Crítica QUEMAR DESPUÉS DE LEER

Estreno en España: 10 Octubre 2008

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Sinopsis

El analista Osborne Cox (John Malkovich) llega al cuartel general de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Arlington, Virginia, para una reunión ultrasecreta. Por desgracia para él, el secreto no tarda en salir a la luz: le han despedido. Cox no encaja muy bien la noticia y regresa a su casa en Georgetown, Washington DC, para entregarse a la redacción de sus memorias y a la bebida, el orden no altera el producto. Su esposa Katie (Tilda Swinton) está consternada, aunque no parece muy sorprendida. Ya hace tiempo que tiene una aventura con Harry Pfarrer (George Clooney), un agente federal casado, y empieza a hacer planes para dejar a Cox por Harry. En un barrio a las afueras de la capital, en un mundo totalmente diferente, Linda Litzke (Frances McDormand), empleada de Hardbodies Fitness Centers (Gimnasios Cuerpos Duros), tiene dificultad para concentrarse en su trabajo. Sólo piensa en hacerse la cirugía plástica total y decide confiar su plan a su compañero Chad (Brad Pitt). Linda no se da cuenta de que Ted Treffon (Richard Jenkins), el director del centro, está loco por ella. Cuando un disco de las memorias del analista de la CIA llega accidentalmente a manos de Linda y Chad, los dos deciden sacar provecho de esta casualidad. Pero Ted se preocupa con razón: “No puede salir nada bueno de esto”. Los acontecimientos se precipitan en una serie de oscuros e hilarantes encuentros fortuitos.

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Crítica de Cine.com
por Leo Aquiba Senderovsky

La nueva película de los hermanos Coen, luego de la laureada No es país para viejos, es un regreso a la comedia, género que caracterizó durante años al cine de los Coen, con recordadas piezas como El gran Lebowski u O brother!, donde el disparate es moneda corriente. Como en sus mejores comedias, los Coen se aferran al patetismo de sus personajes como única, y necesaria, vía para justificar el absurdo. Aquí los personajes en cuestión se encuentran por casualidad con un cd lleno de “shit”, como le gusta decir a Chad (Brad Pitt). Ante ese cd con información secreta de la CIA, dos de ellos (Chad y Linda) deciden extorsionar al dueño del cd. Linda (una excelente Frances McDormand) pretende con esa extorsión conseguir sus múltiples cirugías para obtener mejor suerte en el servicio de citas. Las pocas ambiciones de Linda serán, sin embargo, las más persistentes a lo largo de la película, y su tenacidad la llevará al éxito. Si en cuanto a idiotez no se diferencia del resto de los personajes (incluyendo a los agentes de la CIA), toma distancia del resto al ser la única que tiene más que claro lo que quiere, aunque aquello que desea no deja de ser superficial. Los Coen ya nos tienen acostumbrados a mostrarnos a un conjunto de idiotas adorables, y aunque lo de adorables no incluye a todos ellos, ninguno se salva del cartel de idiota. Lo que en manos de otro director podría sonar como un relato juicioso, “desde arriba”, en los personajes de los Coen esto no se muestra de tal forma, ya que en ningún momento dejamos de sentir cierta ternura por ellos, aún por los más tramposos, como Harry (George Clooney), quien sistemáticamente engaña a su esposa con cuanta mujer se cruza. Pese a algunos elementos reiterados en sus comedias, la manera en que se cruzan las vidas de este conjunto de timadores más o menos ambiciosos (pero siempre inútiles), incluyendo alguna que otra sorpresiva vuelta de tuerca, permite que se la vea a carcajada limpia. Esto sucede al menos hasta el abrupto final, cuando en una conversación de oficina, los agentes de la CIA ven cómo se resuelve el tema de la información confidencial robada, sin tener que mover un pelo. Sobre ese acelerado final recaen los principales problemas de Quemar después de leer. Los Coen subvierten el ritmo establecido en toda la película, y si logran que las piezas terminen de encajar, lo hacen desatendiendo la fuerza del final, obviando por completo lo que se podría haber hecho llegado ese punto de la historia. Parte de eso está asociado con el torpe acercamiento de esta comedia al género de suspenso (en este caso, propio de las películas de espionaje). Parecería que luego de la extenuante No es país para viejos, a los Coen no les ha quedado resto en lo inmediato para generar cierta tensión, y tal vez eso podría haber sido el remedio para esta, una comedia con personajes construidos al detalle, un desarrollo disparatado, y un final decepcionante.

Lo mejor de la película: Frances McDormand, su adorable y patético personaje de Linda Litzke, y la forma en que confluyen en un todo el conjunto de simpáticos idiotas que viven de engañar al otro.

Lo peor de la película: Su abrupto final.

