Estreno en España: 20 julio 2007
Puntuación: * * (de 5)
Sinopsis
En una América primigenia, salvaje, y 500 años antes de que Colón arribe a sus costas, se desarrolla una épica batalla entre el amor y el odio que cambiará el destino de un hombre, y el futuro de una nación. “El guía del desfiladero” recrea el momento en que los barcos “dragones” vikingos provenientes de la misteriosa Escandinavia surgieron de la nada para invadir la América primitiva. La legendaria historia de supervivencia comienza con un niño vikingo, único superviviente de un naufragio, tras una incursión por parte de su clan nórdico, que saqueó un poblado de la costa americana en busca de esclavos. A pesar de su rubia cabellera y extraño idioma –preocupados de que el mal le seguirá allá donde vaya– el chico de 10 años es adoptado por los indios wampanoag locales, quienes le crían para que se convierta en un avezado cazador y guerrero. Quince años después, el pálido jovencito conocido en su tribu como “Ghost” [Fantasma] (Karl Urban) sigue intentando escapar de su pasado. Ahora, los vikingos regresan para atormentar América de nuevo, con un ataque bárbaro que aniquilará a la querida tribu de Ghost, al tiempo que supondrá un peligro para la mujer que ama (Moon Bloodwood).
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
Se sabe. Un buen diseño de producción no garantiza una buena película. Dicho de otro modo, cuando lo más meritorio de una película es el vestuario y la fotografía, algo anda mal. El comienzo de esta película le anticipa a uno todo, absolutamente todo, lo que va a ver, y el resto parece no sumar mucho. El guía del desfiladero es en sí un pastiche, donde se ve un poco de cine de corte fantástico, con ribetes histórico-mitológicos, otro poco de cine de aventuras, y un exceso de violencia gratuita (ese tipo de violencia “estética” tan común hoy día, donde parece bonito mostrar hectolitros de sangre desparramándose en cámara lenta), que la asemeja al cine de terror. Es verdad, está bien filmada, tiene buen ritmo y como producto de entretenimiento consigue lo que quiere, pero eso es lo mínimo que uno espera del cine de Hollywood. Pierde, en cambio, por no saber ir más allá de la línea argumental y por regodearse en aquellas violentísimas escenas de lucha. Quizás las mejores secuencias sean donde más se cristaliza aquello que se denomina “el mito del héroe”, es decir, los pasos necesarios en el cine de aventuras, para que un héroe aprenda de su maestro y logre sortear los obstáculos en su camino. El problema es que, más allá de eso, lo que se cuenta no parece tener identidad alguna. Como el protagonista, que es de dos pueblos y no pertenece a ninguno, la película es un engendro de varios géneros, pero no sabe hacia qué lado debe o quiere encaminarse. Ante ese problema elige escapar con dosis de acción que se vuelven insoportables y aburridas ni bien comienza la película, y su falta de contenido responde netamente al irreflexivo y comercial interés de sus productores.
Dirección: Marcus Nispel.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 99 min.
Género: Drama, acción, aventuras.
Elenco: Karl Urban (Ghost), Moon Bloodgood (Starfire), Russell Means (Pathfinder), Clancy Brown (Gunnar), Jay Tavare (Blackwing), Ralf Moeller (Ulfar).
Guión: Laeta Kalogridis.
Producción: Mike Medavoy, Arnorl W. Messer y Marcus Nispel.
Música: Jonathan Elias.
Fotografía: Daniel Pearl.
Montaje: Jay Friedkin y Glen Scantlebury.
Diseño de producción: Greg Blair.
Vestuario: Renée April.
Estreno en USA: 13 Abril 2007.
Biografía de Marcus Nispel
Nació en Alemania e hizo su debut cinematográfico como director en el remake del título clásico de culto, La Matanza de Texas producida por Michael Bay. Comenzó su carrera en publicidad como director artístico de Young and Rubicam en Frankfurt, Alemania. Nispel llegó a Estados Unidos en 1984 con una beca Fulbright, cuando contaba con 20 años e hizo su debut como director en 1989, con una serie de videoclips para C/C Music Factory. Mientras vivía en Nueva York, Nispel fundó su propia productora, Portfolio Artists Network, antes de que se fusionara con RSA-USA, y se unió después a MJZ en el año 2000.
Los videoclips de Nispel incluyen más de 15 canciones que han llegado a ser número 1 y algunos de sus vídeos han supuesto un gran hito para artistas como las Spice Girls, Simply Red, Puff Daddy, Bush, No Doubt, the Fugees, George Michael, Janet Jackson, Elton John, Billy Joel, Aretha Franklin, Cher, Mariah Carey, k.d. Lang, Tony Bennett, C_AMP_C Music Factory, Bette Midler, LL Cool J, Bryan Adams y Gloria Estefan.
