Estreno en España: 28 Septiembre 2007
Puntuación:
Sinopsis
Basada en la historia de Clifford Irving, “La gran estafa” es la aventura de un hombre desesperado que convence a una de las editoriales más prestigiosas del mundo de que es la única persona autorizada para escribir la biografía oficial de Howard Hughes. Lo que comienza siendo la única salida para un escritor al que apenas le quedan diez centavos en el bolsillo, se acaba convirtiendo en un escándalo que salpica incluso a la Casa Blanca. La avaricia y la sed de triunfo convierten la aventura de Clifford en la historia de un hombre que, por un momento, pudo sentir cómo el mundo se rendía a sus pies, pero pagó un precio muy alto por ello.
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
Para aquellos que recuerdan la última obra maestra de Orson Welles, F for fake, recordarán el espíritu excéntrico de Clifford Irving, a quien se lo presentaba como biógrafo y admirador del falsificador de obras de arte Elmyr de Hory, y a su vez como el creador de la polémica autobiografía falsa del multimillonario Howard Hughes. Es decir, la aparición de Irving en este fascinante documental de montaje respondía a quitar del centro de la trama al carismático Elmyr, y mostrar que cualquiera puede hacer de lo falso un negocio maravilloso, incluido el propio Welles, en el mejor alegato que se ha hecho sobre el artificio del cine. La historia de La gran estafa, recorre el camino de un escritor obsesionado con poder publicar algo exitoso que le otorgue cierta estabilidad económica. En definitiva, el camino que recorre es la búsqueda y el fracaso del sueño americano, enmarcado en una historia donde la prensa, las editoriales y la política intervienen, cual bomba de tiempo, para boicotear los deseos de Irving de publicar su estafa escrita. La película podría haberse quedado en la trivial historia de cómo un escritor inventa una relación con el hombre más extravagante y misterioso de la Norteamérica del Siglo XX, y sin embargo, decide aportar una mirada para nada ingenua, aportándole un papel protagónico a la situación política de Estados Unidos en los setenta, con un Nixon envuelto en escándalos de proporciones mayúsculas, apareciendo en varios fragmentos televisivos, entre ellos uno en el que promueve a George Bush (padre). La deliberada elección de este fragmento, muestra la vigencia que aún tienen los hechos que la película narra como elementos secundarios, conformando un sólido contexto de paranoia. Richard Gere encarna a la perfección a un seductor Irving, incapaz de decir la verdad, con esporádicos remordimientos de conciencia, diseñando una sofisticada puesta en escena para volver creíble la supuesta autobiografía de Hughes, e involucrándose en un problema atrás del otro, gracias a su torpe amigo Dick (un muy gracioso Alfred Molina), y a la cadena de mentiras que crece cual bola de nieve y se convierte en un escándalo nacional. En determinado momento, la trama se bifurca, y cuánto más se acerca Irving al misterio de Hughes, más confusa se vuelve la división entre realidad y fantasía, o entre realidad y mito, en una vuelta de tuerca que recuerda a la muy buena ópera prima de George Clooney, Confesiones de una mente peligrosa. Los polémicos sucesos que rodearon la escritura y publicación de esta biografía apócrifa, merecían una película como esta, entretenida en todo momento, con muy buenas actuaciones, y un discurso ingenioso y maduro, que no escapa a las consideraciones políticas, incluyéndolas en la historia cual si fuera una película de Oliver Stone. Comedia, drama, suspenso, thriller político, todo ello rodeando a un personaje fascinante e inabarcable, con un sólido elenco y un estupendo Richard Gere, en uno de sus mejores papeles. Una estafa ingeniosa, plagada de vueltas de tuerca, y para disfrutar a lo grande.
Dirección: Lasse Hallström.
País: USA.
Año: 2006.
Duración: 116 min.
Género: Comedia dramática.
Interpretación: Richard Gere (Clifford Irving), Alfred Molina (Dick Suskind), Hope Davis (Andrea Tate), Marcia Gay Harden (Edith Irving), Stanley Tucci (Shelton Fisher), Julie Delpy (Nina Van Pallandt).
Guión: William Wheeler; basado en la novela de Clifford Irving.