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Dirección y guión: Joel Coen y Ethan Coen.
País:
 USA.
Año: 2008.
Duración: 96 min.
Género: Comedia.
Elenco: George Clooney (Harry Pfarrer), Frances McDormand (Linda Litzke), John Malkovich (Osborne Cox), Tilda Swinton (Katie Cox), Richard Jenkins (Ted), Brad Pitt (Chad Feldheimer), Elizabeth Marvel (Sandy Pfarrer), J.K. Simmons (jefe CIA).
Producción: Joel Coen y Ethan Coen.
Música: Carter Burwell.
Fotografía:
 Emmanuel Lubezki.
Montaje: Roderick Jaynes.
Diseño de producción: Jess Gonchor.
Vestuario: Mary Zophres.
Estreno en USA: 12 Septiembre 2008.

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Biofilmografía de Joel y Ethan Coen

Joel y Ethan Coen, conocidos como los hermanos Coen, son directores de cine estadounidenses. Autores de comedias como Arizona Baby o El gran salto, de películas de cine negro como Muerte entre las flores o El hombre que nunca estuvo allí, y también de películas en las que mezclan ambos géneros como Fargo, El gran Lebowski o Barton Fink. Ambos colaboran en la escritura, producción y dirección de sus películas, si bien es frecuente que Joel aparezca como director y Ethan como productor en los títulos de crédito. En la industria cinematográfica, de hecho, se les conoce por el apodo de “el director bicéfalo” (the two-headed director). Muchos actores que han trabajado con ellos cuentan la anécdota de que al estar tan compenetrados, al hacer una pregunta, sobre el guión o sus personajes a cada uno de ellos, reciben exactamente la misma respuesta de cada hermano.

Crecieron en St. Louis Park, Minnesota, en los arrabales de Minneapolis. Su padre era profesor de economía, y su madre profesora de historia del arte. Los hermanos Coen se han convertido en los mayores exponentes del cine independiente norteamericano. Capaces de hacer películas que entusiasman a los críticos, ofrecen, también, una vertiente de atracción del gran público.

Para sus películas cuentan con cierto equipo y actores que los acompañan frecuentemente, entre ellos se incluyen John Turturro, Michael Badalucco, Holly Hunter, Steve Buscemi, Frances McDormand, John Goodman, Jon Polito y Stephen Root, cada uno ha aparecido en al menos tres producciones de los Coen.

Joel Coen (n. 29 de noviembre de 1954) y Ethan Coen (n. 21 de septiembre de 1957), crecieron en St. Louis Park, Minnesota, un suburbio de Minneapolis. Sus padres, Edward y Rena Coen, ambos judios, fueron catedráticos, su padre un economista de la Universidad de Minnesota, y su madre una historiadora de arte de la Universidad St. Cloud State.

De niños, Joel ahorró dinero cortando cesped para comprar una camara Vivitar Super-8. Juntos, lo hermanos hiceron películas que veían en TV, junto a un vecino, Mark Zimering (“Zeimers”), como actor. The Naked Prey (1966) de Cornel Wilde, se transoformó en una versión hecho por los Coen titulada Zeimers in Zambia, la cual también tenía a Ethan como un nativo.

Ambos se graduaron en Simon’s Rock Early College (ahora Bard College at Simon’s Rock) en Great Barrington, Massachusetts. Luego Joel pasó cuatro años en un programa de cine universitario en la Universidad de Nueva York, donde realizó una película de 30 minutos llamada Soundings. La película mostraba a una mujer involucrada sexulamente con su novio sordo mientras fantaseaba verbalmente sobre tener sexo con el mejor amigo de su novio, quien escuchaba en la habitación de al lado. Ethan fue a la Princeton University y ganó un titulo de filosofía en 1979.

Joel Coen nació el 29 de noviembre de 1954, está casado con la actriz Frances McDormand desde 1984. Han adoptado un hijo originario de Paraguay llamado Pedro McDormand Coen (Frances y todos sus hermanos tambien son adoptados). McDormand ha trabajado como actriz en 5 de la películas de los hermanos Coen, incluyendo una pequeña aparicion en Muerte entre las flores, un rol secundario en Raising Arizona, y como protagonista en Blood Simple, The Man Who Wasn’t There y Fargo (con la que ganó el premio Oscar).

Ethan Coen nació el 21 de septiembre de 1957, está casado con la editora Tricia Cooke.

Viven en la ciudad de Nueva York.

