Sinopsis
Es el caso sin resolver por antonomasia.
El comportamiento violento y destructivo de un loco que nunca ha sido atrapado; el escurridizo asesino de los mensajes cifrados que aterrorizó a la nación, el Jack el Destripador norteamericano. Se responsabilizó públicamente de 13 víctimas, luego de más, dos docenas más. La policía le atribuyó siete, cinco muertos. Puede que nunca se sepa el auténtico número de muertos. Una cosa es cierta: ese número incluye a los vivos.
Basado en la historia real, “Zodiac” relata cómo un asesino en serie aterrorizó al área de la Bahía de San Francisco y se burló de las autoridades en cuatro jurisdicciones con sus claves y sus cartas durante décadas.
Dar caza al cazador se convertiría en una obsesión para cuatro hombres, una obsesión que los convertiría en fantasmas de lo que eran antes, sus vidas construidas y destruidas por el innumerable rastro de pistas del asesino.
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
Esperado último film de David Fincher. La película narra, más que los crímenes en sí, el contexto, el “otro lado” de los crímenes de “Zodiac”. Ese otro lado incluye a los policías que investigan, como en Seven, y también al universo mediático, en especial lo que sucede dentro del ámbito de la redacción de un diario con la que se comunica el asesino luego de cada crimen. Un misterioso personaje que va dejando cartas y jeroglíficos, sin un móvil aparente, y con un patrón difícil de establecer, es el disparador de un caso que se remonta a mediados de los sesenta, fue investigado por casi diez años (los años que cubre la película), y que recién hace pocos años se cerró definitivamente.
El film carece de los constantes regodeos y virtuosismos visuales típicos de películas anteriores de David Fincher como la ya mencionada Seven, The game, o Fight club, y en cambio, brinda 158 minutos de narración clásica, que pese a su duración no pierde ritmo, con buenas actuaciones de un elenco con varios nombres conocidos en pequeños roles, y las destacadas actuaciones de un solvente Jake Gyllenhaal, en el papel de Robert Graysmith, el caricaturista del diario que se convierte en el principal motor de la investigación, y en especial del gran Robert Downey Jr. en el papel de Paul Avery, un periodista algo excéntrico que cae en todo tipo de adicciones, papel que le sienta a la perfección.
La película peca de intentar desarrollar demasiadas líneas narrativas a la par, y se encauza perfectamente cuando a medida que transcurre la trama y los años de investigación, se centra en la obsesión de Graysmith por la misteriosa figura de “Zodiac”, abandonando por ello a su familia.
También es destacable la impecable reconstrucción de época, la exquisita banda sonora, y las formas que aprovecha el guión para atravesar con inteligencia por diversos momentos en la vida política de Estados Unidos, reflejando los cambios sociales que ellos acarrean.
Sólido film, bien narrado, que se entronca dentro de la tradición de las mejores películas sobre investigaciones policiales, sin el carácter noir de Seven, hasta ahora, su mejor película.
Dirección: David Fincher.
País: USA.
Año:2007.
Duración: 158 min.
Género: Thriller.
Interpretación: Jake Gyllenhaal (Robert Graysmith), Robert Downey Jr. (Paul Avery), Mark Ruffalo (detective Dave Toschi), Anthony Edwards (detective William Armstrong), Brian Cox (Melvin Belli), Elias Koteas (sargento Jack Mulanax), Donal Logue (Ken Narlow), John Carroll Lynch (Arthur Leigh Allen), Chloë Sevigny (Melanie), Dermot Mulroney (capitán Marty Lee).
Guión: James Vanderbilt; basado en el libro de Robert Graysmith.
Producción: Mike Medavoy, Arnold W. Messer, Bradley J. Fischer, James Vanderbilt y Ceán Chaffin.
Música: David Shire.
Fotografía: Harris Savides.
Montaje: Angus Wall.
Diseño de producción: Donald Graham Burt.
Vestuario: Casey Storm.
Estreno en USA: 2 Marzo 2007.
Estreno en España: 18 Mayo 2007.
Biofilmografía de David Fincher
Fincher (10 de mayo de 1962, Denver, Colorado) comenzó su carrera como animador para Industrial Light and Magic entre 1980 y 1984 aproximadamente, tiempo en el que trabajó en películas tan conocidas como El retorno del Jedi o Indiana Jones y el templo maldito. En 1986 fundó la productora Propaganda Films, dirigiendo videos de alto presupuesto para artistas como Madonna incluyendo Express Yourself, George Michael, Aerosmith y los Rolling Stones con la canción Love Is Strong.
