Crítica “American gangster”

Estreno en España: 28 Diciembre 2007

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Sinopsis

A principios de los setenta, los polis corruptos abundaban en las calles de Nueva York. La guerra de Vietnam hacía estragos en Oriente y en Estados Unidos. Numerosos soldados volvían a casa muertos o adictos a un opiáceo llamado heroína, que compartían con jóvenes deseosos de experimentar cosas nuevas y que se enganchaban a la droga. Con la ayuda de las fuerzas del orden, la mafia funcionaba con casi total impunidad en este mercado libre de competencia. Unos cuantos hombres blancos privilegiados e intocables pagaban cientos de millones de dólares a jueces, abogados y policías de Nueva York para que nadie abriera la boca y esa provechosa relación se mantuviera. Nadie se atrevía con los tentáculos de la Cosa Nostra. Hasta que apareció un hombre de negocios negro llamado Frank Lucas (Denzel Washington). Nadie se fijaba en Frank, el callado ayudante de Bumpy Johnson, uno de los principales jefes de la mafia negra posterior a la guerra de Vietnam. Frank Lucas aprovechó el hueco abierto en la estructura de poder por la repentina muerte de su jefe para construir su propio imperio y crear su versión del “éxito americano”. Richie Roberts (Russell Crowe) es un policía duro, acostumbrado a la calle, que no tarda en darse cuenta de que el control del hampa está cambiando de manos. Cree que alguien se está aupando por encima de las conocidas familias mafiosas y empieza a sospechar que un traficante negro ha salido de la nada para apoderarse de la situación. Tanto Lucas como Roberts se basan en un código ético muy riguroso que les diferencia del resto de sus coetáneos. Son dos figuras solitarias en lados opuestos de la ley, pero el destino de los dos hombres se cruzará a medida que se acerca un enfrentamiento que no sólo cambiará sus vidas, sino que alterará el rumbo de toda una generación de neoyorquinos.

 

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Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky

La mafia siempre genera tela para cortar. No se sabe a esta altura si es la mafia como tema o son los clásicos como la saga El padrino, los que estimulan a continuar indagando este tema.

American gangster podría posicionarse a mitad de camino entre el estilo canónico de El padrino, y los excesos de Scarface. A su vez, podría asumir esta posición en cuanto a su calidad, no busca abordar un extremo ni el otro. Tampoco es lo mejor en la filmografía de Ridley Scott, director con una destreza particular, que ha entregado memorables obras como la primera Alien, Blade Runner o Thelma y Louise. American gangster es, sí, la mejor película que ha realizado en años, luego de varios fracasos y una serie de películas olvidables. Estupendamente interpretada por Russell Crowe y Denzel Washington (ambos ya habían compartido cartel en un film poco interesante, en ese caso el villano lo encarnaba Crowe, y Washington su perseguidor). Como era de esperarse, Denzel Washington luce aquí más convincente que Crowe, en la piel de Frank Lucas, quien pasa de ser la mano derecha de un mafioso siciliano, a obtener crédito y poder propio como narcotraficante, gracias a su inteligencia para los negocios, sus estrategias para permanecer en las sombras y su consecuente cuota de violencia, que sabe precisamente cuándo y dónde estallar.

El personaje del detective Richie Roberts, a cargo de Crowe, no posee la fuerza dramática de Lucas, pero cuenta con aristas particulares que lo vuelven un sujeto interesante, más allá de su función secundaria en el relato.

El guión, a cargo del notable Steven Zaillian (La lista de Schindler, Gangs of New York), expone todos los elementos, sin que algunos de ellos parezcan estar de más. Ridley Scott aporta lo suyo, no enfatiza ni se regodea en las escenas de acción (muchas de ellas no están del todo bien resueltas), y entiende que las virtudes de este film pasan por otro lado, brindando algunas brillantes secuencias, como el duelo actoral final de Crowe y Washington en la cárcel, y sabe sostener la trama en todo su extenso metraje, apegándose a una formidable reconstrucción de la Norteamérica de los setenta. American gangster, con ciertos elementos dispares y otros formidablemente logrados (que probablemente la hagan merecedora de algunos Oscar en la próxima entrega), más que narrar el ascenso y caída de un mafioso, es una asombrosa reflexión sobre el papel de la mafia y la droga (y la corrupta policía) en un país devastado por las trágicas secuelas de una guerra sin sentido, y una política aún más temible que la propia guerra.