Con mucha influencia del cine negro y otros estilos de cine del pasado, las películas de los hermanos Coen combinan el humor seco con la ironía fina y visuales escandalosas. Prefieren no poner los creditos de presentación al principio de la película. Los hermanos Coen son algunos de los directores contemporaneos que han mostrado afecto por las comedias de los años 30 y 40 (“Screwball comedies”), y han incorporado algunos de sus elementos introduciendo variantes ingeniosas y sutiles, como en El gran salto y Intolerable Cruelty, y en ocasiones colocando a excentricos personajes habladores como Steve Buscemi en Muerte entre las flores. Su estilo de caracterización crea un mundo en el cual incluso personajes con poca participación, y que hablan poco, parecen tener exagerados razgos o caracteristicas. Esto puede estar adtribuido a los escenarios de muchas de las películas (por ejemplo los raros y maravillosos personajes de El gran Lebowski no parecen estar por fuera de la realidad de muchas comunidades de Los Angeles).

Ganadores del Oscar como mejor guión por Fargo, los hermanos Coen son conocidos por los dialogos de sus películas. Por momentos escasos (El hombre que nunca estuvo allí; Fargo; No Country for Old Men), por momentos inusualmente locuazes (The Big Lebowski, Raising Arizona), sus guiónes tipicamente presentan una combinación de ingenio, agudeza, lenguaje exagerado y deslumbrante ironía. Además de Fargo, muchos de sus guiónes han sido nominados (El hombre que nunca estuvo allí, O Brother).

Estilisticamente y argumentalmente, las películas de los Coen muestran una gran influencia del cine de gangsters del cine negro. Los Coen, que raramente admiten alguna de sus influencias, reconocen libremente el impacto que novelistas clásicos del cine negro han tenido en sus trabajos más oscuros. En particular, Muerte entre las flores esta basada en novelas de Dashiell Hammett, particularmente en The Glass Key y Cosecha roja; El gran Lebowski en novelas de Raymond Chandler y El hombre que nunca estuvo allí en novelas de James M. Cain.

Sus películas también presentan un contraste inhóspito y austero, y temas sobre personas elaborando planes y confabulando, como por ejemplo los secuestros. En los argumentos de sus películas usan la confusión como mecanismo: confusión acerca de quien mató a Rug Daniels y las causas de fricción entre los diferentes bandos mafiosos en Muerte entre las flores; confusión de la copia del plano de Norville que luego le causará dolor en El gran salto; El gran Lebowski comienza con una alfombra estropeada como causa de una confusión de identidad. El hombre que nunca estuvo allí rinde homenaje al cine negro, con un argumento que parece una versión actual y distorcionada de El cartero siempre llama dos veces. La película es en blanco y negro, y ha sido mencionada por varios criticos por su fotografía y sus compasivos personajes, mientras otros criticos hacen mención al filoso cambio en el argumento hacia el final de la película. Los Coen ha descrito esos giros como un intento de imitar los inesperados terceros actos de las novelas de Cain.

El dinero esta involucrado en muchas de las películas de los Coen. En Fargo, el dinero fue la razon para todos los eventos sucedidos durante la película. El gran Lebowski tiene dinero, siendo robado o perdido, lo que es causa de varios problemas y situaciones comicas de los personajes. O Brother, Where Art Thou? consiste en tres convictos que escapan para tratar de encontrar un tesoro escondido. En El hombre que nunca estuvo allí, el personaje principal chantajea a la esposa de su jefe para obtener dinero. El quinteto de la muerte trata sobre un excentrico profesor sureño y su equipo planeando el robo a un casino. La historia en No Country for Old Men gira en torno a un cazador que se fuga con dos millones de dólares robados y es perseguido por un asesino psicopata que reclama el dinero.

La mayoria de las películas de los Coen son bastante violentas. En cada una hay por lo menos una muerte y, en muchos casos, multiples muertes. En El gran salto, el argumento es desencadenado por el suicidio del presidente de una compania. Y en El quinteto de la muerte todos los personajes principales mueren en su intento de eliminar una vieja. En algunas de sus películas más gráficas como Fargo, muchos de los personajes principales mueren o son agredidos, los cuales con mostrados en pantalla, como el cuerpo de uno de los personajes que es intrudicido en una trituradora de madera.

La mayoria de la violencia en sus películas entra en la categoría de humor negro. Un ejemplo notable es No Country for Old Men, en el cual mucha de la violencia es representada con austeridad, severos matices y algunos efectos de comedia negra, para representar de forma efectiva y fiel, la historia original de Cormac McCarthy. Los Coen muchas veces usan la violencia para hacer avanzar la historia; por ejemplo en Fargo, el ataque de Shep Proudfoot a Carl Showalter hace que este último llame de inmediato a Jerry para que le entregue el dinero.

Varios de sus películas cuentan con personaje que personifica el arquetipo de “diablo imparable” (“unstoppable evil”). En muchos casos, indirectamente esos personajes son inhumanos o presentan matices demoniacas. Por ejemplo, el Sheriff Cooley en O Brother, Where Art Thou? encaja en la descripción de demonio dada por uno de los personajes. Él indica su inhumnidad cuando, aconseja que sería ilegal colgar fujitivos perdonados, sarcasticamente opina que “la ley es una institución humana”. Otros ejemplos que encajan dentro de este arquetipo son Eddie Dane, el asesino a sueldo en Muerte entre las flores, Leonard Smalls en Raising Arizona y Charlie Meadows en Barton Fink. En No Country for Old Men, Anton Chigurh personifica la violencia y la muerte en el mundo en el cual el Sheriff Bell intenta dar sentido.

