Crítica CELDA 211

Estreno en España: 6 Noviembre 2009

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Sinopsis

Juan, funcionario de prisiones, se presenta en su nuevo destino un día antes de su incorporación oficial. Allí, sufre un accidente minutos antes de que se desencadene un motín en el sector de los FIES, los presos más temidos y peligrosos. Sus compañeros no pueden más que velar por sus propias vidas y abandonan a su suerte el cuerpo desmayado de Juan en la celda 211. Al despertar, Juan comprende la situación y se hará pasar por un preso más ante los amotinados.

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Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky

El cine español demuestra una vez más que el modelo americano le está sentando bastante bien. Si bien en los últimos años este modelo se expresó claramente a través del terror, con films sumamente exitosos, incluso dentro del mercado americano (el caso de REC es el más llamativo), o de la comedia, género constantemente transitado en España, especialmente desde los noventa hasta hoy, con grandes nombres como Álex de la Iglesia, Santiago Segura o Javier Fesser, Celda 211 es fiel exponente de un género, el drama carcelario, que no posee antecedentes muy celebrados en el cine de su país.

Lo más destacado de la propuesta de Daniel Monzón, adaptación de la novela de Francisco Pérez Gandul que toma con absoluta fidelidad la mayoría de los tópicos americanos del género, es el tono genuino del relato, que hace que ninguno de sus tópicos se resienta, quedando como meras copias del modelo estadounidense. Para ello, Celda 211 se ampara en la descripción de un motín en una cárcel, donde los reclusos que protagonizan este hecho toman de rehenes a prisioneros etarras. Esto, que podría haber inclinado el drama hacia vertientes netamente políticas, en realidad utiliza este aspecto como la sólida base que sustenta las luchas internas dentro de la cárcel, y que explica las dimensiones que cobra el motín, ya que al tomar de rehenes a miembros de la ETA, se aseguran una respuesta mediática por parte de la organización, que obliga a los funcionarios a escuchar las demandas de los reclusos.

La presión sobre los etarras es concretamente una trama secundaria que potencia el dramatismo del relato. La trama principal la lidera el personaje de Juan, un funcionario de prisiones que, un día antes de su incorporación, queda accidentalmente atrapado en medio del motín, y apostando a su supervivencia, se hace pasar por un recluso. Esta confusión es aprovechada por Juan para actuar de modo tal de hacer que Malamadre, el peligroso líder del motín, lo adopte como su ladero, y así poder tener la información necesaria para ejercer como infiltrado dentro del motín. Como todo drama carcelario, lo que queda claro durante toda la película es que los presos, pese a su evidente bestialidad, sostienen una serie de férreos códigos entre ellos, que los vuelven más decentes que los civilizados funcionarios, capaces de entregar a cualquier compañero para salvar sus pellejos.

De un lado y del otro de las rejas se encuentran dos seres con tantas similitudes como diferencias. Malamadre, interpretado por un brillante Luis Tosar, que logra una composición precisa de su personaje, y Utrilla, un oficial encarnado por Antonio Resines. Ambos son radicalmente violentos en su accionar, pero Malamadre se rige constantemente por su fidelidad y su responsabilidad para con el resto de los reclusos que se amotinan, mientras que Utrilla cruza permanente todo límite en el supuesto cumplimiento del deber, lo que lo convierte en un sujeto mucho más peligroso e inmoral que el propio Malamadre.

Un aspecto que queda claro de la propuesta es la disparidad en las actuaciones. Luis Tosar, en el papel de Malamadre, es el único que sostiene un nivel superlativo durante todo el metraje, mientras que Alberto Ammmann, el verdadero protagonista del drama, no aprovecha la relevancia de su personaje, y sólo hacia el final, una vez que se enfrenta al dilema de quebrar su conducta moderada, muestra un nivel interpretativo similar al de Tosar. Pese a que Juan se encuentra en jaque escena tras escena, su interpretación en gran parte de la película carece de la intensidad que requiere el personaje y las situaciones narradas. En el caso de los roles secundarios, la situación es aún más despareja, con desbordes excesivos en la interpretación de algunos de los reclusos, y con un Antonio Resines, que destaca por contraste con la actuación contenida del resto de los oficiales y funcionarios, pero que hace lo que puede con un personaje que protagoniza las escenas más obvias del film.

