Estreno en España: 20 Junio 2008
Puntuación:
Sinopsis
Margot Zeller, una inteligente escritora de relatos cortos con una lengua muy afilada que suele crear el caos por donde pasa, decide presentarse por sorpresa a la boda de su hermana Pauline, a la que no ha visto en bastante tiempo. Margot, acompañada por su hijo Claude, un chico muy maduro para su edad, llega con la fuerza de un huracán. En el momento en que conoce a Malcolm, el futuro marido de su hermana, empieza a sembrar dudas acerca de la unión. La boda se acerca y las complicaciones se suceden. Las dos hermanas se encuentran de pronto al borde del precipicio, pero no tardarán en darse cuenta de que incluso cuando la familia está a punto de autodestruirse, si se busca consuelo, no hay nada como la misma familia.
Crítica de Cine.com
por Leo Aquiba Senderovsky
Noah Baumbach dirige otra película independiente, esta vez con elenco propio de una producción estándar de Hollywood. Nicole Kidman, Jennifer Jason Leigh, Jack Black, mas el peso narrativo que se vierte sobre el joven Zane Pais, quien interpreta al hijo de la Kidman, y que es, lejos, lo mejor de la película. Otra película independiente, que es otra historia sobre familias disfuncionales, esta vez centrada en Margot, el personaje de Kidman, una escritora bastante inadaptada, madre ultra-absorbente, y un sujeto muy cruel frente a las miserias de su familia, al punto de verter todas esas miserias en sus textos. Kidman hace lo que puede con su personaje, hace bastante, pero su figura desentona completamente con el tono del film. Quizás el mayor problema de esta película sean los enormes vaivenes de los personajes (ninguno de ellos parece estar un poco plantado en la vida) y las situaciones. Estos vaivenes, esta tremenda endeblez que posibilita tanta cantidad de excesos, provoca que los momentos decisivos para la trama se vuelvan propios de un guión demasiado calculado y especulador. El resto no parece provenir del mismo tipo de guión, y de esa manera unas situaciones contrastan con otras. Ejemplo de esto es el momento del clímax, cuando Malcolm (Black) intenta escapar del padre de la chica con la que ha tenido algo (legalmente un abuso, por ser ella menor, aunque presumimos que fue un acercamiento mutuo). Salvo un diálogo cerca del comienzo de la película, donde se habla del abuso, y de la presencia constante del sexo durante toda la película, no hay nada que pueda hacernos considerar que ha ocurrido esto entre Malcolm y la hija de Dick, y la imagen del árbol cayendo sobre esa suerte de altar que han montado en el exterior de la casa, no es la manera más sutil de mostrar cómo queda trunco el casamiento. Podríamos decir que cierto tono presente durante toda la película, junto con la presencia de las piletas y la forma en que convive la violencia con el sexo (el hijo de los vecinos que ataca sexualmente al hijo de Margot, la escena en la que los vecinos carnean al cerdo) hacen recordar un poco a La ciénaga, el estupendo debut de Lucrecia Martel. Sin embargo, en esta el sostén dramático termina deshilachándose y perdiendo toda coherencia. Solo el personaje de Claude, el hijo de Margot, la manera en la que se muestra su despertar sexual y su enfermizo apego a su madre, se salvan de la marea incesante que arrastra al resto de los personajes y situaciones, víctimas de un guión que no los maneja ni los contiene como debería. El director de la elogiada Una historia de Brooklyn (The squid and the whale), desciende un par de peldaños con esta, una comedia dramática floja y débil, que no termina de funcionar plenamente en ninguno de estos dos géneros ni en su cruza, y que pierde al cargar con los vaivenes emocionales de sus personajes, que se enraízan y contaminan todas las aristas del film.
Dirección y guión: Noah Baumbach.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 93 min.
Género: Comedia dramática.
Elenco: Nicole Kidman (Margot Zeller), Jennifer Jason Leigh (Pauline), Jack Black (Malcolm), John Turturro (Jim), Ciarán Hinds (Dick), Zane Pais (Claude), Flora Cross (Ingrid).
