Crítica AÑO UNO

Estreno en España: 28 Agosto 2009

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Sinopsis

Cuando la pareja de nómadas holgazanes formada por Jack Black y Michael Cera son exiliados de su primitivo poblado, comienzan un viaje de épicas proporciones por todo el mundo antiguo.

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Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky

Es imposible hablar de Año uno sin referirnos a la recientemente estrenada El mundo de los perdidos. Las razones son muchas, pero básicamente podemos detenernos en el hecho de que, pese a que la naturaleza de los personajes de una y de otra se asemejan al personaje prototípico de la comedia americana, ambas se desarrollan en contextos completamente opuestos al entorno cotidiano del grueso de las comedias. En la realidad de una y de otra cohabitan dos materiales diferentes, mientras que El mundo de los perdidos se desarrolla en una dimensión mezcla de Prehistoria con elementos de un supuesto futuro o de otros planetas, en Año uno se cruza la Prehistoria (el hombre que ha dejado el mono atrás) con situaciones y personajes del Antiguo Testamento (el hombre que ha sido creado por Dios). Al situarse ambas en dos realidades imposibles, dos construcciones que no se atan a una construcción previa concreta (exceptuando el antecedente de la serie en la que se basa la comedia de Will Ferrell) sino que toman elementos de distintas construcciones para tejer dos entornos peculiares, ambas se pierden en la endeble construcción de sus respectivos contextos.

Año uno, sin embargo, no se deja llevar por la aventura, no resigna en ningún momento la comedia, y es precisamente por esto que la película, mientras acumula referencias bíblicas que coexisten particularmente con dos protagonistas en taparrabos, asume lo absurdo de esa mezcla, es plenamente consciente de ella, y no tapa las incoherencias con acción o aventura, se permite reírse de estas. El mundo de los perdidos permite ver cómo una comedia puede fallar claramente cuando no se sirve del talento de su comediante estrella, cuando hace todo lo posible por volverlo puramente funcional a los propósitos de una película carente de un guión que merezca tanto apego, tanta pretensión de funcionalidad. Año uno, por el contrario, se sirve notoriamente del histrionismo desmedido de Jack Black y de la simpática timidez y circunspección de Michael Cera, al punto de que nadie jamás podría pensar en otros actores para estos papeles. Aquí ambos constituyen una dupla sólida, ambos se complementan a la perfección, mientras que en El mundo de los perdidos, el protagonismo de Ferrell dejaba en un plano completamente de relleno al rol de Danny McBride.

Naturalmente, estamos ante una comedia mucho más efectiva que El mundo de los perdidos. Pero esto no es ningún mérito, y lejos está de lo mejor que nos han entregado Black y Cera. A lo largo de Año uno podemos notar que lo absurdo del entorno llega a cobrar una presencia tan desmedida, que le quita a esta dupla la posibilidad de jugar con este entorno. Las situaciones dispares se van acumulando de la misma manera en que se acumulaban las referencias bíblicas en History of the world Part I de Mel Brooks. Claro que en aquella, las situaciones estaban delimitadas por la estructura de sketch y por la idea de parodia, que definió siempre el humor de Brooks. Aquí estas referencias no terminan de potenciar la comedia que pueden brindar Black y Cera, cada uno desde su espacio y con sus propias armas, básicamente porque no terminan de definir su tono, juegan a la parodia, al absurdo, al sketch, y al no integrarse en una estructura determinada, no posibilitan el brillo pleno de ambos. Precisamente por eso mismo es que los mejores momentos de esta comedia están íntimamente vinculados con aquellos pasajes en los que se evidencia la imposibilidad de la película de tomarse en serio el entorno en el que esta se desarrolla.

Antes de ver Año uno, mis expectativas no eran muy altas. Desde un principio, no me simpatizaba ver a Black y Cera disfrazados ridículamente de hombres prehistóricos. Si allí se encontraba el humor, el panorama no era particularmente alentador. La dirección de Harold Ramis tampoco me convencía. Es un director de muy buenas comedias, pero la diferencia generacional lo coloca necesariamente en una vereda opuesta en relación a los comediantes actuales. Y al ver la película, eso se nota. Black y Cera se esfuerzan en dos personajes hechos a su medida, pero cuando deben compartir cartel con un entorno que constantemente amenaza con asumir la totalidad del protagonismo, se pierden (Black especialmente, Cera sigue correcto en su rol de extremadamente tímido y retraído) en una serie de gags que no permiten que su fuerza cómica estalle. En conclusión, estamos ante una comedia simpática y graciosa, gracias al oficio de sus dos protagonistas, pero demasiado anclada en el humor que se desprende del despropósito de su entorno. Afortunadamente, apuesta a la comedia con todas las letras, a diferencia de El mundo de los perdidos, pero esto solo no le alcanza, y para ver brillar a dos grandes actores tan disímiles como igualmente talentosos, como Jack Black y Michael Cera, a veces es mejor rodearlos de un contexto muchísimo menos estrafalario.

 

Lo mejor de la película: Jack Black y Michael Cera, en dos roles hechos a su medida.

Lo peor de la película: El protagonismo excesivo del absurdo entorno.

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Dirección: Harold Ramis.
País:
 USA.
Año: 2009.
Género: Comedia.
Elenco: Jack Black (Zed), Michael Cera (Oh), Oliver Platt (sacerdote), David Cross (Caín), Christopher Mintz-Plasse (Isaac), Vinnie Jones (Sargon), Hank Azaria (Abraham), Juno Temple (Eema), Olivia Wilde (princesa Inanna), June Diane Raphael (Maya), Xander Berkeley (rey), Gia Carides (reina), Harold Ramis (Adán), Bill Hader (Shaman), Rhoda Griffis (Eva).
Guión: Harold Ramis, Gene Stupnitsky y Lee Eisenberg; basado en un argumento de Harold Ramis.
Producción: Harold Ramis, Judd Apatow y Clayton Townsend.
Música: Theodore Shapiro.
Fotografía:
 Alar Kivilo.
Montaje: Craig P. Herring y Steve Welch.
Dirección artística: Jefferson Sage.
Vestuario: Debra McGuire.
Estreno en USA: 19 Junio 2009.

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Biofilmografía de Harold Ramis

Harold Ramis es un actor y director estadounidense nacido el 21 de noviembre de 1944 en Chicago (Illinois).

Su carrera como actor se caracteriza por haber interpretado al Dr. Egon Spengler en las películas de Los cazafantasmas. Aunque como escritor y director es bien conocido por dirigir Analyze This, Analyze That y El día de la marmota, entre otras películas.

 

Filmografía

Year One (2009) Año uno

The Ice Harvest (2005) La cosecha de hielo

Analyze That (2002) Analízate (Argentina) Otra terapia peligrosa ¡Recaída total! (España)

Bedazzled (2000) Al diablo con el diablo

Analyze This (1999) Una terapia peligrosa

Multiplicity (1996) Mis dobles, mi mujer y yo

Stuart Saves His Family (1995) Rescate familiar

Groundhog Day (1993) Hechizo del tiempo (Argentina) Atrapado en el tiempo (España)

Club Paradise (1986) Club Paraíso

Vacation (1983) Las vacaciones de una chiflada familia americana

Caddyshack (1980) El club de los chalados

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