Ha cosechado numerosos galardones internacionales de publicidad, incluyendo varios Premios Clio, el Premio Moebius, el Gran Prix de los premios BDA, así como menciones especiales en los Festivales de Cine de Nueva York, Houston y Chicago, además del Art Directors Club. Su trabajo ha cosechado 12 nominaciones a los premios MTV de la Música que resultaron en cuatro premios MTV, incluyendo un premio MTV al Mejor Vídeo Europeo en 1993 por “Killer/Papa was a Rolling Stone” de George Michael. Además, ha ganado dos premios Billboard y de la Music Video Filmmaker Association, así como el Premio MVPA Lifetime Achievement en 2001.
Como director también ha sido protagonista de dos documentales y apareció en el número especial de fin de año de Time Magazine, “Lo mejor de 1996” por su campaña para la firma Fidelity Investments, “A Time Has Come Today” (Hoy ha llegado el momento).
En 1996, la Sociedad de Cine del Centro Lincoln incluyó en el apartado “Cross Cultural Dreams” una retrospectiva de sus videoclips. También aparece en un capítulo del libro escrito por Armond White sobre la revolución del pop y ha recibido un premio Black Achievement por su retrato positivo de los afroamericanos en los medios de comunicación.
CÓMO SE HIZO “EL GUÍA DEL DESFILADERO”
1. Origen del proyecto
Las últimas evidencias forenses sugieren que siglos antes incluso de que naciera Cristóbal Colón, los buques de guerra vikingos provenientes del norte de Europa ya habían alcanzado las orillas de América, y los fieros e infames exploradores nórdicos recorrieron lo que en la actualidad son Boston y Nueva York. Se trata de una visión impresionante: Vikingos intentado establecerse en las tierras que los nativos americanos ya denominaban hogar desde hacía 25.000 años. Conocidos por sus brutales ataques y saqueos, y asediados en Europa, los vikingos pudieron buscar nuevas tierras fértiles que conquistar cuando partieron hacia el nuevo mundo por primera vez. Pero en América encontrarían su perdición. Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con los Vikingos que intentaron asentarse aquí pero, en lugar de prosperar, desaparecieron y su civilización pronto entró en declive. Las sagas vikingas hablan de violentos combates con gente nativa de América -aunque lo que ocurrió en el encuentro de ambas culturas guerreras sigue envuelto en secreto. Es esta historia nunca explorada lo que se destaca en EL GUÍA DEL DESFILADERO – una historia de acción y aventuras que reimagina el explosivo primer contacto entre los Vikingos y los indios Wampanoag de la costa este a través de un relato en forma de venganza personal y redención. “Siempre sentí que la idea de los Vikingos y los nativos americanos unidos en el mismo mundo, y su épica lucha entre culturas que pudo producirse formarían una gran película”, comenta el director del film, Marcus Nispel. “Pero aunque me fascinan los Vikingos, nunca me han gustado las películas históricas”; lo que me atrae son relatos intensos de la supervivencia de un hombre frente a todas las adversidades. Así que EL GUÍA DEL DESFILADERO no trata sólo de los Vikingos luchando contra los nativos americanos, sino que retrata la historia eterna de un hombre que debe tomar una decisión – entre buscar ciegamente la venganza o utilizar su cabeza para salvar a su pueblo”.
El relato de EL GUÍA DEL DESFILADERO no sólo surgió a partir de los sorprendentes hallazgos históricos, sino con la película noruega Pathfinder, el Guía del Desfiladero de 1987 – que obtuvo el Premio de la Academia a la mejor película extranjera e impactó a la crítica por su evocativo y ensoñador enfoque del género de aventuras. Rodado en Laponia, el filme recrea tanto la descarnada brutalidad y la supuesta magia de los tiempos pasados como la historia de un muchacho que sobrevive a un brutal ataque a su pacífica tribu y se convierte en un líder heroico. Los productores Mike Medavoy y Arnold W. Messer, de Phoenix Pictures, quedaron impresionados por el filme e inmediatamente se interesaron por los derechos para realizar un remake.
Medavoy y Messer habían intentado desarrollar el proyecto en varias ocasiones durante varios años, pero la magia no apareció hasta que el equipo de producción almorzó con Marcus Nispel, un joven director en alza quien, tras conseguir aclamación por su innovador trabajo en anuncios y vídeos musicales, había realizado con éxito su debut como director cinematográfico con el imaginativo remake de un clásico de culto, La Masacre de Texas (2004). Nispel mencionó a Medavoy y Messer su idea de una película sobre Vikingos enfrentándose a Nativos Americanos que le rondaba en la cabeza hacía tiempo, y eso fue la chispa que encendió la mecha.
“A Marcus le apasionaba hacer una película sobre el pueblo nórdico arribando a Norteamérica, y nosotros teníamos los derechos de Ofelas, así que pronto se hizo evidente que los dos encajábamos a la perfección”, comenta Arnold Messer.
Y el productor ejecutivo Bradley J. Fischer añade: “Estuvimos mucho tiempo hablando sobre diferentes ideas de cómo reconducir el filme original y qué nuevas ideas podríamos aportar a la nueva versión, pero siempre terminábamos alejándonos de lo que nos encantaba de ella. Entonces apareció Marcus y sabía exactamente cómo adaptar PATHFINDER. Nos dijo “Tomamos la historia existente y la convertimos en una enérgica aventura entre Vikingos e Indios”. Y eso nos dejó estupefactos porque era la clave que desbloqueaba el problema”.