 

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Dirección: Ridley Scott.
País:
USA.
Año: 2007.
Duración: 157 min.
Género: Drama.
Elenco: Russell Crowe (Richie Roberts), Denzel Washington (Frank Lucas), Chiwetel Ejiofor (Huey Lucas), Cuba Gooding Jr. (Nicky Barnes), Josh Brolin (detective Trupo), Carla Gugino Laurie Roberts), John Hawkes (Freddie Spearman), Ted Levine (Lou Toback), Armand Assante (Dominic Cattano), Common (Turner Lucas), John Ortiz (Javier Rivera).
Guión: Steven Zaillian.
Producción: Brian Grazer y Ridley Scott.
Música: Marc Streitenfeld.
Fotografía:
Harris Savides.
Montaje: Pietro Scalia.
Diseño de producción: Arthur Max.
Vestuario: Janty Yates.
Estreno en USA: 2 Noviembre 2007.

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Biofilmografía de Ridley Scott

Ridley Scott es un director de cine británico, nacido el 30 de noviembre de 1937. Es hermano del también director de cine Tony.

Ha sido nominado en tres ocasiones a los premios Oscar a la mejor dirección de la Academia de cine estadounidense. En enero de 2003 fue nombrado caballero por la reina Isabel II.

Su estilo eleva la importancia de la experiencia sensorial (visual, sonora) en un filme. El cine de Scott utiliza a la iluminación, fotografía, creación de ambientes y sincronía con la música y el sonido como “actores” adicionales que contribuyen a la experiencia total del espectador. Esta característica puede ser percibida en los comerciales de televisión que Scott ha dirigido (más de 2000).

Sus primeros filmes (especialmente The duelists, Alien, y Blade Runner) proporcionaban al espectador una experiencia más completa donde las escenas eran recordadas no solamente por los actores que intervenían o puntos específicos, sino por el ambiente que en ellas prevalecía.

Ridley Scott fue el primero en utilizar comercialmente la denominación “Director’s Cut” (‘edición del director’) para una obra que el director relanza al público, donde se aprecian diferencias con la forma en que esa obra fue lanzada originalmente para su comercialización.

Filmografía

* LOS DUELISTAS (1977) con Keith Carradine, Harvey Keitel, Albert Finney.

* ALIEN, EL OCTAVO PASAJERO (1979) con Sigourney Weaver, Tom Skerritt, John Hurt.

* BLADE RUNNER (1982) con Harrison Ford, Sean Young, Rutger Hauer.

* LEGEND (1985) con Tom Cruise, Mia Sara, Tim Curry.

* LA SOMBRA DEL TESTIGO (1987) con Tom Berenger, Mimi Rogers, Lorraine Bracco.

* BLACK RAIN (1989) con Michael Douglas, Andy Garcia y Kate Capshaw.

* THELMA Y LOUISE (1991) con Susan Sarandon, Geena Davis, Brad Pitt.

* 1492: LA CONQUISTA DEL PARAÍSO (1992) con Gérard Depardieu, Sigourney Weaver, Armand Assante.

* LA TORMENTA BLANCA (1996) con Jeff Bridges, Caroline Goodall, John Savage.

* LA TENIENTE O’NEIL (1997) con Demi Moore, Viggo Mortensen, Anne Bancroft.

* GLADIATOR (2000) con Russell Crowe, Joaquin Phoenix, Connie Nielsen.

* HANNIBAL (2001) con Anthony Hopkins, Julianne Moore, Ray Liotta.

* BLACK HAWK DERRIBADO (2001) con Josh Hartnett, Eric Bana, Ewan McGregor.

* LOS IMPOSTORES (2003) con Nicolas Cage, Sam Rockwell, Alison Lohman.

