Estreno en España: 13 Agosto 2010
Estreno en Argentina: 9 Septiembre 2010
Título: Asesinos con estilo

Sinopsis
Spencer es un agente secreto del gobierno con licencia para matar que decide abandonar su trabajo cuando encuentra a la mujer de sus sueños y se casa con ella. Pero la felicidad dura poco, ya que han puesto precio a su cabeza. No sabe quién va tras él, pero sabe que son varios asesinos y que puede ser cualquiera. Spencer hará equipo con su mujer para averiguar la identidad de los que quieren verle muerto.
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
Es difícil encontrar hoy en el cine americano un film que se entronque en un solo género. El cruce de géneros es muy común en la actualidad, y en muchas ocasiones, genera productos atractivos y de cierta originalidad. En otros casos, el cruce puede gestar híbridos carentes de identidad, películas donde la etiqueta es tan difusa que hasta puede afectar la posibilidad de entender hacia donde pretende ir el relato. El caso de Killers corresponde a este segundo tipo.
Es curioso que esta película intente ser considerada como comedia romántica, justamente un género caracterizado por su recurrencia a fórmulas gastadas y por no coquetear comúnmente con otros géneros. Podríamos decir que en Killers lo más cercano a la comedia romántica es la estética que puede notarse hasta en el afiche. Sólo hacia el final la historia intenta acercarse a lo que todos conocemos por “comedia romántica” (eso que no suele ser muy gracioso, y que tiene un romance protagónico bastante liviano y poco atractivo), pero antes de llegar a eso tenemos un derrotero que difícilmente podemos asociar a este género.
La pareja protagónica (Kutcher-Heigl) se conoce en unas vacaciones, en las que ya se nos presenta el trabajo secreto de Spencer (Kutcher). Los primeros minutos anticipan una cruza de comedia romántica con policial, una fusión que puede funcionar, aunque éste no es el caso. En el comienzo, los convencionalismos de la comedia romántica se hacen presentes en la forma en que se conoce la pareja, y estos clichés logran algún efecto medianamente correcto. Sin embargo, luego de consumado el romance, nos encontramos, elipsis mediante, con la pareja ya casada y el secreto de Spencer que aún no sale a la luz.
Lo que viene después de esta elipsis es prácticamente toda la película, algo que intenta ser policial y comedia (lo romántico ya quedó atrás, y será retomado en la última parte, cuando el trabajo de Spencer pone en crisis a la pareja). Es difícil considerar como comedia o como policial a lo que sólo llega a ser una serie de escenas absurdas, con los vecinos y amigos del matrimonio convertidos, de buenas a primeras, en enemigos de Spencer, y capaces de cualquier cosa con tal de asesinar al muchacho. La inocente Jen (Heigl) se convierte de repente en una mujer capaz de defender con uñas, dientes (y alguna que otra bala) a su marido, y no hay mucho más para contar, salvo una última vuelta de tuerca que pone patas para arriba todo lo visto (como si no fuese todo ya suficientemente disparatado).
No es cuestión de ponernos a dirimir respecto a lo verosímil o no de las situaciones que narra, pero convengamos que si el fuerte de la película fuese su disparate, éste tendría que haberse sostenido de principio a fin. La realidad es que pocas veces hemos visto tanta indecisión respecto a qué camino tomar con la historia que se tiene entre manos. Cuando uno asimila que lo que se nos está contando es un romance más o menos liviano, empezamos a transitar el camino policial, una vez que asumimos el tono de film policial, todo termina volviéndose un disparate cada vez más pronunciado, y cuando intentamos aceptar el disparate, se reaviva el aspecto romántico. En esa rueda sin fin termina perdiéndose una propuesta sumamente débil, que desaprovecha el encanto de Katherine Heigl (encanto, carisma, belleza y buen timing para la comedia romántica que sorprendían y encandilaban en La cruda realidad), mientras que con Ashton Kutcher tampoco hace demasiado, porque Kutcher vuelve a mostrar su falta de expresividad, algo que alarma en las escenas más riesgosas para su personaje.
Killers es una película de esas cuyo mote de “inclasificable” sirve a modo de talón de Aquiles. Luego de verla, deseamos que Kutcher vuelva al personaje de muchacho bobo en comedias que realmente sean comedias, y deseamos que Katherine Heigl siga brillando en comedias románticas de verdad. Un deseo muy poco ambicioso, hay que decir.
Lo mejor de la película: Katherine Heigl, aunque desaprovechada.
Lo peor de la película: Un híbrido de géneros carente de identidad y de un recorrido coherente.

Dirección: Robert Luketic.
País: USA.
Año: 2010.
Duración: 101 min.
Género: Acción, comedia romántica.
Elenco: Katherine Heigl (Jen), Ashton Kutcher (Spencer Aimes), Tom Selleck (Sr. Kornfeldt), Catherine O’Hara (Sra. Kornfeldt), Rob Riggle (Henry), Martin Mull (Holbrook), Casey Wilson (Kristen), Katheryn Winnick (Vivian), Sharan Masfield (Mildred).
Guión: Melissa Stack.
Producción: Scott Aversano y Jason Goldberg.
Fotografía: Russell Carpenter.
Montaje: Mary Jo Markey.
Diseño de producción: Missy Stewart.
Vestuario: Ellen Mirojnick y Johanna Argan.
Distribuidora: DeAPlaneta.
Estreno en USA: 4 Junio 2010.