Estreno en España: 23 Octubre 2009
Puntuación:
Sinopsis
“El Imaginario del Doctor Parnassus” es un cuento que transcurre en nuestros días. El Dr. Parnassus, con su extraordinario show ambulante “Imaginario”, ofrece al público la irresistible oportunidad de entrar en un universo repleto de maravillas e imaginación, pasando a través de un espejo mágico. Pero el Dr. Parnassus está maldito por un oscuro secreto. Jugador empedernido, hace miles de años hizo una apuesta con el Diablo, Mr. Nick, en la que ganó la inmortalidad. Siglos después, al conocer al amor de su vida, el Dr. Parnassus hizo otro trato con el Diablo, cambiando su inmortalidad por juventud, con la condición de que cuando su hija alcanzara la edad de 16 años, pasaría a ser propiedad de Mr. Nick. Ha llegado la hora de pagar el precio…
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
El imaginario del Doctor Parnassus era una película muy esperada por todos. Muchos la esperaban especialmente por ser la última película de Heath Ledger, quien murió durante el rodaje y no llegó a completar algunas escenas. Otros, porque estimamos bastante a Terry Gilliam, un extraterrestre bastante curioso y excéntrico dentro del mundillo cinematográfico, por haber sido miembro de Monty Python, y por su persistencia en el género fantástico, pese a sus últimos traspiés en la materia, anclado en anteriores films descomunales como Brazil o Las aventuras del Barón Munchausen. Claro que han pasado más de veinte años desde aquellas, y El imaginario… viene a recordarnos la brecha que hay entre las mencionadas y sus más recientes incursiones en el cine fantástico, incluyendo esta última.
¿Qué pasó con Gilliam y sus particulares universos imaginados? El problema nunca fue su desmesura visual. El fantástico no sólo habilita esa desmesura, sino que es el espacio ideal para que la desmesura se haga presente. La realidad cinematográfica de Gilliam sería maravillosa, si su imaginación no determinara últimamente universos inconsistentes, vacuos, caprichosos y autoindulgentes. El imaginario… parecería ser el colmo de la inconsistencia narrativa de Gilliam. Si el género fantástico es el terreno ideal para una estética desmesurada, éste requiere de cierta consistencia narrativa que equilibre con el despliegue visual (pensemos, por ejemplo, en la distopía de Brazil). Este no es el caso. El argumento es una mera excusa para una película que suma caprichos visuales en un intento fallido de cine surrealista (Gilliam parece confundir surrealismo con mera ensoñación), con buenas actuaciones, pero con personajes carentes de toda profundidad, en un cuento mágico con mucho ruido y pocas nueces.
Es inevitable hacer mención a la participación de Ledger. Como todos sabemos, Ledger no pudo completar su papel, para terminar el rodaje se reescribieron algunos pasajes del guión y en su papel aparecen Colin Farrell, Jude Law y Johnny Depp, quienes donaron sus honorarios a la hija de Ledger. Naturalmente, esta decisión de reemplazar a uno de los protagonistas por tres actores diferentes, en otra película hubiese dado lugar a un film incoherente. Podríamos preguntarnos cómo hubiese sido esta película si Ledger no hubiese muerto durante el rodaje, pero no tiene mucho sentido. Primero, porque la realidad es esta, y segundo, porque se nota cierta reescritura en el guión, pero la inconsistencia general, amparada en la supuesta libertad que da el fantástico, hace que el cambio de actores para el personaje se integre convenientemente a su estructura. Cada vez que Tony se adentra en el mundo imaginado, cambia de rostro, y se evidencia otra faceta de su personalidad.
Si la reconstrucción anecdótica del film, a partir de la muerte de Ledger, no hace ruido en la historia (no más ruido que la historia misma), sí lo hace puntualmente el final del personaje, que el destino (y Gilliam) dejó en manos de Colin Farrell, para completar lo que no pudo el desaparecido actor. Se puede aceptar que las participaciones de los otros actores se den en el ámbito de los viajes fantásticos de Tony, pero no es tan fácil ver a otro actor ocupándose de la resolución del personaje. Este hecho hace que la película no pueda desprenderse del abrupto final de Ledger durante el rodaje, una condición que podría haber afectado a toda la película, si no fuera porque la película ya se encontraba afectada desde su propio planteo.
