Estreno en España: 29 Febrero 2008
Puntuación:
Sinopsis
Ocho desconocidos, con ocho puntos de vista diferentes, intentan descubrir la verdad tras un intento de asesinato al presidente de los Estados Unidos. Thomas Barnes (Dennis Quaid) y Kent Taylor (Matthew Fox) son dos agentes del Servicio Secreto encargados de proteger al presidente Ashton (William Hurt) en una cumbre sin precedentes sobre la guerra internacional contra el terrorismo. Cuando el presidente es disparado poco después de llegar a España, surge el caos y las vidas de distintas personas coinciden en la caza del asesino. Entre la multitud se encuentra Howard Lewis (Forest Whitaker), un turista americano que cree que ha filmado al francotirador con su cámara de vídeo. También allí, relatando el acontecimiento histórico a millones de espectadores de todo el planeta, está la productora de noticias para la televisión americana Rex Brooks (Sigourney Weaver). A medida que ellos y otros van dando a conocer sus historias, las piezas del puzzle empiezan a encajar, y se hará evidente que hay motivaciones mucho más oscuras de lo que parece a simple vista.
Crítica de Cine.com
por Leo Aquiba Senderovsky
¿Qué es el cine americano sino entretenimiento? ¿Qué es sino espectáculo? Estos dos conflictivos términos articulan una industria entera destinada a brindar precisamente eso: Entretenimiento y espectáculo. Parece algo sencillo, pero es más complejo de lo que parece. Observemos En el punto de mira. Procuremos mirarla con los ojos adecuados. Descartemos cualquier implicación con la actualidad política. Dejemos de lado todo atisbo realista. Si pensamos en lo primero, toda España debería enfurecerse ante esta película, que sitúa el atentado en Salamanca (cuya Plaza Mayor fue reconstruida en estudios para la ocasión). Si tenemos en cuenta lo segundo, no nos creeríamos muchas de las secuencias (¿A Forest Whitaker le da el físico para semejantes muestras de heroísmo? ¿Y qué me dicen de Dennis Quaid saliendo sin un rasguño de un descomunal accidente automovilístico?). Poco importan los previsibles giros y las pequeñas y obvias trampas que hábilmente oculta el guión. Ya lo dijo Hitchcock: “Es sólo una película”. Tampoco deberíamos pensar en la construcción coral del hecho, algo muy visto de Rashomon a la fecha. Luego de plasmar todos los puntos de vista, termina apelando a una narración omnisciente para atar todos los cabos, sumar varias vueltas de tuerca y resolver la película. Nada de esto importa. Cuando uno se acerca a una película con ojos desprejuiciados, cuesta dejar de disfrutar un producto como este. Un guión que acierta dosificando la información a lo largo del metraje, una vibrante y muy correcta dirección y un mejor montaje, son los instrumentos principales de esta película. No hacen falta grandes actuaciones, cada uno hace lo que le corresponde, consciente de su función en este relato coral. En el punto de mira busca brindar un genuino entretenimiento de principio a fin, y lo consigue con enormes méritos, logrando el espectáculo más estimulante en mucho tiempo, incluso más entretenido que Soy leyenda.
Dirección: Pete Travis.
País: USA.
Año: 2008.
Duración: 90 min.
Género: Drama, thriller, acción.
Elenco: Dennis Quaid (Thomas Barnes), Matthew Fox (Kent Taylor), Forest Whitaker (Howard Lewis), Sigourney Weaver (Rex Brooks), William Hurt (presidente Ashton), Bruce McGill (Phil McCullough), Ayelet Zurer (Verónica), Edgar Ramirez (Javier), Eduardo Noriega (Enrique), Saïd Taghmaoui (Suarez).
Guión: Barry L. Levy.
Producción: Neal H. Moritz.
Música: Atli Örvarsson.
Fotografía: Amir Mokri.
Montaje: Valdis Óskarsdóttir.
Diseño de producción: Brigitte Broch.
Vestuario: Luca Mosca.
Estreno en USA: 22 Febrero 2008.
Biofilmografía de Pete Travis
Su primer largometraje, Omagh, logró numerosos premios en todo el mundo, incluido el New Directors Discovery Award en el Festival de Cine de Toronto de 2004, el de Mejor Película Europea en San Sebastián, un premio de la Irish Film and TV Academy a la Mejor Película Irlandesa y un BAFTA británico. La película muestra la búsqueda de la justicia después de los atentados de 1998 sobre in Omagh, en Irlanda del Norte. Anteriormente, este director nacido en Manchester tomó el mando de la miniserie británica premiada en los Emmy Henry VIII, protagonizada por Ray Winston y Helena-Bonham Carter, además de The Jury, escrita por Peter Morgan, Other Peoples Children y Cold Feet. Ex- trabajador social, Travis se pagó sus estudios de postgrado en la escuela de cine prestando servicios de mensajería en moto. Su primer corto, Faith, basado en una historia de Nick Hornby, lo financió con sus propios ahorros. Convenció a un productor para que igualara su inversión, céntimo a céntimo. El productor quedó asustando cuando se enteró que Travis tenía 12.000 libras.
