Estreno en España: 16 Noviembre 2007
Puntuación:
Sinopsis
En una cafetería de una comunidad estrechamente unida de Oregon, el profesor local y escritor Harry Stevenson (Morgan Freeman) percibe cómo el amor causa problemas entre los residentes del pueblo. Entre jóvenes, entre viejos, entre parientes, entre amantes, entre los humanos e incluso entre los animales, Harry contempla sobrecogido cómo el amor mistifica, ata, devasta, inspira, pide sin razón y modela la vida de todos los que le rodean, incluido él mismo. Desde el romántico propietario de la cafetería, Bradley (Greg Kinnear), que tiene la costumbre de buscar el amor en los lugares equivocados, incluyendo su mujer Kathyrn (Selma Blair); hasta la nerviosa agente inmobiliaria Diana (Radha Mitchell), que es sorprendida manteniendo una relación con un hombre casado, con quien comparte una conexión inexplicable; pasando por la bella recién llegada Chloe (Alexa Davalos), quien desafía al destino iniciando un romance con el problemático Oscar (Toby Hemingway); y pasando también por el mismo Harry, cuya adorable esposa intenta romper su muro de pena después de la muerte de un ser querido.
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
Robert Benton, director de dramas como la oscarizada Kramer contra Kramer, realiza aquí una película basada en una novela titulada “Feast of love”, literalmente “Festín de amor” (debería ser “Festín sobre el amor”), es decir, una película coral sobre el amor en todas sus facetas. Si tomamos esto como una premisa directa de la película, podemos pensar, a priori, que peca de excesivamente ambiciosa. Si la tomamos, en cambio, como una serie de historias sencillas entrecruzadas y narradas con mucha sensibilidad, encontramos su esencia. De todos modos, la sensación que da El juego del amor, es la de ser una película que condensa (o aprieta) en su hora y media de duración, una serie de cuestiones bastante más complejas como el destino, las drogas, la infidelidad, etcétera. Todo eso bajo la mirada de Harry, un viejo que está de vuelta de todo, que todo el tiempo da consejos, que guarda algunas amarguras del pasado, y que sabe que algunos jóvenes “no saben lo que les espera”. Todo ello desde la mesa del café que frecuenta. El papel de Harry, a cargo de Morgan Freeman, no es el más rico e interesante. Lo es, sí, el de Grez Kinnear, a pesar de su estupidez, y de no saber jamás como amar sin golpearse la cabeza contra la pared. El tono aleccionador, forzado por muchos diálogos notoriamente arbitrarios, puestos allí porque el mensaje parece ser más fuerte que la trama, termina afectando la sutil construcción de los personajes. Algunos elementos previsibles y hasta repetidos (en un momento se escucha uno de los temas musicales que sonaba en el film Once, en aquel tenía peso dramático, en este sirve para decorar una breve escena de sexo), son también de la partida. En líneas generales, si uno logra ingresar al “festín de amor” que propone esta película, sin que le moleste su tono grave y hasta trágico, y la necesidad de los personajes de bajar todo a palabras, se encontrará con un bonito film, de simples y exquisitos personajes, cuyo mayor pecado parece ser el de intentar desarrollar una gran cantidad de conceptos y elementos, en un tiempo demasiado corto para este film.
Dirección: Robert Benton.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 102 min.
Género: Drama.
Elenco: Morgan Freeman (Harry Stevenson), Greg Kinnear (Bradley Thomas), Radha Mitchell (Diana), Alexa Davalos (Chloe), Fred Ward (Bat), Billy Burke (David), Selma Blair (Kathryn), Toby Hemingway (Oscar), Jane Alexander.
Guión: Allison Burnett; basado en la novela de Charles Baxter.
Producción: Tom Rosenberg, Gary Lucchesi y Richard S. Wright.
Música: Stephen Trask.
Fotografía: Kramer Morgenthau.
Montaje: Andrew Mondshein.
Diseño de producción: Missy Stewart.
Vestuario: Renée Ehrlich Kalfus.
Biofilmografía de Robert Benton
Nació el 29 de septiembre en Waxahachie, Texas. Estudió en la Universidad de Texas.
Empezó a escribir guiones junto a su colega David Newman mientras colaboraba como editor en la revista ESQUIRE. El éxito le llegó en Kramer contra Kramer que además de guionista también fue el director. Ganó sus dos primeros Oscars por el guión y la dirección de este film, que mereció también el Oscar a la mejor película, al mejor actor (Dustin Hoffman) y a la mejor actriz de reparto (Meryl Streep), además de ser nominada en otras cuatro categorías. Su tercer Oscar lo ganó por En un lugar del corazón, que fue nominada en otras seis categorías, ganando Sally Field en la de mejor actriz. Benton ha sido nominado también por los guiones de otras dos películas dirigidas por él, El gato conoce al asesino y Ni un pelo de tonto.