De todas maneras, pese a que El imaginario… cobró mayor importancia a partir de la muerte de Ledger, no nos engañemos, el protagonista absoluto es Christopher Plummer, brillantemente caracterizado como el anciano inmortal Parnassus, mientras que la mejor elección en el elenco es Tom Waits, y otro secundario importante es Verne Troyer. Ledger, y sus tres reemplazantes, cumplen con eficiencia el papel de Tony, pero ese personaje está lejos de ser el protagonista exclusivo.
El imaginario del Doctor Parnassus es una muestra de la poderosa imaginación visual, que no narrativa, de Terry Gilliam, un director que sabe construir universos fantásticos, pero que últimamente parece estar encerrándose demasiado en sus propias imágenes, relegando tremendamente la importancia de una historia sólida que soporte semejante derroche de efectos y de animación. Lo que queda entonces, es un capricho visual de dos horas de duración, que a los diez minutos ya nos aburre, ametrallándonos con imágenes, pero sin una historia que valga la pena contar.
Lo mejor de la película: El imaginario visual de Terry Gilliam y las actuaciones de Christopher Plummer y Tom Waits.
Lo peor de la película: Su inconsistencia argumental, y el haber quedado sujeta al rótulo de “la película que Heath Ledger dejó inconclusa”.
Título original: The Imaginarium of Doctor Parnassus.
Dirección: Terry Gilliam.
Países: Reino Unido y Canadá.
Año: 2009.
Duración: 122 min.
Género: Drama, fantástico, aventuras.
Elenco: Heath Ledger (Tony), Christopher Plummer (Dr. Parnassus), Johnny Depp (Tony), Colin Farrell (Tony), Jude Law (Tony), Lily Cole (Valentina), Tom Waits (Mr. Nick), Verne Troyer (Percy), Andrew Garfield (Anton).
Guión: Terry Gilliam y Charles McKeown.
Producción: Terry Gilliam, Amy Gilliam, Samuel Hadida y William Vince.
Música: Mychael Danna y Jeff Danna.
Fotografía: Nicola Pecorini.
Montaje: Mick Audsley.
Diseño de producción: Anastasia Masaro.
Vestuario: Monique Prudhomme.
Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España.
Estreno en Reino Unido: 16 Octubre 2009.
Biofilmografía de Terry Gilliam
Terry Vance Gilliam (n. 22 de noviembre de 1940) es un actor y director de cine británico-estadounidense nacido en Estados Unidos. Fue uno de los miembros del grupo humorístico Monty Python
Gilliam nació en Medicine Lake, Minnesota, en los Estados Unidos, y estudió Ciencias Políticas el Colegio Occidental de California. Más conocido por las animaciones, en las que recortaba fotografías y las volvía surrealistas, que por los papeles raros que realizó (papeles siempre secundarios). De entre sus personajes más conocidos destaca Patsy, el escudero del rey Arturo en Los caballeros de la mesa cuadrada, película que llevó a cabo con Terry Jones, e interpretó también al cardenal Fang de los sketches de la temible Inquisición Española. Realizó papeles siempre grotescos y enloquecidos. Como director ha deambulado por los límites de la realidad, los sueños y el tiempo. Sus películas están marcadas por los viajes en el tiempo (Los héroes del tiempo y Doce monos) y la realidad confundida por los sueños, la fantasía o la imaginación (Brazil, Las aventuras del Barón Munchausen, El rey pescador o Miedo y asco en las Vegas), siempre aderezado con mucho humor o ironía.
Tiene varios proyectos en distintas fases de desarrollo, incluida una adaptación de la novela escrita entre Neil Gaiman y Terry Pratchett, Good Omens (Buenos presagios: las buenas y ajustadas profecías de Agnes la chalada).
Los infructuosos esfuerzos de Gilliam por rodar la película The man who killed Don Quixote (El hombre que mató a Don Quijote), basado en la obra de Miguel de Cervantes, son el tema del documental Lost in la Mancha (Perdido en la Mancha).