Filmografía
* En el punto de mira (2008) Director
* Omagh (2005) Director
CÓMO SE HIZO “EN EL PUNTO DE MIRA”
1. El proyecto
El presidente de Estados Unidos está en España para pronunciar un gran discurso sobre el terrorismo. Cuando se está acercando al estrado en mitad de de la Plaza Mayor de Salamanca, abarrotada de gente, se oye un disparo, y en ese momento se desata el caos más absoluto, mientras el presidente cae al suelo. Ésta es la imagen de partida de la nueva película de Columbia Pictures, En el Punto de Mira, un thriller de acción que, para el director Pete Travis, fue la oportunidad de explorar la idea de “la verdad”, y el hecho de que ésta está en el ojo de quien la contempla. A medida que se desarrolla En el Punto de Mira, la película explora el periodo inmediatamente anterior y posterior al intento de asesinato desde los puntos de vista únicos de ocho participantes clave, que van desde el propio presidente y los agentes del servicio secreto que le protegen, hasta un turista que está en la plaza sólo por casualidad. “Si se siguiera sólo una de las historias, nunca se sabría la verdad sobre lo que realmente ha ocurrido”, afirma Travis. “Cuando se ve cada historia, se ve algo distinto que no se sabía antes. Y así es como te das cuenta de que te estás imaginando lo que realmente ha pasado”. Travis señala que, además de las cinco conocidas estrellas estadounidenses y los cuatro excelentes actores internacionales que protagonizan En el Punto de Mira, hay una estrella más: la historia. “Tienes a ocho personas distintas, ocho formas de ver el mundo, ocho piezas de un rompecabezas. Es el sueño de todo director: no puedes resolver el misterio de la película sin ver el mundo desde los puntos de vista de distintas personas. Es una historia que sólo se puede contar en el cine. Una película sobre las distintas formas de ‘ver’. ¡Fantástico!”. Para Dennis Quaid, protagonista principal de En el Punto de Mira, la película supuso la oportunidad de tamizar sutilmente una actuación basada en el punto de vista. “Nosotros nos vemos de una manera, pero los demás nos ven de otra”, explica. “Yo interpreto a mi personaje de una forma cuando la historia se cuenta desde mi punto de vista, pero cuando el punto de mira de la película cambia al de otro personaje, lo interpreto tal y como lo ve ese personaje, y así sucesivamente. Una persona no es vista de la misma manera por otras dos personas”. El guionista Barry Levy añade que los numerosos puntos de vista conducen al caos, y únicamente mediante la comprensión mutua puede hallarse la verdad. “La gente sabe únicamente lo que tiene ante sus ojos, lo que puede entender, y eso limita la comprensión de cada persona sobre lo que está sucediendo”, afirma. “Sólo cuando el público ve el cuadro conjunto, las ocho historias, las ocho piezas del rompecabezas, entenderá qué ha sucedido. En último término, la historia es una historia única, el viaje de un héroe, pero contada desde ocho puntos de vista distintos”.
Para llevar la idea de Levy a la pantalla, el productor Neal H. Moritz recurrió a Travis, cuyo primer largometraje como director, Omagh, narraba el atentado con bomba perpetrado en 1998 en Irlanda del Norte. “La forma en que Pete supo captar la realidad, los personajes o el sonido era totalmente original”, cuenta Moritz. “El original enfoque de Pete hacia el material me hizo entender que En el Punto de Mira estaría en buenas manos”.
Travis y Levy eran totalmente conscientes de que la película que estaban haciendo, por su propia naturaleza, exigía ver las mismas acciones una y otra vez, desde diferentes puntos de vista. “Teníamos que conseguir que tuviera frescura”, afirma Travis. “Al tener que ver las cosas más de una vez, intentábamos asegurar que cada vez se viera algo diferente. Por ejemplo, cuando se ve la plaza por primera vez, se ve como las cámaras la muestran: muchas cámaras, con planos largos y estáticos o cortos y de mano, del mismo modo en que saldría en un telediario. Cuando se ve desde el punto de vista de un agente del servicio secreto, es como caminar en un anfiteatro, y se oye un ruido que no se había oído antes. La multitud, que antes parecía amistosa, tiene un aspecto diferente para un agente del servicio secreto que se acaba de incorporar al servicio tras recibir un disparo un año antes. Cada cara de la multitud es un posible asesino, cada ondear de bandera puede ser una señal para alguien. Intenté rodar esa imagen de forma que se mostrara lo que él siente, para que la historia tuviese un aire diferente cada vez”.
