Publicado originalmente en “¿Crítico, yo?”
Apunte 1 – Películas que me quedaron sin ver:
Más allá de todas las que me hubiera gustado ver, hay dos que lamento muchísimo no haber podido ver, a saber:
1) WILL EISNER: PORTRAIT OF A SEQUENTIAL ARTIST: Siendo un fanático de los comics, la figura de Eisner me interesa desde el 2006, año en el que conocí el nombre del creador de la novela gráfica y de The Spirit. Por complicaciones laborales no pude acercarme el viernes 11 al Cenctro Cultural Recoleta para verla, y tampoco pude ir a las proyecciones siguientes.
2) INTIMIDADES DE SHAKESPEARE Y VICTOR HUGO: Por desconocimiento, siempre termino perdiéndome las revelaciones del festival. Esta vez, tenía comprada la entrada anticipada, pero no pude llegar a la función. Fue la única película que no pude ir a ver de las que tenía la entrada, y es la que más lamento no haber podido ir. Imagínense la decepción que significa ver al día siguiente en Sin aliento, el diario del BAFICI, que esta película se posicionaba primera en el voto del público en su primera función, y yo me la tuve que perder. Vi yo, de Rafa Cortes, otra de las mayores revelaciones del festival, pero el único consuelo verdadero llegará cuando pueda ver la ópera prima de Yulene Olaizola, que finalmente se alzó con el premio a Mejor Película de la competencia internacional.
Apunte 2 – Reflexiones y otras yerbas:
1) Lo mejor a mi gusto, más allá de las películas, fue asistir al diálogo con los directores. En la mayoría de las proyecciones que fui, se encontraban los directores de las respectivas películas. Los más interesantes: Carlos Reygadas, Rafa Cortes y Enrique Piñeyro.
2) Los cortos de celebración del 10º BAFICI. De los que vi, los más interesantes y/o bellos son los de Lorena Muñoz y Ariel Rotter.
3) ¿Qué pasó con los graciosos y polémicos spots del año pasado? Se ve que la gestión Macri apuntó a algo más austero, se cambió el logo del festival (a mí este nuevo y más clásico me terminó gustando, particularmente en el armado del stand central del Hoyts), y atrás quedaron los gestitos cancheros de promoción.
4) ¿Y los cortos? Me quedo con la opinión del amigo Maro, ya que, como es habitual en mí, no asisto a las proyecciones de los cortos seleccionados. El año pasado me dio bronca no poder ir, porque me perdí La guerra, el corto del amigo Rodrigo Sanchez Mariño. Esta vez no me interesó ir, aunque desde acá felicitamos a Alejo Franzetti por su premio en la Selección Oficial de Cortometrajes.
5) ¿Y las películas FUC? La única que vi fue S.O.S. Ex, que más allá de estar coproducida por la FUC, no es una de las más representativas de la producción FUC exhibida en este BAFICI. Sí lo son Cómo estar muerto/Como estar muerto de Manuel Ferrari (que algún día la veré), e Historias extraordinarias de Mariano Llinas (la cual, debo admitirlo, desestimé verla por su extensísima duración, pero también algún día espero verla). El año pasado en el marco del BAFICI vi El hombre robado, de Matías Piñeyro, y me pareció una propuesta muy interesante. Pero el año pasado privilegié ver cine argentino, este año mi selección apuntó a lo contrario, salvo contadas excepciones.
6) Alguien por ahí dijo: “En 7 de cada 10 proyecciones, un (ex o actual) alumno FUC se encontrará con otro (ex o actual) alumno FUC”. La profecía se cumple a rajatabla. Las tres proyecciones restantes se reparten entre los alumnos FUC que no se llegan a encontrar por la cantidad de espectadores en la sala, y los que pertenecen a otras camadas y no se conocen, o bien no se saludan. Es un hecho.
Conclusiones:
Detesto a aquellos que se atreven a decir “Este BAFICI fue mejor (o peor) que el del año pasado”. Para eso tenés que haber visto la programación completa, o tener un conocimiento preciso de toda la programación, elemento que, creo, solo pueden adjudicarse sus programadores. No se si fue mejor o peor BAFICI que las anteriores ediciones, sí se que fue “mi” mejor BAFICI. No tanto por el nivel de lo visto, sino porque es el primer BAFICI al que me toca asistir desde mi trabajo de crítico. Al no estar cursando, y al estar cumpliendo un trabajo que me “obliga” (en realidad, me estimula) a ver determinadas películas coincidentes con los estrenos en España, fue mi mejor asistencia al BAFICI hasta la fecha. Algunas de las películas de la programación, como It’s a free world de Ken Loach, oBefore the devil knows you’re dead de Sidney Lumey, ya las había visto antes para Cine.com. Otras, las vi en el momento para hacer las respectivas críticas. Sin embargo, haciendo una consideración general sobre mi labor como espectador, este año acerté eligiendo un poco de todo, algunas películas pertenecientes a focos de determinados cineastas (Wakamatsu, por ejemplo), otras a secciones entroncadas dentro de lo denominado Panorama, que incluyen secciones paralelas como Democracias, Música, Personas y personajes, etc, y también vi varias pertenecientes a las selecciones oficiales (nacional e internacional). Y sí, vi 13 películas, una de las cuales, Shine a light, la vi fuera del BAFICI pero estuvo en la programación. Es decir, fue por lejos mi mejor BAFICI, el más concurrido y el más productivo.