Crítica THE VISITOR

Estreno en España: 13 Marzo 2009

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Sinopsis

“The visitor” se centra en un desencantado profesor de universidad (Richard Jenkins) que un día se encuentra a una pareja viviendo en su apartamento. A medida que vaya conociendo a estos dos extraños, descubrirá una nueva vida y un nuevo mundo.

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Crítica de Cine.com
por Leo Aquiba Senderovsky

Pese a que ya terminó la temporada de estrenos de películas nominadas al Oscar, aún quedan pequeños (pero no por ellos menos importantes) retazos de esta tanda de films. Tal es el caso de The visitor, cuyo protagonista, Richard Jenkins, fue nominado a mejor actor. La participación de una película independiente dentro de la tanda de nominadas, si bien sabemos que, por intereses propios de la gran industria, estas no serán de la partida de las ganadoras, siempre resulta algo placentero, ya que nos acerca a nuevas miradas dentro del cine americano. En este drama, vemos a un profesor universitario que, luego de quedar viudo, vive recluyéndose de las obligaciones sociales. A duras penas y sin mucha suerte intenta aprender piano, para acercarse al recuerdo de su mujer. Poco es lo que podemos deducir de un personaje absolutamente contenido y retraído como este, hasta que un día vuelve a su viejo departamento alejado de sus actividades cotidianas, y encuentra viviendo a una pareja joven de inmigrantes ilegales. En otro contexto o con otro personaje, imaginamos que esta situación hubiese disparado un conflicto desproporcionado, pero este no es el caso. Walter (el personaje interpretado notablemente por Richard Jenkins) no tiene problema en acoger a Zainab y Tarek al ver que habían sido engañados y no tienen donde dormir. Lo que sigue es una película de personajes que comienzan a conocerse y a derribar barreras sociales que los separan. Walter va dejando de lado su interés por el piano, y comienza a fascinarse por la habilidad como percusionista de Tarek, hasta que este le enseña a tocar. Cuando se instala por completo el vínculo entre Walter y la pareja, observamos que el director, Tom McCarthy, no necesita hacer que los personajes atraviesen por grandes conflictos para hacer avanzar la trama. Mejor dicho, los grandes conflictos están (el ejemplo principal es la detención y posible expulsión de Tarek de Estados Unidos, por estar viviendo de manera ilegal), pero corren más por el lado social que por el vínculo entre los personajes principales. De hecho este vínculo es el que aliviana el peso dramático de este tipo de situaciones. Cuando aparece Mouna, la madre de Tarek, y comienza a vislumbrarse un interés amoroso entre Walter y Mouna, vemos que, lejos de perseguir la intensidad dramática de determinadas situaciones, se ha optado por intensificar el peso propio de los personajes y la manera en que estos eligen apoyarse mutuamente, ya que, en todo caso, la verdadera importancia de estas situaciones radica en que colaboran en intensificar el vínculo. A diferencia de Gran Torino, por ejemplo, aquí no hay prejuicios raciales que vencer, sino simplemente una apertura humana, un retorno del personaje a la posibilidad de prestarse al otro, a la ayuda amistosa y desinteresada. Richard Jenkins aporta todo su talento a un personaje que le demanda un trabajo mucho más interno que externo, carente de cualquier tipo de estridencias y con él logra sostener una historia simple, pero profunda, narrada con corrección, frescura y amor por los personajes.

Lo mejor de la película: La nominación de Richard Jenkins al Oscar, en un personaje contenido sin caprichos expresivos.

Lo peor de la película: Cierta falta de sorpresas, compensada por su amor por los personajes, y un gran trabajo sobre ellos.

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Dirección y guión: Tom McCarthy.
País:
USA.
Año: 2007.
Duración: 103 min.
Género: Drama.
Elenco: Richard Jenkins (Walter Vale), Hiam Abbass (Mouna Khalil), Haaz Sleiman (Tarek Khalil), Danai Gurira (Zainab), Maggie Moore (Karen), Richard Kind (Jacob), Amir Arison (Sr. Shah), Marian Seldes (Barbara), Michael Cumpsty (Charles).
Producción: Mary Jane Skalski y Michael London.
Música: Jan A.P. Kaczmarek.
Fotografía:
Oliver Bokelberg.
Montaje: Tom McArdle.
Diseño de producción: John Paino.
Vestuario: Melissa Toth.
Estreno en USA: 18 Abril 2008.