Moritz afirma que los productores utilizaron prácticamente todas las herramientas disponibles para diferenciar las historias. “Ya fuese mediante el uso de distintas lentes, distintas exposiciones, distintos tipos de iluminación, o distintos planos, mediante cámaras de mano, cámaras fijas o grúas, utilizamos distintos trucos para intentar que cada una de las historias pareciese individual, para mantener el interés del público en los giros y vueltas del guión, e invirtiera en la historia de cada personaje”.
Una vez terminado el rodaje, Travis todavía encontró una forma más de dar frescura a la narración: “Cuando empezamos a montar la película, nos aseguramos de que cada historia terminase con una situación tensa. Únicamente al final las historias se acoplan unas a otras y se puede entender lo que pasó”.
Y las ocho historias son necesarias, según Quaid. “Esta película es un rompecabezas, y si se quita una pieza, no se puede ver la imagen completa”, afirma.
En la película aparece un excelente plantel de reconocidos actores, incluidos Dennis Quaid, Matthew Fox, Forest Whitaker, William Hurt, y Sigourney Weaver, así como estrellas internacionales con grandes carreras ascendentes, como el español Eduardo Noriega (protagonista de Abre los ojos, la versión original de Vanilla Sky), la israelí Ayelet Zurer (Munich), el francés Saïd Taghmaoui (El odio), y el actor venezolano Edgar Ramírez (The Bourne Ultimatum).
Quaid cuenta que lo que le atrajo de la película fue la posibilidad de trabajar con su director. “Había visto la película anterior de Pete, Omagh, sobre el atentado terrorista del IRA en Irlanda. Me gustó su estilo realista; hay muchísima acción. Sus películas son apasionantes; sabes que lo que ves son actores, pero tienen la inmediatez de un documental”.
Fox afirma que los giros y cambios de su personaje le atrajeron inmediatamente. “Me fascina el concepto de la perspectiva”, confirma. “Es una gran oportunidad de interpretar a una persona que tú crees que es de una forma, pero resulta ser completamente diferente”.
Whitaker, que el año pasado ganó el Oscar de la Academia al Mejor Actor por su actuación en El último rey de Escocia, añade: “Cuando conocí a Pete, me contó lo que había hecho antes, ¡y resulta que fue trabajador social antes de empezar en el cine! Hablando de diferentes perspectivas… Después de ese primer encuentro, supe que quería hacer esta película, y afortunadamente, todo ha ido bien”.
Quaid añade que En el Punto de Mira era también una oportunidad para ahondar en las películas de acción. “Mientras leía el guión, no me di cuenta de cuánta acción había en la película, pero de hecho hay tiros, bombas que caen, persecuciones tremendas de automóviles… todo muy excitante y muy divertido. Para mí, interpretar las escenas de acción fue como volver a ser un niño”.
Travis señala que la acción subraya las ideas en la película. “Lo excitante de la acción es que muestra las cosas de una forma que no las habías visto antes. Se convierte en parte del punto de vista”, afirma. “La cámara tiene una gran energía kinésica, visceral, como si fuesen tomas de mano: la idea es hacerla participante de la acción. Cuando la gente corre, la cámara corre con ellos, cuando entran en una habitación, la cámara los sigue. Durante la persecución automovilística, cuando uno de los coches choca y la cámara da vueltas dentro del coche, ése era nuestro fabuloso coordinador de especialistas, Spiro Razatos, que mantuvo la cámara firme mientras recibía el golpe.
Para hacer la persecución más real, Travis y Razatos vieron sus persecuciones favoritas del cine buscando inspiración, y después planearon la suya hasta el mínimo detalle. “Nos sentamos con un montón de juguetes y planeamos cada efecto especial, y después hicimos una descripción con viñetas, pensando: ¿qué se siente realmente en una persecución?
“En cierto modo, es también un punto de vista”, continúa. “Cuando ves a Dennis Quaid conducir, con la cámara detrás mirando por encima de su hombro qué es lo que está persiguiendo, no estás solo viendo cómo persigue a alguien, más bien estás allí con él, en la persecución con él, y es más real y más excitante”.
A Moritz le entusiasmaba la idea de hacer la película como un homenaje a una de sus favoritas. “Rashomon es un clásico de cuatro estrellas y, aunque esa película juega en una liga propia, es apasionante explorar algunos temas comunes”, narra entusiasmado. “Incluso con las mejores intenciones, todos interpretamos las cosas de forma distinta. Si una película puede excitarte sobre una idea, y al mismo tiempo incluir una persecución apasionante, reúne lo mejor de ambos mundos”.