Producción: Scott Rudin.
Fotografía: Harris Savides.
Montaje: Carol Littleton.
Diseño de producción: Anne Ross.
Vestuario: Ann Roth.
Estreno en USA: 16 Noviembre 2007.
Biofilmografía de Noah Baumbach
Noah Baumbach nació y se crió en Brooklyn, Nueva York. Tras el estreno en Estados Unidos de “Una historia de Brooklyn”, la National Board of Review, la National Society of Film Critics, el New York Films Critics Circle y Los Angeles Film Critics Association han concedido a Baumbach el premio al Mejor Guión Original. Recientemente ha sido nominado al Oscar 2006 en la categoría de Mejor Guión Original.
Filmografía
# Margot at the Wedding (2007)
# The Squid and the Whale (2005)
# Conrad & Butler Take a Vacation (2000)
# Mr. Jealousy (1997)
# Highball (1997) (as Ernie Fusco)
# Kicking and Screaming (1995)
CÓMO SE HIZO “MARGOT Y LA BODA”
En 2005, Noah Baumbach se dio a conocer con una de las películas más desgarradoras, íntimas, emocionalmente turbulentas e hilarantes que se hayan rodado acerca de un matrimonio en crisis, Una historia de Brooklyn/The Squid and the Whale, aclamada en el mundo entero y por la que fue nominado a un Oscar al Mejor Guión Original. Esta vez, con MARGOT Y LA BODA, el director y guionista enfoca su lacerante humor hacia una familia en la que los miembros intentan reunirse a pesar de que pueda ser un total desastre. El realizador observa con ironía y sin tapujos a una familia muy complicada en plena transformación. La inspiración para la historia de la creciente crisis de las hermanas Zeller surgió a partir de una simple imagen que le vino a la mente casi como en un sueño, la de una madre y un hijo sentados en un tren. Esa imagen permitió que cobrara vida en la imaginación de Noah Baumbach el inolvidable personaje de Margot, dando pie a su vez a la creación de su hermana y álter ego Pauline, de su casi adolescente hijo Claude y la de su despreciado futuro cuñado Malcolm.
Esta evolución no es sorprendente tratándose de Noah Baumbach, que escribe guiones de un modo muy peculiar, empezando con casi nada, meros esbozos de personajes y emociones, avanzando desde el centro hacia el exterior casi como un detective, para descubrir la relación que les une. “Después de Una historia de Brooklyn/The Squid and the Whale, empecé a trabajar con otras ideas, pero ninguna conseguía arrancar”, explica el realizador. “De pronto, me vino la imagen de una madre y de un hijo en un tren. No tenía ni idea de adónde iban, pero sí sabía que quería escribir una historia sobre ellos dos. Para mí, es mejor que todo empiece siendo misterioso y se vaya desvelando poco a poco. Comencé a tantear en la oscuridad y las piezas empezaron a encajar hasta que pude hilarlas. Una vez hecho esto, empieza un proceso mucho más analítico”. Noah Baumbach empezó a escribir sobre la relación entre madre e hijo, y le fascinó el tira y afloja que surge entre una mujer a punto de romper su matrimonio y un niño a punto de saltar a la adolescencia. “Margot y Claude son, en muchos aspectos, como una pareja. Les conocemos en un momento en que Claude quiere alejarse de las faldas de su madre y Margot quiere alejarse de su marido. Estos cambios representan una amenaza para el profundo vínculo que les une”, dice el director.
Pero cuando descubrió que Margot y Claude iban a la boda de su hermana y tía, respectivamente, y apareció Pauline, el guionista y director supo que se enfrentaría a una de las relaciones más difíciles de describir, la de dos hermanas, especialmente si han compartido un pasado familiar algo tumultuoso. En los intercambios concisos, secos e incluso agrios entre Margot y Pauline, Noah Baumbach se sumió en una vorágine de envidia, necesidad, adoración, secretismo, ira, resentimiento, autocontrol, esperanza, miedo y amor, un terreno donde se siente muy cómodo.
