Estreno en España: 6 Marzo 2009
Puntuación:
Sinopsis
Walt Kowalski (Clint Eastwood), un trabajador del automóvil jubilado, ocupa su tiempo con reparaciones domésticas, cerveza y visitas mensuales al peluquero. Aunque el último deseo de su difunta esposa fue que se confesara, para Walt, un resentido veterano de la Guerra de Corea que mantiene su rifle M-1 limpio y listo, no hay nada que confesar. Aquellos a los que solía considerar sus vecinos se han trasladado o han fallecido y han sido sustituidos por inmigrantes hmong, del sudeste asiático, que él desprecia. Ofendido por prácticamente todo lo que ve: los aleros caídos, el césped descuidado y los rostros extraños que le rodean; las pandillas sin propósito de adolescentes hmong, latinos y afroamericanos que creen que el barrio les pertenece; los extraños inmaduros en que se han convertido sus hijos; Walt sólo espera a que llegue su última hora. Hasta la noche en que alguien intenta robar su Gran Torino del 72. Tan reluciente como estaba el día en que el propio Walt ayudó a sacarlo de la cadena de montaje hace décadas, el Gran Torino hace que su tímido vecino adolescente, Thao (Bee Vang), entre en su vida cuando los pandilleros hmong presionan al chico para que intente robarlo. Pero Walt lo impide, convirtiéndose en el reacio héroe del barrio, especialmente para la madre y la hermana mayor de Thao, Sue (Ahney Her), quien insiste en que Thao trabaje para Walt para enmendar su conducta.
Crítica de Cine.com
por Leo Aquiba Senderovsky
Gran Torino es la despedida formal de Clint Eastwood de la pantalla. Desde ya que no es solo eso, tratándose de una película del viejo Clint hay mucha tela para cortar, pero una película que se promociona como la última vez que Clint se pondrá frente a las cámaras, no puede dejar de ser eso en primer lugar. A Eastwood no se lo conoce por amenazar, sino por actuar. Y si Clint afirma que este es su retiro definitivo de la actuación, habrá que creerle. A fin de cuentas, no eligió cualquier personaje para despedirse. Aquí compone a Walt Kowalski, un ser reaccionario, duro, de poco trato con su familia y que se siente amenazado por los inmigrantes que vinieron a copar su vecindario. El viejo Walt combatió en la Guerra de Corea y parece no haber podido salir nunca de allí. En los rostros de sus vecinos ve las caras de los enemigos a los que tuvo que enfrentar en aquella guerra. En definitiva, su Walt Kowalski no dista de los personajes duros e inmutables que compuso en toda su carrera, principalmente en sus gloriosos westerns. Pero el personaje duro ha arribado al otoño de su vida, y por más que se atreva a actuar heroicamente, por más que no tenga problemas en salir de su casa armado con una escopeta para enfrentar a sus vecinos, está viejo y enfermo. Ha enviudado hace poco, y su cuerpo tiende a encorvarse abruptamente cada vez que tose sangre. Está viejo, enfermo y solo, sus hijos prefieren mantenerse lejos de él, y solo encuentra compañía en su viejo e impecable Gran Torino. Todo eso hasta que comienza a defender a sus vecinos, una familia oriental, del ataque de una pandilla que pretende obligar a uno de ellos, primo de uno de los integrantes de la pandilla, a integrarse a las actividades criminales del grupo. Gran Torino no trata de un viejo que se ablanda y deja su racismo a un lado, por más que sea esto lo que más llame la atención de esta historia. En realidad trata de un viejo que, con los pocos cartuchos que le quedan en su vida, decide salir a buscar al héroe que enterró décadas atrás. Y ese trayecto pinta por completo el cine del gran Clint Eastwood. Sus películas siempre son un símbolo de la narración clásica en su estado puro. El viejo Clint se ha mostrado siempre como el único director contemporáneo que ha reivindicado el cine clásico, el único y verdadero sobreviviente de esta forma de hacer y entender el cine, y esta no