* EL REINO DE LOS CIELOS (2005) con Orlando Bloom, Eva Green, Liam Neeson.

* UN BUEN AÑO (2006) con Russell Crowe, Abbie Cornish, Albert Finney.

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CÓMO SE HIZO “AMERICAN GANGSTER”

1. El proyecto

La leyenda del traficante de heroína, hombre de familia, verdugo y líder ciudadano Frank Lucas se contó por primera vez hace siete años en el New York Magazine en un artículo firmado por el periodista Mark Jacobson. En el año 2000, el productor ejecutivo Nicholas Pileggi, coguionista de Uno de los nuestros y Casino, con Martin Scorsese, presentó el periodista a Frank Lucas, momento en que empezó un viaje durante el que Lucas contó su increíble auge y caída a Jacobson. La asombrosa historia de este no menos asombroso personaje empezaba cuando vio cómo el KKK (Klu Klux Klan) asesinaba a su primo en La Grange, Carolina del Norte, seguía con los años en que ganó alucinantes sumas de dinero con la venta de drogas y acababa con una condena de por vida en prisión. A continuación, Mark Jacobson redactó “The Return of Superfly” (El regreso de Superfly), donde profundizaba en la compleja historia de un temporero muy pobre que se mudó a Harlem y que consiguió meterse en el naciente tráfico de heroína a gran escala y gobernar el imperio neoyorquino de la droga. Vendiendo un producto más puro y más barato a los miles de adictos de la época de la guerra de Vietnam, Lucas amasó una fortuna que se estimó en decenas de millones de dólares, pero también consiguió llamar la atención de la justicia. Si no hubiera traficado con una sustancia ilegal de las más letales, no cabe duda de que habría sido aclamado como uno de los hombres de negocios más inteligentes de la década, puede que del siglo, por haber levantado una empresa familiar de tal envergadura. Creció en la más absoluta pobreza en un pueblo sureño y llegó a Nueva York en 1946 hecho, según él, un “cabrón diferente”. Trabajó durante dos décadas con Bumpy Johnson (el hombre que inspiró al padrino negro de las películas Shaft en los setenta) y actuó como su mano derecha hasta la muerte de Johnson en 1968, tomando ejemplo de gánsteres del calibre de Frank Costello y Lucky Luciano. Al morir Johnson, Lucas se hizo con las riendas del negocio, que cambió de rumbo dedicándose a la importación de heroína, y estampó su sello en la ciudad, volándole los sesos a cualquiera que osara oponerse a su voluntad.

Fascinado por el artículo de Mark Jacobson, el productor Brian Grazer, premiado por la Academia, compró los derechos del proyecto para Imagine Entertainment antes de reunirse con Nicholas Pileggi y Frank Lucas para oír de primera mano las hazañas del mafioso. Un buen número de las últimas películas producidas por Brian Grazer se inspira en historias verdaderas, desde 8 millas a Friday Night Lights pasando por Cinderella Man, el hombre que no se dejó tumbar y Una mente maravillosa, que parecen imposibles de superar. El productor ve la historia de Frank Lucas como una metáfora de la avaricia del capitalismo burocrático y reconoce que no había visto nada semejante.

Le fascinó la historia de un hombre que con “el sueño del empresario estadounidense encontró la forma de tratar con individuos en el sureste de Asia para obtener la mejor heroína del mercado”. Sigue diciendo: “Después de conseguir la heroína, hizo un trato con oficiales del ejército estadounidense para importarla en las bolsas de plástico que contenían los cadáveres de los soldados repatriados a Estados Unidos (la llamada “conexión cadáver”). Me pareció una idea notable, increíble y de lo más interesante”. A continuación, Brian Grazer habló con el veterano guionista Steven Zaillian para que escribiera un guión basado en la vida de Frank Lucas.

