Crítica “Sigo como Dios”

Estreno en España: 24 Agosto 2007

Puntuación: * * (de 5)

 

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Sinopsis

Evan Baxter (Steve Carell) acaba de ser elegido al Congreso de Estados Unidos y se muda de Buffalo con su familia para vivir en una urbanización del norte de Virginia. Una vez allí, su vida sufre un importante vuelco cuando Dios (Morgan Freeman) le ordena construir un arca. Su atónita familia no acaba de decidir si Evan sufre la crisis de los cuarenta llevada a extremos inimaginables o si realmente ha descubierto algo de proporciones bíblicas.

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Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky

En esta suerte de segunda parte de Bruce Almighty, Evan Baxter, personaje que aparecía en la original, es llevado por Dios a construir un arca, para salvarse de una amenaza que se desconoce hasta casi el final de la película. A diferencia de la primera, ésta apuesta a una comedia para toda la familia, alejada del espíritu machista de la anterior. El argumento en sí no se sustenta en absoluto, y se construye en base a una cadena de situaciones totalmente arbitrarias e inconexas, intentando escudarse en un argumento fantástico que no la salva de la incoherencia. Las secuencias más logradas se dan en la interacción de Steve Carrell con la enorme cantidad de parejas de animales que lo acosan, pero esto a su vez posibilita la reiteración constante de escenas de animales defecando, al punto que pareciera ser la única broma posible con ellos. Morgan Freeman sabe tomarse a broma la película, y se lo ve fenomenalmente relajado en su segunda interpretación de Dios, mientras que Wanda Sykes, aun con parlamentos desafortunados y poco inteligentes, hace reír con su sola presencia. Steve Carrell es un enorme comediante, que aún está buscando un protagónico a su medida (Virgen a los 40, título que da para una pequeña broma en esta película, fue lo mejor que ha protagonizado a la fecha). En Sigo como Dios, sin embargo, se queda gritando, haciendo alguna que otra mueca, y en general bien caracterizado, siendo un actor que da para mucho más, y lo mismo ocurre con John Goodman, aquí interpretando a un villano desconocido para los guionistas, quienes se olvidaron de construirle un mínimo sustento dramático. El motivo de la construcción del arca es otro desacierto, demasiado esfuerzo para un mínimo y decepcionante peligro. A Tom Shadyac, que además de Como Dios, cuenta con amplia experiencia en la comedia, le cuesta bastante pegar planos e hilar acontecimientos, lo mínimo esperable para una producción de este tipo. En definitiva, Sigo como Dios resulta un fiasco descomunal, una idea con mucho potencial, utilizada para otra tonta comedia americana, incapaz de extraer lo mejor de su elenco, y de construir situaciones verdaderamente graciosas. Un arca que navega entre el estándar de comedia familiar y las múltiples licencias narrativas que parece aportarle la trama, para terminar hundiéndose cual Titanic, en las tenebrosas aguas de la estupidez.

 

 

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Dirección: Tom Shadyac.
País:
USA.
Año: 2007.
Género: Comedia.
Elenco: Steve Carell (Evan Baxter), Morgan Freeman (Dios), Lauren Graham, John Goodman (Long), John Michael Higgins (Marty), Jimmy Bennett (Ryan Baxter), Wanda Sykes (Rita), Johan Hill (Eugene).
Guión: Steve Oedekerk; basado en los personajes creados por Steve Koren y Mark O’Keefe.
Producción: Tom Shadyac, Gary Barber, Roger Birnbaum, Neal H. Moritz y Michael Bostick.
Música: John Debney.
Fotografía:
Ian Baker.
Montaje: Scott Hill.
Diseño de producción: Linda DeScenna.
Vestuario: Judy Ruskin Howell.

 

 

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Biofilmografía de Tom Shadyac

Tom Shadyac se trasladó a Los Angeles en 1983 y, a la edad de 23 años, consiguió ser el más joven escritor de chistes para el comediante Bob Hope. Shadyac recibió su master en cine de UCLA en 1989 después de completar el corto “Tom, Dick and Harry.” Después trabajó en las “películas de la semana”, reescrita y dirigida por Fox. Shadyac pululeó por la comedia y apareció regularmente en Improv de Melrose, así como protagonizó series y películas.

