Estreno en España: 29 Mayo 2009
Puntuación:
Sinopsis
“Notorious” sigue el asombroso ascenso de Christopher “Biggie” Wallace, más conocido como “The Notorious B.I.G.”, quien, en sólo unos pocos años, se elevó desde las implacables calles de Brooklyn hasta la cumbre de una leyenda del hip-hop. Despojando a su mítica imagen de toda máscara once años después de su trágica muerte, “Notorious” revela la tumultuosa y brevísima odisea de un joven de brillantísimo talento e implacable resolución cuyos inolvidables relatos en forma de rap de la vida en las calles de los barrios bajos, con su verdad desnuda y sus elocuentes rimas, se convirtieron en símbolos de la despiadada realidad de toda una generación y de sus sueños de huir de todo ello en busca de algo mejor. Pero justo cuando Biggie comienza a hacerse un hombre de verdad y a solidificar su legado musical como creador de uno de los conjuntos de obras más grandes del hip hop, el destino revela que tiene otros planes.
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
Un dato aparentemente menor cobra mucha relevancia cuando uno lee los créditos de Notorious: Entre los productores del film se encuentran Sean “Puffy” Combs y la madre de Christopher “Biggie Smalls/Notorius B.I.G.” Wallace. “Puffy” Combs, al margen de ser una figura más que relevante del hip hop, fue uno de los principales descubridores de Biggie. Con estos dos nombres se sabe que no habrá posibilidad de debate. Este biopic del enorme rapero Notorious B.I.G. no se propone en ningún momento poner en tela de juicio nada respecto a su corta pero intensa vida. No lo santifica en absoluto. Afirma, sin dudarlo, que Biggie fue un adolescente conflictuado, que sufrió la ausencia de una figura paterna cuando niño, que se convirtió en dealer mientras terminaba la secundaria, para poder darse todos los gustos, que en ningún momento pudo mantener cierta fidelidad a cualquiera de sus sucesivas mujeres y fue un padre tan ausente como el suyo (agobiado por las luces de una repentina fama). Afirma bastante, pero no lo suficiente, no todo lo que esperaríamos para un biopic de estas características. La vida de Biggie se reduciría, según la película, al clásico “sueño americano”, al joven que debió sortear las enormes dificultades económicas y emocionales, y fue eternizado luego de una carrera breve pero intensa (Biggie sacó un solo álbum en vida, y se encontraba preparando el segundo cuando lo mataron). Sin embargo, hay preguntas sin respuesta. Al momento de la muerte de Tupac Shakur, muchos lo señalaron como el autor intelectual del crimen, luego de la acusación que Shakur había hecho contra su persona y contra “Puffy”, por un robo que terminó en atentado contra su vida. Shakur, que había sido su socio no mucho tiempo atrás, terminó rivalizando con Biggie hasta el momento de su muerte, y los rumores que afirmaban que Biggie lo había mandado a matar, se acrecentaron luego de su propia y prematura muerte. La película toma partido, nos dice (el propio “Puffy” Combs nos dice) que ambos eran rehenes de una pelea a muerte entre dos facciones del hip hop, la de la Costa Este y la Costa Oeste, representadas por las correspondientes compañías discográficas, y que los artistas terminaban involucrados casi ingenuamente en un asunto de mafias entre ambas facciones, que terminó por arrebatar ambas vidas. Podemos creer o no esa versión, pero si la creemos, deberíamos exigirle a la película que nos describa más de esa rivalidad, que explore a fondo ese tema. Puede que la película decida optar por no darle a ese tema mayor énfasis, pero que la vida de un importante exponente del hip hop se reduzca a sus líos de polleras, a su inmadurez emocional y a su necesidad inconsciente de una figura paterna que actúe de rectora en su agitada vida, aún más agitada cuando conoce la fama, sabiendo (y no pudiendo eludir) que un importante capítulo de su corta vida ha comenzado desde el atentado a Tupac que terminó con su acusación y se ha extendido hasta el momento en el que muere asesinado, denota la falta de profundidad de un biopic que merecía mucho más, que reposa demasiado en la eficiente interpretación de Jamal Woolard, y no va mucho más allá de lo que propone. Notorious termina resultando una película biográfica correcta, pero que fracasa por su excesiva timidez, termina cayendo en su propia trampa, no logra escapar al enigma más grande (luego de ver la película, el enigma se vuelve aún más indescifrable que antes) que sacude la película, y la propia vida de Biggie. Si alguien se atreve a abordar la adaptación fílmica de la vida de un mítico artista del hip hop como Notorious B.I.G., más aún contándola desde el propio vientre del hip hop como se espera de “Puffy” Combs en calidad de productor, por lo menos debe revelar su propio discurso respecto a las mafias que terminaron con la vida de Shakur y de Biggie Wallace. Combs, por miedo o por complicidad, no lo hace, se queda en la superficie, intenta evocar y ensalzar la figura de este gigante del hip hop, para finalmente no decir nada respecto a aquello que lo mató, aún a sabiendas de que su discurso respecto a este tema es fundamental para entender buena parte del ambiente en el que estos artistas se manejaban por aquella época. Y la película se encandila con las mismas luces que enceguecieron al pobre Biggie, a punto tal de terminar incendiándose, mordiéndose la cola por no poder expresar aquello que sabe, y por quedarse con un pobre muchachito de 24 años que no supo de ley paterna, que fue víctima de su propia fama y nunca pudo obtener cierta paz emocional, cuando Biggie no solo fue mucho más que eso (en apenas 24 años de vida), sino que tampoco su muerte se debió a las circunstancias de su agitada vida privada. Para un biopic de estas características tan particulares, la vida privada solo sirve para enriquecer al personaje, es apenas un accesorio de un hecho policial que superaba las vidas del propio Biggie y de su par Tupac, y que la película opta por no solo no intentar esclarecer, sino tampoco siquiera observar. Aunque determinados aspectos terminen volviéndose ineludibles.