es la excepción. Pero más allá de eso, Gran Torino es su propio, último y verdadero retrato. De más está decir que Eastwood no es Kowalski, no es un ser irritable, racista y reaccionario, porque si lo fuera, no habría posibilidad de redención para el personaje, no sería capaz de cambiar. Y Kowalski será un reflejo del envejecimiento de Eastwood, pero difícilmente hoy Clint sufra los achaques que padece el viejo Walt. Sí se parecen en el trayecto que ambos recorren. El maestro podría haber elegido despedirse de las cámaras de cualquier manera y con cualquier personaje. Pero elige encarnar un personaje que representa sus propios dilemas sobre la vejez, y a su vez la necesidad de tomar las armas e ir en busca del héroe que hace tiempo dejó atrás. Con el desolador final, llegamos a la previsible conclusión de que ya no son épocas para héroes, pero qué lindo eran aquellos viejos tiempos en los que estos triunfaban y llevaban consigo el amor de la gente. Lo único que nos queda hoy es un Gran Torino del 72, para que las nuevas generaciones se adueñen de él, siempre y cuando sepan manejarlo, quererlo y cuidarlo. Un auto viejo y reluciente que se parece mucho al viejo y reluciente cine clásico que Eastwood, con la sabiduría que le han dado los años y con una notable y siempre coherente carrera tanto frente como detrás de cámara, se ha ocupado de enseñar y adoctrinar, para que las nuevas generaciones aprendan a quererlo y honrarlo como solo grandes como él han sabido hacer.
Lo mejor de la película: Eastwood, siempre Eastwood, en un personaje que recobra por última vez todo su brillo heroico de antaño.
Lo peor de la película: Por un lado, que con este personaje, Eastwood dice adiós a la actuación. Por otro lado, que el maestro se nos va, y eso es tan triste como irremediable.
Dirección: Clint Eastwood.
País: USA.
Año: 2008.
Duración: 116 min.
Género: Drama.
Elenco: Clint Eastwood (Walt Kowalski), Christopher Carley (padre Janovich), Bee Vang (Thao), Ahney Her (Sue), Brian Haley (Mitch), Geraldine Hughes (Karen), Dreama Walker (Ashley), Brian Howe (Steve), John Carroll Lynch (Martin), William Hill (Tim Kennedy), Brooke Chia Thao (Vu).
Guión: Nick Schenk; basado en un argumento de David Johannson y Nick Schenk.
Producción: Clint Eastwood, Robert Lorenz y Bill Gerber.
Música: Kyle Eastwood y Michael Stevens.
Fotografía: Tom Stern.
Montaje: Joel Cox y Gary D. Roach.
Diseño de producción: James J. Murakami.
Vestuario: Deborah Hopper.
Estreno en USA: 9 Enero 2009.
Biofilmografía de Clint Eastwood
Clinton Eastwood Jr. (San Francisco, 31 de mayo de 1930) es un actor, músico, productor y director de cine estadounidense.
Sus padres fueron Clinton Eastwood Sr. y Margaret Ruth (Runner) Eastwood. Nació en San Francisco y se crió en Oakland, después de ir de una ciudad a otra con su padre en busca de trabajo durante la Gran Depresión. Éstos no podían permitirse pagarle estudios superiores por lo que, tras acabar los estudios primarios, tuvo que empezar a trabajar en diversas labores como leñador, albañil, pianista, bombero forestal, limpiapiscinas, obrero del metal y muchos otros más que ejerció para ganarse la vida.
Cumplió el servicio militar como instructor de natación en Fort Ord. Esto le permitió ahorrar unos dólares con los que pudo pagarse unas clases de arte dramático en Los Angeles College.
Cabe destacar que fue fuertemente influenciado por dos amigos que conoció en el campamento militar, David Janssen, que luego fue famoso por su papel como actor en la serie “El fugitivo”, y Martin Milner, que realizó otra serie titulada “La vida de Ritley”. Gracias a ellos logró un contrato con la Universal de 76 dólares semanales, garantizadas cuarenta semanas al año de trabajo en sus estudios. En esa época los grandes estudios tenían una política llamada del Star-system, con la que se encargaban de formar y pulir a las futuras estrellas.
