Estreno en España: 26 Octubre 2007
Puntuación:
Sinopsis
“Invasión” cuenta la historia de una misteriosa epidemia que altera el comportamiento de los seres humanos. Una psiquiatra de Washington (Nicole Kidman) descubre que el origen de la epidemia es extraterrestre y debe luchar para proteger a su hijo, ya que es posible que él sea la clave para detener la creciente invasión.
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
Invasión, la nueva adaptación de la novela “The body snatchers”, es, cuanto menos, un enigma, un acertijo que ruega ser dilucidado. En principio podríamos aseverar que se trata de una película “mala”, a saber: mal dirigida, mal actuada, peor montada. Si consideramos las actuaciones, podríamos ser benévolos con Nicole Kidman (a pesar que cualquier primer plano denota horrorosamente la cantidad de cirugías a las que sometió a su otrora bello rostro), e incluso con Craig, a quien hemos visto en mejores papeles de reparto, como el de Munich, y ya está dicho, es un interesante Bond. En cuanto a la dirección y al montaje, desde el inicio mismo, ciertos momentos de absurdo efectismo (que no se observaban tanto en la aclamada La caída, porque para efectismo ya estaba el propio Hitler), y una incoherencia y desparpajo total a la hora de utilizar flashbacks y flash-forwards, la asemejan a una producción de clase B. Clase B de altísimo presupuesto, si es que así se pudiese considerar a Invasión. Ahora bien, sabemos que calificar al cine de clase B de desatado e incoherente, supone un error y una generalización bastante burda, y un prejuicio ridículo. Sin ir más lejos, la original Invasion of the body snatchers, era una obra maestra. Una obra impecable del terror de bajo presupuesto, una gran metáfora política, y un film aterrador sobre la paranoia, dirigido con soberbia coherencia por el maestro Don Siegel. No adjudiquemos entonces la impericia narrativa de esta nueva versión, a su codeo con el cine clase B. Démosle, como mucho, el beneficio de la duda. Y si hablamos de sus gravísimos problemas en la realización (estamos ante una de las peores direcciones en lo que va del año), y su pulso exageradamente frenético, hay que mencionar aquí lo que ya se ha resaltado en varias publicaciones. El término que aparece al final: “A Oliver Hirschbiegel film”, es un eufemismo. Dicen por ahí que, no conformes los productores con el trabajo de Hirschbiegel, quedó la versión final en manos de los hermanos Wachowski (Matrix) y de James McTeigue (V de Venganza), lo que de alguna manera viene a explicar tanto efectismo barato y tanta falta de coherencia estética. Si es que finalmente le otorgamos el beneficio de la duda, sabemos que la duda en sí misma no es un valor ni una virtud. Es, quizás, la brecha que separa una buena película de una mala. De ahí la puntuación.
Dirección: Oliver Hirschbiegel.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 99 min.
Género: Acción, thriller, ciencia-ficción.
Interpretación: Nicole Kidman (Carol Bennell), Daniel Craig (Ben Driscoll), Jeremy Northam (Tucker Kaufman), Jackson Bond (Oliver), Jeffrey Wright (Dr. Stephen Galeano), Veronica Cartwright (Wendy Lenk), Josef Sommer (Dr. Henryk Belicec), Celia Weston (Ludmilla Belicec), Roger Rees (Yorish), Eric Benjamin (Gene), Susan Floyd (Pam), Stephanie Berry (Carly).
Guión: David Kajganich, basado en la novela “The body snatchers” de Jack Finney.
Producción: Joel Silver.
Música: John Ottman.
Fotografía: Rainer Klausmann.
Montaje: Hans Funck y Joel Negron.
Diseño de producción: Jack Fisk.
Vestuario: Jacqueline West.
Estreno en USA: 17 Agosto 2007.
Biofilmografía de Oliver Hirschbiegel
Oliver Hirschbiegel es un director de cine de Alemania nacido el 26 de marzo de 1957 en Hamburgo, Alemania.
Su primer largometraje fue Das Experiment (El experimento), al que le siguió Mein letzter, ambas recibieron la aprobación de la crítica.
