dirigido por Gus Van Sant, cualquiera de sus elementos demuestra su condición de favorita a la hora de los premios (recientemente se ha conocido su nominación a los Oscar en los rubros principales). Pero Milk no se regodea en su nivel de importancia, y los méritos de este film no devienen directamente de ello. Por empezar, la dirección a cargo de Van Sant le imprime la autenticidad necesaria a esta reconstrucción de la vida política de Harvey Milk. Van Sant, quien suele abordar el tema de la homosexualidad en sus films, aquí entrega su panfleto político más acabado a favor de los derechos civiles de los homosexuales. Si hace apenas un año, Hollywood se conmocionó con el relato de una pareja gay de cowboys en Brokeback mountain, Milk convierte a aquella película en un símbolo del recato absoluto, con un Sean Penn desatado (que no exagerado ni ridículo), tan desatado como justo y preciso en su papel de Harvey Milk. Penn consigue, como siempre, estar más allá de la altura de las circunstancias, y su interpretación de Harvey Milk muestra a un militante de férreas convicciones morales, apasionado en su vida personal y en su carácter de líder de minorías, a quien le toca lidiar con los infinitos entresijos de la política en sus campañas a supervisor/concejal, y una vez electo, trabajando codo a codo con el alcalde, enfrentándose a la batería de prejuicios que afronta la sociedad americana en la década del setenta. Más allá de la excelente reconstrucción de la Estados Unidos de los setenta, con la juventud empezando a liberarse de las ataduras morales que dos décadas antes regían los destinos de la sociedad, de la puesta de Van Sant se destaca la brillante cruza entre ficción y realidad. Así como en la fascinante película de George Clooney, Buenas noches, buena suerte, el mayor enfrentamiento ocurría entre el protagonista y el senador McCarthy, con un McCarthy que solo aparecía en imágenes de archivo, Van Sant utiliza las imágenes televisivas de la misma manera, exponiendo el conflicto entre un Harvey Milk ficcionalizado y los testimonios homofóbicos de la popular cantante Anita Bryant, así como también se aprovechan imágenes de noticieros de la época, para garantizar el efecto de realidad. Un efecto que es solo (estupendamente) potenciado a través de esos recursos, ya que la convincente interpretación de Sean Penn le imprime el realismo necesario. Atrás queda el estilo personal de las excelentes películas independientes de Van Sant, desde siempre ha demostrado congeniar como pocos su espíritu netamente personal y la narrativa hollywoodense. Sin embargo, poco importa esa habitual distinción en su cine a la hora de ver Milk, una película que le sirve a Van Sant para exponer su firme posición respecto a la homosexualidad (más allá de que sea abiertamente homosexual, y que ya haya tocado ese tema en muchas de sus películas, esta biografía es la que mejor expone su propia militancia) a la vez que resulta más que oportuno su estreno, a tono con el espíritu que invade las mentes de los norteamericanos con la llegada de un hombre negro a la presidencia. Cuando vemos la lucha de Milk por los derechos civiles de los homosexuales, difícil es no compararla con la lucha de otro líder de minorías, asesinado e inmediatamente inmortalizado, diez años antes de la muerte de Milk, Martin Luther King.
Lo mejor de la película: La auténtica interpretación de Sean Penn y la cruza entre ficción y realidad (a través del archivo televisivo).
Lo peor de la película: Que el resto del mundo recién pudo conocer la lucha de Milk treinta años después de su muerte.
Dirección: Gus Van Sant.
País: USA.
Año: 2008.
Duración: 128 min.
Género: Biopic, drama.
Elenco: Sean Penn (Harvey Milk), James Franco (Scott Smith), Emile Hirsch (Cleve Jones), Josh Brolin (Dan White), Diego Luna (Jack Lira), Alison Pill (Anne Kronenberg), Victor Garber (alcalde Moscone), Denis O’Hare (John Briggs), Joseph Cross (Dick Pabich), Stephen Spinella (Rick Stokes).
Guión: Dustin Lance Black.
Producción: Dan Jinks y Bruce Cohen.
Música: Danny Elfman.
Fotografía: Harris Savides.
Montaje: Elliot Graham.
Diseño de producción: Bill Groom.
Vestuario: Danny Glicker.
Estreno en USA: 5 Diciembre 2008.