En 1953, a los 23 años, se casó con Maggie Johnson, que sería la madre de sus hijos Kyle y Alison, y un año después debutó en una película llamada “Revenge of the creature” con el director Jack Arnold, repitiendo con él en la película “Tarántula”. El mismo año (1955), trabajó en films como “Francis in the navy” o “Lady Godiva”.
Pasó seis años trabajando en televisión, en una serie llamada “Rawhide”. Esto hizo que su innegable apostura y buen parecido se hiciera muy popular en los medios.
Pero su gran salto a la fama fue en 1964, cuando James Coburn rechazó el papel protagonista de “Magnificent Stranger” de Sergio Leone, rodada en Almería. La película acabó titulándose “Por un puñado de dólares”. Anecdóticamente, Eastwood tuvo que aportar su propio vestuario, comprando el poncho que seria famoso en las siguientes películas de Leone.
Con los famosos films llamados spaguetti westerns “Por un puñado de dólares”, “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”, Clint Eastwood se embolsó la cifra de 270.000 dólares. Eastwood estampa en estos films su clásica figura de duro y sin piedad.
En su país, trabajó en esta primera época con actores de la talla de Richard Burton, Lee Marvin, Shirley MacLaine, Telly Savalas y Donald Sutherland, consagrándose como una estrella de acción del celuloide. Su imagen se hizo muy popular en extremo, a tal modo que muchos imitaban su forma de ser y solicitaban su autógrafo en todo lugar que fuere. En esa época, Eatswood gustaba además de pasear con un orangután como mascota.
En 1971, decide dirigir su primera película, “Escalofrío en la noche”.
Ese mismo año, Don Siegel le ofrece el papel que marcará su carrera interpretativa, “Harry el sucio”, en el que retorna al hombre duro y sin piedad de las anteriores películas, pero convertido en agente de la ley. Más tarde vendría Harry el fuerte, una secuela de la serie. Por estas actuaciones Eastwood se consagró definitivamente estrella del cine y lo enmarcó como duro.
En un principio se pensó que la interpretara John Wayne, pero no se atrevió, al pensar que podría ser negativo para su imagen por su polémica “violencia gratuita”.
Reavivando la pobre llama del western, realiza dos películas “Joe Kidd” e “Infierno de cobardes”, su segunda película como director.
Por temor a ser encasillado de machista y de fascista tras protagonizar sus siguientes películas, “Harry el fuerte” y “Harry el ejecutor”, elige interpretar las películas “Un botín de 500.000 dólares”, “Licencia para matar” y “El fuera de la ley”.
En 1986 entra en la vida política como alcalde por el Partido Republicano, de Carmel, la ciudad donde reside habitualmente y un año después abandona el cargo por la falta de tiempo para realizar sus películas, pero ya como director y actor.
En 1988 crea su propia productora Malpaso Productions.
Su vida sentimental sufre un brusco cambio al conocer a la actriz Sondra Locke, mientras rueda “Ruta suicida”, de la que terminaría enamorándose y provocando la ruptura con su esposa Maggie Johnson, después de 35 años de matrimonio.
La relación sentimental entre Sondra y Clint, terminaría en 1989, debido a su romance con la también actriz Frances Fisher (“Sin perdón” o “Titanic”), con la que tendría una hija. Siete años después terminaría casándose con la periodista latina Dina Ruiz.
Experimentando como director y evolucionando hacia una etapa más creativa realiza varias películas seguidas, interpretadas por el mismo, destacan “Firefox”, “Impacto súbito”, “El jinete pálido” y finalmente “El sargento de hierro”.
Por su pulido y exitoso trabajo, en 1991 recibe el Premio Irving G. Thalberg a su trayectoria en la gala de entrega de los Premios Óscar.
A partir de ese momento dirige una serie de películas que le convertirán en uno de los directores más destacados de los años 90: tras “Bird” y “Cazador blanco, corazón negro”, dirige la que algunos consideran su mejor película, “Sin perdón” (llamada también en Hispanoamérica “Los Imperdonables”), que a la larga se convierte en clásico de los western, que fue galardonada con un Globo de Oro al mejor director y 4 Oscar, entre ellos el de mejor película y mejor director siendo también candidato como mejor actor.