Como un gran número de directores de video clips, incluyendo Julien Temple, Russel Mulcahy, Michel Gondry o Spike Jonze, se ha trasladado al cine exitosamente con el estreno de Alien 3, que figura como una de las cintas con más alto presupuesto para un director debutante. Aunque contó con una crítica y recaudación baja, le sirvió de empujón para perfilar su carrera en cintas de corte existencialista como Seven, The Game (película), El club de la lucha y La habitación del pánico, filmes que le han valido dispares críticas, pero que cimentaron su reputación de explorador del lado oscuro de nuestra sociedad y de las miserias humanas.
Su cine encierra una gran tensión psicológica, paranoia, pesadillas recurrentes y demonios interiores de la psique humana. Es un perfecto conocedor de los miedos más ocultos del ser humano y en su cine esos miedos están presentes en la mayoría de los fotogramas.
Visual y narrativamente su estilo es impecable, mostrando sobre todo un dominio magistral en la puesta en escena. Parte de su influencia visual se la debe al video clip.
Filmografía
- 1992 – Alien 3
- 1995 – Seven
- 1997 – The Game
- 1999 – Fight Club
- 2002 – La habitación del pánico
- 2006- Zodiac
CÓMO SE HIZO “ZODIAC”
Notas de producción
1. El proyecto
Fue el ogro por excelencia. “Los que crecimos allí, en esa época, teníamos ese miedo infantil que se apoderaba de ti. ¿Y si era nuestro autobús? ¿Y si aparecía en nuestro barrio? Cuando eres niño haces de ello un drama mayor porque eso es lo que hacen los niños. Yo crecí en Marin y ahora conozco los lugares donde tuvieron lugar los crímenes, pero cuando se está en la escuela primaria, los niños no piensan en eso. Piensan, `Va a aparecer en nuestra escuela’”. Bienvenidos a la pesadilla de segundo curso de David Fincher. Al igual que muchos niños que crecieron en el área de la Bahía en los primeros años de la década de los 70, el director David Fincher, que tenía entonces 7 años, estaba cautivado por el invisible monstruo conocido sólo como Zodiac. “Recuerdo de niños hablar del asesino llamando al Dunbar Show. En 1974, nos mudamos y recuerdo darme cuenta de que en otros lugares, otras personas conocían al asesino Zodiac”, dice Fincher. Nunca en sus sueños más descabellados se imaginó que tres décadas más tarde le pedirían que imaginase una película que le llevaría a: volver sobre los pasos del asesino con varios de los policías que habían seguido la pista del asesino más famoso de su juventud; revisar 10.000 páginas de documentos y pruebas; entrevistar a las víctimas que habían sobrevivido, a los seres queridos de los que habían muerto y a los familiares de un principal sospechoso. En aquel momento, ese principal sospechoso era un ex profesor convertido en pedófilo, expulsado y encarcelado por acariciar a niños de primaria.
Fincher también sucumbiría a la necesidad de saber; una necesidad que estimuló la obsesión de un joven dibujante de chistes sobre política del San Francisco Chronicle de resolver el misterio de un asesino. Robert Graysmith canalizaría esa obsesión en dos libros, el best seller Zodiac y su continuación, Zodiac Unmasked, narrando minuciosamente cada hecho y atormentado matiz de lo no probado para los más implicados en las investigaciones en cuatro jurisdicciones, su burlón pero encantador colega Paul Avery y él mismo.
“Robert Graysmith sabía que estaba al margen de esta historia. Quería ser parte de ella y se convirtió en parte de ella”, dice Fincher. “Lo hacía a su aire, sin restricciones, porque no era reportero. Fue Robert el que trató de resolverlo y después de que todos los demás se hubieran desentendido. Todo lo que incluimos en la película lo utilizamos a partir de lo que Robert nos proporcionó. Pero teníamos informes policiales y respaldamos todo con documentación, con nuestras propias entrevistas y con pruebas. Incluso cuando hacíamos nuestras propias entrevistas, hablábamos con dos personas. Una confirmaba algunos aspectos de la historia y otra lo negaba. Además, había pasado tanto tiempo que los recuerdos se ven afectados y el diferente relato de las historias cambia la percepción. Así que cuando había alguna duda siempre recurríamos a los informes policiales. Otra cosa sobre la historia de Zodiac es que hay tanta gente que está convencida de que Robert está equivocado respecto a algunas cosas y que la versión o interpretación de ellos es correcta, y han surgido tantos mitos que tienes que tener todo eso en cuenta cuando te enfrentas a la historia de Zodiac. Eso es por lo que decidimos contar la historia del modo en que lo hemos hecho, a través de los ojos de Robert. Mi objetivo era captar la verdad de esos libros”. En resumen, captar la atmósfera de “Zodiac” resultó una tarea ingente.