Filmografía de Gus Van Sant
* Milk (2009)
* Paranoid Park (2007)
* Last Days (2005)
* Elefante (Elephant) (2003)
* Gerry (2002)
* Descubriendo a Forrester (Finding Forrester) (2000)
* Psycho (1998) (director y productor)
* El indomable Will Hunting (Good Will Hunting) (1997)
* Todo por un Sueño (To Die For) (1995)
* Ellas también se deprimen (Even Cowgirls Get the Blues) (1993)
* Mi Idaho Privado (My Own Private Idaho) (1991)
* Drugstore Cowboy (1989)
* Mala Noche (1985)
CÓMO SE HIZO “MI NOMBRE ES HARVEY MILK”
1. El proyecto
Todos los movimientos giran en torno a un líder. Pero el tiempo pasa, se alcanzan los objetivos por los que luchaba el líder, y lo más normal es que se olvide el peso que llegó a tener esa persona. Dustin Lance Black, guionista de MI NOMBRE ES HARVEY MILK, oyó hablar por primera vez de Harvey Milk mientras trabajaba en una obra de teatro a principios de los noventa. Unos años después tuvo ocasión de ver el oscarizado documental The Times of Harvey Milk. Entre otras, una frase le marcó: “Harvey Milk da un discurso al final del documental y recuerdo que dice algo así: ‘En alguna parte, puede que en Des Moines o en San Antonio’ – de ahí soy yo – ‘hay un joven gay que abrirá un periódico y leerá que un homosexual ha sido elegido en San Francisco. Sabrá que hay esperanza, que habrá un mundo mejor, un mañana mejor'”. El guionista sigue diciendo: “Empecé a llorar porque yo era ese chico y me daba esperanza. Era un momento muy duro para la comunidad gay, con la crisis del sida. Entonces pensé que era necesario volver a hacer algo, seguir con su mensaje”. Añade: “Milk me pareció una figura carismática, un poco como un padre para su gente – algunos ya no tenían padre debido a su inclinación sexual –, que hizo mucho en muy poco tiempo”. Unos años después, afianzada su posición como guionista, productor y director, Dustin Lance Black se lanzó a contar la historia del hombre al que llamaron “el Martin Luther King de los gays”. En vez de hacerse con los derechos de un libro sobre Milk (hay varios publicados), decidió empezar a documentarse. Dice: “Varias personas en el gremio me aconsejaron que lo olvidara, era muy arriesgado. Pero mi tarjeta de crédito y yo seguimos adelante”. Habían pasado 25 años, pero pudo ponerse en contacto con muchas personas que habían conocido a Milk. El guionista explica: “Desde el principio quise basarme en testimonios reales. Preferí descubrir los detalles directamente en vez de basarme en una biografía”. La primera persona a la que entrevistó fue Cleve Jones, un amigo de Milk. Es el fundador del Names Project y el diseñador y creador del símbolo internacional de la pandemia del SIDA. “Nos presentó un amigo mutuo”, recuerda el guionista. “Me cayó muy bien, es genuino, amable e inteligente. Además, era uno de los allegados de Harvey Milk”. Cuando le dijo que quería escribir un guión para la gran pantalla, Cleve Jones se apuntó inmediatamente al proyecto y estuvo hasta el final en calidad de asesor histórico.
Durante el año siguiente, además de escribir los guiones para la primera temporada de la serie “Big Love”, Dustin Lance Black iba cada semana en coche a San Francisco para entrevistar a personas como Danny Nicoletta, Anne Kronenberg, Allan Baird, Carol Ruth Silver, Frank Robinson, Tom Ammiano, Jim Rivaldo, Art Agnos y Michael Wong, que habían conocido a Harvey Milk personal y políticamente.
Reconoce que muchos eran escépticos. No era la primera vez que alguien hablaba de llevar la vida de Harvey Milk y la historia del movimiento gay de San Francisco a la gran pantalla. “Me costó convencerlos de que no volverían a perder el tiempo. Cuando lo conseguí, muchos me contaron recuerdos muy dolorosos y me angustiaba la idea de defraudarlos”, recuerda el guionista.
“Michael Wong tenía un diario de la época. Sabía que me sería muy útil y siempre se lo pedía. Una noche, después de cenar, por fin me entregó un montón de fotocopias. Fue fantástico”.
Además del diario y de las entrevistas personales, Dustin Lance Black se documentó en los archivos Harvey Milk del Centro Gay y Lésbico de la Biblioteca Pública de San Francisco; en la Colección Scott Smith, y en los archivos de la Sociedad Histórica de Gays, Lesbianas y Transexuales.
“Decidí que la estructura del guión sería el viaje que Milk realizó a través del movimiento que ayudó a fundar, desde el año 1972, cuando llegó a San Francisco, hasta su asesinato en 1978”, explica el guionista. “Dejo claro desde un principio que algo terrible va a sucederle. Harvey parecía ser consciente de su destino. Grabó un testamento donde manifestaba la sospecha de que le matarían. También dijo a varios de sus amigos que no creía que llegase a cumplir los cincuenta”.
Dustin Lance Black se concentró en las relaciones de Milk que tuvieron importancia en el movimiento: “Las relaciones personales se cruzaban con las políticas. Scott Smith no había sido su primera relación importante, pero él le ayudó en su carrera política. No sé qué habría hecho Harvey sin Scott”.
Añade: “Harvey se involucró personalmente. Estaba enamorado de Scott y quería que fuera aceptado por todos, que no le juzgaran. Cuando llegó a San Francisco, era ilegal tener una relación homosexual, bailar con otro hombre o entrar en un bar gay. Por eso, esta historia es intensamente personal, aun siendo muy política. Pocas veces tiene un guionista la oportunidad de contar una historia en la que ambas cosas están tan relacionadas. Puede decirse que se metió en la política por amor”.