Filmografía

* Sangre fácil (1985)

* Arizona Baby (1987)

* Muerte entre las flores (1990)

* Barton Fink (1991)

* El gran salto (1994)

* Fargo (1996)

* El gran Lebowski (1998)

* O Brother! (2000)

* El hombre que nunca estuvo allí (2001)

* Crueldad intolerable (2003)

* El quinteto de la muerte (2004)

* Paris, je t’aime! (2006)

* No es país para viejos (2007)

* Burn After Reading (2008)

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CÓMO SE HIZO “QUEMAR DESPUÉS DE LEER”

  En QUEMAR DESPUÉS DE LEER, los hermanos Coen juegan con diferentes variedades de ADN cómico, la comedia más disparatada, la sátira y la farsa sexual, para construir la historia de un analista de la CIA que se ha quedado sin trabajo, dos empleados de un gimnasio de Washington y un disco de ordenador que puede contener material muy sensible. Mientras los acontecimientos van descontrolándose cada vez más, unas fuerzas siniestras se ponen en marcha y aparece el lado oscuro del cuento. Aunque QUEMAR DESPUÉS DE LEER es la película que sigue a No es país para viejos, no se debe a que los hermanos Coen hayan escogido un cierto camino narrativo por mucho que los personajes de ambas pasen por momentos terribles, algo bastante habitual en las películas de los cineastas. Joel Coen dice: “Escribimos el guión casi en la misma época que adaptamos No es país para viejos”. Ethan Coen añade: “Se nos ocurrió escribir papeles para actores que conocíamos y que podían funcionar muy bien juntos, como George Clooney, Richard Jenkins, Frances McDormand y Brad Pitt. A excepción de Brad, ya habíamos trabajado antes con ellos. Pensamos en una mezcla de personajes y en una historia en la que encajasen todos”. Joel Coen comenta: “Habíamos trabajado con George y Richard en dos ocasiones, y con Fran, al menos en cuatro. Son actores que nos inspiran a la hora de escribir papeles. No habíamos trabajado con Brad ni con John Malkovich, y escribimos el papel de John específicamente para él. Lo pasamos muy bien”. Los personajes de QUEMAR DESPUÉS DE LEER son, en palabras de los Coen, “auténticos pedazos de alcornoque, aunque no por eso se deja de quererles. Les pedimos a los actores que encontraran al alcornoque que llevan dentro”. “Es una historia acerca de personas de mediana edad”, dice Joel Coen. “Todos están pasando por crisis personales, profesionales y sexuales que pueden poner en peligro la seguridad nacional. Por eso debía transcurrir en Washington. La trama gira alrededor de la CIA y el mundo de los gimnasios, y de lo que pasa cuando estos dos mundos se cruzan y colisionan. También hemos incluido las citas por Internet”. Ethan Coen puntualiza: “En términos generales es una comedia, y no es la primera vez que hacemos una, desde luego. Pero nunca nos habíamos metido en el mundo de Washington, de espías e intrigas”.

  “Bueno, hace muchos años rodamos una adaptación de Tempestad sobre Washington en Super 8”, reconoce Joel Coen. “Pero fue la primera y última vez, hasta ahora, que tocamos un tema tan espinoso”.

  Ethan Coen explica: “Nunca conseguimos los derechos de la novela de Allen Drury, así que la película no puede verse en cines. Pero, como Tempestad sobre Washington, esta nueva película trata del encuentro de lo personal, lo político y el melodrama. QUEMAR DESPUÉS DE LEER es nuestra versión de una película al estilo Tony Scott y Jason Bourne, pero sin explosiones”. “Algo como Siete días de mayo”, añade Joel Coen.

  George Clooney, que tiene experiencia en películas de temas políticos, dice: “A pesar de transcurrir en Washington, esta película es sobre gente increíblemente estúpida que hace cosas increíblemente estúpidas en cualquier tipo de situación, sea sexual o de otro tipo. Pero es más interesante porque no son políticos”.

  Sigue diciendo: “En cuanto me llamaron, supe que haría el papel. ¿Hay algo mejor? Son los hermanos Coen. Como actor, me ofrecen papeles que el público no espera de mí. Pero empecé a preocuparme cuando me dijeron que habían escrito el papel sólo para mí…”

  “George envejece”, explica Ethan Coen. “Los personajes que escribimos para George también envejecen, pero no maduran”. “Harry no es muy diferente de los tontos a los que he interpretado en otras películas de los Coen”, explica George Clooney. “Es un triste, un tarado, pero también es malvado, algo que no era Everett en O Brother. Aullaba de risa mientras leía el guión. Es de locos. Me dejé barba tal como requería el personaje, me presenté al rodaje y por fin tuve la oportunidad de trabajar con Fran”.