“Cuando comienzas una adaptación, de lo único que puedes estar seguro es de que vas a acabar rechazando 5 sextas partes del material inicial por el simple hecho de que no te cabe todo”, explica el guionista y productor James (Jamie) Vanderbilt. “Añádase a eso el hecho de que la película está basada en dos libros y en una enorme cantidad de entrevistas. Lo único que nos interesaba es que la película trata de unos individuos que son absorbidos por el caso Zodiac, Graysmith en especial, pero también los detectives y un reportero. La escasez de información nos vino bien, porque siempre había otra conversación que tener, una teoría que discutir, un sospechoso al que interrogar. Creo que la propia película es una de más `documentadas’ que jamás he visto, y ni tan siquiera araña la superficie en lo que se refiere a la enorme cantidad de material que existe”.
La mayor diferencia entre los libros y la película es el propio Graysmith, dice Vanderbilt. “Robert no se erige en el centro de los libros sobre Zodiac, pero fue su implicación lo que primero me fascinó – el dibujante como policía”, dice Vanderbilt. “`Me lo planteaba como si Garry Trudeau se despertara una mañana e intentase resolver el caso de El hijo de Sam” la idea para una adaptación cinematográfica de Zodiac, su libro favorito en el instituto. “Conocer a Robert durante ese proceso fue realmente algo inestimable porque el guión cambió a medida que nos hicimos amigos; y en muy raras ocasiones para hacerle parecer mejor. Robert realmente nos hizo partícipes de su vida con todos sus defectos, y creo que es así como acabamos representándolo en la película. Lo grande de Robert, el artista, es que reconoce el valor de eso, comprende el proceso creativo y lo que hace que una historia sea buena“.
A Jake Gyllenhaal le atrajo la historia por lo apremiante del drama en el apasionante guión que le envió David Fincher, dice. Y más tarde se quedó totalmente entusiasmado por su verosimilitud. “La primera vez que leí el guión, los asesinatos, en concreto, eran aterradores”, dice. “Recuerdo que pasaba las páginas y pensaba, ‘Esto es real, esto sucedió realmente. Inmediatamente quise hacerlo.
“Al comienzo de la historia, Robert Graysmith se encuentra en la periferia del caso. Es un dibujante de chistes en prácticas en el San Francisco Chronicle. Casualmente está en la sala cuando llega al periódico un mensaje cifrado y una carta del asesino Zodiac pidiéndoles que publiquen el mensaje cifrado. Él está realizando copias de diferentes chistes gráficos. Pero no saben que está obsesionado con los puzzles y con descifrar cosas. Se interesa realmente por el caso y luego, años más tarde, cuando el caso aún no está resuelto, lo asume personalmente, con la excusa de escribir un libro sobre él, para tratar de resolver el caso por su cuenta.
“Creo que lo más interesante de esta historia es que cuando sucede algo así se produce una histeria colectiva. Y luego se le pasa a los expertos. Y a veces los expertos no tienen la misma sensibilidad que tendría un tipo normal como Robert Graysmith. También tienen mucho papeleo que resolver, todas las jurisdicciones. Robert, una persona normal de la calle, no tiene que pedir una orden judicial ni un permiso para esto o lo otro. Pueden trabajar por pura sensibilidad y, en el caso de Robert, por pura obsesión. Creo que eso es fascinante porque cada vez confiamos menos en nosotros mismos. Confiamos en las opiniones de los expertos, y con mucha frecuencia están teñidas con otros muchos aspectos políticos, con cosas relacionadas con su propio trabajo y con sus aspiraciones. En el caso de una persona normal como Robert, en que haces el trabajo por tu cuenta, los hechos duros y reales surgen más claramente. Para mí, es algo estimulante saber que hay un tipo normal que podría resolver un caso que a la gente le resultaba imposible resolver”.
