Crítica EL AÑO QUE MIS PADRES SE FUERON DE VACACIONES

Estreno en España: 14 Agosto 2009

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Sinopsis

En 1970, las preocupaciones de Mauro (Michel Joelsas), un niño de 12 años, no tienen nada que ver con el régimen militar que controla Brasil. Su mayor sueño es ver a la selección de fútbol ganar su tercer Mundial. De repende, Mauro es separado de sus padres y llevado a vivir a la comunidad de Bom Retiro, un distrito en São Paulo donde residen, sobre todo, judíos e italianos.

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Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky

Este film brasileño del director Cao Hamburger, explora con ternura la vida de un niño que sueña con ver el Campeonato Mundial de fútbol de 1970 en compañía de su padre. Lo único que sabe Mauro es que sus padres lo han llevado hasta lo de su abuelo para luego “irse de vacaciones”, que su abuelo acaba de morir, y que un amigo del abuelo lo encuentra y decide hacerse cargo de él hasta que sus padres regresen. Claro que es 1970, Brasil se encuentra bajo el dominio de una dictadura militar desde 1964, y recién a fin de ese año se iniciará la reapertura democrática, por lo que el eufemístico “irse de vacaciones”, sólo tiene su significado literal en los niños que no comprenden la realidad política en la que viven.

La propuesta de El año… es muy similar a la de la argentina Kamchatka, razón por la cual, tanto sus aciertos como sus errores se asemejan bastante a los de aquella. Mientras que el niño de Kamchatka soñaba con Houdini y jugaba al TEG con su padre, en El año… Mauro está obsesionado con el Mundial que, sabemos de antemano, terminará con el triunfo de Brasil. La única diferencia clave entre una y otra, es que Kamchatka narra el “exilio interno” de los padres del protagonista junto a sus dos hijos. Allí, en el campo de los abuelos, los padres vivirán los últimos momentos con ellos, para luego marcharse definitivamente, mientras que en esta, los padres están ausentes prácticamente durante toda la película, y la trama se basa en el vínculo que Mauro establece con el amigo de su abuelo, un señor mayor, judío religioso, con quien compartirá buena parte de los ritos del judaísmo, conectándose por primera vez con la religión de su abuelo. En ambas, la ternura de los niños protagonistas y de su vínculo con los adultos, contrasta plenamente con el clima de horror y violencia de la dictadura.

Sin embargo, ambas poseen un mismo punto de vista que no permite establecer un debate productivo respecto al contexto político. Ambas están narradas por los dos niños protagonistas, la voz de ellos llega incluso al off para que nos quede claro que es su visión la que prima durante toda la película, y ambas poseen una misma escena, que define perfectamente el discurso ideológico de ambas películas. En ambos casos, hay una escena en la que están en un auto mientras ven con sorpresa a una serie de soldados desplegándose en la calle y deteniendo personas. El discurso se sirve en bandeja en esa escena repetida en una y en otra película, al ser un niño quien ve lo que sucede, tanto El año… como Kamchatka interpretan a través de sus ojos que la dictadura es un hecho externo, sorpresivo e inexplicable, que un buen día llegaron unos militares para azotar el país y convertirlos en exiliados y/o huérfanos. El punto de vista infantil impide por completo reflexionar acerca de la manera en la que actuaron la sociedad brasileña y la sociedad argentina para que, en ambos casos, se termine instaurando un golpe militar. Para colmo, en ambas películas aparece en un rol secundario la figura del joven idealista/militante que establece cierta complicidad con el niño protagonista, lo que hace que la única mirada política del asunto se encuentre totalmente idealizada, y esta sólo le aporta una considerable dosis de ingenuidad al planteo ideológico.

Fuera de este aspecto, la ternura que despierta esta película a través del vínculo especial que establece Mauro con el rígido amigo de su abuelo, y la forma en la que cada vez comienza a preocuparse menos por el Mundial y más por el paradero de sus padres, hacen de esta película un drama conmovedor. El previsible pero inteligente paralelismo final entre la felicidad del pueblo por la copa obtenida, y la tristeza que se esconde en las calles por la dura realidad política que acecha al país, un paralelismo evidente, que refleja la contradicción de la sociedad, y fácil de comprender en cualquier parte del mundo (sin ir más lejos, ocho años después ocurriría lo mismo en Argentina, con el Mundial ganado de local bajo la dictadura erigida en 1976), permite que esta historia cierre la conexión clara y concreta entre las “vacaciones” de sus padres y la violencia de la dictadura, aunque para ello, la película incurre en terribles subrayados a través de las frases pronunciadas en off por Mauro al final de la película, que no benefician en absoluto al drama (simplificando al extremo el discurso político), y que se encuentran en la vereda opuesta del sutil y contundente lazo afectivo que construyen Mauro y Shlomo, el hombre mayor que decide cuidarlo.

 

Lo mejor de la película: El vínculo de Mauro con Shlomo, y el paralelismo entre la felicidad del Mundial de 1970, y la dictadura de aquel entonces.

Lo peor de la película: La notoria similitud del planteo con la película argentina Kamchatka, y el problemático punto de vista del niño protagonista (en una y en otra película), que barren con su ingenuidad todo debate serio respecto a la responsabilidad de la sociedad en el silencio ante el horror de las dictaduras.

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Dirección: Cao Hamburger.
País:
 Brasil.
Año: 2006.
Duración: 105 min.
Género: Drama.
Elenco: Michel Joelsas (Mauro), Daniela Piepszyk (Hanna), Germano Haiut (Shlomo), Paulo Autran (Mótel), Caio Blat (Ítalo), Simone Spoladore (Bia), Eduardo Moreira (Daniel), Liliana Castro (Irene), Rodrigo dos Santos (Edgar).
Guión: Cláudio Galperin, Bráulio Mantovani, Anna Muylaert y Cao Hamburger.
Producción: Fabiano Gullane, Caio Gullane y Cao Hamburger.
Música: Beto Villares.
Fotografía:
 Adriano Goldman.
Montaje: Daniel Rezende.
Diseño de producción: Cássio Amarante.
Vestuario: Cristina Camargo.
Estreno en Brasil: 2 Noviembre 2006.

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Biofilmografía de Cao Hamburger

Carlos Imperio Hamburger (nacido en 1962, en São Paulo), o simplemente, Cao Hamburger, es un guionista y director de cine y TV brasileño. Es el creador de Castelo Rá-Tim-Bum, serie de programas para niños en el canal Cultura de São Paulo, que también dio origen a una exitosa película con el mismo título. Castelo Rá-Tim-Bum fue uno de los shows infantiles más exitosos emitidos en la televisión brasileña. En 2006 dirigió otro film exitoso, O Ano em Que Meus Pais Sairam de Férias (El año que mis padres se fueron de vacaciones), parcialmente basado en sus memorias de niño.

Cao es hijo de físicos de la Universidad de São Paulo, los profesores Ernst Wolfgang Hamburger, de origen judeo alemán, y Amélia Imperio Hamburger, de origen italiano.

 

Filmografía

O Ano em Que Meus Pais Sairam de Férias (2006), película

Filhos do Carnaval (2006) serie HBO

Castelo Rá-Tim-Bum, O Filme (1999), película

Castelo Rá-Tim-Bum (1995) serie TV

Frankenstein Punk (1986) – animación

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