Producción: Mark Gordon, Leslie Holleran, Joshua D. Maurer, Betsy Beers y Bob Yari.
Música: Carter Burwell.
Fotografía: Oliver Stapleton.
Montaje: Andrew Mondshein.
Diseño de producción: Mark Ricker.
Vestuario: David Robinson.
Estreno en USA: 20 Abril 2007.
Biofilmografía de Lasse Hallström
Lasse Hallström, tras rodar los habituales primerizos cortometrajes, comenzó realizando telefilmes en su país natal a mediados de los años 70 antes de iniciarse en el cine con una película titulada “En Kille Och En Tjej” (1975), la cual estaba co-escrita con su habitual colaborador, el también actor Brasse Brännströmm. Dos años después dirigió un documental sobre la gira australiana del famoso grupo ABBA en “ABBA: The Movie” (1977). Su revelación internacional se produjo con “Mi vida con un perro” (1985), comedia dramática sueca que le valió una nominación como mejor director y otra como mejor guionista. El aspecto reflexivo-sentimental mostrado en el tratamiento a los personajes y a una historia con vinculaciones familiares y afectivas son claves en este título y en otros posteriores de su carrera, usualmente de raíces literarias y presentados en diferentes géneros, que van de la comedia romántica al melodrama o al drama familiar. Entre ellos “Querido intruso” (1991), su debut en Hollywood, “¿A quién ama Gilbert Grapé?” (1995), con Johnny Depp y Leonardo DiCaprio, “Las normas de la casa de la sidra” (1999), película basada en una novela de John Irving por la que volvió a ser candidato a la estatuilla, “Chocolat” (2000), versión cinematográfica del libro de Joanne Harris, o “Una vida por delante” (2005), drama con Robert Redford, Jennifer Lopez y Morgan Freeman. En 1994 se casó con la actriz Lena Olin, quien aparece en varias de sus películas, entre ellas “Chocolat” (2000) o “Casanova” (2005). Previamente había estado casado con Malou Hallström.
Filmografía
La gran estafa (2007)
Casanova (2006)
Una vida por delante (2005)
Atando cabos (2002)
Chocolat (2000)
Las normas de la casa de la sidra (1999)
Algo de qué hablar (1995)
¿A quién ama Gilbert Grape? (1993)
Querido intruso (1991)
Mi vida como un perro (1985)
CÓMO SE HIZO “LA GRAN ESTAFA (THE HOAX)”
1. El proyecto
Desde libros inventados a noticias falseadas, las patrañas en los medios de comunicación se han convertido en algo rutinario en la cultura americana moderna – al fin y al cabo se trata de una de las formas más rápidas e irresistibles de conseguir fama, fortuna y admiración en un mundo que siempre quiere otra buena historia, a veces a cualquier precio. Pero probablemente el origen de la era de constantes escándalos que se viven en estos tiempos tuvo su comienzo con el espectacular timo de la historia de Clifford Irving/Howard Hughes a principios de la década de los setenta. La verdadera historia de Clifford Irving era tan escandalosa que cuando el guionista William Wheeler tuvo conocimiento de la misma, pensó que se trataba de una invención – a partir de ahí las cosas no hicieron más que complicarse. Lasse Hallström decidió llevar a la ficción esta leyenda real construida a partir de una sarta de engaños y mentiras. “Cuando los productores Josh Maurer y Mark Gordon me hablaron por primera vez del concepto de La gran estafa, pensé que era una historia demasiado absurda para ser creíble. Cuando además me dijeron que se basaba en hechos reales, hizo que me pareciera aún más increíble,” recuerda Wheeler. Los hechos fundamentales de la historia son los siguientes: En 1971, McGraw-Hill anunciaba haber adquirido los derechos de publicación de las memorias de Howard Hughes, por la entonces formidable cifra de casi un millón de dólares. Sin duda hubiera sido la publicación del siglo. En aquel momento Hughes era el hombre más poderoso del mundo, a pesar de su secretismo que no hacía más que acentuar la avidez del público por saber más sobre este icono y sobre su vida personal, tan misteriosa y atractiva. El hecho de que el pretendido autor no fuera uno de los principales periodistas del país, sino un escritor sin fama, llamado Clifford Irving, despertó ciertas sospechas. De hecho, Irving ya había escrito con anterioridad un libro denominado FAKE!, en el que se recogía la historia del falsificador de piezas artísticas Elmyr de Hory, lo que sin duda podía haber levantado más sospechas.