¿Cómo se preparó el actor para el papel del atrevido dibujante? El método de Gyllenhaal fue deliberado y científico. “Yo diría que Robert Graysmith es un tipo interesante. Cuando le conocí le había dicho que le iba a grabar porque quería estudiar sus gestos y, sólo a nivel físico, quería ver cómo se comportaba. De hecho, yo estaba muy nervioso. Pensaba, ‘Oh, ¿qué tipo de personalidad tiene este hombre para meterse en este mundo?’ Y pensé, ‘Voy a conocer a este hombre y va a ser un encuentro extraño y sombrío. ¿A qué mundo voy a tener que ir con él para sacarle alguna verdad?’ Y entra en la habitación y es un hombre dulce, sin pretensiones, constantemente elogioso e inocente.
“Y todo lo que te dicen en la escuela de arte dramático, como ‘deberías interpretar al contrario’, eso es exactamente lo que él es. Es lo contrario de todo lo que supondrías que es una persona que está obsesionada con un caso como éste. Pero, a medida que pasas más tiempo con él, tienes la sensación de que si quiere conseguir de ti alguna información y tú no has respondido la primera vez porque es un poco demasiado directa o un poco demasiado personal, él la insertará de un modo extraño y sincopado, de manera que tu contestas y ni te das cuenta de que estás contestando. Es muy inteligente y, al mismo tiempo, un poco astuto, cuando quiere conseguir información. Pero, como ser humano, es un hombre amable. Es realmente interesante”.
“Observé a Jake interpretar mi personaje en varias ocasiones”, comenta Graysmith. No hacía una imitación de mí sino una interpretación. Pensé que captaba perfectamente mi entusiasmo y mi nerviosismo, mi educación sureña, mi amable deferencia y mis excentricidades. Ya teníamos el mismo color de pelo”.
En lo que se refiere a captar el alcance de una época, algo más que una recreación de una experiencia narrativa, dice que él y Vanderbilt estaban “en la misma onda. A riesgo de volverse demasiado `meta’”, añade Vanderbilt, “Para mí había algo muy impresionante en la película en lo que respecta al poder de las palabras – el escritor escribiendo sobre el escritor que estaba escribiendo sobre el asesino que se hizo famoso porque era un gran escritor de cartas. Porque ésa es la razón por la que Zodiac sigue con nosotros actualmente, escribió unas cartas terroríficas, y no a los policías, sino a otros escritores. Periodistas que decían, “Oh, esto es bastante bueno. Deberíamos publicarlo”. Y eso hicieron, y la gente leyó esas cartas, y seguimos hablando de él décadas más tarde. El poder de la palabra escrita”.
Graysmith escribió sus “diarios en primera persona” (Zodiac y Zodiac Unmasked) porque quería conseguir el apoyo del público para encontrar al asesino. Cuando comenzó, había 2.500 sospechosos que examinar “y un muro de silencio que romper”, recuerda. “En esa época, la policía no proporcionaba información. Zodiac era un caso de gran envergadura y el hombre que lo resolviera iba a ser un héroe, así que pusieron límite a toda la información. Era habitual en ellos retener los archivos de modo que yo no pudiera verlos y si me acercaba lo bastante a la verdad cuando hablábamos, confirmaban uno o dos hechos. Tampoco se me permitía tener papel ni nada para escribir por lo que tenía que memorizar números de serie y fechas. Eso suponía después sesiones bastante largas y animadas anotando todo lo que podía recordar”. Tras 10 años , 13 borradores y reducir una montaña de información a un tomo de 351 páginas, “Creo que mi mayor contribución, mientras descubría nuevas pistas, realizaba entrevistas y seguía la pista de testigos y sospechosos desaparecidos, fue visitar cada departamento de policía, consolidar todos los hechos y compartirlos de modo que Zodiac pudiera ser capturado”. Ésa fue siempre su mayor esperanza, dice en la actualidad. Cuando reflexiona sobre la tumultuoso aventura, “resulta asombroso que alguno de nosotros sobreviviera a Zodiac. La larga persecución, el irresistible atractivo del caso, su misterio, tragedia y pérdida, arruinaron matrimonios, destrozaron carreras y acabaron con la salud de un brillante reportero; fue un estudio sobre la frustración mientras la policía era burlada una y otra vez”.
Gyllenhaal reconoce que Robert Downey Jr. aportó una energía especial durante el rodaje que inspiró a los actores para hacer que la historia cobrara vida. “Robert Downey Jr. es extraordinario. Lo que ha hecho, y lo que siempre hace, es aportar una presencia. Su Paul Avery es una especie de bufón de la corte en el sentido de que baila alrededor de las cosas y tiene sentido del humor, casi un distanciamiento de la situación, pero un auténtico sentido del humor al respecto. Un poco como Campanilla en Peter Pan. Emite luz sobre todo el mundo cuando vuela alrededor”, dice Gyllenhaal.