Bajo la apariencia inteligente y atractiva de las dos hermanas, se esconden fuerzas volcánicas a punto de explotar, sobre todo cuando la hipercrítica Margot conoce y tacha de indigno al prometido de Pauline, obligando a ambas hermanas a reconocer lo que esperan de sí mismas y la una de la otra.
“Margot y Pauline están convencidas de que son las mejores amigas del mundo, pero los acontecimientos empiezan a sembrar dudas en ambas”, dice Noah Baumbach.
Parte de la naturaleza universal de MARGOT Y LA BODA, se debe a la habilidad del guionista en meterse de lleno en la típica reunión familiar que se acerca cada vez más al desastre según se producen pequeñas calamidades. “Los personajes de MARGOT Y LA BODA pasan por transiciones que les asustan porque son nuevas; Claude está en plena pubertad, Margot quiere dejar a su marido, Pauline y Malcolm están a punto de casarse. Son situaciones en las que uno puede perder el control”, explica Noah Baumbach.
Una vez construida la historia a partir de personajes conmovedores e hilarantes gracias a sus imperfecciones, quedaba encontrar a los actores capaces de interpretarlos con todos sus matices. El realizador dice que nunca piensa en un actor en concreto cuando escribe un guión; prefiere que el personaje cobre vida por sí mismo. Al terminar el guión, el director se concentró en encontrar a un extraordinario grupo de actores que han sabido insuflar vida a los personajes con toda la sutileza requerida.
El núcleo de MARGOT Y LA BODA es la misma Margot, una mujer que pasa de una emoción a otra con una tremenda facilidad, que tiene una lengua muy afilada, que cree saber lo que le pasa a todo el mundo y no resiste dar su brutal y honesta opinión. Inconscientemente pone en peligro la inminente boda de Pauline, pero es su matrimonio el que está a punto de zozobrar. Para encarnarla con todas las consecuencias, Noah Baumbach necesitaba a una actriz que disfrutase corriendo grandes riesgos emocionales.
“Era necesario interpretar a Margot sin la menor concesión”, dice el realizador y guionista. “Es una fuerza destructiva, pero también es frágil. Le tengo mucha simpatía. Quizá se deba a que, a pesar de ser muy crítica con los demás, también lo es consigo misma. Necesitaba a alguien que no tuviera miedo de abrirse”.
Encontró a la persona adecuada en la oscarizada Nicole Kidman, que ha sabido demostrar una notable diversidad en sus interpretaciones. Ganó el Oscar por su encarnación de Virginia Woolf en Las horas, de Stephen Daldry. Ha protagonizado películas que van desde el musical Moulin Rouge! al clásico thriller psicológico Los otros. Tampoco ha dado la espalda al humor, siendo muy aclamada por su papel en la comedia negra Todo por un sueño, de Gus Van Sant.
Cuando empezó el rodaje, Nicole Kidman aportó al personaje la brutal honestidad que buscaba Noah Baumbach, pero también le insufló un toque realista que marcó el tono de toda la película. “Nicole nos mostró que es más fácil simpatizar con Margot cuanto más fiel es a sí misma”, explica el realizador. “El personaje no habría transmitido una sensación de honestidad si Nicole no se hubiera atrevido a meterse del todo en su piel. Nicole lo entendió perfectamente. Margot entra en la película casi como una bola de demolición. Necesitaba a alguien con el suficiente dinamismo, pero que pudiera parecer creíble como miembro de la familia. Nicole cumplía ambos requisitos. Además, es francamente graciosa”.
Nicole Kidman se sintió atraída por el hecho de que Noah Baumbach no estaba dispuesto a tomar el camino fácil en su incisiva descripción de la rivalidad entre las dos hermanas. “La historia ya es muy divertida de por sí, y además es de una honestidad sorprendente y brutal, aunque nunca destruye la relación afectiva”, explica la actriz. “Me atrajo que las dos hermanas fueran tan duras la una con la otra, sacándose de quicio a pesar de quererse mucho”.