En vez de eso, la editorial McGraw-Hill aseguraba estar satisfecha con que Irving no sólo había obtenido la bendición de Hughes, sino que había conseguido realizar una serie de entrevistas íntimas a un hombre que no dejaba que nadie se le acercara. Después de todo, Irving fue capaz de aportar documentos que incluso pasaron la prueba de los supuestos expertos en caligrafía de la editorial. Justo cuando las primeras copias de la biografía de Howard Hughes estaban a punto de llegar a las estanterías, Hughes hizo su primer anuncio público en más de una década – por medio de una extraña conferencia telefónica de prensa desde las Bahamas – para desmentir la historia y descubrir a Clifford y a su libro como un fraude gigantesco.
Resultó que Irving se lo había inventado todo – parte fue cosecha de su propia imaginación y parte salió de un manuscrito inédito robado a Noah Deitrich, antigua mano derecha del magnate. El conjunto estaba adornado con hechos históricos precisos derivados de investigaciones legítimas llevadas a cabo por Irving y su colaborador, Suskind. En realidad, Irving jamás había cruzado palabra con Hughes. Finalmente, Irving sería nombrado Timador del Año por la revista Time y pasaría más de dos años en la cárcel, al igual que su colaborador e investigador, Suskind, y su mujer, quien se convirtió en su cómplice financiero.
Después de cumplir su condena, Irving escribió unas memorias muy diferentes y más reales – las suyas propias –, narrando el proceso de confección de la falsa biografía con todo detalle, y bautizándolas con el nombre de The Hoax.
El libro de Irving acabó llegando a las manos del productor Josh Maurer, que se sintió atraído no solamente por la historia de uno de los más escandalosos engaños de nuestro tiempo, sino también por el propio Irving visto como un personaje cinematográfico divertido, impredecible e irreverente. Maurer vio que este personaje podía convertirse en un estupendo protagonista, un hombre con tanto talento para el engaño, que acabó creyéndose sus propias fábulas. Por otra parte, la historia señalaba un camino interesante a una época de la historia americana en la que la confianza personal y la nacional fueron traicionadas por la corrupción política y unos hábitos de vida cambiantes.
“Me encantaban todos los elementos de la historia – la conexión con Howard Hughes, la forma en que el escándalo afectó a la industria editorial – pero sobre todo fueron los personajes los que me engancharon,” explica Maurer. “Realmente le cogí mucho aprecio a Clifford Irving. Era un hombre con mucho carisma que se encontró en medio de su particular crisis de los cuarenta. Veía que su juventud había pasado y usó su imaginación para encontrar una forma de parar ese proceso – sólo que no fue capaz de prever las ramificaciones de lo que hacía para con él, su esposa o su mejor amigo. Dado que su repercusión como escritor no le aportó el éxito esperado, Clifford tejió la historia de la autobiografía de Howard Hughes, convirtiéndose de hecho él mismo en el centro de la historia – una historia que acabó siendo realmente la creación más relevante de su autor”.
Maurer apreció enseguida que la argucia de Irving ofrecía un material rico para el guionista adecuado. “Por un lado, la historia es verdaderamente divertida, es una gran comedia negra, pero, por otro lado, tiene también los elementos de un thriller de suspense. Se trata sobre todo de explorar la naturaleza de la obsesión – la obsesión por contar historias, por la pasión, por el dinero, por la fama y por el reconocimiento,” explica Maurer. “Existe una dinámica interesante entre la realidad y la ilusión, es otra de las capas de esta historia”.
Maurer le enseñó el proyecto al productor Mark Gordon, que quedó igualmente intrigado con el cóctel de personajes cómicos y con la historia narrada. “Siempre ha habido estafadores y gente interesada en propagar bulos en América, y creo que hay algo en la naturaleza humana que hace que siempre nos fascinen las historias de aquellos que se atreven a engañar a todo el mundo”, dice Gordon.
