Crítica “Soy leyenda”

Estreno en España: 19 Diciembre 2007

Puntuación:


Sinopsis

Robert Neville es un brillante científico, pero a pesar de esto no ha podido impedir la expansión de un terrible virus imparable, incurable y creado por el hombre. Neville, de algún modo inmune a este virus, es ahora el último superviviente humano que queda en la ciudad de Nueva York y quizás en el mundo. Durante tres años, Neville ha enviado todos los días mensajes por radio para encontrar otros supervivientes. Pero no está solo. Víctimas mutantes de la plaga –los infectados– merodean en las sombras, vigilando cada uno de los movimientos de Neville, esperando que éste cometa un error fatal. Neville se ve impulsado hacia la única misión que le queda: encontrar la forma de dar marcha atrás a los efectos del virus utilizando su propia sangre inmune. Pero sabe que está en condiciones de inferioridad y que se le acaba el tiempo.


Crítica de Cine.com
por
Leo Aquiba Senderovsky

En tiempos donde el cine hollwoodense se dedica casi invariablemente al reciclaje de historias y fórmulas, logrando productos uniformes, realizados “de taquito” y carentes de alma propia, Soy leyenda, sin ser un guión original (no es tampoco la primera adaptación de la novela de Richard Matheson), ni tampoco una obra maestra, posee varios elementos que la elevan por sobre el resto de la producción media, particularmente de ciencia ficción. En primer lugar la excelente actuación de Will Smith, de quien se podría decir que ha alcanzado un importante nivel de maduración (que habría alcanzado previamente con el dramático papel en En busca de la felicidad, si no hubiese tenido que sortear un obsceno número de golpes bajos). Su desesperación constante hace creíble una trama potencialmente delirante, y solo cuenta con un rival de peso, la perra Samantha, verdadera revelación de la película, que lo acompaña en su solitario andar por Nueva York. La realización, sin regodearse en múltiples recursos digitales, permite el desarrollo de secuencias donde la desmesura corre de la mano de una enorme destreza técnica al servicio de la historia, y en la que cierto tono épico no parece impostado. Soy leyenda no brilla, pero cumple lo que promete, y es un más que digno producto de entretenimiento, heredero de aquellos felices e ingenuos días de Hollywood, donde el efectismo, la retroalimentación y la autoconciencia, no asomaban aún sus alas. Bienvenido sea.


Dirección: Francis Lawrence.
País:
USA.
Año: 2007.
Duración: 101 min.
Género: Drama, ciencia-ficción.
Interpretación: Will Smith (Robert Neville), Alice Braga (Anna), Dash Mihok (Macho Alpha), Salli Richardson (Zoë), Willow Smith, Charlie Tahan (Ethan).
Guión: Mark Protosevich y Akiva Goldsman; basado en la novela de Richard Matheson.
Producción: Akiva Goldsman, James Lassiter, Erwin Stoff, David Heyman y Neal Moritz.
Música: James Newton Howard.
Fotografía:
Andrew Lesnie.
Montaje: Wayne Wahrman.
Diseño de producción: Naomi Shohan.
Vestuario: Michael Kaplan.
Estreno en USA: 14 Diciembre 2007.


Biofilmografía de Francis Lawrence

Francis Lawrence (nacido en Viena, Austria) es un director estadounidense de videoclips, que ha trabajado con estrellas de la talla de Britney Spears, Aerosmith, Janet Jackson, Jennifer Lopez, Destiny’s Child, Garbage, Gwen Stefani, y Missy Elliott. También ha dirigido numerosos anuncios para empresas como Coca Cola, L’Oreal, Pepsi Cola, Maybelline, Bacardi, McDonalds, Bud Light y Disneyland. En 2005 debutó en cine con la película Constantine basada en el comic Hellblazer, protagonizado por Keanu Reeves.

Francis Lawrence trabajó como Segundo asistente de cámara en la cinta Pump up the Volume dirigida por Allan Moyle antes de obtener su título de productor de cine en Loyola Marymount University Film School. Continuó trabajando en ese mismo rol en la película Marching out of Time dirigida por Anton Vassil. Francis Lawrence se unió entonces con su ex compañero de clase Mike Rosen codirigiendo videoclips. Pronto, Francis se volvió conocido por sus originales e imaginativos guiones de videoclip y su particular estilo visual.