Steven Zaillian, ganador de un Oscar y autor de obras maestras como La lista de Schindler, de Steven Spielberg, y la aclamada Gangs of New York, de Martin Scorsese, habló durante meses con Frank Lucas y su ex perseguidor Richie Roberts (que ahora actúa como su defensor) para canalizar esta sorprendente historia que abarca varias décadas. El guionista también quedó fascinado por la sorprendente relación entre el multimillonario empresario mafioso y el complicado policía convertido en acusador. Estaba convencido de que podría escribir una demoledora parábola que no se limitaría a dramatizar el ascenso y caída de Frank Lucas, sino que enseñaría los caminos yuxtapuestos del perseguidor y de su bestia negra.

Richie Roberts, que fue detective en el condado de Essex, Nueva York, desde finales de los sesenta hasta principios de los setenta, acabaría por derrotar al popular héroe. El productor y el guionista estaban de acuerdo en que la fascinación de la historia no sólo surge de Lucas, que respetaba al pie de la letra un estricto código familiar mientras vendía veneno a miles de miembros de su comunidad, sino también de Richie Roberts, que no esperaba cruzarse con el del rey de la droga.

En el guión de Zaillian, el policía es un donjuán desaforado con una impecable vida profesional que intenta salvar su vida personal. Richie Roberts, uno de los contadísimos miembros de las fuerzas del orden que no se dejaban comprar (o al menos su encarnación en el guión de Steven Zaillian), era lo opuesto del gánster Frank Lucas.

En un principio, Antoine Fuqua, que había dirigido a Denzel Washington en su oscarizada interpretación de Alonzo Harris, un policía corrupto del departamento de narcóticos de Los Ángeles, en Training Day/Día de entrenamiento, iba a ser el director de AMERICAN GANGSTER. Por otra parte, el guión cautivó a Denzel Washington que, sin embargo, no estaba decidido a interpretar a un hombre cuyo ascenso al poder se basó en numerosas muertes, pero acabó aceptando el papel protagonista. Además de creer que este hombre de negocios que tanto daño hizo, intentó redimirse a través de su encarcelamiento, se sintió intrigado por su compleja vida.

Pero el actor tendría que esperar unos cuantos años para poder llevar el papel a la gran pantalla. Antes de que empezara el rodaje en 2004, Universal Pictures detuvo el desarrollo del proyecto. El productor Brian Grazer recuerda: “El proyecto se paró. Tardé una semana en poder reaccionar, pero seguía creyendo en la película”.

Mientras otros guionistas retrabajaban el guión y había coqueteos con otros actores y directores, el productor seguía insistiendo para que Ridley Scott aceptara realizar el proyecto. El director creía en la trayectoria épica creada por Steven Zaillian, donde se retrata a un hombre que, dependiendo del punto de vista, es un mártir o un asesino. Fue necesario que los dos unieran sus fuerzas para que el proyecto resucitase y Denzel Washington volviera.

Brian Grazer dice: “Usé toda mi energía para conseguir levantarlo. Había pasado el guión a Ridley en siete u ocho ocasiones, y siempre le gustaba, pero nunca era el momento oportuno. Esta vez, no sé si era la novena o la décima, dijo que sí”.

El realizador británico, conocido por cuatro décadas de creaciones, que abarcan desde películas de ciencia-ficción como Blade Runner y Alien a dramas como Black Hawk derribado, Gladiator/El gladiador, Thelma & Louise y Hannibal, se sintió atraído por la ética nada clara de ambos protagonistas, así como por su paradoja. Pero todavía pasó algún tiempo antes de que se colocara detrás de la cámara para rodar AMERICAN GANGSTER.

De hecho, Ridley Scott le había pedido a Steven Zaillian que diera más importancia a Richie Roberts. Le interesaba la paradoja que representaba, por un lado, la vida familiar irreprochable del traficante, frente a la vida personal destrozada de Roberts que, además, “se había ganado muchos enemigos al principio de su carrera, cuando encontró un millón de dólares en el maletero de un coche. Después de entregarlo en comisaría, el departamento decidió que no se podía confiar en él”.

El director estaba decidido a investigar la aparente dicotomía de los dos personajes: “Exploraría dos universos con la esperanza de hacer que ambos fueran fascinantes y de acercarlos paulatinamente. Era necesario intercalarlos con cuidado porque cada vez que se intercalan, los dos mundos se acercan un poco más”. Estaba decidido a rodar la película si Russell Crowe, uno de sus actores fetiche, aceptaba el papel de Richie Roberts, y si Denzel Washington volvía a unirse al proyecto.