El productor continúa: ”Clifford Irving fue increíblemente audaz. Cada cosa que hizo era más osada que la anterior. El hecho de que estuviera dispuesto a llegar a lo que fuera con tal de conseguir su propósito, enredándose más y más en esta trama de engaños, es algo que se presta muy bien a la ficción, aunque sea real”.
Los productores Maurer, Gordon y Betsy Beers contactaron con el guionista William Wheeler, quien – después de asimilar la sorpresa de que la historia de Clifford Irving estuviera basada en hechos reales – no podía esperar para explorar la historia en más detalle. Habiendo sido previamente él mismo un televendedor (su primera película, Estafadores, nos mostraba a Vince Vaughn como un televendedor con pocos escrúpulos), entendió perfectamente la esquiva naturaleza del estafador sofisticado. Wheeler y Maurer comenzaron una exhaustiva investigación de las muchas capas de la historia, desde la existencia en el exilio de Howard Hughes, a la comprobación de los supuestos lazos entre Howard Hughes, Clifford Irving, y otro personaje histórico conocido por sus desafortunados engaños: Richard Nixon. Después el equipo llevó el proyecto a Bob Yari. Juntos decidieron producir la película de forma independiente a través de la asociación de Gordon con la productora Stratus Film Company.
Lo mejor de todo fue que el guionista tuvo la oportunidad de conocer al Clifford Irving real, cuya esquiva psicología fue sin duda del mayor interés para Wheeler. “Era muy abierto, cálido y totalmente insondable,” confiesa Wheeler. “Es un manipulador nato, y lo digo yo, que también lo soy un poco”.
Wheeler le hizo a Irving la pregunta clave, pero no se creyó necesariamente su respuesta. “Le pregunté, ‘¿por qué lo hiciste?”’ recuerda Wheeler. “Y Clifford dijo, ‘Era mi propio Everest. Lo hice porque estaba ahí.’ Pero creo que ésa es una respuesta fácil. Creo que en realidad se trataba de un hombre de mediana edad que buscaba un sentimiento de logro, de realización, y creo que este montaje fue su forma de expresarlo,” dice Wheeler.
No obstante, al guionista le venció el inasequible espíritu irreverente de Irving. “Lo que más me fascinaba de Clifford como personaje de cine es que, cada vez que se mete en problemas, él dobla la apuesta – lo cual despista incluso al más escéptico. Eso me resultaba muy interesante,” dice. “Era una oportunidad de excavar los diferentes estratos de este tipo de estafas y averiguar qué sucede y porqué la gente lo hace”.
Sin embargo, Wheeler no quería quedarse en mero espectador de los hechos, e inventó algunas cosas de cosecha propia al escribir el guión. (Véase LA GRAN ESTAFA: FICCIÓN Y REALIDAD más adelante). El guionista nos comenta: “No creo que se le pueda hacer justicia a esta historia sin un poco de maldad. Cada uno de nosotros añadió algunos toques creativos a la narración – desde Howard Hughes o Clifford Irving, hasta yo mismo, Lasse Hallström o Richard Gere”.
Pero lo que siempre permaneció real para Wheeler fue la percepción de Clifford Irving como ser humano, especialmente en lo tocante a su amistad con su fiel, aunque depresivo, coautor y cómplice del fraude Dick Suskind. Su relación se convierte en una dependencia cada vez más estrecha conforme la red de engaños se va haciendo más y más compleja – y es el motor que impulsa la historia de Wheeler.
“Creo que el público realmente podrá entender cómo esta trola increíble une a estos dos amigos,” dice. “Su amistad es la base de esta historia”.
Los productores de la película respaldaron sin ambajes la aproximación de Wheeler a esta historia tan compleja – después de todo, ¿de qué otra forma es posible acercarse a las verdaderas razones por las que un hombre lo arriesgaría todo en semejante montaje, y por qué todo el mundo a su alrededor le creería? Josh Maurer lo resume así: “Estos dos amigos viven una experiencia increíble, y creo que para el público será también una nueva experiencia”.
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