Estreno en España: 31 Octubre 2007
Puntuación:
Sinopsis
Un joven cantante y compositor (Glen Hansard) interpreta sus canciones por las calles de Dublín. Durante el día, para ganar algún dinero extra, interpreta conocidos temas para los transeúntes, pero por las noches toca los suyos propios. Su talento no pasa desapercibido para una joven inmigrante checa (Markéta Irglová) que vende flores en la calle para sacar adelante a su hija y a su madre (Danuse Ktrestova). Ambos acaban de improviso haciendo un dueto en una tienda de música y será entonces cuando descubran que algo les une.
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
Cualquier buen guionista o profesor de guión diría que, con pocos y concisos trazos, se pueden pintar preciosos personajes y espacios, y un mundo particular. Once, desde su escueto y poderoso título (traducido sería “Una vez”), narra el encuentro ocasional de dos personas de orígenes y realidades distintas, que comparten un lenguaje común, la música. A fuerza de canciones y pocos diálogos, se establece la relación entre ambos. Relación que, de entrada, no podrá jamás traducirse en amor, y queda ahí, como un momento suspendido en el aire, alimentando el espíritu melancólico de ambos. La puesta en escena se esfuerza por mostrarse espontánea, y lo consigue, colaborando con el encuentro fortuito de la pareja, y pocos son los elementos que requiere el director, John Carney, para, en apenas 85 minutos, pintar a ambos de cuerpo entero, desde sus caminatas por la calle, a las reuniones con amigos, siempre con la música a cuestas. Colaboran con ello, el talento interpretativo de Glen Hansard y la sencillez que le aporta Markéta Irglová a su personaje, en una propuesta pequeña, austera, profundamente conmovedora y cargada de una enorme sensibilidad.
Dirección y guión: John Carney.
País: Irlanda.
Año: 2006.
Duración: 85 min.
Género: Drama, musical.
Elenco: Glen Hansard (chico), Markéta Irglová (chica), Hugh Walsh (Timmy), Gerry Hendrick (guitarrista), Alastair Foley (bajista), Geoff Minogue (Eamon), Bill Hodnett (padre del chico), Danuse Ktrestova (madre de la chica), Mal Whyte (Bill), Niall Cleary (Bob).
Producción: Martina Niland.
Música: Glen Hansard.
Fotografía: Tim Fleming.
Montaje: Paul Mullen.
Diseño de producción: Tamara Conboy.
Vestuario: Tiziana Corvisieri.
Estreno en Irlanda: 23 Marzo 2007.
Biofilmografía de John Carney
John nació en Dublín en 1972, su carrera cinematográfica comenzó escribiendo, produciendo, y dirigiendo dos cortometrajes muy premiados, Shining Star y Hotel, y dirigiendo videos musicales para los irlandeses de The Frames, con quienes tocó el bajo entre 1991 y 1993.
Su primer largometraje fue November Afternoon, una producción de bajo presupuesto en blanco y negro, elegida como la Mejor Película de 1997 por el diario Irish Times, y proyectada dentro del circuito de festivales americanos.
NOTA DEL DIRECTOR
Cómo surgió ONCE…
Las conversaciones sobre este proyecto comenzaron en 2005, durante un concierto de The Frames en Dublín. Como director con un pasado musical, siempre he querido hacer una película que, sin ser un “musical” tradicional (como los de los años 40), utilizara numerosas canciones para contar una historia moderna, una historia de amor.
Al principio barajé varios proyectos pero los abandoné rápidamente, por considerarlos demasiado ambiciosos. Quería encontrar una historia, de trama sencilla, que me permitiera usar canciones de una forma que el público moderno aceptara. Finalmente, opté por la idea de un músico callejero en las calles de Dublín; una persona que al no tener nada, no tiene nada para perder. Desarrollé una sencilla historia de amor, le pedí a Glen Hansard (el cantante de The Frames) que escribiera varias canciones – que terminaron formando un tandem con la historia emergente.
Durante los meses siguientes, Glen y yo intercambiamos ideas – una línea de diálogo aquí, una canción ahí. Ambos nos alimentamos del trabajo del otro. Cuando llevábamos 60 páginas ya habíamos compuesto 10 temas originales.
Mi intención era hacer una película original, casi como un álbum visual, pero ante todo quería contar una historia de amor, moderna y realista.
Estamos en un mundo donde una canción de tres minutos equivale a diez páginas de guión; donde los personajes comunican más a través de canciones que hablando. Desde luego, esto no quiere decir que la historia no tenga una estructura de tres actos, sólo que ésta es un poco más oblicua que en muchas otras películas – y las canciones son la llave para descubrirla.
SOBRE LA PELÍCULA
ONCE es la inspiradora historia de dos almas gemelas que se encuentran en las bulliciosas calles de Dublín. Él, es un músico callejero al que le falta la confianza necesaria para tocar sus propias canciones, y ella, una joven madre que trata de abrirse camino dentro de una nueva ciudad. Cuando sus vidas se cruzan, descubren sus propios talentos y habilidades y se ayudan mutuamente para alcanzar los objetivos con los que hasta ahora habían soñado. ONCE es su inspiradora historia.
Escrita y dirigida por John Carney (On the Edge), ONCE se asemeja a los musicales clásicos de la década de los 40, a la vez que recuerda el bohemio mundo de los jóvenes músicos irlandeses que él conoció durante su etapa como músico.
A principios de los 90, antes de dedicarse al mundo del cine, Carney fue músico. Tocaba el bajo con los irlandeses The Frames. Entiende y sabe apreciar la fuerza de una canción, es consciente del inmenso poder que tiene cada canción para trasladar decenas de páginas de diálogo.
De hecho, las conversaciones sobre este proyecto comenzaron en 2005 en un concierto de The Frames. “Como realizador con un pasado musical, quería intentar hacer algo que se alejara de los tradicionales guiones de 90 páginas, algo que fuera un poco más orgánico, y que incluyera muchas canciones. Ese fue mi punto de partida inicial”, explica Carney.
Mientras desarrollaba la idea que terminaría siendo ONCE, “buscaba algo que se pudiera expresar en 10 páginas de guión. Siempre he pensado que dos minutos y medio o tres de tema musical pueden transmitir tanto como todo un día de conversación”.
Carney no quería que ONCE fuera un musical al uso, con canciones y baile, en el que las escenas acabaran con los actores hablando en verso. El desarrollo de los personajes se convirtió en una parte importante de su rutina a primera hora de la mañana. “Los personajes se iban desarrollando, mañana tras mañana, mientras estaba sentado fuera desayunando, interpretando canciones y pensando, durante meses, como podía hacer una película en la que todas ellas estuvieran presentes, explica el director.