En “Un mundo perfecto” se dirigió a sí mismo y compartió cartel con uno de los intérpretes de moda en ese momento, Kevin Costner, tras lo cual filmó “Los puentes de Madison”, donde su calidad interpretativa se reafirma compartiendo cartel con Meryl Streep.
Dirige a su propia hija en “Medianoche en el jardín del bien y del mal” (1997) y en el año 2000 junto a los renombrados actores, Tommy Lee Jones, Donald Sutherland y James Garner, protagoniza y dirige “Space Cowboys”, segunda película más taquillera de los Estados Unidos ese año.
“Mystic River”, película que dirige en 2003, significa la vuelta de Eastwood al drama. Con esta película consigue seis candidaturas a los Premios Óscar, entre ellas mejor película y mejor director, ganando dos premios (al mejor actor y al mejor actor de reparto).
En 2004, dirige y protagoniza junto a Morgan Freeman “Million Dollar Baby”, una excelente película de corte dramático que reedita el éxito cosechado con “Sin perdón”, y que le hace ganar su segundo premio Oscar como mejor director, además de conseguir el premio a la mejor película.
En 2006 vuelve a su faceta como director y dirige dos películas llamadas “Banderas de nuestros padres” (basada en la novela escrita por uno de los hijos supervivientes de la batalla) y “Cartas desde Iwo Jima”. La película Cartas desde Iwo Jima cuenta las experiencias de la Batalla de Iwo Jima desde los puntos de vista estadounidense y japonés respectivamente. Cartas desde Iwo Jima ganó el Globo de Oro 2007 en la categoría de mejor película de habla no inglesa. Eastwood fue doblemente nominado al premio al mejor director, pero no le fue concedido.
Además de sus facetas como actor, director y realizador, Clint Eastwood compone discos de jazz y posee varias empresas deportivas y hosteleras, entre ellas un complejo turístico de lujo en la localidad de Monterey Country. Clint tiene fama de ser un hombre deportista, de hecho siempre ha fomentado una imagen referente, en que el deporte forma parte de su vida y pese a su edad mantiene un buen estado físico.
Políticamente se considera un libertario.
Filmografía
# 2008: Gran Torino (Gran Torino)
# 2008: Changeling (El intercambio)
# 2006: Letters from Iwo Jima (Cartas desde Iwo Jima)
# 2006: Flags of Our Fathers (La conquista del honor / Banderas de nuestros padres)
# 2004: Million Dollar Baby (Golpes del destino)
# 2003: Mystic River (Río Místico)
# 2002: Blood Work (Deuda de sangre)
# 2000: Space cowboys (Jinetes del espacio)
# 1999: True Crime (Crimen verdadero / Ejecución inminente)
# 1997: Midnight in the Garden of Good and Evil (Medianoche en el jardín del bien y del mal)
# 1997: Absolute Power (Poder absoluto)
# 1995: The Bridges of Madison County (Los puentes de Madison)
# 1993: A Perfect World (Un mundo perfecto)
# 1992: Unforgiven (Los imperdonables / Sin perdón / Lo que no se perdona)
# 1990: White Hunter Black Heart (Cazador blanco, corazón negro)
# 1990: The Rookie (El principiante)
# 1988: Bird (Bird / El saxofonista)
# 1986: Heartbreak Ridge (El guerrero solitario / El sargento de hierro)
# 1985: Pale Rider (El jinete pálido)
# 1983: Sudden Impact (Impacto fulminante / Impacto súbito)
# 1982: Honkytonk man (El hombre de Honkytonk / Aventurero de medianoche)
# 1982: Firefox: el arma definitiva (Firefox)
# 1980: Bronco Billy (Bronco Billy)
# 1977: The Gauntlet (Ruta suicida )
# 1976: The outlaw Josey Wales (El fugitivo Josey Wales / El fuera de la ley)
# 1975: The Eiger Sanction (Licencia para matar)
# 1973: Breezy (Primavera en otoño)
# 1973: High Plains Drifter (La venganza del muerto / Infierno de cobardes)
# 1971: Play misty for me (Obsesión mortal / Escalofrío en la noche)
CÓMO SE HIZO “GRAN TORINO”
1. El proyecto