Fincher se sintió “muy afortunado” de contar con este reparto. “Encontré a la gente con la que quería trabajar. Y fui muy afortunado de contar con muchas de las personas reales de aquella época. Creo que tratamos de ser respetuosos con todo el mundo. Pero en ningún momento se trató de doblarlos exactamente, su pelo, etc.”. Por ejemplo: “Robert Downey Jr., que interpreta a Paul Avery, es el único que interpreta a alguien que ya no está vivo. Pero creo que pone mucho entusiasmo y dado que es alguien que podía captar los demonios internos de Paul, era perfecto para el papel”.
De los cuatro personajes, fue Toschi el que conoció a Avery más tiempo. “Conocí a Paul Avery en 1960 cuando yo tenía 28 años. Estaba en la Oficina de Inspectores (para el Departamento de Policía de San Francisco) y quería ser detective”, dice Toschi. “Compartimos muchas historias. Al final Paul estaba enganchado a la cocaína y conectado a una máquina. Estaba realmente mal. Me llamó antes de morir. Quería escribir un libro, un libro rápido antes de morir para dejar a sus nietos. Dijo, `Dave, podemos conseguir 25.000 dólares cada uno, ¡así de sencillo!’ Me sentí mal por él, realmente mal. Pero le dije, Paul, estoy comprometido con Robert Graysmith. Recuerdo cuando Robert se dirigió por primera vez a mí y me dijo, `Eres el único tipo que tiene toda la información, el único con el que puedo hablar. Conocí a Robert Graysmith en 1977 cuando me dijo que quería escribir. Creía realmente que este caso podía ser resuelto. Quería intentarlo. Desde entonces somos buenos amigos”.
Toschi dice que Fincher tenía curiosidad por saber por qué había hablado con Graysmith. El caso ya no estaba siendo investigado de manera activa y Graysmith no era reportero. “Fue por su sinceridad y su honestidad”, dice. “En un par de minutos supe que tenía esas cualidades. Era el dibujante de chistes sobre política. Le creí”.
Por su parte, Mark Ruffalo se quedó totalmente impresionado con Toschi y con el modo en que Fincher lo había retratado en el guión. “No me gusta este género; normalmente es bastante violento”, dice. “Pero David había escrito un guión que, cuando lo leí, me di cuenta de que este personaje que yo iba a interpretar había cobrado vida de un modo matizado y hermoso. Luego hice un viaje para conocerlo y en ese momento me sentí muy afortunado de hacer la película. Después de todo, es el modelo para los actores que tratan de interpretar a detectives, y yo estoy interpretando a la persona sobre la que algunos actores han modelado los papeles que han lanzado sus carreras.
“Y Robert Downey Jr. es increíble. Siempre me ha encantado y creo que es lo más cercano a un genio que te puedes encontrar sin rebasar los límites. Me resultó apasionante trabajar con él, y también terrorífico y divertido. Existe el factor de riesgo. No un riesgo físico ni violento – es su espontaneidad”.
Fueron Vanderbilt y el productor Bradley (Brad) J. Fischer de Phoenix Pictures los que consiguieron los derechos del libro de Graysmith cuando finalmente estuvo disponible después de haber estado en el limbo en otro estudio durante casi una década. Tenían un director en mente.
“Creía que David Fincher podría contar la historia de modo que fuera fiel a lo que había sucedido y llegar a la psicología de lo que había motivado a las personas que vivían en ese mundo. Obviamente ya había hecho una película sobre un asesino en serie, pero ésta iba más allá del género”, dice Fischer, “Había en estos personajes algo que hay en todos nosotros: la capacidad de ser consumido por algo de manera tan intensa que día tras día, noche tras noche, año tras año, no puedes deshacerte de ello. Fincher es capaz de articular cinematográficamente cosas sobre el comportamiento humano y las emociones que hace que los personajes y el mundo en que viven sean tan increíblemente auténticos. Puede hacer que los espectadores tengan la sensación de que podrían estar viéndose ellos mismos allí, hundiéndose en el abismo sin darse cuenta. El ADN de esta historia tenía mucho que ver con eso, con grados de comportamiento anormal y malévolo – ya se trate de un asesino en serie o de los hombres cuyas vidas quedan consumidas en busca de algo que probablemente permanecerá fuera de su alcance durante el resto de sus vidas. Hay algo igualmente admirable y triste en eso, pero más que eso, es algo muy humano querer conocer lo que no se puede conocer. Es una compulsión que existe en todos nosotros, y tiene el potencial para ser una fuerza increíblemente destructiva. Yo sabía que eso era algo que Fincher podría ayudarnos a explorar como ningún otro director.