Filmografía

Sigo como Dios (2007) Director, Producción

Como Dios (2003) Director

Dragonfly. La sombra de la libélula (2002) Director

Patch Adams (1998) Director

Mentiroso compulsivo (1997) Director

El profesor chiflado (1996) Director

Ace Ventura, un detective diferente (1993) Director, Guionista

 

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CÓMO SE HIZO “SIGO COMO DIOS”

El proyecto

Habían pasado cuatro años desde el estreno de Como Dios, pero Tom Shadyac seguía intrigado por la vena espiritual. A pesar de haber rechazado ofertas anteriormente para realizar secuelas, tenía muchas ganas de regresar al terreno conocido de Como Dios. “Siempre nos pareció mucho más divertido hacer capítulos de la serie de Dios en vez de hacer una auténtica secuela”, dice el director. “Creo que es más creativo inventar nuevas historias a partir
de personajes diferentes”. La película Como Dios planteaba el tema de la procedencia del auténtico poder, mientras que este nuevo episodio de intervención divina se pregunta qué estamos dispuestos a abandonar en busca de la felicidad. El pequeño papel que tuvo Steve Carell en la primera entrega, en la que encarnaba a Evan Baxter, un presentador de noticias muy seguro de sí mismo, estirado y engreído, la bestia negra de Bruce Nolan, era el perfecto punto de partida para este siguiente capítulo. Los cineastas estaban entusiasmados con las posibilidades que ofrecía la idea. Tom Shadyac dice: “Steve estuvo absolutamente genial en Como Dios; todo el mundo recuerda sus escenas. Tenía diálogos hilarantes, por eso se nos ocurrió coger al personaje y construir otra película a su alrededor. Ya teníamos la idea básica de Dios ordenando a alguien que construyera un arca”. Para la historia, los cineastas imaginaron a un personaje que fuera un profesional muy pulido, lleno de ambición, presuntuoso y con un enorme deseo de dejar huella en el mundo. Tom Shadyac y los productores comprendieron que encajaba perfectamente con el Evan Baxter de Como Dios.

“En esta película, puede decirse que hemos elevado el sueño americano a la enésima potencia, algo que tiene consecuencias nefastas”, dice Tom Shadyac. “Evan quiere la casa más grande, el coche más grande, el puesto más alto, pero no entiende que todo eso se paga. Acabará por descubrir que todo lo que hace tiene un precio”.

El productor Michael Bostick añade: “El personaje creado por Steve era perfecto para que Dios entrara en su vida. Funcionó de maravilla para el guión, pero además tuvimos la suerte de que Steve se hizo famoso mientras desarrollábamos la película”.

Steve Carell no podía desaprovechar la oportunidad de volver a meterse en la piel del arrogante Steve Baxter, y así nos lo explica: “Creo que en esta película Evan intenta descubrir quién es realmente. Durante su campaña, prometió cambiar el mundo, pero son promesas vacías. Ahora aprenderá que descubrir quién es uno realmente sólo se consigue a base de esfuerzo y dolor”.

Una vez decidido el protagonista, era hora de ponerse en contacto con el oscarizado actor que volvería a llevar a Dios a la gran pantalla; Morgan Freeman, claro está.

En 2002, Tom Shadyac insistió en que sólo él podía hacer el papel. Conseguir que volviera a interpretarlo era crucial para el director y los productores. Todos estaban convencidos de que ningún otro podía comunicar un mensaje tan importante como hilarante al pobre escogido. Su única opción era el elegante y digno Morgan Freeman y su sarcástico sentido del humor.

Michael Bostick lo resume a la perfección: “Sólo hay un Dios y sólo hay un Morgan Freeman. Tiene la formidable presencia requerida para el papel”.

Para el actor, lo más importante era volver a trabajar con el director: “Tom disfruta mucho con lo que hace, y la gente que disfruta con su trabajo suele hacerlo bien. No me cuesta entenderme con él”.

El aclamado actor no duda en reconocer que la comedia no es lo suyo: “No soy un cómico. Dame el diálogo escrito y me lo aprenderé”, dice, riendo. Su filosofía es de lo más simple: “Hay que aprenderse el diálogo y ser lo más honrado posible. Todo depende del material y de saber decirlo en el momento oportuno”.

Trabajar con una leyenda podía resultar intimidante para el resto del reparto, pero Morgan Freeman se encargó de que todos se sintieran cómodos. “Morgan sólo quería ser uno más”, recuerda Steve Carell. “Es muy relajado, seguro de sí mismo, sin el menor atisbo de arrogancia”.

Ahora sólo quedaba llenar el arca.

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