En el año 2004 estrenó la película Der Untergang (La Caída), producida por Bernd Eichinger, sobre los últimos días de Adolfo Hitler, la cual representó el primer proyecto sobre este tema desarrollado por gente de nacionalidad alemana. Causó controversia en Alemania por la forma en que presentó a los líderes Nazi, por otro lado ganó un gran número de premios y reconocimientos incluyendo la nominación a mejor película extranjera en los Premios Oscar.
Actualmente estrenó una película que lleva por título The Invasion protagonizada por Nicole Kidman y Daniel Craig.
Filmografía
* The Invasion (2007)
* Der Untergang (2004)
* Mein letzter Film (2002)
* Das Experiment (2001)
CÓMO SE HIZO “INVASIÓN”
Desde que fue publicada en 1955, la novela clásica de Jack Finney Los ladrones de cuerpos ha sido considerada como uno de los ejemplos más significativos del poder que tiene la ciencia ficción para explorar los paradigmas sociales y políticos de una época determinada. En 1956, la primera adaptación cinematográfica proporcionó una analogía implícita en el texto sobre el llamado “Red Scare” (“Peligro rojo”) que se apoderaba del país; por su parte, el remake de 1978, estrenado después de la Guerra de Vietnam y el escándalo Watergate, reflejó los miedos de una población que había dejado de confiar en sus líderes. Esta nueva adaptación, según Silver, da un marcado giro a la noción misma de invasión extraterrestre, ya que toca temas culturales contemporáneos que abarcan desde el miedo de la pandemia hasta el descontento social y político. “La película plantea la idea de que una invasión puede ocurrir sin naves, sin la presencia física de extraterrestres. Estamos en una época en la que la noción de pandemia es una amenaza real y presente. ¿Y si nuestra destrucción se produjese mediante la introducción de microbios y no a manos de unos invasores? Lo más terrorífico de todo es enfrentarse a algo que aparece sigilosamente y se hace con el control sin que nadie lo sepa hasta que es demasiado tarde”. En un mundo contemporáneo, ¿qué ocurre cuando la gente encargada de proteger a los ciudadanos son los primeros que se transforman? “Si crees que algo va mal, pero el gobierno, los medios de comunicación, los científicos encargados de frenar una epidemia… en fin, todos te dicen que no hay de qué preocuparse, tiendes a pensar que se trata sólo de una paranoia”, dice Silver. “Así es como puede perderse la capacidad de reacción para frenarlo o avisar a la gente a gran escala. Los personajes principales de esta historia tienen que aprender a confiar en lo que ven con sus propios ojos antes de que llegue un momento en el que ya no puedan hacer nada”.
Invasión es un thriller que se desenvuelve delante de los ojos de una psiquiatra de Washington DC, Carol Bennell, una mujer cuyo hijo se va de su lado en el momento en el que el mundo se transforma casi de la noche a la mañana. “Para mí, el quid de la historia es el viaje de esta mujer con relación a su hijo”, dice la ganadora del premio de la Academia Nicole Kidman, que interpreta a Carol. “Eso es lo que me interesó de ella. La subida de adrenalina que se experimenta con el deseo de salvar a una persona a la que has dado a luz, una persona a la que quieres más que a nada en el mundo, da lugar a unas emociones a las que de otra manera no tenemos acceso. Tengo dos hijos, así que entiendo el afán de protección y el amor incondicional que se siente hacia estos pequeños”.
El guionista David Kajganich advierte: “En la novela de Finney, la presencia extraterrestre simplemente quiere sobrevivir. Pero la supervivencia adquiere formas distintas. Sólo hay que mirar a nuestro alrededor hoy en día para darse cuenta de que en nuestro mundo el poder no inspira nada más que el deseo de conservarlo y de eliminar todo lo que pueda amenazarlo. No es una casualidad que el vehículo de esta invasión aterrice en el centro neurálgico del país, en Washington DC”.
Para el productor Joel Silver, el reconocible escenario de la película le confiere a la historia una significación contemporánea. “En una época de una inmensa paranoia política, social y medioambiental, pensamos que había llegado la hora de hacer esta película”, dice. “David Kajganich escribió un guión original con una nueva aproximación a las ideas de la novela. Esta película es emocionante y excitante, pero tiene un trasfondo mucho más profundo”.