Se anuncia que el proyecto ha sido retomado por Gilliam, una vez que la compañía aseguradora les dio la razón y cubrirá los millones perdidos en el caótico primer intento. Está anunciada la preproducción en 2009 y su estreno en 2011.
Filmografía
Monty Python and the Holy Grail (Los caballeros de la mesa cuadrada), codirigida con Terry Jones (1975)
Jabberwocky (La bestia del reino) (1977)
Time Bandits (Los héroes del tiempo, título en España y Los ladrones del tiempo, título en Argentina) (1981)
The Crimson Permanent Assurance, cortometraje incluido en *The Meaning of Life (El sentido de la vida) (1983)
Brazil (Brasil) (1985)
Las aventuras del Barón Munchausen (1989)
El rey pescador (Pescador de ilusiones) (1991)
Twelve Monkeys (Doce monos) (1995)
Fear and Loathing in Las Vegas (Miedo y asco en las Vegas) (1998)
The Brothers Grimm (Los hermanos Grimm) (2005)
Tideland (2005)
The Imaginarium of Doctor Parnassus (2009)
CÓMO SE HIZO “EL IMAGINARIO DEL DR. PARNASSUS”
1. El proyecto
En noviembre del 2006, Terry Gilliam y Charles McKeown empezaron el guión de su tercera colaboración juntos, después de ‘Brazil’ y ‘Las Aventuras del Barón Munchausen’. Gilliam había decidido volver a escribir algo original, después de una serie de proyectos basados en guiones ya terminados o adaptaciones de libros. “Resultó agradable ver que todavía éramos capaces de empezar de cero”, explica. Se puso a hurgar en su cajón de materiales sin utilizar, ideas de películas que no se habían hecho, y que se habían quedado al fondo del cajón y empezó a ver si había algo que pudiera usarse. Le apetecía explorar la idea de un grupo de teatro itinerante, basado en el Londres de hoy en día, que entrara en un mundo exótico y fantástico. Gilliam ideó un personaje central masculino que se encuentra un poco perdido, fuera de su tiempo, y sin conexión con un público que no quiere seguir oyendo las historias que cuenta, cuando a McKeown se le viene a la cabeza el nombre de Parnassus. “Es su propia aventura, creo. No estaba del todo cerrado, pero Terry lo tenía muy claro. Me vino a la cabeza Dr. Parnassus como un evolucionado doctor occidental. Pero no creo que Terry tuviera ese mismo punto de partida”. El siguiente paso fue sentarse y devanarse los sesos, aunque tal y como admite Gilliam, no había un plan como tal. McKeown era de la opinión de que el hecho de poder elegir, debía de ser clave en la trama. Entrar en este extraordinario mundo implicaría una serie de elecciones que regirían la vida de los personajes. Los dos escritores trabajaron con sus ordenadores y a golpe de correo electrónico. “Nos volvimos a sentar”, comenta Gilliam. “Y poco a poco dimos con algo. Nos sentamos y fuimos esculpiendo el gran bloque de mármol hasta que el resultado fue algo muy digno”. “Le dimos vueltas durante un par de semanas, de manera muy abierta”, cuenta McKeown. “Pasamos un día entero hablando de todos y cada uno de los temas, y finalmente, dimos con ello y sobre cómo se relacionaría con los acontecimientos actuales. Estudiamos todos y cada uno de los puntos durante dos semanas hasta que empezamos con el tema”.
“De hecho, insistí que Terry empezara ya que él tenía una mejor idea de lo que quería y tenía las cosas más claras que yo en ese momento. En aquel instante, no lo entendí. Aunque resultaba divertido y podía intuir la historia, pensé que Terry lo tenía más claro. Entonces empecé a escribir historias, diálogos, personajes, escenarios, etc y comencé a verle la forma. Solía enviarle por mail seis o siete páginas para que él trabajara. El lo cambiaba, lo embellecía, quitaba y ponía según le parecía. Mientras tanto, le envié otro montón de hojas y él me las devolvía para que viera lo que había hecho”.