Clint Eastwood, actor y director cuya filmografía abarca algunas de las películas más perdurables y simbólicas de todos los tiempos, no ha vuelto a interpretar ninguna película desde su ganadora de un Oscar, en el año 2004, “Million Dollar Baby”. “No tenía previsto interpretar muchos más papeles, pero esta película tenía un papel para mi edad y el personaje parecía hecho a mi medida, aunque no era el caso. Me gustó el guión. Tiene alguna que otra sorpresa y escenas divertidas”, comenta Eastwood. “Gran Torino” llegó a la productora de Eastwood, Malpaso, de la mano de Nick Schenk, guionista novel que escribió el guión a partir de una historia que concibió con Dave Johannson. “Se basaba en su experiencia en Minnesota y en gente que conocían”, comenta Robert Lorenz, socio de confianza y productor de toda la vida de Eastwood. “Conseguimos el guión gracias a Bill Gerber, que lo había recibido de Jeanette Kahn. Lo empecé a leer rápido, sin pensar necesariamente en que fuera una película que pudiera interpretar Clint, pero cuando llevaba aproximadamente la mitad reduje el ritmo de lectura y empecé a asimilarlo. Era realmente bueno, así que lo leí una segunda vez y me encantó. Con Clint he aprendido a no alabar las cosas en exceso, así que se lo di, diciéndole, ‘No se si te gustaría hacer esto o participar en ello, pero disfrutarás leyéndolo’. Entonces, me llamó y me dijo, ‘Realmente me ha encantado ese guión’. Y así empezó todo”. Schenk comenta que el personaje de Walt Kowalski no se creó pensando en un actor concreto. “Walt tiene un poco del profesor de manualidades que ha tenido todo el mundo o incluso del padre que te está observando cómo vuelves a montar tu bici y atornillas todas las piezas. Creo que todo el mundo conoce a alguien así”, señala Schenk. Procedente de Minnesota, Schenk trabajó en una fábrica con una serie de familias hmong, la poco conocida comunidad de Laos y de otras partes de Asia que se alió con los Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam, que se habían establecido en Minnesota. “La cultura hmong es un tanto invisible”, afirma Schenk.
Walt, que hace comentarios racistas con la misma facilidad que la mayoría de la gente usa los sustantivos y los verbos, parece ser un racista impenitente, pero según va relacionándose indirectamente con la gente hmong que se ha mudado a su barrio, las capas de hostilidad desparecen. “En Corea, Walt hizo cosas que le obsesionan y ve esos rostros en sus vecinos”, observa Schenk. “Para Walt, todos los asiáticos son iguales, como si todos se hubieran mezclado en una licuadora. Y resulta que existe otra cultura que no conoce y, según va conociéndolos más, empieza a reflexionar sobre sus experiencias en Corea”.
El productor, Bill Gerber, menciona que “Gran Torino” recuerda las relaciones exploradas en todos los trabajos de Eastwood. “Clint, siempre ha tratado los temas complejos de la raza, la religión y los prejuicios de un modo honesto, que a veces puede ser políticamente incorrecto, pero que siempre es auténtico. Gracias a que conoces a Clint, entiendes que tiene más cosas en común con Walt de lo que se ve. Empiezas sin saber nada de él y entonces comienzas a ver cómo es en el fondo, gracias a su relación con esa gente”, comenta Gerber.
“Retrospectivamente, no puedo pensar en nadie más aparte de Clint Eastwood que pudiera haber hecho esta película e interpretado este papel”, añade Dave Johannson. “Como director de cine Clint es muy parco y además no se inmuta, no importa lo desagradable que sea el tema. Como actor, necesitó cierto grado de valentía para interpretar a Walt, quien, por no decir algo peor, al principio no es un personaje muy comprensivo. La intolerancia de Walt es algo que le ha acompañado durante 60 años, y tener el valor para cambiar algo de uno mismo que está tan arraigado, especialmente a una edad avanzada, es algo extraño y difícil. Walt es un hombre físicamente duro, pero la historia le obliga a mostrar valor emocional”.