Para dar vida a una visión rabiosamente actual y realista de la historia, Silver pensó en el aclamado director alemán Oliver Hirschbiegel, recién salido de la multigalardonada película El hundimiento, su íntimo e inquietante retrato de los últimos días de Hitler. “El hundimiento me volvió loco”, dice el productor. “Oliver dotó de gran intensidad, claustrofobia e intimidad a ese momento concreto de la Historia sin perder el increíble realismo de su visión. Tiene la necesidad creativa de conseguir que todo sea lo más auténtico posible, y eso es lo que quisimos reflejar en este thriller de ciencia ficción: la sensación de que esto está pasando delante de tus ojos en un mundo que reconoces”.
El director Oliver Hirschbiegel comenta que, aun tratándose de una historia de ciencia ficción, el realismo es vital para él: “Cuando tengo alguna duda, trato de imaginar cómo sería en la vida real. Intento evitar efectos cinematográficos falsos y exagerados”.
Kidman, que ha trabajado delante de las cámaras de directores tan diferentes como Lars von Trier, Baz Luhrmann, Jane Campion y el desaparecido Stanley Kubrick, se entusiasmó con la oportunidad de colaborar con Hirschbiegel en su primera película en Hollywood tras el éxito de El hundimiento. “Me encanta la espontaneidad que tiene Oliver a la hora de rodar”, comenta. “Es un director orientado a la interpretación. Además, le encantan las mujeres. Él quiere entender la psicología de una mujer; lo que siente, lo que la hace rica y sabia, eso es lo que le fascina”.
Tras el inequívoco telón de fondo de una insidiosa invasión, se esconde la íntima historia de un grupo de personajes unidos por progresivas sospechas que se manifiestan de formas muy reales y terroríficas, comenzando por Carol Bennell, cuyo nombre es un guiño al personaje principal del libro, Miles Bennell. Kidman interpreta a la psiquiatra de Washington que de repente se encuentra en el ojo del huracán cuando una de sus pacientes le expone su temor de que “su marido ya no es su marido”.
La actriz Veronica Cartwright, que intervino en el clásico de 1978 La invasión de los ultracuerpos, encarna a la atribulada paciente de Carol Wendy Lenk, que cree que la personalidad de su marido ha cambiado completamente.
“Carol no asocia lo que su paciente le cuenta con el accidente de la lanzadera”, advierte Silver. “Nadie, y menos una psiquiatra, llegaría a la conclusión de que existe una infección alienígena cuando alguien teme que una persona a la que conoce y ama ha cambiado. En lugar de ello, recurre a los instrumentos de su profesión. ¿Son delirios? En términos reales, la verdad es tan inconcebible que lo que pasa verdaderamente no se le ocurre a nadie hasta que es demasiado tarde”.
Para Hirschbiegel, el personaje de Carol es la lente a través de la cual se cuenta la historia. “Todo se centra en ella y se ve desde su perspectiva. Nicole puso mucho de ella misma en este papel, como su fuerza y la necesidad absolutamente primitiva de proteger a su hijo”, declara el director. “Fue fascinante observar y capturar en la película su capacidad de sumergirse en el mundo de la historia. Sus reacciones fueron muy naturales, algo que intensificó lo desesperado de la situación de su personaje”.
A medida que Carol investiga las fobias de sus pacientes, descubre que miedos similares aparecen por todo el país. ¿Podrían ser delirios en masa, o un fenómeno real relacionado de alguna forma con el accidente de la lanzadera espacial? Carol comparte sus sospechas con su amigo más íntimo, Ben Driscoll, médico de un concurrido hospital de Washington DC. El papel de Ben ha sido interpretado por Daniel Craig, que reconoce: “Es una relación platónica; obviamente, él está locamente enamorado de ella. Quiere cuidarla. Ve cómo atraviesa por una situación difícil con su ex marido y su hijo y no quiere presionarla, pero su sueño sería estar con ella”.
“Me sentí afortunado de conseguir a Daniel para el papel de Ben”, comenta Hirschbiegel. “Transmitió de una forma natural todas los matices de su personaje: su firmeza, su inteligencia y la ternura que te hace ver por qué Carol confía tanto en él. Aparte de eso, tiene un gran sentido del humor. Lo pasé muy bien trabajando con él”.