  Frances McDormand recuerda: “En la primera escena de mi personaje, la descripción dice: ‘Primer plano del culo de una mujer. Pálido. Desnudo. Cuarentona’. ¿Para qué molestarse en leerlo? ¿Para qué pensar en aceptarlo?”

  “Nos gusta escribir papeles para Fran porque es muy buena”, reconoce Ethan Coen. “Pero lo pasamos fatal cuando le damos el guión porque nos pone verdes”.

  Joel añade: “A lo mejor llevamos meses con el guión cuando se lo damos, y lo único que se le ocurre es: ‘¿Ya está, es todo?’ Pero lo hemos superado”.

  La actriz explica: “Hace 25 años que trabajo con Joel y Ethan. Su primera película (Sangre fácil) también fue mi primera película. No sé por qué me dan estos papeles, pero siempre ha merecido la pena”.

  Hacía mucho que Brad Pitt esperaba tener un papel en una película de los Coen, y por fin le llamaron. El actor reconoce: “Nunca pensé que mi personaje sería un descerebrado que masca chicle, bebe Gatorade y está enganchado al iPod. No pude remediarlo y les dije a Joel y a Ethan que era un auténtico tarado, pero es verdad que tiene buen corazón”. Y añade: “Incluso creo que este papel puede demoler una carrera”.

  Pero George Clooney opina todo lo contrario: “Brad en la piel de un idiota se va a hacer con el público”. Joel Coen está de acuerdo: “Brad acabó pasándoselo tan bien como George haciendo de idiota. Además, está realmente gracioso”. Frances McDormand añade: “Tenemos escenas juntos en las que Brad empezó a hacer cosas y me costó muchísimo no echarme a reír”.

  John Malkovich es otro actor que deseaba trabajar con los hermanos Coen: “Cuando me llamaron para decirme que habían escrito un papel para mí, me sentí muy feliz. Todo el guión gira alrededor del intento que hacen unas personas para cambiar. Ozzie es un hombre sarcástico al que le gusta mucho el alcohol. Cuando se emborracha, redacta sus memorias, pero escribe fatal”.

  Tilda Swinton, que encarna a Katie, la mujer de Ozzie Cox, reconoce: “Tengo frases increíbles como: ‘¡Deja de hacer tonterías!’. Katie siente que está rodeada de perfectos idiotas. Está amargada, esperaba más de su marido y de la vida”.

  Ted Treffon, al que encarna Richard Jenkins, también se siente desilusionado. Según el actor “es un personaje conmovedor. Está colado por Linda, el personaje de Frances, pero ella sólo le ve como a un amigo”. Sigue diciendo: “Había hecho dos películas con Frances, pero en ninguna teníamos una escena juntos. Por fin he podido trabajar con ella, y es tan buena como esperaba”.

  Para conseguir rodar QUEMAR DESPUÉS DE LEER con estos actores, el calendario se convirtió en un tema clave, por lo que No es país para viejos acabó filmándose primero. “Todo dependía de la disponibilidad del reparto”, explica Joel Coen. “El calendario del rodaje se basó en los días y semanas que tenían libres”, añade Ethan Coen.

  En principio, cuando los hermanos Coen firmaron un contrato para producir dos películas con Focus Features y Working Title Films, QUEMAR DESPUÉS DE LEER debía ser la primera.

  Working Title y sus dos copresidentes, Tim Bevan y Eric Fellner, ya habían trabajado con los hermanos Coen, con los que produjeron Fargo (por la que Frances McDormand ganó un Oscar a la Mejor Actriz y los hermanos Coen, otro al Mejor Guión Original); El gran salto; El gran Lebowski; O Brother (por la que George Clooney ganó el Globo de Oro), y El hombre que nunca estuvo allí.

  John Lyons, presidente de producción de Focus Features, también había colaborado con los hermanos Coen como director de casting de Arizona Baby, Muerte entre las flores, El gran salto, Fargo y El gran Lebowski.

  Los hermanos Coen se rodearon una vez más de sus colaboradores habituales, como la diseñadora de vestuario Mary Zophres; la decoradora Nancy Haigh; la maquilladora Jean Black, el encargado de mezclas Peter Kurland y el script Tom Johnston.

  Joel explica: “Son grandes profesionales. Están dispuestos a todo para sacar adelante la película. Tenemos la suerte de haber reunido un equipo con los mejores profesionales”.