Aunque tiene una hermana en la vida real, Nicole Kidman dice que su relación no se parece a la de Margot y Pauline. “Hay poquísima fricción entre las dos, pero encontré referencias para la relación entre las dos hermanas en otras partes de mi vida. También creo que hay una verdad universal acerca de la familia que Noah deja muy clara en MARGOT Y LA BODA. Sus personajes están perdidos e intentan encontrar una boya en los otros”.
Nicole Kidman también se sintió fascinada por las complejas razones y emociones que Margot esgrime para razonar su amor protector hacia un hijo a punto de alejarse de ella para sumirse en la crisis de la adolescencia. “La conexión entre Margot y Claude es muy fuerte, y la madre lo utiliza a veces”, dice. “Es muy dura con él, pero también quería mostrar cómo le quiere y desea protegerle. Creo que las emociones de Margot son tan complejas que ella misma no acaba de entenderlas y, por lo tanto, no puede controlarlas”.
La impulsiva competitividad de Margot la mete en un lío cuando, espoleada por Pauline, decide trepar a un imponente roble como cuando era niña. La aventura se convierte en un incidente hilarante y humillante. Sin embargo, Nicole Kidman reconoce que en ningún momento sintió el vértigo que se apodera de Margot: “Sinceramente, me sentía muy bien allí arriba”, dice, riendo. “Debo tener algo de mono porque me gustó estar sentada en un árbol durante casi todo el día”.
Para la actriz, el mayor reto fue construir la absoluta contradicción que parece haber en todas las relaciones de Margot. Explica que para ello, tuvo que acercarse mucho al resto de actores y al director: “Fue interesante porque Noah es tímido, Jennifer es tímida, soy tímida. Somos tres personas tímidas y debíamos revelar partes íntimas de nosotros mismos a los otros dos. Necesitábamos confiar en los otros dos, además de tener mucho valor”.
A la hora de encontrar a la actriz capaz de dar vida a Pauline, la hermana a la que antaño Margot intentó asar en el horno y a la que ahora desea acercarse, Noah Baumbach pensó que el papel sería perfecto para su esposa, la galardonada actriz Jennifer Jason Leigh, a pesar de no haberlo escrito para ella.
“Jennifer leyó todas las versiones del guión y sus comentarios me ayudaron mucho”, dice. “Quizá se me ocurrió escribir acerca de estas dos hermanas porque, inconscientemente, quería trabajar con Jennifer”.
Nicole Kidman estaba entusiasmada con la idea. “Pensé: ‘Qué buena elección’. Incluso tenemos rasgos físicos en común. Siempre me ha parecido extraordinaria, directa, llena de vida, brillante”, dice.
Jennifer Jason Leigh ha sido premiada y aclamada por sus interpretaciones en películas tan diversas como la dura Última salida Brooklyn, el sofisticado thriller Miami Blues, Hasta el límite/Rush, El gran salto, de los hermanos Coen, La Sra. Parker y el círculo vicioso, en la que interpretaba a la legendaria escritora Dorothy Parker, Vidas cruzadas, de Robert Altman, la escalofriante Eclipse total/Dolores Claiborne y Camino a la perdición, de Sam Mendes, en el papel de la desdichada esposa de Tom Hanks . Pero nunca había interpretado a un personaje como Pauline, una mujer que añora a su hermana, pero que casi sucumbe cuando se reencuentran.
“Tengo la impresión de que Pauline se ve a sí misma como una persona sensata, muy diferente de su hermana, y que ha hecho las paces con el pasado, pero todo se va al garete en el momento en que llega Margot”, dice la actriz.
Jennifer Jason Leigh ancló su personaje en la añoranza que Pauline siente por su hermana, por lo que es capaz de obviarlo todo, incluso cuando Margot intenta impedir que se case. “Pauline adora a Margot, y añora una relación de amistad totalmente idealizada. Cuando se entera de que Margot viene, está convencida de que serán las mejores amigas del mundo”, añade.
Sigue diciendo: “Pero es una relación afectiva tan complicada como destructiva. Es su forma de entender el amor. Por eso, la historia tiene tanta garra. El deseo de sentirse cerca de la familia y, al mismo tiempo, el deseo de escapar de la familia es universal”.