“Lo que Fincher sabía es que había que simplificar la historia, hacerla más clara”, continúa diciendo el productor. “Lo que Fincher sabía era que el material que estábamos manejando, casi todo lo que había sobre la historia de la investigación de Zodiac, estaba un poco distorsionado por el enorme juego telefónico, filtrado a través de la peor lente que se pueda imaginar: los periódicos.
“El caso había adquirido sus propias proporciones míticas con los años, y nuestra tarea era deshacer todo eso; trazar una línea definida entre los hechos y la ficción y desmitificar lo que en cierto modo había perdido su conexión con la realidad. Hay que recordar que fueron los medios de comunicación los que convirtieron a Zodiac en un todopoderoso enigma – es decir, él escribe una carta y dice, ‘Soy Zodiac’, y a continuación los periódicos empiezan a llamarle ‘¡El Asesino de los Mensajes Cifrados!’ Es como ver una sombra gigantesca y aterradora cambiar de forma contra la pared, y luego comprendes que la fuente es simplemente un hombre que mató torpemente a tiros a cinco personas y apuñaló a otras dos; y se les apareció de repente. No es “el Coyote Super Genio”, como nos acostumbramos a llamarle; es una persona triste, patética y muy enferma que es estuvo a un paso de ser atrapado. El resto estaba todo en la cabeza del público, listo y esperando para que cada ansiosa imaginación lo convirtiese en un poderoso demonio“.
Y por eso, dice Fischer, “el proceso fue largo y difícil, pero era importante si íbamos a contar la historia real. Así que se convirtió en anatema basarse en cualquier tipo de material de segunda o tercera mano. Los informes policiales se convirtieron en la regla. Eso, y, por supuesto, las personas que estuvieron allí. Fue realmente bastante sencillo: Encontremos a todas las personas que podamos que hayan estado materialmente implicadas en la investigación, y sentémonos frente a ellos, mirémosles a los ojos, hagámosles preguntas directas y a veces difíciles, y luego oigamos lo que tengan que decir. Así que hablamos con Bryan Hartnell; con Mike Mageau, que ahora no tiene hogar y que no se ha recuperado desde que le dispararon en 1969; con Dave Toschi; con Bill Armstrong; con Ken Narlow; con George Bawart. Reunimos en una habitación a Don Cheney y a Sandy Panzarella por primera vez desde que fueron entrevistados por la policía en los años 70 y les pedimos que nos contaran todos los detalles de su historia. Hicimos todo lo posible para que saliera bien”.
El productor Mike Medavoy, co-fundador y presidente de Phoenix Pictures, dice que lo interesante del material “no es tanto que trate de un asesino en serie, lo cual es una película en sí misma, sino que trata de la gente que persiguió al asesino en serie. Es lo que sucede cuando te obsesionas tanto con algo y pierdes de vista cuál es el objetivo. No cabe duda de que te vas a perder y a destruir todo en el proceso… y eso le sucedió a todos y cada uno de ellos. Graysmith volvió, pero ya no está casado. Mira todo lo que le ha sucedido a los principales personajes. Para mí, eso es lo fascinante de la película.
“De hecho, ellos mismos se perdieron en el proceso de perseguir la historia”, añade Medavoy. “David, Brad y Jamie” – el trío haciendo su propio trabajo de detectives – “estaban obsesionados en hacerlo de manera precisa. ¡Pensamos que Brad iba a convertirse en policía y dejar el mundo del cine (no exactamente)!”
El productor Arnold W. Messer, socio de Medavoy y director de Phoenix, dice que por lo que él sabe “éste es probablemente el guión para el que más a fondo se ha investigado, la representación más meticulosamente precisa de hechos reales consecuente con las películas dramáticas. Llevo 30 años trabajando como productor y nunca había participado en una película que haya estado tan cerca de la verdad y con la cantidad de investigación y energía puesta en ella. Se ha entrevistado a cada una de las personas que aparecen representadas en la película y que están vivas. Todas esas personas que contribuyeron a ella de un modo u otro… los que examinaron los libros, los archivos en bruto, las 10.000 páginas de transcripciones. Fue realmente impresionante el trabajo que hicieron esas personas para asegurarse de que coincidían con los hechos”.