  El diseñador de producción Jess Gonchor, uno de los miembros más recientes del equipo, ya que empezó en No es país para viejos, y el compositor Carter Burwell, colaborador habitual de los Coen, formaron parte del equipo técnico, así como dos miembros nuevos, la estilista Lyn Quiyou (Memorias de una geisha), nominada a un BAFTA, y el director de fotografía Emmanuel Lubezki (Hijos de los hombres), nominado a cuatro Oscar.

  Se decidió muy al principio que varias escenas se rodarían en Washington, donde transcurre la historia, pero la mayoría del rodaje tendría lugar en Nueva York. Una de las principales razones de la decisión es que los hermanos Coen preferían estar cerca de sus familias y que George Clooney rodaba otra película en la ciudad y alrededores. El rodaje empezó en Manhattan, en un bufete donde Katie Cox visita a su abogado en Washington.

  No tardaron en trasladarse a Paramus, Nueva Jersey, donde se filmaron todas las escenas del gimnasio de Linda, Chad y Ted. Jess Gonchor y su departamento se encargaron de transformar en gimnasio un edificio abandonado que, hasta hace poco, había sido la sede de Tower Records. Se les dio tan bien que varios habitantes de Paramus entraron para preguntar tarifas y horarios.

  Después de rodar más de una semana en el supuesto gimnasio, el equipo se trasladó a los estudios Steiner, en Brooklyn, para las escenas que transcurren dentro del piso de Linda y en la Embajada rusa en Washington. A continuación se desplazaron a New Rochelle, donde rodaron los interiores y exteriores de la casa de Harry en Maryland. También filmaron en Mamaroneck, Westchester, que hace de Club de Yates Chesapeake Bay; en el Club Macanudo de Manhattan, reservado para fumadores de puros; en el parque Riverside de Manhattan, y en Riverdale, para los exteriores de la Embajada rusa.

  Jess Gonchor explica cómo encajaron las dos localizaciones de la Embajada rusa, la exterior y la interior: “En los estudios Steiner creamos una ventana redonda muy especial, de unos tres metros de diámetro, en la oficina del funcionario ruso que habla con Linda y Chad. Es una copia exacta de una ventana que nos había gustado mucho en el Bronx Community College, donde rodamos los exteriores”.

  Se usaron varias casas de Brooklyn Heights para rodar la opulenta residencia de los Cox. Jess Gonchor dice: “Redecoramos varias calles en Brooklyn Heights, pintamos fachadas y colocamos contraventanas negras para que parecieran las típicas casas de Georgetown. Esto fue lo más complicado para mi departamento”.

  Sigue diciendo: “Para los decorados del domicilio de los Cox, usamos la escalera de una casa, la puerta de entrada, el camino al garaje y una pared del jardín de otra. La vista desde el exterior es una tercera casa, y construimos el dormitorio principal y el pasillo en los estudios Steiner”.

  Asimismo, las oficinas de la CIA y los interiores del yate de Cox se rodaron en los estudios Steiner. A pesar de que el reparto llamó bastante la atención de los paparazzi, hicieran lo que hicieran, aunque sólo fuera transpirar, el rodaje transcurrió sin contratiempos, como es habitual con los hermanos Coen.

  El actor Richard Jenkins dice: “Quieren que el actor se responsabilice de su papel. Saben lo que quieren, pero también exigen que el intérprete aporte algo de sí mismo”.

  “Joel y Ethan siempre vienen preparados. Lo planean todo con meticulosidad, y eso es de gran ayuda para los actores”, explica Frances McDormand. “Nunca debemos esperar a que decidan algo, pero no son inamovibles. Están abiertos a las sugerencias, aunque prefieren evitar la improvisación. Al ser dos, se explican más fácilmente porque ya lo han hablado entre ellos”.

  Tilda Swinton está de acuerdo: “Suelen planearlo todo mientras escriben el guión. A la hora del rodaje, están totalmente sincronizados. En mi opinión, QUEMAR DESPUÉS DE LEER es una clásica película de los hermanos Coen”. Sigue diciendo: “Fue un rodaje impecable, muy familiar. Apetecía estar en el plató gracias al ritmo de trabajo que imprimían. Todo fue muy fácil, excepto cuando George y yo nos moríamos de risa en medio de una toma”. Los dos actores ya se conocían al haber trabajado en Michael Clayton, por la que Tilda Swinton ganó un Oscar.

  George Clooney no tiene reparos en admitir que “siempre intento llevar el rodaje de una película que dirijo como lo hacen Joel y Ethan. Con ellos es fácil. Dejan que el actor pruebe de otra manera, pero en general se acaba haciendo lo que habían planeado de antemano. Todavía estoy por ver que ensayemos alguna escena”.