Lo mejor de la película: Jamal Woolard, y algún que otro dejo de erotismo accesorio.
Lo peor de la película: Su falta de compromiso para abordar las circunstancias criminales que terminaron con la vida de Biggie.
Dirección: George Tillman Jr.
País: USA.
Año: 2009.
Duración: 122 min.
Género: Biopic, drama, musical.
Elenco: Jamal Woolard (Christopher “Biggie” Wallace), Angela Bassett (Voleta Wallace), Derek Luke (Sean “Puffy” Combs), Anthony Mackie (Tupac Shakur), Antonique Smith (Faith Evans), Naturi Naughton (Lil’ Kim), Kevin Phillips (Mark), Dennis White (Damion “D-Roc” Butler), Marc John Jefferies (Cease), Julia Pace Mitchell (Jan), Aunjanue Ellis (Sandy).
Guión: Reggie Rock Bythewood y Cheo Hodari Coker.
Producción: Voletta Wallace, Wayne Barrow, Mark Pitts, Robert Teitel y Trish Hofmann.
Música: Danny Elfman.
Fotografía: Michael Grady.
Montaje: Dirk Westervelt.
Diseño de producción: Jane Musky.
Vestuario: Paul A. Simmons.
Estreno en USA: 16 Enero 2009.
Filmografía de George Tillman Jr.
# Notorious (2009)
# Men of Honor (2000)
# Soul Food (1997)
# Scenes for the Soul (1995)
# Paula (1992)
CÓMO SE HIZO “NOTORIOUS”
1. El proyecto
La extraordinaria vida y el legado de Christopher “The Notorious B.I.G”. Wallace, junto con su prematura muerte a la edad de veinticuatro años, cuando se hallaba en la cumbre de su poder creador, en el preciso momento en que su carrera estaba despegando, le han convertido desde hace mucho tiempo en uno de los iconos más enigmáticos de la música. Conocido como un poeta de la calle, apasionado y sin pulir, que dio prestó su resonante voz de barítono a quienes carecían de ella en los barrios marginales, y cuyo poderoso influjo sigue dejándose oír en todo el espectro de la música hip-hop contemporánea, The Notorious B.I.G. (también conocido como Biggie y Biggie Smalls) se ha convertido en una leyenda duradera. Más de diez años después de su fallecimiento, los muchachos siguen aprendiendo de memoria cada palabra de sus discos; los artistas siguen inspirándose en su fanfarronería, su estilo y su capacidad de captar el drama de la vida urbana en latigueantes juegos de palabras, y el mundo continúa fascinado por una historia rebosante de música, atractivo, peligro y sueños inverosímiles hechos realidad. Pero, ¿quién era el verdadero hombre –hijo, padre, marido y artista– que se oculta detrás de esa leyenda? NOTORIOUS, una película puesta en marcha por un trío de productores que conocieron íntimamente a Christopher Wallace –su madre, Voletta Wallace, y sus antiguos representantes, Wayne Barrow y Mark Pitts- aborda la irresistible cuestión y examina la profunda importancia de la música de Biggie, llegando al mismo tiempo hasta el fondo de su humanidad. En la década siguiente al asesinato de Biggie, que todavía no se ha resuelto, fueron muchos los que se dirigieron tanto a Voletta Wallace como a Barrow y Pitts con planes para realizar una película sobre la inestable y vibrante vida del rapero. Durante todos esos años dijeron que no –deseando asegurarse de que cualquier película sobre el personaje fuera tan auténtica y fiel a la cruda realidad como lo fue The Notorious B.I.G. en su propia narración de los hechos.