Filmografía como director
* Feast of Love (2007)
* The Human Stain (2003)
* Twilight (1998)
* Nobody’s Fool (1994)
* Billy Bathgate (1991)
* Nadine (1987)
* Places in the Heart (1984)
* Still of the Night (1982)
* Kramer vs. Kramer (1979)
* The Late Show (1977)
* Bad Company (1972)
CÓMO SE HIZO “EL JUEGO DEL AMOR”
1. El proyecto
No es la primera vez que el director Robert Benton (que expone la sorprendente variedad de formas del amor en EL JUEGO DEL AMOR) describe la maliciosa maquinaria interna del corazón, aunque no lo había hecho con una historia tan desvergonzadamente apasionada y mágica. Benton empezó su carrera en Hollywood coescribiendo un clásico de los 60, la romántica historia de un atraco a un banco, “Bonnie and Clyde”, que le valió un Oscar a pesar de ser su ópera prima y que influyó en innumerables historias de amor posteriores. Obtuvo otro Oscar una década después por la dirección de la comedia de referencia acerca del divorcio, “Kramer contra Kramer” (por la que también recibió una nominación al Mejor Guión Adaptado), que transitaba por el traicionero territorio de lo que sucede cuando se acaba el amor. Ganó un tercer Oscar por el Guión Original de “En un lugar del corazón”, donde exploraba las complejidades del amor familiar. La cinta le supuso también una nominación al Oscar como Mejor Director. Dada la fascinación que Benton ha demostrado durante toda su carrera por los diferentes tipos de amor y por sus consecuencias, pocos directores parecían más adecuados parar abordar la aclamada novela de Charles Baxter sobre la asombrosa totalidad de las formas que adopta el amor. En su novela, el oscarizado Baxter escribió una especie de “El sueño de una noche de verano” adaptada a un barrio de una ciudad actual, siguiendo los caminos cruzados del amor verdadero y la romántica locura que impulsan y unen una comunidad que se cierra al exterior. El libro estaba repleto de jóvenes amantes que encuentran la seguridad en su relación, amantes inesperados que se derrumban en los brazos del otro, amantes ilícitos jugando con fuego, padres buscando consuelo por la pérdida de sus hijos, niños perdidos buscando amor paternal y, sobre todo, por cómo sigue siendo posible a pesar de todo que nuestras problemáticas y agonizantes medias naranjas puedan vernos todavía con tanta gracia y belleza. El resultado fue una historia que no sólo era divertida y sensual, sino que también dio a los lectores un rico sentido de las interconexiones humanas que nos unen a todos.
Mientras trabajaba en The New York Times, Jacqueline Carey escribió: “Charles Baxter nos enseña la generosidad de espíritu que se necesita para lidiar diariamente con las personas”.
Entre los muchos admiradores del libro se encuentran los renombrados productores Tom Rosenberg y Gary Lucchesi, de Lakeshore Entertainment. Rosenberg y Lucchesi han tenido durante largo tiempo una afición por emparejar elogiadas obras literarias con grandes directores de cine. Recientemente han recibido un Oscar por la película “Million Dollar Baby”, dirigida por Clint Eastwood y basada en un relato de F.X. Toole.
A Rosenberg le apasionó la resuelta manera que tuvo Baxter de abordar quizá el más complejo, enigmático y vital de los asuntos humanos. “EL JUEGO DEL AMOR trata de la vida”, dice. “En la novela, creo que Charles Baxter sugiere básicamente que la experiencia con mayor sentido de la vida es el amor, y que tienes que buscarlo y permanecer fiel a él, sin importar lo que pase. Ésa era la poderosa idea que indujo a producir la película”.
Para Lucchesi, la base del filme fue muy personal desde el principio. “El juego del amor aborda el viaje que es la vida, y cómo vida y amor caminan juntos. Tengo 51 años. He estado casado durante 28. No sé cómo se puede vivir sin satisfacer tu lado emocional. Puedo decir que sentarme en mi cocina a tomar una taza de café con mi mujer, un sábado, es un placer para mi corazón, y eso es lo que es tan bonito de EL JUEGO DEL AMOR: habla de los momentos emocionales que nos hacen seguir adelante”, confiesa el productor.
Lucchesi también se interesó por la profunda universalidad de la historia, por cómo describe tantos tipos diferentes de relaciones: amigos, amantes, largos matrimonios o relaciones familiares. “Siempre resulta fascinante ver cómo el amor y las relaciones personales evolucionan a lo largo de los años, y en este largometraje nos encontramos con relaciones de tres generaciones distintas y con muchos tipos diferentes de relaciones, lo cual hace que todo el mundo se pueda identificar con la película”, afirma.
Rosenberg y Lucchesi se enamoraron de la novela EL JUEGO DEL AMOR de tal manera que supieron que la adaptación del libro a la pantalla sería un proceso difícil y delicado. Para empezar, la novela de Baxter contiene muchos personajes, y todos tienen su propia y distintiva historia que contar.