  El actor añade: “Ellos me enseñaron a añadir los storyboards a las páginas de guión que se distribuyen a todo el equipo el día del rodaje. Ver los storyboards es de gran ayuda para todos. Siempre contrato a su dibujante de storyboard, J. Todd Anderson, en las películas que dirijo”.

  John Malkovich, otro actor que también ha sido realizador, dice: “Ante todo, los Coen saben hacer cine, pero no son maniáticos del control. Saben lo que quieren en cada fotograma de la película y cómo lo montarán luego, por eso no pierden tiempo y todo es increíblemente rápido. Dejan que el actor haga su trabajo y son muy abiertos. Es la panacea para un actor porque puede meterse totalmente en la piel del personaje”.

  George Clooney dice, riendo: “Los Coen siempre me dan un personaje con una obsesión. En O Brother era el pelo; en Crueldad intolerable eran los dientes, y en QUEMAR DESPUÉS DE LEER, bueno… ya lo verán”.

  “Lo interesante de la película es que todos somos unos perdedores cuarentones”, dices Frances McDormand. “Ver a Brad Pitt y a George Clooney de perdedores es algo nuevo”. La actriz sigue diciendo: “Hay mucha gente de mediana edad que sigue yendo al cine. Podrán identificarse con lo que le ocurre a mi personaje. Está decidida a pasar por una cirugía plástica total y a encontrar un hombre. No puede pensar en otra cosa”.

  George Clooney comenta: “Los papeles que he interpretado para Joel y Ethan forman una ‘trilogía de idiotas’. Cuando hicimos las pruebas de vestuario, le pregunté a Mary Zophres si podía ponerme una cadena de oro. En cuanto me la puse, todo encajó. Sabía la pinta que tenía mi personaje. Es el típico que lleva pantalones por encima de la cintura, un sabelotodo. Reconozco que, al principio, mi personaje me creaba ciertos problemas, pero en cuanto vi a Brad Pitt pasearse en pantalones cortos elásticos, me quedé mucho más relajado”.

  John Malkovich comparte esa opinión: “No puede decirse que Ozzie sea una luminaria, y me lo pasé muy bien haciendo de él, sobre todo en la escena en que le despiden. Luego me paso mucho tiempo al teléfono gritando y haciendo que estoy muy borracho”.

  Los decorados también son cruciales en las películas de los hermanos Coen. El diseñador de producción Jess Gonchor explica: “Los Coen me dicen: ‘Jess, dinos qué se te ocurre y haremos sugerencias a partir de ahí’. QUEMAR DESPUÉS DE LEER transcurre en Washington, la capital. Buscamos ser lo más realistas posible, pero muchos de los decorados están ligeramente descentrados, como la película. No hay nada tremendamente raro, pero ciertas cosas no son exactas, están algo cambiadas”.

  Como ejemplo, Jess Gonchor ofrece el interior de la Embajada rusa, construido en un plató de los estudios Steiner: “Para una de las oficinas, edificamos una habitación con el techo a 3,5 metros del suelo. Las paredes están totalmente desnudas a excepción de una fotografía enmarcada de 45 centímetros del presidente Vladimir Putin colgada muy arriba. Hay que estirar el cuello para poder verla”.

  Ethan Coen dice: “Fue muy productivo trabajar con Jess en esta película porque supo trasladar al plató decorados reales que habíamos visto”. Pero un decorado debe permanecer en secreto. “Rodamos los pasillos de la CIA en una localización secreta”, explica Ethan Coen. “Es verdad que dicha localización influyó mucho en el diseño que realizó Jess de las oficinas de la CIA que dan a esos pasillos”.

  “Las cortinas de las oficinas están corridas”, explica Jess Gonchor, “pero la luz parece penetrar con fuerza por los bordes de las cortinas. Desde luego, no es normal”. La diseñadora de vestuario se enfrentó a un reto poco común: “Al leer un guión de Joel y Ethan, sé inmediatamente cómo deben ir vestidos los personajes sin necesidad de que me digan nada. Me considero la diseñadora con más suerte de Hollywood porque siempre trabajo con ellos. Pero, ¿cómo conseguir que George y Brad tengan un toque vulgar?”

  Sigue diciendo: “¿Cómo hacer que George Clooney se parezca a Harry Pfarrer, de las afueras de Washington? La barba corta y la cadena de oro fueron elementos clave. Además, decidimos vestirle con camisas de cuadros y chaqueta de sport, y funcionó. Bajó en el escalafón de la elegancia”.

  Bien, George Clooney ya había bajado el listón del vestuario para su oscarizado papel en Syriana, y estaba acostumbrado a transformarse. Pero, ¿y Brad Pitt?