Su esperanza era poder realizar algún día una película que contara la vida de Christopher Wallace sin censura ni sensacionalismo, sino que más bien revelara toda la complejidad del personaje –lo bueno y lo malo, la belleza y la brutalidad– y garantizase que su odisea desde las calles hasta el momento en que se hizo un hombre fuera preservada en toda su extensión de forma respetuosa y artística. Wallace, Barrow y Pitts pudieron finalmente conseguirlo realizando ellos mismos NOTORIOUS.
“La gente escucha su música y su conocimiento no llega más allá, pero nosotros queríamos que el público saliese de ver esta película con algo más”, dice Barrow hablando de las esperanzas que el trío de productores puso en la película. “Queríamos que los espectadores se llevasen exactamente una imagen de aquello para lo que la señora Wallace crió a su hijo: para que fuera el hombre Christopher Wallace”.
Wallace nació el 21 de mayo de 1972 y se crió en uno de los barrios más pobres y más despiadados de Brooklyn, Bedford Stuysvesant. Siendo muy joven reveló su talento para el rap y ya grababa discos al alcanzar la adolescencia. Aunque era un estudiante inteligente y de excelentes notas, a los diecisiete años, atraído por el dinero fácil y la gran vida que se daban los camellos que veía a su alrededor, abandonó los estudios para llevar una vida en la calle. La paternidad no hizo más que acentuar su ambición de llegar a fin de mes por cualesquiera medios que fueran necesarios. Pero cuando una cinta de demostración cayó en manos del productor de rap en creciente ascenso Sean “Puffy” Combs, tales medios cambiaron radicalmente. Combs firmó al instante un contrato con Biggie haciendo de su vertiginoso éxito la piedra angular de su nuevo sello Bad Boy Records.
Conocido primero como “Biggie Smalls” y luego como “The Notorious B.I.G”., Wallace logró un número inmenso de admiradores contando unos cuentos extraños y descarnados sobre la violencia real que había encontrado en las calles, pintando un cuadro a veces espeluznante pero siempre profundamente cierto, de la América de los barrios deprimidos. Su rara mezcla de total credibilidad callejera e innegable atractivo comercial, dio un nuevo ímpetu a todo el mundo del hip-hop, subiendo el listón de las letras y contribuyendo a volver a hacer de la cultura algo profundamente importante. Después de haber acumulado varios éxitos y de haberse convertido en el solista masculino más importante de las listas del pop y del Rythm and Blues, parecía que The Notorious B.I.G. no estaba más que al comienzo de una carrera increíble y sin precedentes. Pero el 9 de marzo de 1997, cuando Wallace salía de una fiesta organizada por Vibe Magazine después de los Premios Musicales Soul Train, un desconocido agresor disparó sobre él y lo mató.
Aunque era posible liquidar a Wallace, su música sobrevivió a su muerte. Poco después de su fallecimiento, su segundo álbum salió al mercado y llegó inmediatamente a la cabeza de las listas, convirtiéndose el cantante en el primer artista en lograr dos números uno póstumos. Desde entonces, su influencia ha seguido resonando en toda la industria musical, manteniéndola viva muchos artistas, de P. Diddy a Jay-Z, cuyas carreras arrancaron gracias a la ayuda de Wallace y al futuro más despejado que él contribuyó a forjar para el hip-hop.
Tales eran los hechos, pero los realizadores querían ahondar mucho más en la vida y la época de Christopher Wallace para llegar a lo que verdaderamente le movía. Con el fin de crear un cuadro que describiera con todas las de la ley y sin restricciones cómo The Notorious B.I.G. llegó a ser el hombre que fue, el equipo se hizo con los servicios de un guionista que ya conocía cada detalle de esta asombrosa historia: Cheo Hodari Coker, autor de Unbelievable: The Life, Death, and Afterlife of the Notorious B.I.G. y colaborador de Rolling Stone, Spin, Los Angeles Times y VIBE, que fue la última persona que entrevistó a Wallace, hablando largamente con él la noche anterior a su asesinato.
Coker afirma que sus numerosas y prolongadas entrevistas con Biggie le dejaron la imborrable impresión de un joven que ya había vivido toda una vida. “Christopher Wallace sólo alcanzó la edad de veinticuatro años, pero fueron unos veinticuatro años épicos”, asegura. “Para mí, el reto más grande consistía en rendir homenaje a su carrera como leyenda musical, captando a la vez los matices de su personalidad. Era divertido. Era travieso. Era un verdadero gozo entrevistarlo porque era una persona tan abierta”.