La solidez de la trama, uno de los aspectos más destacados de la película, parece ponerse en crisis ante diversas situaciones totalmente gratuitas, pero estas licencias narrativas pueden ser fácilmente justificadas como elementos que ayudan al andamiaje del drama. A fin de cuentas, muchas veces un relato clásico necesita de ciertas licencias para que el relato no pierda fuerza. Y en ese sentido, el clímax presenta una intensidad tal que es capaz de soportar un cúmulo de elementos inexplicables o cuasi ilógicos. Celda 211 es toda una apuesta al cine de género, que funciona de punta a punta como producto de entretenimiento y como un drama potente, capaz de aunar en su relato apuntes políticos, sin que estos cobren un protagonismo desmedido y aportándoles a la historia la identidad necesaria, de modo tal de que Celda 211 pueda ser reconocida como una película de influencia americana, pero netamente española en su concepción.

 

Lo mejor de la película: La potencia del drama carcelario, el empleo inteligente de aspectos políticos y la actuación de Luis Tosar.

Lo peor de la película: Las actuaciones desparejas del resto del elenco, especialmente las falencias de Alberto Ammann, y algunos elementos gratuitos, obvios e innecesarios.

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Dirección: Daniel Monzón.
País:
USA.
Año: 2009.
Duración: 110 min.
Género: Drama, thriller.
Elenco: Luis Tosar (Malamadre), Alberto Ammann (Juan Oliver), Antonio Resines (Utrilla), Marta Etura (Elena), Carlos Bardem (Apache), Manuel Morón (Almansa), Luis Zahera (Releches), Vicente Romero (Tachuela), Fernando Soto (Armando), Manolo Solo (director de la cárcel).
Guión: Jorge Guerricaechevarría y Daniel Monzón; basado en la novela de Francisco Pérez Gandul.
Producción: Emma Lustres, Borja Pena, Juan Gordon y Álvaro Augustin.
Música: Roque Baños.
Fotografía: Carles Gusi.
Montaje: Mapa Pastor.
Diseño de producción: Antón Laguna.
Vestuario: Montse Sancho.

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Biofilmografía de Daniel Monzón

Daniel Monzón (n. 1968) es un director, guionista y actor español.

Nació en Palma de Mallorca en 1968, pronto demostró que su sensibilidad se decantaba hacia el mundo del cine. A la edad de 8 años, ya dibujaba películas en el papel vegetal y las mostraba a sus vecinos de escalera proyectando las imágenes en un arcaico aparato de cine NIC.

Daniel Monzón ha desempeñado una importantísima trayectoria en diferentes medios de comunicación, todos de primera línea. Ha trabajado como periodista y crítico de cine en la revista Fotogramas, los programas de radio Dos horas de nada de Andrés Aberasturi, La radio de Julia de Julia Otero, además de ser el subdirector del programa de Televisión Española Días de cine. En toda esta época, Daniel Monzón se dedicó a absorber una gran cantidad de conocimientos sobre cine.

Su introducción en “el mundo del cine” llegó con Desvío al paraíso, (Shortcut to Paradise, 1994) un thriller del director y productor Gerardo Herrero rodado en inglés y protagonizado por Charles Dance. En este largometraje, Daniel Monzón desempeñó la labor de coguionista.

Debutó como director en 1999 con la película El corazón del guerrero, protagonizada por Fernando Ramallo, Joel Joan y Neus Asensi y en la que Daniel Monzón también se ocupó del guión. A partir de este momento abandonó su trabajo como crítico. Su opera prima obtuvo dos galardones en el Festival de Cine Fantástico de Amsterdam (Países Bajos), el Premio a la Mejor Película Internacional en el Festival de Cine Fant–Asia de Montreal (Canadá) y el Premio a la Mejor Película Fantástica en Fantasporto, certamen cinematográfico de Oporto (Portugal).

En su segundo largometraje El robo más grande jamás contado (2002) optó por la comedia, un género que no le rentó buenos resultados de taquilla ni de crítica. La película estaba protagonizada por Antonio Resines y Neus Asensi.

En 2006 dirigió la película de terror psicológico La caja Kovak, producida por España y Estados Unidos. El thriller, rodado en inglés y protagonizado por Lucía Jiménez y el actor norteamericano Timothy Hutton, cuenta la historia de un escritor norteamericano de novelas de ciencia ficción que es invitado a Palma de Mallorca para dar una conferencia. Allí tienen lugar una serie de suicidios a los que el protagonista intentará dar un sentido. La película obtuvo el Premio del Público en el Festival de Cine Fantástico de Lund (Suecia).

En 2009 ha dirigido la película Celda 211, protagonizada por Luis Tosar, Antonio Resines, Marta Etura y Manuel Morón. El film, basado en una novela homónima de Francisco Pérez Gandul, narra la historia de un joven funcionario de prisiones que tiene que enfrentarse en su primer día de trabajo a un motín carcelario.

 

Filmografía

    * Celda 211 (2009)

    * La caja Kovak (2007)

    * El robo más grande jamás contado (2002)

    * El corazón del guerrero (1999)

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