  La diseñadora reconoce: “Había que hacerle parecer cutre. Lyn creó un corte de pelo especial para Chad; lleva el pelo de punta cruzado por una mecha rubia. Con eso ya conseguimos mucho. En cuanto al uniforme del gimnasio, me parece que nunca se ha visto a Brad Pitt en pantalones cortos en una película. Llegó en plena forma para la prueba de vestuario, pero los pantalones cortos elásticos con calcetines altos y zapatillas de deporte le dan un aspecto bastante ridículo”.

  Sigue diciendo: “Quedaba el traje que lleva cuando acompaña a Linda. Hasta los trajes baratos le quedan bien a Brad, así que diseñamos uno que le quedaba grande. Añadimos una horrible corbata de lana y funcionó a la perfección. No era nada elegante”.

  Mary Zophres ya había vestido a Frances McDormand para El hombre que nunca estuvo allí, de los hermanos Coen, una película en blanco y negro que transcurre en 1949. Esta vez debía vestirla con colores contemporáneos: “Como Chad, Linda pasa mucho tiempo en el gimnasio vestida con un polo que lleva el logo del centro y unos pantalones negros. Joel y Ethan se preocuparon por el polo y escogieron el tono rojo oscuro”.

  La diseñadora explica: “Decidimos vestir primero a Frances y, a partir de ahí, ver cómo vestiríamos a Brad y a George, sus compañeros de trabajo. Sin embargo, como ocurre con Brad, el peinado de Frances hace mucho”.

  Joel Ethan está de acuerdo: “A menudo cambiamos radicalmente el peinado de un actor, que debe esconder ese cambio durante el tiempo que no está en el plató. Creo que es un elemento crucial a la hora de definir a nuestros personajes, como lo es el vestuario que diseña Mary”.

  Lyn Quiyou, a la que Joel y Ethan consideran fantástica, creó un peinado para cada uno de los personajes. El peinado rubio de Linda se consiguió mediante una peluca que la estilista diseñó especialmente, basándose en el pelo de Linda Tripp cuando intentó cambiar de aspecto después del escándalo Monica Lewinsky.

  Tilda Swinton lleva un peinado tipo yelmo para hacer de Katie. El corte ayudó a la actriz a meterse en el papel: “Katie tiene un corte de pelo muy rígido, totalmente liso, sin un rizo, de un chocante rojo óxido. Dudo que ese tono sea natural. Me recordaba a Edna Krabappel de ‘Los Simpson'”.

  En cuando al vestuario del personaje, Mary Zophres explica: “Katie viene de una familia adinerada. Lleva ropa clásica, se inclina por modelos de Ralph Lauren y Cartier”.

  Tilda Swinton dice: “Me gusta trabajar a fondo el aspecto de mis personajes. Mary vino a mi casa en Escocia y me lo pasé muy bien probándome ropa”.

  La diseñadora de vestuario dice, riendo: “Me gusto ver Escocia, aunque solo fuera un día y con tanto equipaje”. En cuanto al marido del personaje de Tilda Swinton, Mary Zophres dice: “Osborne es un americano clásico, que se viste en Brook Brothers y lleva pajarita hasta que le despiden. En mi opinión, pasa por el cambio más interesante en la película y muestra el declive del personaje a través de su vestuario. Se deja ir completamente”.

  El vestuario de los personajes secundarios también fue estudiado con sumo cuidado. Mary Zophres explica: “Es una película contemporánea, pero tuvimos que vestir a todo el mundo, incluso a los extras, porque la gente no viste igual en Washington que en el resto del país, sobre todo en Nueva York. Son quizá los más conservadores de la costa Este. En la película, los hombres llevan trajes oscuros, las mujeres, tonos grises con muchas perlas. Ayuda mucho a situar la película ya que QUEMAR DESPUÉS DE LEER transcurre en zonas muy específicas de Washington”.

  Jess Gonchor añade: “Mary y yo siempre estamos en contacto. Por ejemplo, me dice: ‘He pensado que Linda podría ponerse esto’, y yo le contesto: ‘Genial, porque quiero pintar las paredes de este color’. Le mandé muchas fotos de los decorados”.

  El diseñador de producción sigue diciendo: “Chivo (Emmanuel Lubezki) estuvo en Nueva York durante la preproducción y pudimos ver muchos decorados para saber dónde deberíamos esconder las luces”.

  Una vez acabado el rodaje en Nueva York, el equipo se trasladó a Washington, DC durante unos días para rodar localizaciones que eran imposibles de duplicar o recrear. Por ejemplo, el Washington Mall, entre el monumento a Lincoln y el monumento a Washington. También se rodaron algunas escenas en el puente Key sobre el río Potomac.

  Cuando se le pregunta qué puede esperar el público de QUEMAR DESPUÉS DE LEER, John Malkovich dice: “Es una película entretenida con un punto de vista diferente, una forma poco corriente de ver el mundo”. Richard Jenkins añade: “Es una película de los Coen. En otras palabras, con mucho humor negro”.

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