Estreno en Argentina: 6 Agosto 2009
Título: La decisión más difícil
Estreno en España: 15 Enero 2010
Título: La decisión de Anne
Sinopsis
La vida de Sara y Brian Fitzgerald, la de su pequeño hijo y la de Kate, su hija de dos años de edad, quedarán alteradas para siempre al enterarse de que Kate tiene leucemia. La única esperanza de los padres es tener otro niño para salvar la vida de Kate. Para algunas personas, estos temas de ingeniería genética provocan preguntas morales y éticas; para los Fitzgerald, y para Sara en particular, no existe ninguna otra opción sino hacer todo lo que se pueda para asegurar la vida de Kate. Y lo que sea es Anne. Kate y Anne comparten una relación aún más cercana que la de la mayoría de las hermanas. Aunque Kate es mayor, ella confía en su joven hermana; de hecho, su vida depende de Anne. Sara, esposa y madre abnegada que deja su carrera como abogado para cuidar a su hija, a veces se siente perdida dentro del papel que ha tomado en su esfuerzo por salvar a Kate. Su marido, de gran fortaleza y apoyo moral, Brian, a menudo se vuelve totalmente pasivo ante la fuerza y la determinación de su esposa. Y el único hijo varón que tienen, Jesse, queda ocasionalmente relegado a un segundo plano. Hasta que Anne, que ahora tiene 11 años de edad, dice basta. En busca de emancipación médica, contrata a su propio abogado e inicia un proceso legal que divide a familia.
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
Una de las peores cosas que le puede pasar a una película es no poder sostener una verdad. No hablamos del verosímil, sino de lo que la película manifiesta en términos discursivos. Le puede ocurrir a cualquier película, pero los más afectados suelen ser aquellos dramas que intentan generar un debate. Estos dramas se valen de un planteo al cual, naturalmente, se le adhiere una postura ideológica, un lugar donde colocarse en el debate que suscitan. Al respecto, La decisión de Anne es una película terriblemente dramática, pero fundamentalmente, una película notablemente mentirosa e incapaz de sostener una verdad.
La primera impresión que tenemos luego de ver esta película es que acabamos de bajarnos de una montaña rusa emocional, que comienza sorteando habilmente el golpe bajo y dando pie a un eventual debate, pero no tarda en darse vuelta y anular ambos méritos. Para hablarnos del drama familiar de un miembro con cáncer, Nick Cassavetes (el hijo del maestro del cine independiente americano, quien se empeña en demostrar que de su padre sólo ha heredado el apellido) nos presenta inicialmente el punto de vista de una niña que fue concebida para salvarle la vida a su hermana, enferma de leucemia. A los once años, y luego de varias intervenciones, Anne decide demandar a los padres para poder tener el derecho de decidir sobre su propio cuerpo. El eventual debate se presenta de manera directa, aunque las recurrentes y excesivas voces en off de los personajes mastican demasiado el relato, y poco ayudan a construir una trama capaz de valerse inteligentemente de la complejidad de su planteo ético.
Aún así, esta película podría haber propiciado un interesante debate si hubiese mantenido en primer lugar el punto de vista de Anne. Lamentablemente, como si no nos hubiésemos enterado de que se trata de un drama sobre una adolescente enferma de leucemia, la película decide olvidarse del dilema de Anne y dedicarse a reflejar la progresiva degradación física de Kate, la hermana enferma. Así, se acumulan escenas con Kate sufriendo a pleno el avance de su enfermedad y flashbacks que presentan una felicidad cada vez más lejana (entre estos, la historia de amor de Kate con un chico que conoce en el hospital y que, sabemos, terminará muriendo). El conflicto familiar en torno a la demanda de Anne se vuelve un relato secundario frente a la imposición del drama de Kate, de tal modo que si al comienzo se elude el golpe bajo, una vez que el relato se enfoca en Kate, este se vuelve un elemento frecuente, y Cassavetes no teme escarbar a más no poder en la futura muerte de la chica, atravesando violentamente las barreras del buen gusto.
De todas maneras, la insufrible sucesión de golpes bajos no es el peor defecto del film. Lo peor es la vuelta de tuerca, un artilugio que existe desde tiempos inmemoriales pero que Hollywood parece haber descubierto hace algunos años para forzar la atención del espectador, imponiendo relatos sumamente tramposos. Aquí la vuelta de tuerca hace que el potencial debate, ya definitivamente sepultado por la eterna serie de escenas lacrimógenas, pase de un dilema ético a otro, de una adolescente debatiéndose entre la autonomía de su propio cuerpo y la entrega a su hermana enferma, a un debate en torno a la eutanasia. Este cambio de eje no sólo termina por enterrar todo retazo del dilema inicial, sino que además carece de sustento, ya que la esencia del vínculo entre las dos hermanas apenas se vislumbra en alguna que otra escena esporádica.
Hacia el final se retoma el planteo inicial, ya sin suerte, porque el dilema ha sido anulado previamente con el dichoso giro sorpresivo. Lo que nos queda, en primer lugar, son buenas actuaciones (Alec Baldwin, aportando una pequeña dosis de comedia y de fina ironía, Cameron Diaz, luciéndose en un rol difícil y sin caer en el juicio fácil, y sobre todo, la sólida actuación de Abigail Breslin y la dramática interpretación de Sofia Vassilieva en el rol de Kate), conjugadas en un drama que intenta generar un debate ético, pero que en su desarrollo sabotea toda posibilidad de debate, contradiciendo la naturaleza de algunos personajes y hasta la esencia del propio planteo, todo en pos de forzar y sostener el llanto fácil. Un llanto que, para Cassavetes, parece valer más que cualquier reflexión necesaria sobre las dimensiones éticas que dispara el relato.
Peor aún, si pasamos por alto la frustrada tendencia al debate y sólo deseamos quedarnos con su aspecto lacrimógeno, la multiplicidad de voces en off que se empeñan en explicar hasta el más evidente sentimiento de cada personaje y la serie de escenas pensadas para golpear al espectador a más no poder, hacen que la dichosa lágrima, tan anhelada por Cassavetes, sólo consiga aparecer a la fuerza, si es que llega a aparecer.
Lo mejor de la película: Alec Baldwin, Cameron Diaz y las dos niñas, Abigail Breslin y, especialmente, Sofia Vassilieva.
Lo peor de la película: Su trampa discursiva, su facilismo narrativo y su regodeo en el golpe bajo.
Dirección: Nick Cassavetes.
País: USA.
Año: 2009.
Duración: 109 min.
Género: Drama.
Elenco: Cameron Diaz (Sara Fitzgerald), Abigail Breslin (Anne), Alec Baldwin (Campbell Alexander), Jason Patric (Brian Fitzgerald), Sofia Vassilieva (Kate), Heather Wahlquist (Kelly), Joan Cusack (juez De Salvo), Thomas Dekker (Taylor Ambrose), Evan Ellingson (Jesse), David Thornton (Dr. Chance).
Guión: Nick Cassavetes y Jeremy Leven; basado en la novela “La decisión más difícil” de Jodi Picoult.
Producción: Mark Johnson, Chuck Pacheco y Scott L. Goldman.
Música:Aaron Zigman.
Fotografía: Caleb Deschanel.
Montaje: Alan Heim y James Flynn.
Diseño de producción: Jon Hutman.
Vestuario: Shay Cunliffe.
Estreno en USA: 26 Junio 2009.