“Todo iba rodado. Paramos cuando llegamos al final del guión y hablamos sobre la dirección que habíamos tomado y sobre en qué punto estábamos en ese momento”.
Según Gilliam, “parecía un partido de tenis, peloteándonos cosas, y poco a poco, fuimos desarrollando la trama. Te van viniendo ideas y empiezas a encajarlas y de repente, das con una historia. Me ha encantado trabajar con Charles de nuevo, ya que ha pasado mucho tiempo desde ‘Munchausen’”.
“Creo que la historia final no tiene mucho que ver con lo que empezamos” admite McKeown. “Quizás el Doctor Parnassus sí está bastante cerca de lo que pretendimos, pero el resto de los personajes cambiaron a medida que avanzamos. Desde luego, el personaje de Valentina, la hija de Parnassus, cambió un montón, así como el resto variaron un poco cuando no encajaban como debían”.
“Rompimos la reglas un poco. Se supone que te tienes que centrarte en un personaje principal. Esa es una de las recetas del éxito, tener un personaje central con quien la audiencia se identifique. Pero ésta es una pieza grupal y aunque aquí se llame Dr. Parnassus, y sea él el centro de atención, donde todo gira alrededor suyo, la historia del resto también engancha”.
“La imaginación es el eje central. La importancia de la imaginación a la hora de vivir y de pensar, etc, es algo muy de Terry. Durante algún tiempo, ha cogido otros guiones y libros y los ha hecho suyos, es decir, consiguiendo que se identifiquen como la obra de Terry Gilliam. Pero creo que esta vez va mucho más allá que cualquiera de sus trabajos más recientes. Ha sido algo más que una contribución. Se ha involucrado mucho más, identificándose aún más. Esta es la película más Terry Gilliam de los últimos tiempos. Terry siempre se lanza a todo aquello que hace con una tremenda energía y vigor, pero tiene que compensarle. Le tiene que recompensar y creo eso es lo que ocurrió con ‘Brazil’ y en cierta manera con ‘Munchausen’. Tiene una cualidad muy visceral que le impide refrenarse cuando se compromete con algo. En esta película se ha comprometido al 120% y, tiene todas las papeletas para dar más de él que en ningún otro de sus recientes trabajos”.
“No estoy seguro de quién es la autobiografía” confiesa Gilliam. “Creí que se trataba de la mía, pero ya no estoy seguro. Trata sobre la lucha de la gente creativa, de los artistas… Intentan inspirar a otros, animándoles a abrir los ojos para apreciar la verdad del mundo, aunque muchos no lo consiguen. Esa es la verdad”.
“Es una idea trágica y mágica a la vez. Un grupo de gente fuera de lo común en un teatro impresionante, que viaja alrededor de Londres, pero nadie se fija en ellos. Estoy convencido de que en el mundo moderno la gente no ve ya lo que de verdad es importante. Todo el mundo está atrapado en sus Ipods, en sus videojuegos o en jugar a ser bróker, todo ello muy interesante y una gran pérdida de tiempo, mientras ocurren cosas realmente importantes y extraordinarias y nadie se repara en ellas”.
“Hice algunos storyboards por primera vez en mucho tiempo” recuerda Terry Gilliam alegremente. “Por eso disfruté tanto. Era como volver a mis primeras películas en las que me encargaba de las ilustraciones yo sólo. Es una parte del proceso de ejecución de un guión que me encanta. Sentarse, empezar a dibujar y entonces todo se transforma y se transforma en algo completamente diferente. Me encanta. No vuelvo a leer el guión, si no que lo reescribimos basándonos en lo que he dibujado. Construimos modelos, utilizamos infografías y mezclamos todo, intentando confundir al resto, para que no puedan ver el mundo que estamos creando. Es un truco de magia…
Amy Gilliam daba sus primeros pasos como productora, trabajando en Vancouver junto con el oscarizado William Vince, cuando se enteró de que su padre estaba trabajando en un nuevo guión. “Después de trabajar en la industria cinematográfica durante más de doce años, habiéndome hecho un hueco por mí misma, uno de mis más grandes deseos era producir un día una película junto a mi padre” recuerda. “Cuando leí el guión, fue como si aglutinara todo aquello con lo que había crecido, la imaginación y la aventura, siendo el resultado casi mágico. No es la historia de mi juventud, pero hay muchos elementos que llevo dentro de mi corazón y han formado parte de mis vivencias. Terry estaba muy ocupado buscando financiación y me dije a mí misma que quería hacerlo. Sería fantástico conseguirlo”. Bill Vince vio el entusiasmo, la energía y la pasión que puse en el proyecto, y él es el tipo de hombre que si cree en algo o alguien, quiere que se haga realidad”.