La llegada de Margot destruye la paz reinante. Empieza a meterse con Malcolm, el novio en paro de Pauline. Jennifer Jason Leigh cree que Pauline nunca se cuestionó su relación con Malcolm hasta la llegada de su hermana. “Son una pareja genial”, dice. “Malcolm es muy divertido a pesar de ir de amargado por la vida porque nadie aprecia su arte. Pero la dinámica cambia y Pauline empieza a ver a Malcolm a través de los ojos de su hermana”.
La actriz disfrutó mucho trabajando con Nicole Kidman. “Nicole es muy generosa. Es fantástico trabajar con ella; he tenido la sensación de estar creando algo juntas momento a momento”, explica. “Todo parece fácil, realista y, a la vez, da un poco de miedo porque no se sabe en qué dirección irá la escena. Intelectualmente entendemos lo que pasa, pero nunca se sabe hasta qué punto emocional llegará la escena, y eso es genial”.
En cuanto a trabajar por primera vez con su marido, Jennifer Jason Leigh dice que fue una experiencia maravillosa: “Nos respetamos mucho y confío plenamente en él. Me conoce bien, sabe cómo empujarme, cómo hablarme, fue genial, me encantó”.
La actriz también disfrutó mucho trabajando con Jack Black, que interpreta a Malcolm, el tercero en discordia en la competitiva e incomprensible relación de las hermanas Zeller. Puede sorprender que Noah Baumbach escogiera al actor, más conocido por sus papeles en el éxito cómico School of Rock/Escuela de rock y en la película de aventuras King Kong, de Peter Jackson, pero ofrece una interpretación comedida sin dejar de ser hilarante. En las manos de Jack Black, Malcolm se convierte en un ser débil que intenta conquistar – sin el menor resultado – a Margot, que le considera meramente como algo que ocupa sitio.
“Jack quería estar a la altura del guión y sabía que podía hacerlo”, dice el realizador. “Malcolm tiene una relación perfecta con Pauline, pero en cuanto llega Margot se siente como un extraño”.
Lo que más gustó a Jack Black fue la tremenda ironía que se desprendía del guión. “Creo que cualquiera que haya tenido una historia familiar turbulenta se identificará con la historia. Incluso diría que es el equivalente a 28 sesiones con el psiquiatra”, dice, riendo.
Sin embargo reconoce que, al principio, tuvo problemas con Malcolm y su falta de atractivo. “Esta película es mucho más realista que mis trabajos anteriores”, explica. “Tuve que repetirme que no era yo, que me metía en la piel de un personaje”.
Y el personaje en cuestión, según Jack Black, está en un apuro: “Malcolm es un hombre inseguro antes de la llegada de Margot, y ella no disimula que le considera el perfecto ejemplo del perdedor. Intenta impresionarla en numerosas ocasiones, sobre todo con sus obras, pero no lo consigue, todo lo contrario”.
La entrega de Jack Black al papel fue aún mayor gracias a sus compañeras de reparto: “Supe desde el principio que debería darlo todo si quería estar a la altura de Jennifer Jason Leigh y Nicole Kidman”, recuerda. “Había momentos en que me quedaba admirado ante lo que hacían y casi olvidaba mi diálogo”, dice, con buen humor.
Nicole Kidman tampoco escatima elogios: “Era genial ver y escuchar a Jack, está perfecto en el papel. Es muy gracioso, pero también es capaz de revelar el desprecio que siente por sí mismo, por eso se convierte en un personaje entrañable”.
La familia Zeller se completa con dos jóvenes actores en los papeles de hijo e hija de Margot y Pauline respectivamente. Zane Pais es Claude, y Flora Cross, que acaba de trabajar con Richard Gere y Juliette Binoche en La huella del silencio, es Ingrid, la hija que tuvo Pauline en su anterior matrimonio.