Coker no sólo gozó del privilegio de haber realizado más de cinco horas de entrevistas cara a cara con Wallace, sino que también, en el año siguiente a la muerte de Biggie, acumuló docenas de conversaciones con muchas de las principales figuras de la vida de Wallace, entre ellas, Voletta Wallace, Mark Pitts, Wayne Barrow, Faith Evans, James “Lil Cease” Lloyd, DJ Enuff, DJ Mister Cee, Sean “Puffy” Combs, Damien “D-Roc” Butler y otros muchos de los personajes de la vida real que aparecen en la película.
Todo esto contribuyó a forjar una imagen de Biggie en la que se unen cada uno de los elementos dispares de su vida –la ruda ley de la calle, sus íntimas relaciones con su familia y sus amigos y el trascendente poder de su música– para formar un retrato caleidoscópico.
“Biggie era un genio a la hora de encapsular momentos enteros de su vida en una canción de tres minutos y medio, y ése es el mismo truco que espero haber conseguido en las ciento diecinueve páginas del guión”, dice Coker. “Yo quería escoger momentos intensos que sirvieran de símbolo y resumen de todos los años de su vida, y encajarlos visualmente de la misma forma como Biggie lo hizo musicalmente para ‘Ready To Die’ o ‘Life After Death’”.
Coker contaba igualmente con la ventaja de poder echar mano de relatos que Wallace le había confiado durante sus entrevistas, añadiendo sutiles matices y detalles al guión. Por ejemplo, a Coker siempre le apasionó el relato de cómo, en los días de escasez del principio de su carrera, el rapero no quería que su madre supiera que estaba traficando con drogas, por lo que ocultaba todo su vestuario de diseño —las camisas de Izod y Le Tigre, su joyería y otro botín- en un baúl que guardaba en el tejado de su edificio de apartamentos del 226 de la calle St. James— y se cambiaba poniéndose ropa ‘limpia’ que llevaba en la calle Fulton tan pronto como su madre volvía la vista a otro lado.
“No es más que otro pequeño detalle que deja claro que Christopher Wallace y The Notorious B.I.G. eran dos personas totalmente distintas”, comenta Coker.
El guionista Reggie Rock Bythewood, autor del argumento de la película de Spike Lee LA MARCHA DEL MILLÓN DE HOMBRES, merecedora del elogio de la crítica, además de guionista y director de ENTRE LÍNEAS y BIKER BOYZ, también se unió a la empresa para profundizar en las relaciones entre los personajes, y añadir su visión propia y perspicaz de la vida, la influencia y el atractivo de Biggie, no sólo para los aficionados incondicionales del hip-hop sino para cualquiera que haya conocido su historia completa.
“Yo quería ir contra la corriente de aquello que habitualmente se examina cuando se realiza una película sobre la vida de alguien”, explica Bythewood. “Las preguntas que yo quería plantear eran: ¿Cuáles eran sus defectos como ser humano? ¿Cómo se introdujo todo ello en su música y en las opciones hacia las que se inclinó?”
Prosigue: “Creo que lo que hace que Christopher Wallace resulte tan interesante es el hecho de que en ocasiones parezca representar lo peor de la idea que la gente se ha formado de los jóvenes negros; y sin embargo, en otro nivel, simboliza lo mejor de los jóvenes negros –como hijos conscientes de sus deberes, padres atentos, amigos leales. Espero que el examen que la película realiza de esa dualidad ponga en entredicho las perspectivas de la gente –tanto en lo que se refiere a Christopher Wallace como a nosotros mismos”.
En última instancia, tanto Coker como Bythewood acabaron viendo a Wallace como a una especie de camaleón que cambia de color de forma repetida y con éxito, a la vez que trata de ser todo para todos. Cada una de sus identidades se convirtió en parte esencial del relato –desde “Chrissy Pooh” la niña de los ojos de su madre; pasando por “Big Chris”, el camello adolescente que vendía crack; por “Biggie Smalls”, el rey del rap improvisado en las esquinas; por “The Notorious B.I.G”., la superestrella de la música, acabando, después de dar una vuelta completa, en Christopher Wallace, el hombre de negocios hecho y derecho que cuida de su familia y del futuro del hip-hop.
Así lo resume Bythewood: “Para Lil’ Kim nuestro personaje era completamente distinto del que era para Faith; y la personalidad que adoptaba para cada una de éstas también era diferente de la que asumía ante su madre. En eso consistía su atractivo personal y también su genio artístico. En sus discos, las mujeres oirían una cosa; los gángsters, otra; los críticos del hip-hop, algo diferente, y la persona normal que oyera la radio, otra distinta. Pero creo que todos ellos estaban de acuerdo en que él era único en su especie y eso es lo que nos propusimos recoger”.