En su primer trabajo con Kidman, Craig quedó igualmente impresionado con la doble vertiente de su compañera de reparto: la seriedad de su papel y su capacidad para divertirse en el rodaje. “Es una actriz fantástica”, dice. “Tiene una tremenda profundidad. Para mí, fue muy divertido trabajar con ella”.
Kidman aprecia del mismo modo a su compañero. “Daniel es un actor excelente”, dice. “Tiene mucho talento. Te gusta tener a tu alrededor gente que te inspire y que sea tan buena en lo que hace, porque así es divertido venir a trabajar cada día. Lo que me encanta son esos momentos entre el comienzo y el fin de una toma en los que todo puede pasar, el ser capaz de perderse en ellos y en las escenas. Eso es lo que más me atrae de este mundo”.
Coincidiendo con el fin de semana del accidente de la lanzadera, el ex marido de Carol, Tucker, interpretado por Jeremy Northam, se pone en contacto con ella repentinamente. Tucker, un alto funcionario del Centro de Control de Enfermedades (CDC), es trasladado a Washington DC para investigar los residuos encontrados en los restos de la lanzadera especial y se convierte en una de las primeras personas infectadas. Su súbito deseo de ejercitar sus escasamente utilizados derechos de visita con Oliver, su hijo y el de Carol, es poco propio de él y pone a Carol en guardia. “Hay una historia entre ellos no muy agradable que digamos, lo que influye en la opinión que se tiene de Tucker desde el principio”, dice Northam. “Es un alto funcionario del CDC; por ello, tuvo que trasladarse a vivir a Atlanta durante mucho tiempo, y ahora vuelve a Washington. El hecho de que, en mitad de este asunto, esté tan deseoso de ver a su hijo es preocupante para su ex mujer, y efectivamente tiene motivos ocultos”.
Cualquier contagio que la lanzadera pudiese traer a la Tierra se extiende como un reguero de pólvora a medida que los infectados son obligados a infectar a otros. “Los ladrones no matan a las personas”, comenta Hirschbiegel. “Operan en ellas cambios radicales desde dentro una vez que están infectadas. Transforman a la gente normal en otra cosa”.
“Te infectan y el proceso se completa cuando te duermes”, añade Craig. “La entrada en la fase REM (Rapid Eye Movement) es el catalizador originario de este cambio que se apodera de todo tu cuerpo desde el ADN”.
El CDC organiza un plan de vacunación nacional de emergencia para combatir lo que considera una fuerte epidemia de gripe, pero el objetivo del suero es contrario al de la vacunación. “En una escena, Tucker está dando una conferencia a los funcionarios del gobierno sobre el virus y la necesidad de combatirlo, pero en realidad utiliza esta reunión para infectar a los que se encuentran en la habitación”, explica Silver. “Organizan una magnífica campaña y pronto el número de ladrones crece exponencialmente”.
“Cuando te han “secuestrado”, tienes mejor aspecto, más saludable y fuerte”, describe Hirschbiegel. “Empiezan a manipular tu código genético. A los ladrones les gusta el orden, no como a los robots, pero no responden a nada emocional. Pasan a un estado tranquilo y extraño”.
De la noche a la mañana, aparentemente, nuestra colorista y caótica vida cotidiana se transforma en un mundo apagado y organizado, empezando por los guardianes del orden. “Los ladrones no son tontos”, añade David Kajganich. “Las primeras personas a las que infectan son aquellas que les son más útiles en su campaña. Por tanto, infectan a aquellos que tienen puestos de alta responsabilidad en el gobierno, el cumplimiento de las leyes y el comercio con la finalidad de preparar el camino para invadirnos al resto de una forma tranquila y rápida. Eficacia es la palabra adecuada para describir cómo actúan los ladrones: de la forma más eficaz posible”.
Rodeada cada vez más de personas que quieren transformarla en una de ellas, Carol tiene un único y apremiante objetivo: salvar a su hijo, que está pasando el fin de semana con su padre y del que Carol cree que está en un grave peligro.