La historia se desarrolla tras la muerte de la esposa de Walt, Dorothy, cuando Walt ha llegado al último capítulo de una vida que se ha caracterizado en gran medida por inolvidables experiencias en Corea y sus 50 años en la fábrica local de Ford. Sin embargo, ahora hace mucho tiempo que la guerra pasó, la fábrica ha cerrado, su esposa ha fallecido y sus hijos, ya adultos, apenas tienen tiempo para él. “Walt ha trabajado duro y a sus hijos las cosas les han ido bastante bien”, comenta Eastwood. “Ha perdido a su esposa y se ha distanciado de sus hijos adultos. Se han marchado y le han dejado, parece como si les estorbara. Sin embargo, algo a tener en cuenta en defensa de sus hijos, Walt no es un tipo fácil de manejar, es demasiado gruñón, y, por supuesto, los nietos llevan piercings y ese tipo de cosas que él no aprueba”.
“Es muy duro tener a Walt como padre”, comenta Brian Haley, quien interpreta a Mitch Kowalski. “Mitch es lo contrario que su padre. Walt es un obrero muy trabajador y su hijo es un yuppie superficial de clase media. Tienen una relación complicada. Walt no sabe cómo hablar a su hijo y Mitch no sabe cómo llegar a su padre”.
Complicando el deseo de Walt de que le dejen en paz está el cura de su difunta esposa, el Padre Janovich, quien insiste en perseguir el último deseo de la esposa de Walt, conseguir que éste se confiese. “Bromeo con que mi papel es básicamente aparecer en la puerta y hacer que Clint Eastwood me de con ella en las narices”, comenta Christopher Carley, quien interpreta el papel del cura. “El Padre Janovich está intentando llegar a Walt sin saber realmente cómo hacerlo o, incluso, cómo conseguir que Walt mantenga una conversación con él. A Walt no le impresiona el hecho de que sea un clérigo. Simplemente le considera un ‘joven de 27 años, virgen y excesivamente educado’. Walt le deja claro que no le interesa la forma normal de tratar a las personas”.
“La predisposición de Walt en contra del cura probablemente se deba a muchos motivos diferentes, pero principalmente se debe a que parece un crío”, comenta Eastwood. “Está intentando por todos los medios que Walt se confiese, sin embargo, Walt piensa que es un tipo recién salido del seminario con un ‘manual de ayuda’ y eso contribuye a una relación no demasiado recíproca. El ‘padre”, como le llama Walt, es un joven decidido, pero al final, Walt lo hace a su manera”.
Uno de los únicos placeres reales de Walt es sacar brillo a su Ford Gran Torino construido en 1972 y cuidadosamente conservado en su garaje, debajo de una lona de seda, durante todos estos años. De hecho, el propio Walt instaló su barra de la dirección durante el tiempo que trabajó en la fábrica de Ford. “El Gran Torino es su orgullo”, afirma Eastwood. “Walt es de los que piensan es el Gran Torino. Lo único que hace con él es dejarlo aparcado en el garaje. Y de vez en cuando lo destapa y saca brillo. Walt con un vaso de cerveza, mirando su coche, es lo mejor para él en esta etapa de la vida”.
En medio de una calle en decadencia de modestas casas de dos plantas, destaca la casa de Walt, con su pintura prístina, sus arbustos cuidadosamente podados y la bandera americana ondeando con orgullo. No está feliz con el cambio que ha dado el resto de su vecindario. “Walt es un tipo que está muy, pero que muy preocupado por el cambio que ha dado su mundo”, comenta Eastwood. “Se crió en un barrio de Michigan lleno de trabajadores del automóvil, como él, probablemente un alto porcentaje de americanos de origen polaco, como él. Así que, cuando ve que su vecindario cambia, se desanima”.