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Biofilmografía de Tom McCarthy

Tom McCarthy ha intervenido frecuentemente en televisión con notables apariciones en series populares como El abogado (The Practice), Ally McBeal; y Spin City. Sin embargo, no fue hasta que McCarthy empezó a dirigir su primer largometraje que la gente reparó realmente en él. McCarthy ha debutado como director con Vías cruzadas (The Station Agent, 2003). Asistió a clases en el Boston College donde ayudó a dar forma al grupo de improvisación cómica My Mothers Fleabag.

Filmografía como director

# The Visitor (2007)

# The Station Agent (2003)

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CÓMO SE HIZO “THE VISITOR”

1. El proyecto

  “Siempre es difícil señalar la inspiración exacta para una película”, dice Tom McCarthy, director y guionista de The Visitor. “Lo que hago es recoger muchas ideas y almacenarlas en un gran archivo, y luego extraigo las que me parecen más sólidas”. McCarthy dejó cautivado a Hollywood con su primer proyecto, Vías Cruzadas, una película independiente de bajo presupuesto que tuvo eco más allá del mundo del cine independiente. De hecho, el Departamento de Estado de EE.UU. invitó a McCarthy a promocionarla por Oriente Medio como parte de un programa cultural de alcance. Fue durante ese viaje cuando McCarthy pensó por primera vez en el profundo abismo que separaba a los estadounidenses de los habitantes de la mayor parte del mundo. “Estuve en Omán y en Líbano, dos países asombrosos”, dice. “Me llamó la atención lo poco que sabía de la región, de su gente y su cultura. Nuestro país está muy involucrado política y militarmente allí, pero debido a las noticias, los titulares y el dramatismo que de allí nos llegan, tendemos a olvidar que hay seres humanos a ambos lados de esta situación. ¿Cómo puedo ayudar a erradicar esta realidad? Esta pregunta siempre es mi particular llamada a las armas”. McCarthy quedó impresionado por los artistas que conoció allí y por la pasión que imprimían a su trabajo. “Pensaba: ‘Quiero inmortalizar esto’. Allí se me ocurrió la idea para el personaje de Tarek”. Al mismo tiempo, el realizador había estado desarrollando por separado el personaje de un maduro profesor universitario que había perdido la pasión por su vocación. “En algún lugar del camino, ambos se encontraron”, dice McCarthy. La productora de Vías Cruzadas Mary Jane Skalski fue una de las primeras en leer el boceto del guión. “Tenía alguna idea de lo que estaba escribiendo y había leído algunas páginas sueltas”, recuerda. “Pero cuando tuve el primer boceto completo, no sabía qué esperar de él”.

  A Skalski le llamaron la atención la carga humana de la película y su sentido de la esperanza. “Es una historia sobre cuatro personas y cómo sus vidas se entrelazan y varían a raíz de su encuentro, sobre ir un poco más allá de ti mismo y cómo puede cambiarte la vida cuando lo haces. En efecto, se trata de otra oportunidad de entretener a la gente, pero al mismo tiempo de animarles a hacer algo más”.

  Las pequeñas decisiones, dice McCarthy, dan lugar a veces a las mayores diferencias en la vida. “Muchas de las elecciones que llevan nuestra vida por un camino completamente diferente son arbitrarias. Creo que ahí reside la magia de la vida, ¿no? Esto nos hace darnos cuenta de que, por mucho que pensemos que tenemos el control sobre nuestra suerte y nuestro destino, estamos equivocados”.

  “Es algo que ocurre en esta película”, añade el director. “Walter no tiene intención de acudir a Nueva York. Hace todo lo que está en su mano para no ir. Toma la decisión repentina de ayudar a dos chicos a salir de un aprieto y, gracias a ello, descubre una nueva vida en la música. ¿Quién puede predecir estas cosas?”