Oliver, su hijo, es interpretado por un joven actor llamado Jackson Bond, que hace su debut en un largometraje. “Es un encanto”, comenta Kidman. “Es un chico de lo más dulce y amable. Tiene ciertos elementos de adulto, pero también las típicas respuestas infantiles a las cosas. Es una mezcla maravillosa. Sus padres son estupendos y se nota cuánto han cuidado de él. Tuvimos mucha suerte al elegirle porque nunca había hecho una película antes”.
Oliver es especial porque no se transforma al irse a dormir tras ser infectado. “Es inmune a la infección y, de alguna forma, tiene la clave para encontrar la cura”, explica Jackson Bond. No obstante, para evitar que los descubran, Oliver y su madre tienen que intentar hacerse pasar por ladrones. “No puedes mostrar emociones porque averiguarán que no eres como ellos y empezarán a perseguirte”, dice. “Por tanto, intentas fingir que eres uno de ellos, pero tienes mucho miedo y no sabes qué hacer”.
La inmunidad de Oliver al contagio alienígena es un descubrimiento crucial para el equipo de científicos que trabaja frenéticamente para encontrar una cura. Jeffrey Wright interpreta al doctor Stephen Galeano, amigo y compañero de Ben que ha estado investigando la creciente epidemia desde que él y Carol le llevaron una muestra de la misteriosa sustancia extraterrestre. Aislado bajo fuertes medidas de seguridad, Galeano ha tenido encuentros con otros científicos que trabajan en la sombra para encontrar una forma de combatir los insidiosos efectos de la epidemia. Daniel Craig declara: “Desde el momento en el que descubre la epidemia, la examina a nivel molecular y llega a la acertada conclusión de que no es de este planeta. Por tanto, Galeano representa la esperanza contra esta invasión aparentemente imparable”.
Cuando Kajganich se encontraba adaptando la historia para la pantalla, no podía imaginar lo brutal que sería cuando el reparto le diera vida. “Uno de los protagonistas principales de la película es infectado a plena luz del día en una casa de las afueras”, recuerda. “Para mí, fue una secuencia mucho más inquietante que cualquier escena de violencia explícita. Al ver a los actores interpretarla, tuve que mirar hacia otro lado. No imaginaba que fuera algo tan perturbador. Sientes la carga emocional de lo que está ocurriendo porque el reparto está compuesto de actores brillantísimos; es increíblemente crudo y real. Lo ves con tus propios ojos y comienzas a creértelo aunque sepas que estás en un rodaje”.
Silver dice que era imposible reunir un reparto más perfecto para dar vida a las fobias individuales de los personajes. “Todos hicieron un trabajo fantástico con este material. Los actores trabajaron juntos bajo la dirección de Oliver para crear una sensación de invasión escalofriante e incómoda, empezando por Nicole, que aparece en casi todas las escenas de la película y que da solidez a la historia con su emotiva presencia”.
El personaje de Kidman experimenta la invasión desde el punto de vista de una psiquiatra; debido a ello, la actriz consultó a profesionales para explorar los procesos por los que atraviesa un profesional de la psiquiatría. “Mi padre es psicólogo, así que crecí con eso”, explica. “No obstante, fue muy interesante aprender de una psiquiatra que trabaja en Nueva York. Me fue muy útil, creo, en términos de lenguaje corporal y en la forma de enfrentarse a emociones particularmente extremas. Aunque, obviamente, la película no trata sobre sesiones de terapia”.
Dos de las principales asesoras técnicas de la película fueron Ana Krieger, miembro de ACCP (American College of Chest Physicians), Doctora en Medicina y Directora del Centro de Trastornos del Sueño de la Universidad de Nueva York; y Linda Chuang, Doctora en Medicina, Profesora de Clínica del Departamento de Psiquiatría, Sección de Coordinación de Consulta del Hospital Bellevue de la Universidad de Nueva York.
Para ayudar a construir el mundo de Invasión, el aclamado diseñador de producción Jack Fisk colaboró con el director Hirschbiegel y encontró estimulante la búsqueda del realismo del director alemán. “Aunque estaba trabajando para un gran estudio cinematográfico, actuaba más como un realizador europeo o de documentales”, destaca Fisk. “La idea era ir a las localizaciones, prepararlas y rodar rápidamente con la menor iluminación posible. Oliver está acostumbrado a actuar sobre la marcha y dejar caminos libres a la experimentación, así que nos adaptamos rápidamente para proporcionarle de inmediato lo que necesitara”. Fisk añade que “la entrega de Oliver por su interpretación de la realidad fue la que definió las localizaciones para la película”.