Mientras que las casas cercanas se han deteriorado, la de Walt se ha mantenido impecable gracias a un hombre acostumbrado a trabajar con sus manos. “Es el único que resiste en la comunidad”, comenta Lorenz. “En muchos sentido, está en cierto modo atrapado en el pasado. Y emocionalmente, sabemos que hay en él algo que no le ha dejado progresar como persona. Este dilema se refleja en cada aspecto de su vida”.
Igualmente aislado está el vecino de Walt, Thao, de 16 años, que vive en una casa con su madre, su abuela y su hermana mayor. “Es el único varón de la familia, sin ningún modelo varón a imitar o del que aprender”, describe Bee Vang, un novel actor que obtuvo el papel de Thao. “Es un tipo difícil e inseguro de sí mismo porque está rodeado de todas esas mujeres dominantes. Necesita un modelo a imitar y lo encuentra en Walt”.
Thao es un chico tímido, salido del instituto pero sin trabajo, que se ve presionado para unirse a una pandilla hmong especial, encabezada por un adolescente llamado Smokie y el primo de Thao, a quien se conoce con el nombre de Spider. “Dondequiera que vaya Thao, alguien le elige”, comenta Sonny Vue, que interpreta el papel de Smokie. “No puede hacerse valer, así que ahí estará la pandilla para respaldarle. Convertirse en pandillero era importante porque podían defenderse unos a otros de otras pandillas del barrio. Sin embargo, las cosas se descontrolan cuando se sienten amenazados por Walt, creen que cuanto más duros sean, más valientes parecerán”.
Como primera generación de americanos hmong, Smokie y Spider no tienen a sus mayores para que les guíen del modo en que lo hicieron las generaciones hmong anteriores, porque sus mayores lo están pasando peor que ellos asimilándolo. “Intentas vivir en dos culturas”, comenta Doua Moua, quien interpreta el papel de Spider. “Así que hay mucha rebeldía y eso hace que muchos varones adolescentes se unan y creen un grupo para intentar adaptarse al mundo que les rodea. Muchas de las chicas están más vinculadas al hogar y a la familia, con lo que sus madres pueden aconsejarlas y no tienen que rebelarse tanto contra su cultura y sus padres”.
La prueba que idean Smokie y Spider para admitir a Thao en la pandilla es robar el preciado Gran Torino de Walt. “Thao está intentando demostrar que puede ser valiente e intentando averiguar a qué mundo pertenece”, comenta Vang. Pero el intento de robo dura poco, ya que Walt sorprende a Thao en mitad del robo y hace huir al adolescente sin ver su cara. “Fracasa de forma patética en este intento y, para cuando todo ha terminado, acaba estando incluso más asustado y humillado”, añade Vang.
No mucho después, la pandilla vuelve a buscar a Thao, lo que acaba en una pelea que tiene lugar en el césped de la parte delantera de la casa de Walt. Empuñando su rifle M-1, guardado desde sus días de combate en Corea, Walt advierte a los chicos: “Fuera de mi césped”. “Adopta la actitud que tenía durante la guerra”, observa Eastwood. “En ese momento es cuando realmente empieza a darse cuenta de los problemas de la comunidad hmong, principalmente los chicos que se unen a pandillas”.
La involuntaria valentía de Walt le convierte en el héroe del vecindario y, enseguida, sus vecinos hmong empiezan a colmarle de regalos no agradecidos: comida, flores y plantas. “No quiere tener nada que ver con esa gente”, comenta Eastwood. “Cambia cuando se da cuenta de que son inteligentes y muy respetuosos con los demás, y creo que él admira eso. Tiene una frase en la película en la que dice, ‘Tengo más en común con esta gente que con mis propios hijos consentidos y malcriados’ y eso lo dice todo. Es interesante y a veces divertido, ver cómo empieza con un montón de prejuicios y cómo van avanzando esas relaciones”.
