Crítica LAS MANOS

Estreno en España: 3 Abril 2009

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Sinopsis

“Las manos” narra la historia del padre Mario Pantaleo (Jorge Marrale), un cura italiano que sana enfermedades a través de sus manos. Su colaboradora, Perla (Graciela Borges), salvada por él de un cáncer terminal, lo acompaña en la lucha diaria. Mario vive guiado por los misterios de la fe, pero también se le plantean dudas con respecto al uso del don recibido.

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Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky

Luego de más de quince años de ausencia de la pantalla grande (exceptuando por su participación en el largometraje colectivo 18-J), en 2006 regresó a la dirección Alejandro Doria, un veterano del cine argentino. Volvió con una historia importante para gran parte de la sociedad argentina, la vida y obra del padre Mario Pantaleo, cura acusado por la Iglesia por su práctica cotidiana de sanación por imposición de manos. El padre Mario es uno de los curas más recordados del siglo XX en Argentina, y su obra convocó a tantos fieles en vida, que ha sobrevivido a su propia muerte, y actualmente se mantiene activa y al servicio de la sociedad. El personaje del padre Mario cuenta con una riqueza narrativa propia, ya que genera un doble debate, por un lado, en torno a la batalla entre el dogmatismo de la Iglesia como institución y sacerdotes a los que sus fieles les confieren la etiqueta de “curas sanadores”. Por el otro, el duelo histórico entre ciencia y religión, derivado del poder de sanación del sacerdote, que no es otro que el poder de la fe. Doria no escapa a estos planteos, pero tampoco los aborda de la mejor manera. La película está planteada para ensalzar la figura del padre Mario, lo cual genera a priori un discurso complejo y no necesariamente poseedor de respuestas precisas en torno a estos dos debates iniciales, pero en lo que se hace más foco es en la relación entre el padre Mario y Perla, una devota de su obra, que se considera curada por las manos del padre, y que lo ayuda a fundar su iglesia. Esta relación carece de cualquier observación relevante, solo es una persona que impulsa a otra a vencer los obstáculos y lograr establecer su accionar solidario y religioso. Cualquier otro interés que se ponga en juego en esta relación (de Perla al padre Mario, jamás al revés), queda completamente anulada en manos de Graciela Borges, cuya actuación carente de matices (algo extraño si la comparamos con su soberbio rol en La ciénaga) solo consigue momentos de verdadera tensión en las escenas con el sacerdote Javier. El hincapié que se hace en esta relación hace que el accionar principal del padre Mario se vea como un elemento casi secundario, cuando este vínculo no establece ni sugiere elementos dramáticos contundentes como para obtener tal protagonismo. A esto hay que sumarle la actuación de Marrale quien, a pesar de su excelencia y talento desplegado en casi todo momento, se ve afectada por su dificultad para interpretar a un hombre cuya lengua natal es el italiano, defecto que se acrecienta cuando el padre Mario vuelve a la tierra de sus orígenes, y Marrale debe mantener toda una escena en ese idioma. Para peor, la narración de Doria, que encuentra sus mejores pasajes en los matices (la escena en la que Perla cae al agua con el padre Mario podría ser el inicio de un vínculo cuanto menos complejo, pero queda en la nada), se ve afectada por una tendencia a la impostación y lo sentencioso, que deriva en obviedades tales como cuando le hace decir a uno de los personajes “En la Argentina se acabó la época de los curros” (en referencia al padre Mario como un sacerdote que lucra con su supuesto poder sanador), y demás frases de este tipo. Doria, uno de los cineastas más representativos del cine argentino de los ochenta (su adaptación de la obra Esperando la carroza se ha convertido en una comedia de culto, que veinticinco años después de su realización ha resistido el paso del tiempo, y se ha transformado en un fenómeno popular, al punto de haber originado este año una secuela de aquella, sin la dirección de Doria ni el encanto de aquella). Naturalmente, el estilo impostado y sentencioso que era una constante en aquel cine post-dictadura, hoy se ve como una voz avejentada, anodina, y Doria, pese a su indudable oficio, no consigue evitar que su modo de narrar haga que aquellas preguntas que debería disparar la película, terminen transformándose en respuestas aparentemente incuestionables.

 

Lo mejor de la película: Marrale y la propia figura del padre Mario.

Lo peor de la película: El vínculo entre el padre Mario y Perla, que sin razón aparente cobra un protagonismo mayor que el propio accionar del padre. Y la tendencia de Doria a los diálogos impostados y las frases sentenciosas.

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Dirección: Alejandro Doria.
Países:
Argentina y España.
Año: 2006.
Duración: 119 min.
Género: Drama.
Elenco: Graciela Borges (Perla), Jorge Marrale (padre Mario), Esteban Pérez (Javier), Belén Blanco (Silvia), Carlos Weber (monseñor Arizaga), Jean Pierre Reguerraz (Spagnuolo), Carlos Portaluppi (padre Giacomino), Duilio Marzio (monseñor Alessandri), Josep Maria Pou (Giordano), Vicky Peña (madre superiora).
Guión: Alejandro Doria y Juan B. Stagnaro; basado en el libro de Juan B. Stagnaro.
Producción ejecutiva: Luis Sartor y María José Poblador.
Música: Federico Jusid.
Fotografía:
Willy Behnisch.
Montaje: Marcela Sáenz.
Dirección artística: Margarita Jusid.
Vestuario: Beatriz di Benedetto.
Estreno en Argentina: 10 Agosto 2006.

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Biofilmografía de Alejandro Doria

Alejandro Doria (n. 1936) es un director de cine argentino. Ha obtenido siete premios internacionales, entre ellos el Premio Goya 2007 y el Colón de Plata por Las manos, dos veces el Premio Cóndor de Plata, por Darse cuenta, el Premio Sur por Las Manos y el Premio Ecuménico del Festival de Montreal por La isla. El clásico del cine cómico argentino Esperando la carroza, también es de su autoría.

 

Filmografía

   Las manos (2006)

   18-J (2004)

   Cien veces no debo (1990)

   Sofía (1987)

   Esperando la carroza (1985)

   Darse cuenta (1984)

   Los pasajeros del jardín (1982)

   Los miedos (1980)

   La isla (1979)

   Contragolpe (1979)

   Proceso a la infamia (1974)

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