“El hundimiento fue rodada con gran habilidad y economía”, comenta Jeremy Northam. “No hubo despilfarros. Oliver sabe cuándo dejar la cámara quieta y cuando moverla. Fue muy interesante trabajar con él”.
Uno de los temas visuales predominantes de la película fue la gradual reducción de color del mundo a medida que los ladrones van acrecentando su dominio. “A los ladrones no les atrae tanto el color como a los humanos y por ello el color, o la falta de él, fue una forma de distinguirlos”, describe Fisk.
Hirschbiegel y Fisk colaboraron con la diseñadora de vestuario nominada al Oscar Jacqueline West (Quills) para que trasladara ese motivo al diseño de vestuario. “Oliver es en gran parte responsable de la apariencia de los ladrones”, advierte West. “Desde nuestro primer encuentro, me preguntó ‘¿Cómo ves a los ladrones?’ Imaginé que como están desprovistos de todo lo humano, también tendrían que carecer de color, personalidad e individualidad. Sus ropas son monocromáticas y utilitarias. La paleta de color es gris, marrón y azul marino, pero muy uniforme. Es algo así como un nuevo orden”.
Por el contrario, el personaje de Kidman mantiene su individualidad a lo largo de la película. “A Oliver le encanta lo clásico y Nicole da un aire muy clásico y atemporal a su personaje”, dice West. “Tiene una apariencia muy sencilla y arreglada”.
“Cuando la gente te ayuda a diseñar al personaje, ya sea tu peluquera, la maquilladora o la diseñadora de vestuario, todos contribuyen a la interpretación”, dice Kidman. “Creo que es excitante que esto ocurra porque no se trata solamente de una persona. Una interpretación es la contribución de todo el equipo”.
La fijación de Hirschbiegel por la autenticidad acabó por definir las localizaciones de la película. En lugar de fabricar un decorado en un estudio de sonido, intentó rodar la película sobre todo en localizaciones ya existentes, preferiblemente en los lugares reales en los que ocurre la historia.
La fotografía principal de Invasión empezó en las zonas del centro y de Inner Harbor de Baltimore, que hizo de ella misma y en ocasiones de Washington DC. Luego, el equipo se trasladó a la capital del país, el escenario principal de la película. La producción usó localizaciones y lugares reconocidos mundialmente, incluidos el National Mall, el hospital de la Universidad George Washington en la zona de Foggy Bottom, la estación de metro de Cleveland Park, Georgetown y la histórica Union Station.
Rodar en Washington produjo en Daniel Craig una emoción particular: “Conducir por Pennsylvania Avenue con el Capitolio delante, con seis coches de policía detrás de mí y con las luces encendidas fue divertido”, recuerda. “De pronto pensé: ‘¡Esto es fantástico!”
El metraje rodado en el National Mall se complementó con metraje adicional filmado en una granja de trigo convertida en el lugar del accidente de la lanzadera espacial Patriot donde va a investigar Tucker Kaufman, del CDC. Este lugar es adyacente al Fort Howard VA Medical Center. “En el inmenso lugar del accidente construimos un ala de la lanzadera y la estrellamos en una zanja para que sólo sobresaliesen algunas partes”, dice Fisk.
Durante los últimos seis días de rodaje en Washington DC, el reparto y el equipo se establecieron en la residencia del embajador de Chile, situada cerca de Sheridan Circle, en la afamada zona de las embajadas en Massachusetts Avenue. La histórica mansión de tres pisos del embajador (diseñada en 1909 por el prestigioso arquitecto Nathan Wyeth, que también diseñó el Ala Oeste de la Casa Blanca, incluido el Despacho Oval), representa a la embajada checa en la película.