No fue fácil encontrar a un actor joven para encarnar a Claude, un chico algo tímido que se ve obligado a cuidar de su madre cuando se da cuenta de que los roles han cambiado. Noah Baumbach se lanzó en una búsqueda por todo el país. Pero Zane Pais obtuvo el papel por casualidad. Su madre, la actriz Lisa Emery, conocía a Jennifer Jason Leigh por haber trabajado con ella recientemente en la obra de teatro “Abigail’s Party”. La actriz le sugirió a su marido que Zane Pais podía tener esa naturalidad que buscaba.
“Ya había visto a muchos niños, pero invitamos a Zane a venir a nuestro piso, en eso jugó con ventaja”, dice el director. “Fue increíble, me quedé asombrado. Zane, al igual que Claude, ha llegado a ese punto donde le empieza a interesar el mundo exterior. Zane conectó enseguida con el personaje de Claude y nos dimos cuenta de que era el actor idóneo”.
“No creía que conseguiría el papel”, reconoce Zane Pais. “Cuando me dijeron que me habían escogido, me volví loco. Pero todavía no sabía con quién trabajaría. Mi madre no había querido decírmelo para no estresarme en las pruebas”.
Sin embargo, tuvo que trabajar mucho al lado de la estrella Nicole Kidman al interpretar a su hijo en la película. “No me lo pensé demasiado, pero cuando empezamos a rodar, me lo pasé muy bien”, dice. “Claude quiere mucho a su madre, pero empieza a sacarle de quicio. Descubre unas cuantas cosas en el transcurso de la película, como el hecho de que sus padres están a punto de separarse”.
Algunos de sus descubrimientos se deben a su complicada relación con Ingrid, la prima que le adora, hija del primer matrimonio de Pauline. Para el papel, Noah Baumbach escogió a uno de los nuevos rostros del momento.
Durante el rodaje, Flora Cross se sintió tan unida a Jennifer Jason Leigh que incluso le mandó un regalo para el día de la madre. “Flora es muy cariñosa, y se dejaba llevar por el hecho de que debíamos ser madre e hija en la película”, explica la actriz. “Era importante que se sintiera cómoda conmigo, tanto física como emocionalmente. A su edad, las niñas se abrazan mucho a sus madres, todavía no quieren crecer. Debíamos establecer esa dependencia muy al principio del rodaje. Tuve mucha suerte de que Flora estuviera tan abierta; muchos niños actores no lo están, sobre todo si empiezan a ser independientes. Pero Flora es muy cariñosa”.
Completan el reparto John Turturro en el papel de Jim, el marido de Margot; Ciarán Hinds como Dick, el compañero de trabajo y amante de Margot, y Halley Feiffer como Maisy, la hija adolescente de Dick, a la que Pauline contrata como canguro con consecuencias absolutamente desastrosas.
En opinión de Noah Baumbach, el reparto era tan volátil y eléctrico como la misma familia Zeller. “Esta película trata de la familia en la que se nace y la familia que se escoge, y de las extrañas cosas que la gente hace para autodefinirse en el mundo”, dice el realizador. “Fue asombroso ver cómo los actores aceptaron el reto. Consiguieron comunicar vida a cada una de las escenas”.
Una vez escogido el reparto, Noah Baumbach reunió a un equipo creativo que incluye al director de fotografía Harris Savides, la diseñadora de producción Anne Ross, la diseñadora de vestuario Ann Roth, ganadora de un Oscar por su espléndido trabajo en El paciente inglés, y la montadora Carol Littleton, nominada a un Oscar por la famosa E.T.: el extraterrestre. Basándose en el estilo descarnado y muy personal del cine de los años setenta, el objetivo era presentar a estos estresados personajes y sus complicadas emociones contra el maravilloso telón de fondo que ofrece el paisaje de la costa Este.
Harris Savides escogió una iluminación natural y rodar cámara en mano para conseguir una inmediatez que recordara un poco a los vídeos caseros, contrastando fuertemente con los tonos otoñales de los paisajes. “Siempre he tenido ganas de trabajar con Harris. De todas las películas que he hecho, esta es la más parecida a lo que tenía en la cabeza antes de empezar a rodar”, dice Noah Baumbach. “Tuvimos largas charlas acerca de la imagen, del ambiente realista que quería. A pesar de que toda la película se rodó cámara en mano, se intentó que la cámara se moviera lo menos posible, lo que aporta ese pequeño toque humano a la película”.