Como eje vertebrador de la fábula tenemos a Harry Stevenson, el afligido profesor de filosofía cuya profunda visión de la gente que le rodea no siempre se extiende hasta su propia persona. Harry observa como su amigo Bradley Smith, más joven que él, se encuentra atrapado en una montaña rusa de repetidos y ciegos arrebatos sentimentales seguidos del rechazo. Cuando su mujer, Kathryn, le deja por otra mujer, Bradley inicia por despecho una relación con Diana, supuestamente una anti-romántica agente inmobiliaria que no consigue dejar sus escarceos con David, un hombre casado. Mientras tanto, para Chloe y Oscar, la joven pareja que trabaja en la cafetería de Bradley, el amor es vivir la intensa pasión del momento; pero sus esperanzas de futuro se truncan por la amenaza del violento y maltratador padre de Oscar, Bat, y sus planes se ven eclipsados por una oscura predicción de una médium.
En su novela, Baxter se incorpora a sí mismo como personaje para entretejer la vida de todas estas personas en un tapiz radiante de color, entendimiento y muy afilado ingenio. Pero, cuando el guionista Allison Burnett entró en el proyecto, tuvo que encontrar la manera de llegar literalmente al corazón de la novela de Baxter, explicando la historia de una manera cinematográfica, no literaria. Finalmente encontró la manera de fusionar a Baxter y a Harry Stevenson en una misma persona, un único narrador que interconecta las trayectorias de los diferentes personajes como un testigo de la compleja telaraña que ellos mismos tejen. “Ésa fue una idea muy acertada”, comenta Lucchesi.
El guión de Burnett para EL JUEGO DEL AMOR también imbuyó la línea argumental de una fresca inmediatez al transportar la historia al presente, en lugar de mantenerla en pasado. Rosenberg explica: “En el libro, la historia está explicada en forma de flashback, y queríamos que en la película se explicara de manera más dinámica”.
Quizá el mayor cambio llegó cuando decidimos añadir la trágica muerte de Aaron, el hijo de Harry y Esther, que en el libro seguía vivo pero al filo del abismo por culpa de las drogas. “Eso provocó un cambio importante en la historia, añadiendo el trasfondo de la pérdida al argumento del amor”, dice Lucchesi.
A medida que el guión se construía en forma de una historia compleja, llena de matices, Rosenberg y Lucchesi empezaron a estudiar qué director sería capaz de entrelazar las diferentes historias de EL JUEGO DEL AMOR, dejando que el relato fuera tan angustioso, divertido y tierno como el mismo amor puede serlo en diferentes momentos. Los dos creyeron que el director ideal para el proyecto era Robert Benton, con quien ya habían trabajado en la adaptación cinematográfica de la novela de Philp Roth “La mancha humana”, con Anthony Hopkins y Nicole Kidman en el reparto.
“En primer lugar, Benton conocía el libro y le encantaba. También sabíamos que él siempre crea un mundo donde los actores se sienten muy cómodos, una circunstancia que era muy importante para esta película. Él es creativamente muy generoso en eso. De hecho, Tom y yo estábamos buscando un proyecto para Benton, así que cuando el guión de EL JUEGO DEL AMOR estuvo listo, se lo enviamos a él. Dijo sí inmediatamente”, recuerda Lucchesi.
Para los productores, escoger a Robert Benton para tomar el mando de la película fue también acertado, dada la naturaleza concreta de este proyecto. “Habíamos desarrollado no sólo respeto sino también una profunda amistad con Benton. Es fantástico con los actores, es muy fácil trabajar con él, es muy colaborador y sabíamos que disfrutaríamos de esta experiencia juntos”, añade Rosenberg.
Resulta que Robert Benton ya se había sentido seducido por la novela de Baxter. “Leí el libro enseguida que apareció y me enamoré de él”, admite el director. “Intenté conseguir sus derechos, pero no pude, y la idea de adaptarlo al cine me persiguió durante cuatro años. Finalmente, por suerte, gracias a Tom Rosenberg y Gary Lucchesi, la historia volvió a mí. Me sentí extremadamente dichoso por tener la oportunidad de adaptarlo”.
La atracción de Benton por la novela se debió a la amplitud de su alcance, que cubre cada elemento de la belleza, del humor y de la tragedia del amor. “El libro me entusiasmó porque todo su paisaje no se queda sólo en el amor y punto, sino que pasa por la enorme cantidad de variedades de amor existentes –algunas negativas, otras positivas: el amor familiar, el amor explosivo, el amor trágico, el amor abierto por completo… Charles Baxter escribió una novela sublime, pero además me pareció que era muy cinematográfica, y eso no es nada habitual”, dice Benton. “El amor en toda su complejidad y su inagotable capacidad de regeneración es siempre para mí un extraordinario tema para una película”.
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