Durante cuatro años, Dustin Lance Black pulió el guión, escribiendo diferentes versiones, pero no contaba con la financiación necesaria para producir la película. Cleve Jones dice: “El guión de Lance me entusiasmó. La estructura era simple y elegante. Se oía claramente la voz de Harvey. Le dije a Lance que tenía un director, pero no le dije quién. Sabía que si la dirigía Gus, la película hablaría de Harvey y no del realizador”.
Cleve Jones organizó una reunión entre el director y el guionista, que no quiso darle el guión antes de revisarlo una vez más. Se lo mandó a Portland y, una semana y media después, Gus Van Sant llamó a Dustin Lance Black para decirle: “Hacemos la película”.
El realizador dice: “El documental The Times of Harvey Milk había puesto el listón muy alto, pero me pareció que podía hacerse una versión dramatizada. No es una historia fácil de contar, por los numerosos elementos en la vida de Harvey y las múltiples historias que nacían en Castro Camera. Pero Lance supo escribir un guión sucinto, más enfocado a la faceta política y menos a la vida diaria de los personajes”.
Gus Van Sant añade: “Harvey Milk fue un ilustre activista gay. Murió en el desempeño de sus funciones, por lo que casi se le considera un santo en el mundo gay. Entre otras cosas, la película debía servir para que los jóvenes que entonces no habían nacido le conocieran y le recordaran”.
Dustin Lance Black conocía bien al equipo de productores formado por Dan Jinks y Bruce Cohen, ganadores de un Oscar por American Beauty. El primero dice: “Me enteré de que Lance había escrito un guión sobre Harvey Milk y que iba a dirigirlo Gus Van Sant. Le llamé para darle la enhorabuena y me preguntó si quería producirlo. Acepté sin dudarlo”.
Dan Jinks sigue diciendo: “Harvey Milk luchó contra los prejuicios en un momento histórico para los derechos de los gays. El movimiento tuvo un líder que fue capaz de detener proyectos de ley que no debían ser aprobados”.
Bruce Cohen añade: “El guión nos entusiasmó. Era una historia íntima y épica a la vez. Estábamos convencidos de que bajo la dirección de Gus Van Sant la película conmovería y atraería, aunque no se conociera la historia de Harvey Milk”.
Los productores, el director y el guionista se reunieron para hablar de la película. Gus Van Sant les propuso incluir imágenes de archivo, no sólo como fondo para los títulos de crédito del principio y del final. Por ejemplo, cuando Dianne Feinstein, entonces presidenta de los concejales, ahora senadora, anuncia desde la puerta del Ayuntamiento que Harvey Milk y el alcalde Moscone han sido asesinados. El productor Dan Jinks dice: “Es una imagen emblemática, no queríamos recrearla”.
La nueva productora y financiera Groundswell Productions se unió al proyecto a través de su presidente y fundador Michael London, que también se entusiasmó con el guión. Dice: “Harvey Milk fue un héroe extraordinario para Estados Unidos. No había muchos como él entonces, y tampoco los hay ahora. Pocas veces se tiene la oportunidad de participar en una historia tan poderosa y apropiada con artistas del calibre de Gus Van Sant y Sean Penn”.
El actor había estado en la mente de todos desde que el principio. “Tiene el don de meterse en la piel de los personajes. Por mucho que se intente, es imposible encontrar al actor”, dice Bruce Cohen. Su socio Dan Jinks añade: “A Sean le gusta sorprender con su trabajo, y creo que puede hacer cualquier papel”.
Gus Van Sant conocía al oscarizado actor, que vive en la zona de la bahía de San Francisco, y le mandó el guión. Sean Penn contestó afirmativamente incluso con mayor rapidez que el realizador, pero quería estar seguro de que los cineastas serían tan fieles a la vida personal de Milk como a su vida política.
Dustin Lance Black dice: “Nos preocupaba que un actor de primera línea quisiera arriesgarse tanto, pero Sean quiso hacerlo bien. Se ha esforzado en que todo fuera realmente exacto. Ha encarnado a la perfección la mente y el espíritu de Harvey Milk”.
Cleve Jones añade: “Cuando supe que Sean Penn había aceptado el papel, empecé a correr y a saltar como un loco. Es uno de los grandes actores del momento”.
El productor Dan Jinks comenta: “Cada día era un placer ver a Sean transformarse en alguien tan parecido a Harvey. Las personas que habían conocido a Harvey se quedaban asombradas ante semejante transformación”.
Sean Penn dice: “No sólo me orientó un guión excelente, también pude recurrir a las imágenes de archivo. Me enamoré de Harvey, de su persona, de su espíritu como ser humano, y me obligo a transcenderme como actor. Además, Gus Van Sant es un director que nunca ha hecho una mala película, por lo que los actores confían plenamente en él”.
La producción cuajó realmente cuando Focus Features se comprometió a cofinanciar la película y a ocuparse de la distribución mundial. Michael London comenta: “En Groundswell y en Focus sentíamos una conexión emocional con el proyecto, queríamos contar la historia”.