Ann Roth realzó el realismo con un vestuario que parece familiar, pero subrayando las personalidades de cada personaje. La ropa estrecha de Nicole Kidman contrasta fuertemente con las anchas blusas de Pauline.
MARGOT Y LA BODA transcurre en la casa familiar de los Zeller, un lugar lleno de recuerdos, en una zona sin especificar. “Nunca pensé en un lugar en especial mientras escribía el guión”, dice Noah Baumbach. “Más bien era un collage de varios lugares en los que he estado, una especie de isla en la costa noreste”.
Se empezó a buscar la casa idónea cerca del mar donde cupiera un equipo de 75 personas, con espacio suficiente para aparcar una docena de camiones, el camión de catering, las caravanas de los actores y cerca de una población donde se pudiera obtener material de construcción.
Anne Ross llenó la casa con objetos y muebles que reflejaran el pasado de la familia Zeller y el estado actual de Pauline. “Anne Ross hizo un trabajo asombroso”, dice la actriz Jennifer Jason Leigh. “Cada detalle era perfecto, no se le escapó nada. Llegué a sentir que había vivido en esa casa como Pauline”.
Noah Baumbach pidió a los actores que ensayaran en la casa, lo que les ayudó a construir los lazos sutiles y la tensa emoción que unen a una familia en pleno cambio. “Fue muy inteligente por parte de Noah exigirnos este periodo de ensayo”, dice Nicole Kidman. “Estuvimos mucho tiempo juntos, a menudo charlando, tumbados en sofás, adquiriendo una intimidad que nos ayudó mucho posteriormente”.
Mientras la casa cobraba vida con las discusiones de las hermanas Zeller, sus miedos y sus afectos, el departamento artístico seguía buscando uno de los elementos más importantes de la película: el polémico y enorme árbol muerto que servía de refugio a Margot y Pauline cuando eran niñas, y que ahora protagoniza el momento culminante de la visita de Margot.
Ya que ninguno de los árboles del jardín de la casa daba la talla, el director decidió que sería más fácil traer uno y replantarlo. Fue necesario encontrar la presencia arbórea adecuada, una tarea que recayó en el jardinero Will Scheck. “Iniciamos una búsqueda puerta a puerta, preguntando si nos permitían echar un vistazo a su jardín”, recuerda Will Scheck. “Al final encontramos exactamente lo que buscábamos en un terreno industrial a menos de dos kilómetros del decorado”.
El árbol en cuestión estaba muerto y era un roble rojo de unos 12 metros de altura, con grandes ramas. El problema era cómo transportar al gigante hasta el decorado con los vehículos disponibles y por estrechas carreteras locales. Se decidió evitar las carreteras y hacerlo por mar.
Lo primero fue atar el árbol a una grúa de 40 toneladas y cortarlo con mucho cuidado. Un proceso lento por las precauciones tomadas para la seguridad (algo que Malcolm no tiene en cuenta cuando corta el árbol en la película) y para no dañar al roble. Una vez en el suelo, fue alzado por una segunda grúa que lo depositó en una barcaza para transportarlo por la bahía hasta el decorado. Una vez allí, la segunda grúa volvió a alzarlo y se replantó en el jardín de la casa, como si siempre hubiera estado allí.
La llegada del árbol atrajo a muchos curiosos. Durante unas horas, el pueblo parecía estar de fiesta, con el gigante y sus problemáticas raíces como protagonista.
Aunque la casa, el árbol y el paisaje tienen un papel muy definido a la hora de crear el ambiente de MARGOT Y LA BODA, el diseño de la película sólo es el telón de fondo para los personajes. Noah Baumbach recalca: “Quiero que esta película sea como una experiencia para el público. No deben limitarse a verla, deben participar. No me importa que para algunos sea una comedia y que para otros sea un drama, o ambas cosas, sólo me importa que participen en la historia”.