La única que consigue penetrar en esa apariencia irritable de Walt es la enérgica hermana mayor de Thao, Sue, que está más americanizada que el resto de su familia. “Walt es el tipo de persona que te llamará como él quiera”, comenta Ahney Her, quien interpreta el papel de Sue. “No le importa tu raza. Dirá lo que piense. Her describe a Sue como “un personaje realmente valiente”. Siempre le habla de forma educada incluso si le toma el pelo con apodos como ‘Wally’, pero, finalmente, es la persona capaz de unir a Walt y Thao. Creo que Sue quiere que su hermano pequeño se haga amigo de Walt porque si no es así y entra en la pandilla, echará a perder su vida. Ve que Walt puede ser como un padre y si Thao escucha a Walt, le podría llevar a una vida mejor y a una forma mejor de madurar”.
Walt y Sue tienen una relación fácil y sencilla. “Sue parece preocuparse verdaderamente por él, de un modo real, no fingido, como algunos de los miembros de su familia que parece que simplemente cumplen con las formalidades y hacen lo que se supone que deben hacer”, comenta Lorenz. “Creo que su sinceridad le atrae e intenta conocerla un poco más”.
Con el tiempo, Sue consigue convencer a Walt para que acuda a su casa con motivo de una celebración familiar, donde un encuentro con un chamán hmong desvela las verdades no contadas con las que Walt ha vivido todos estos años. “Lo que pasa con la familia hmong, que se empieza a ver con claridad en ese intercambio de impresiones con el chamán, es que quieren que Walt cuente lo que no ha contado a su propia familia”, señala Lorenz. “Quieren remarcar ciertas cosas y hacerle preguntas perspicaces que le hagan reflexionar sobre sí mismo más de lo que nadie le ha desafiado jamás a hacerlo. Ese es el quid de su racismo, una incapacidad egoísta para reflexionar sobre sí mismo. En lugar de eso, arremete contra los demás, intentando ver sus problemas como algo de lo que otros tienen la culpa, en lugar de mirar en su interior para ver cómo puede cambiar y adaptarse, y esa gente le obliga en cierto modo a hacerlo”.
Para enmendar la conducta del casi ladrón del coche de Walt, la hermana y la madre de Thao le presionan para que eche una mano a Walt con algunos trabajos durante un par de semanas. “Quieren que Thao le compense”, comenta Eastwood. “Es parte del orgullo de su familia”.
La respuesta inicial de Walt es llamar al chico con una serie de nombres racistas, pronunciando mal su nombre a propósito, como “Toad”. Pero como el chico realiza con empeño las tareas que le encomienda Walt arreglando las casas deterioradas que acribillan la calle, Walt empieza a ver algo en el chico digno de algo más que su desprecio. “Empiezas a ver que su relación está evolucionando”, comenta Vang. “Walt empieza a apreciarle cuando las cosas comienzan a progresar con Thao, que obviamente está madurando y dejando de ser el adolescente que era cuando se conocieron por primera vez. Y ahora, Thao con sus manos llenas de callos, está orgulloso de haber hecho algo útil, de ser útil”.
“El objetivo de que Thao trabaje con Walt, es que “se convierta en un hombre”, añade Vang. “Walt no sólo está ahí para enseñarle a trabajar, sino también a cómo defenderse solo y que no tenga que unirse a una pandilla para sentirse un hombre. Walt es el hombre que está ayudando a Thao a desarrollar su valentía personal”.
El objetivo fundamental de Walt es hacer que el chico consiga un trabajo y no se meta en problemas, para que pueda tener un futuro, pero su rara relación también acaba cambiando al propio Walt. “Thao no tiene un padre en el que confiar y que pueda aconsejarle y Walt nunca tuvo una conexión real con sus propios hijos que pudiera haberle dado esa satisfacción de la paternidad”, comenta Lorenz. “Es perfecto para ambos. Algo que Walt también está buscando. Sabe perfectamente que está en la última etapa de su vida y está buscando alguien o algo que dé sentido a todo esto y que le haga valorar su vida”.
Durante todo ese tiempo, Smokie y los pandilleros siguen acosando a Thao y a su familia, aumentando la amenaza de violencia y obligando al viejo guerrero a aceptar una misión totalmente nueva e inesperada. “Si haces las cosas a medias, se convierten en un escaqueo al etilo Hollywood”, comenta Eastwood. “Y si vas a interpretar un personaje de este tipo, no puedes hacerlo a medias. Tienes que ir a por todas”.