Vals im Bashir es una película única en muchos aspectos. Es un documental realizado con animación, en una cinematografía que carece de historia en lo que respecta al cine animado. La única película animada israelí anterior a esta es Ba’al Hahalomot, de 1961, hecha con stop-motion, y en paralelo a Vals im Bashir, se produce el film $9,99, también hecho con stop-motion, aunque podría decirse que, más allá de que la directora y el guionista son israelíes, esa es una película más australiana que israelí. Vals im Bashir no fue hecha con stop-motion sino con una técnica creada por el animador Yoni Goodman, que consiste en una mezcla del programa Flash con animación clásica, pero que en la práctica se asemeja a la rotoscopia (el efecto de animar sobre material filmado). En Vals im Bashir hubo escenas filmadas sobre las cuales luego se transcribió a un storyboard, y ese storyboard fue luego animado.
La necesidad de esta estética se entiende fácilmente, ya que Vals im Bashir no es un film documental, pese a que lo tenga como protagonista al propio director. Ya el título revela el sentido del film, refiriéndose a una de las tantas escenas oníricas que describe la película, la desquiciada balacera de un soldado israelí mientras parece bailar el vals.
Lo que se relata desde el principio es un ejercicio de reconstrucción de la memoria. El director oye la descripción de un sueño de un amigo, y cuando este lo asocia con su participación en la Guerra del Líbano de 1982, el director se da cuenta que no recuerda absolutamente nada de aquella época, pese a haber sido combatiente. Es por esto que decide comenzar a visitar viejos compañeros del ejército, para que estos le cuenten sus recuerdos de aquella época.
Como suele suceder con la memoria, su reconstrucción es absolutamente subjetiva y caótica, y específicamente en este caso, teñida por la natural irracionalidad de la guerra. Algunos sueños se mezclan con la memoria, creando recuerdos que nunca sucedieron, y luego interpretados por algún amigo desde una postura psicoanalítica.
El psicoanálisis aparece en escena porque el foco de la película es la masacre de Sabra y Shatila, donde las falanges cristiano libanesas irrumpieron en esos campos de refugiados asesinando a entre 350 y 3500 refugiados palestinos con la complicidad de las Fuerzas de Defensa Israelíes. Cuando Folman se da cuenta que fue uno de los soldados que dispararon al cielo para iluminar el campo, ayudando a que esa masacre se lleve a cabo, entiende que la culpa en ese joven soldado que alguna vez fue, haya sido la que generó su amnesia.
Con todo ese material, Ari Folman habla de la locura de la guerra, apelando a estos elementos que vuelven más que evidente su postura antibélica, y no se tienen antecedentes de una película que trabaje el tema de la guerra desde un film animado con un cautivante tono poético, como un ejercicio de memoria y de interpretación de sueños, para referirse a la guerra en sí como un hecho que indefectiblemente escapa al entendimiento humano. Sobre todo llama la atención esta singularidad en una cinematografía como la israelí, donde los conflictos bélicos y el papel del éjercito son cuestiones que aparecen de manera recurrente.
Vals im Bashir es una de las películas israelíes más premiadas en la historia, obtuvo 58 nominaciones y 44 premios en múltiples festivales y entregas de premios, entre ellos fue nominada a Mejor Película en Idioma Extranjero en los Oscar y ganó en dicha categoría en los Globos de Oro (fue la primera película animada en ser nominada en ambos premios a la vez dentro de esa categoría), ganó a Mejor Director de Documental en los Premios del Sindicato de Directores de EEUU, y fue nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Fue además considerada por muchos críticos dentro del top ten de películas de 2008 y en 2010 la revista Empire la incluyó entre las “mejores 100 películas de cine del mundo”. Fue también un antes y un después en la carrera del realizador, que luego de ella realizó en 2014 The Congress, un film de ciencia ficción parcialmente animado, coproducido con varios países europeos y protagonizado por Robin Wright.