Aunque muchas de las localizaciones de Washington DC eran difíciles de conseguir, Fisk y el encargado de localizaciones Todd Christensen se dieron cuenta de que tanto el proyecto en sí como la gente inmersa en él les fueron de gran ayuda. “Creo que tuvimos acceso a muchas buenas localizaciones gracias a la implicación de Oliver y Nicole”, advierte Fisk. “Eso convirtió la película en algo en lo que todos querían colaborar. El U.S. Park Service de Washington nos fue muy útil. Organizan muchos actos en Washington y fueron muy receptivos a nuestras ideas. Por supuesto, hubo restricciones, como el tiempo del que contábamos para rodar en the Mall, pero en general fue factible y extremadamente cómodo”.
Tras Washington DC, el reparto y el equipo volvieron a Baltimore durante las cuatro semanas finales del rodaje. Algunas de las localizaciones fueron las torres de Harbor Court, el Hospital de Baltimore, el Centro de Convenciones, el edificio Legg Mason y el Departamento de Biología Molecular de la sala Mudd de la Universidad Johns Hopkins, el edificio central del complejo universitario de biología compuesto de tres partes. Como las localizaciones contaban con laboratorios en uso con organismos vivos, el equipo recibió instrucciones de no entrar en ninguna habitación ni tocar ningún instrumento del laboratorio, algo que habría resultado apropiado para los temas de la historia.
Una de las escenas centrales de la película fue rodada en el helipuerto del tejado de la sede del Departamento de Policía de Baltimore. En ella aparece un helicóptero Black Hawk y otros helicópteros de película dirigidos por los veteranos pilotos cinematográficos Ben Skorstad (Air Force One) y David Paris (Black Hawk derribado).
“Tuvimos mucha suerte porque el ejército de los Estados Unidos nos permitió utilizar uno de sus helicópteros de las Fuerzas Especiales y nos prestó a uno de sus pilotos”, recuerda Silver. “La logística fue una parte importante, pero estamos muy agradecidos por la ayuda prestada por los militares para hacer posible que un Black Hawk aterrizara en el edificio de la policía en mitad de Baltimore, lo que, tengo que decir, fue espectacular”.
Aunque Invasión tiene sus raíces en la ciencia ficción clásica, Silver advierte que la película utiliza miedos colectivos más actuales. “¿Quién sabe a qué seremos vulnerables como sociedad? ¿Qué ocurriría si no fueran grandes destrucciones o explosiones las que provocasen nuestro fin? Podría ser algo tan simple como un microbio; creo que hoy en día es una noción más espeluznante. No sabes de dónde va a venir o cómo va a ocurrir”.
“Toda la mitología del libro Los ladrones de cuerpos y ahora la película Invasión consideran que ellos vienen del espacio exterior, te atrapan mientras duermes y un día te despiertas y tu mundo se ha transformado por completo”, comenta Kajganich. “De repente, formas parte de una minoría de personas que intenta luchar para devolver las cosas a su estado anterior. Sin embargo, esa premisa básica se convierte en algo mucho más terrorífico y relevante cuando se trata de una población que no se implica políticamente, que no presta atención a lo que ocurre en el mundo. Este mundo podría desaparecer en un abrir y cerrar de ojos”.
“Todos deberíamos cuestionar un poco nuestra existencia”, reflexiona Craig. “No estoy diciendo que tengamos que hacerlo todo el tiempo. Hay que seguir trabajando y continuar con nuestras vidas, pero deberíamos de confiar en nuestro propio sentido de las cosas y plantearnos si lo que se nos dice es la verdad”.
Silver concluye: “No es casualidad que la invasión comience en las más altas esferas. Luego, es sólo cuestión de aprovecharse de los miedos de la gente para extender el contagio a la población. El miedo siempre ha sido un poderoso instrumento para impedir que la gente vea lo que realmente ocurre. “Pero”, añade, “una vez que la gente ha sido secuestrada y privada de toda emoción humana, ocurre otra cosa: irónicamente, arrebatándonos nuestra más intensas emociones, dicha invasión también erradica lo que más nos divide: la ira, los celos, el odio, los prejuicios, y el resultado es una paz sobrenatural. Tucker y los demás tratan de convencer a Carol de que lo que ellos ofrecen es, de hecho, un mundo mejor… y es posible que no estén del todo equivocados”.
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