Samuel Hadida se unió a Bill y a Amy como productor, que ya había sido el distribuidor de la película de Gilliam ‘Los Hermanos Grimm’ en Francia. Le había sorprendido el guión y se quedó maravillado cuando Terry le presentó el libro de arte guionizado que había hecho para ilustrarle la historia. “Nos ayudó a visualizar y coger el sentido que queríamos conseguir. Es una película muy visual con muchos efectos especiales y resultó genial ver que todos nos encontrábamos en la misma onda. Estábamos recreando este mundo en un guión gráfico y pudimos ver un anticipo sobre cómo queríamos que fuera el concepto de imaginación y el aspecto del film. Fue un reto enorme”.
“El diseño del Imaginario probablemente viene de los teatros infantiles de Pollock en Londres” explica Gilliam. “Cuando vine por primera vez había una tienda que todavía existe hoy. Hacen estos teatros victorianos de juguete con trozos de cartón recortado, que siempre me han resultado muy misteriosos. Fui al Museo de la Juventud, porque sabía que tenían algunos modelos antiguos, saqué fotos de varios y jugué con ellos con photoshop”.
“Para los diseños de la parte exterior del Imaginario, teníamos libros esotéricos, de símbolos herméticos y de Robert Fludd. Siempre me han encantado esos temas. No entiendo la mitad de lo que quieren decir, pero nos provocaban ideas, así que empezamos a juntarlas todas y a que formaran parte del teatro. Hay serpientes, demonios, ojos endemoniados, pentagramas, etc. Todo tipo de cosas, probablemente una mezcla de todo tipo de elementos arcanos que existen. La imaginería e iconografía medieval es muy imaginativa. Los alquimistas trataban de describir el mundo, intentando describir el cosmos, tratando de darle sentido visual y filosófico a todo. Es completamente lo opuesto a la realidad actual, pero me impacta mucho más que nuestra visión actual de la realidad”.
“Ahora que hemos acabado el rodaje, sé mejor sobre qué va la película que cuando Charles y yo estábamos con el guión. A menudo tengo la sensación de que hago un film para saber qué es lo que estoy haciendo. Sabíamos que nos enfrentábamos a una encrucijada. El tipo que puede que sea el demonio y el tipo que pueda que sea Dios, pero no son ni lo uno ni lo otro, están muy por debajo, son demiurgos (especie de divinidades según Platón). Así que intercambiamos lo que cada uno ofrece al mundo. Parnassus ofrece la oportunidad de ampliar tu imaginación, pero eso no quiere decir que vaya a ser fácil o agradable. Nosotros siempre elegíamos las opciones que Parnassus ofrece, intentar elegir el correcto, alcanzando una especie de iluminación, pero siempre tras un tortuoso camino. El camino más fácil siempre es con Mr. Nick. Mientras hacíamos el guión, no paramos de cambiar lo que Mr. Nick vendía. En la versión final, éste vende la idea del miedo, de la inseguridad. Se ayuda de la debilidad, mientras que Parnassus juega con que algunas personas son fuertes y están dispuestas a correr riesgos.
Tony se pregunta sobre Parnassus que “si tiene ese poder para controlar las mentes de la personas, cómo es que no gobierna el mundo.” Anton contesta con una frase que siempre me ha gustado: “No quiere gobernar el mundo, quiere que el mundo se gobierne solo, que tenga responsabilidad. Es importante hacer crecer ideas como ésta”.