Para Nispel, la película era una oportunidad para aunar todos sus talentos –desde ilustrar novelas gráficas a desarrollar producciones de tipo comando con un énfasis en la acción visceral. Entusiasmado con crear una experiencia cinematográfica singular, Nispel se centró en cómo podría aportar su propio estilo rebelde a la misma. Le habían influido tanto la Ofelas original como la última oleada de películas de fantasía épica y todas las películas clásicas de acción de un solo hombre en guerra por la justicia, pero sobre todo le entusiasmó su propia visión de un filme con un aspecto y sensación de espectacular novela gráfica filmada entre dos culturas guerreras míticas.
“Finalmente, nuestra película es totalmente diferente de la película original noruega, pero me ofrecía una plantilla sobre cómo realizar una película fascinante sobre la época de los Vikingos, y partir desde ese punto”, comenta Nispel.
Nispel empezó a colaborar con el guionista Laeta Kalogridis. Para EL GUÍA DEL DESFILADERO, Kalogridis se zambulló en una profunda investigación, descubriendo los trozos de lo que se conoce de los Vikingos en Norteamérica, un puzle histórico laberíntico que todavía está componiéndose. En 1960, siglos de conjeturas quedaron resueltos cuando los arqueólogos descubrieron un campamento Vikingo con 1.000 años de antigüedad en la pequeña localidad de L’Anse Aux Meadows en Newfoundland, lo que probaba sin duda que los Vikingos habían llegado a Norteamérica. La pregunta desde entonces había sido cuándo habían viajado más allá y cuáles serían las consecuencias de ello, con nuevos debates sobre las pruebas que aparecían.
Con tantos misterios sin resolver, Kalogridis y Nispel pronto se dieron cuenta de que tenían la libertad de emplear algo de imaginación junto a la información real.
“Una de las cosas que más nos interesó de la historia es que allá donde fueran, los Vikingos, se quedaban. Únicamente en América no lo consiguieron. Parece que llegaron y les echaron a palos. ¿Qué ocurrió cuando se encontraron con los Nativos Americanos? Ésa es la gran pregunta sin respuesta que avivaba nuestra imaginación y fantasías”, explica Nispel.
A Kalogridis le intrigaba especialmente la forma en que ese conflicto entre dos culturas orgullosas y opuestas habría impactado en un huérfano como Ghost, quien sufre un gran cambio emocional cuando comienza a comprender que será la búsqueda obsesiva de sangre lo que provocará el final de los Vikingos. Al escribir más escenas impactantes de batallas, conflicto y supervivencia, en lugar de grandes trozos de diálogo, Kalogridis percibió que la fuerte acción del filme recaía sobre un esqueleto de abundantes temas.
“Se trata de una película sobre la supervivencia frente a adversidades imposibles, y lo que significa ser parte de una cultura”, dice Kalogridis. “Siempre sentí que mostrar correctamente la interacción entre Ghost y Pathfinder era crucial porque es lo que convierte la historia en algo grande; llega un momento en el que Ghost tiene tantos conflictos internos que se esfuerza por saber quién es en realidad”.
Cuando Kalogridis empezó a escribir, todavía existía una gran controversia sobre si los Vikingos alcanzaron alguna vez la costa este de los Estados Unidos pero, curiosamente, cuando estaba terminando, la historia estaba alcanzando al relato. “Resultó muy emocionante que dos semanas antes de terminar el guión, leímos en la revista del Instituto Smithsonian que se habían hallado nuevas pruebas de Vikingos en la costa este de los Estados Unidos de Norteamérica”, recuerda Nispel. “Las noticias llegaron justo a tiempo”.
Incluso aunque la historia de EL GUÍA DEL DESFILADERO se hacía realidad, Nispel se enfrentó a la sobrecogedora tarea de recrear en largometraje la salvaje naturaleza originaria de América que nunca nadie había visto, ni reflejado en fotografías o pinturas, y para la que no existen marcos creativos o referencias. Ese desafío resultó una inspiración. Previsiblemente, decidió tomar un enfoque poco convencional, recrear el periodo en el que Vikingos e Indios americanos recorrían las tierras como si creasen un reino mítico de fantasía a partir de un libro de cuentos.
“Norteamérica era muy distinta a lo que conocemos hoy en día, parecía sencillamente un mundo alienígena”, explica el director. “Los animales, la naturaleza, los árboles, el medio ambiente provenía de otra realidad, así que decidí que no íbamos a intentar ser historiadores en EL GUÍA DEL DESFILADERO. En su lugar íbamos a mostrar nuestra propia versión mitológica. Existen muchas teorías sobre esa época y también hay hechos que conocemos, así que creamos a partir de todo ello. Primordialmente pusimos a trabajar nuestra propia creatividad. Al final del día queríamos crear algo que fuese tan divertido como emocionante para la audiencia”.