Cuando supo que Russell Crowe y Ridley Scott eran parte del proyecto, Denzel Washington no pudo negarse y volvió a prepararse para hacer el papel de Frank Lucas. Dice: “Brian vino a verme y me dijo: ‘Tengo a Ridley’. Ridley es uno de los grandes cineastas de la época actual, no podía decir que no”. Por fin interpretaría al hombre que pasó de robar pollos a ser el rey de Harlem.

Denzel Washington explica que para prepararse para el papel “me metí en una habitación con Frank, encendí la grabadora y empezamos a hablar. No intenté imitarle, pero Frank es muy carismático, es la clave de su carácter. Cuando interpreté a Rubin “Huracán” Carter, hice lo mismo, pasé tiempo con él a solas para que me dijera la verdad, o al menos una versión de la verdad. Pero a Frank le dije: ‘No me cuentes nada que no necesite saber, no quiero tener que testificar’”.

Durante la preparación, el actor neoyorquino aprendió más de lo que esperaba del mundo del tráfico de drogas, sobre todo acerca de la “Country Boys’ Blue Magic” (La magia azul de los pueblerinos). “Entonces, según me han contado, el kilo de heroína al 50 ó 60% valía de 50.000 a 60.000 dólares”, explica el actor. “Frank consiguió encontrar heroína pura al cien por cien por 4.200 dólares el kilo; la revendía en las calles por mucho menos que la competencia. Hagan el cálculo. Ganó una fortuna. Incluso dice haber ganado un millón de dólares diarios en algunos momentos”.

Denzel Washington añade: “No me interesaba glorificar a un traficante, se lo dije a Frank nada más conocerle”. Es interesante saber que el actor escribió “No hay paz, dice el Señor, para los malvados” (Isaías 48:22) en su guión de rodaje para acordarse del rumbo escogido por Frank Lucas y su búsqueda de la redención.

Russell Crowe, dispuesto a colaborar por tercera vez con el director Ridley Scott y con el productor Brian Grazer, aceptó el difícil papel del impenitente policía. Le atrajo la forma en que el guión de Steven Zaillian describía cómo la corrupta ciudad de Nueva York, el barrio de Harlem y el menos complicado mundo de Nueva Jersey actuaban como satélites en la época del ascenso de la heroína. Según el periodista Mark Jacobson, autor del artículo “The Return of Superfly” (El regreso de Superfly), la corrupción había alcanzado tales proporciones dentro de la Unidad Especial de Investigación de Narcóticos (SIU), que “en el año 1977, 52 de los 70 policías que habían pasado por la unidad estaban encarcelados o acusados formalmente”. Richie Roberts era la excepción que confirma la regla, y Russell Crowe le admira por lo que ha sabido de él.

Hablando de las primeras conversaciones que mantuvo con Brian Grazer, el actor dice: “Había leído cinco o seis versiones del guión, y sabía cuál era mi preferida, pero eso es cosa del capitán del barco. Brian me llamó un viernes y Ridley me llamó por otra cosa el sábado. Aproveché para preguntarle si había leído la última versión. Me dijo que sí y que le había encantado. Le pregunté: ‘¿Crees que nos tratarán de codiciosos si volvemos a hacer otra película juntos tan pronto?’ Y me contestó: ‘¿Qué más da?’”

Pero Russell Crowe era consciente de que rodar una película sobre personajes reales no es lo mismo que hacer un documental sobre sus vidas. “El guión se centra en un periodo y el tiempo se condensa para poder contar la historia”, dice. “En la película, Richie hace cosas que no hizo realmente. Todo lo que le concierne es contradictorio. Nada en él es tradicional y no es alguien al quien se pueda encasillar en una categoría. En realidad, lo nuestro sólo es una imitación”.

Una vez escogidos los dos protagonistas, el equipo de producción empezó a buscar a otros actores para un reparto coral con más de 30 papeles de importancia.

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