  Mientras McCarthy y Skalski afirman rotundamente que The Visitor es sobre todo una película de personajes, en última instancia también trata asuntos relacionados con el tema candente de la inmigración. Tras regresar de Oriente Medio a su hogar en Nueva York, McCarthy comenzó a frecuentar la vibrante comunidad árabe de la ciudad. Durante su investigación, oyó la historia de un joven que había sido encerrado en un centro de detención preventiva del gobierno acusado de inmigración. Al final, McCarthy comenzó a visitar a algunos detenidos y descubrió que muchos de ellos ni siquiera estaban representados legalmente. “No estamos en una tribuna improvisada diciendo que esto está bien y lo otro está mal, sino que más bien abordamos esta situación con empatía y comprensión”, dice el director. “Se trata de seres humanos, no sólo de una causa”.

  Además de Mary Jane Skalski, McCarthy reunió a un buen número de sus colaboradores en Vías Cruzadas para The Visitor. “Mi cámara, Oliver Bokelberg, leyó uno de los primeros bocetos. Tom McArdle, mi editor, y John Paino, el diseñador de producción, también. Es una satisfacción poder contar con ellos desde los inicios porque compartimos una idea común del tipo de película que queremos hacer. Incluso hemos comenzado a desarrollar una fórmula para trabajar entre nosotros”.

  “McArdle y yo nos sentamos unas cuantas veces antes de comenzar el rodaje para hablar de todas las cosas de las que solemos tratar después de terminar una película”, continúa diciendo. “Es una oportunidad estupenda poder hacerlo con un editor en el que confías. Lo que ocurre cuando empiezas a rodar, a diseñar o a montar es que tienes un pasado en común con estas personas y la propia historia también tiene, a su vez, un pasado compartido, lo que es crucial. Ellos me mantienen por el buen camino y me recuerdan las ideas que teníamos cuando comenzamos”.

  McCarthy y Skalski también se encontraban trabajando con dos nuevos socios, las compañías de producción Participant y Groundswell. McCarthy ya había trabajado con ambas como actor: en Syriana y Buenas Noches y Buena Suerte para Participant y en El Gurú del Sexo para Groundswell.

  “Groundswell y Participant fueron dos de las primeras compañías a las que recurrimos para financiar la película debido a su interés por contar historias originales y a que tenían experiencia en llevarlas a la realidad”, dice McCarthy. “Contribuyeron mucho y aportaron muchas ideas a lo largo del proceso, pero también fueron muy respetuosos con mi visión de la película. Todos teníamos muy claro el tipo de película que queríamos hacer”.

  La autenticidad era uno de los elementos más importantes para McCarthy durante la elaboración de esta película, nos dice Skalski. “La película se basa en unas personas que dan un salto de fe y, por tanto, los espectadores también tienen que darlo. Pero, ¿Cómo se puede conseguir esto si, por un instante, la película dejara de ser realista?”

  McCarthy dice que no se propuso lanzar una proclama política, sino más bien revelar la cara humana de algo que se estaba convirtiendo a pasos agigantados en un asunto importante. “Los personajes están inmersos en una situación que se encuentra en la conciencia colectiva nacional en estos momentos: la inmigración y las detenciones. Quizás esta película no vaya a cambiar el mundo, pero al menos nos recuerda el elemento humano y las consecuencias de una cuestión muy controvertida. Creo que, de alguna manera, mi labor consiste en reflejar esta situación y decir: ‘Esto es lo que ocurre. ¿Nos gusta? ¿No nos gusta? ¿Hay lugar para el debate?'”

  En lugar de proporcionar respuestas, McCarthy considera que el trabajo de los realizadores es plantear las cuestiones, pero nunca en detrimento de contar una apasionante historia. “Al final, se trata de una historia de amor y de amistad. La trama evoluciona de una manera muy simple. Hay momentos divertidos, trágicos e incluso mundanos. Pienso que es un reflejo de cómo se desenvuelve la vida”.

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