Filmografía

* Silent Hill 2 (2008) (se rumorea)

* Snow and the Seven (2008) (pre-producción)

* Eddie Dickens And the Awful End (2007) (en rodaje)

* I Am Legend (2007)

* Constantine (2005)


CÓMO SE HIZO “SOY LEYENDA”

Will Smith, protagonista de las películas “I, Robot,” “Independence Day” y “Hombres de negro,” no es ajeno a la ciencia ficción y tiene una gran afinidad con la novela intemporal de Richard Matheson Soy Leyenda. “Hay muchos géneros en esta novela: terror, ciencia ficción y está ese maravilloso personaje,” dice el actor. “La psicología de ser el último hombre sobre la tierra siempre me ha intrigado. Las experiencias físicas, emocionales y espirituales que Robert Neville tiene que vivir en su afán de supervivencia ofrecen una magnífica oportunidad para contar una historia universal sobre la naturaleza de la humanidad”. Francis Lawrence, director del nuevo “thriller” de acción de ciencia ficción basado en la novela de Matheson, añade: “La idea de un hombre que sobrevive aislado y en solitario en un entorno moderno me fascinaba y quería explorarla en una película. ‘Soy Leyenda’ es la historia por antonomasia de un hombre contra el mundo, y este es el motivo por el que continúa cautivando la imaginación de las personas medio siglo después de haber sido escrita”. Compleja y provocativa, la novela de Matheson de 1954, ampliamente reconocida como un modelo del género actual de terror y ciencia ficción, ha influido en las generaciones, ha inspirado a innumerables imitadores y ha dado lugar a dos adaptaciones cinematográficas anteriores: “The Last Man on Earth,” en 1964, protagonizada por Vincent Price, y “El último hombre… vivo,” en 1971, protagonizada por Charlton Heston. El guionista/productor Akiva Goldsman, que ganó el premio Oscar por el guión de “Una mente maravillosa” y que ha declarado ser un “fan” incondicional del autor, dice que le ha encantado tener la oportunidad de adaptar “Soy Leyenda” para la pantalla. “Richard Matheson es como un dios para los que somos fanáticos obsesivos de la ciencia ficción. Hay una tradición en la ciencia ficción seria que consiste en llegar hasta lo más profundo en las raíces del personaje para explorar los temas impactantes—la idea de utilizar la ciencia ficción como una alegoría. Esta película se desarrolla realmente a partir de esa ética”. Goldsman trabajó a partir de la adaptación inicial de Mark Protosevich de la influyente novela de Matheson, que ha llegado a ser uno de los guiones más codiciados de los últimos años, dice Protosevich. “Este ha sido un proyecto apasionante para mí durante una década, y me emocionó ver cómo, finalmente, se convertía en realidad, especialmente con este nivel de talento a ambos lados de la cámara”.

“Soy Leyenda” cuenta una historia centrada casi enteramente en un hombre que vive una existencia solitaria. Los cineastas sabían que el difícil papel del protagonista requería que fuese interpretado por un actor de gran calibre, y cuando se enteraron de que Will Smith tenía gran interés en dicho papel, encajó el proyecto con el elemento principal del proyecto. Smith, junto con el productor James Lassiter, su socio en Overbrook Entertainment, había estado intentando llevar a cabo el proyecto durante varios años. Smith consideraba que desempeñar el papel de Robert Neville—personaje que aparece en la pantalla prácticamente solo durante la mayor parte de la película—era un reto y una oportunidad.

Goldsman observa: “Como escritor, creo firmemente en la capacidad de la palabra escrita para describir y generar un personaje. Pero, en última instancia, es igualmente importante la capacidad de transmitir lo que no está dicho. Will es un estupendo actor; ha realizado una extraordinaria actuación donde la mayoría de sus pensamientos y emociones se transmiten a través de sus expresiones y de su comportamiento”.

Smith tuvo que recurrir a otras formas de expresión para describir la gama emocional del viaje de Neville. “El proceso fue muy diferente para mí porque todo se basa en el comportamiento. Es simplemente un ejercicio increíble no poder hablar y sin embargo tener que comunicar,” dice. “Tener que imaginar cómo comunicarse sin palabras—para mí, es la parte central de la actuación. Cuando se está durante un rato en silencio se empieza a descubrir toda una gama de cosas acerca del personaje y de uno mismo. Es una situación fascinante para explorar, tanto artística como psicológicamente”.

En su primera película con Smith, Francis Lawrence ha encontrado un soporte sólido para su elaborada historia emocional en el corazón de la aventura. “Lo fantástico de Will es que tiene mucho carisma y calidez,” observa el director. “Aporta muchas dimensiones a su papel y uno se siente transportado con él en cada momento. Se crea una verdadera simpatía hacia él, uno siente miedo por él, se ríe con él y llora con él…y esto se siente de forma inmediata al contemplar su actuación. Y lo más importante de su papel es que tiene la habilidad de transmitir todo lo que él experimenta, tanto física como emocionalmente, a menudo sin que haya ningún diálogo”.

Quizás el mayor elogio para Smith es el que ha hecho el hombre que creó el personaje de Robert Neville. “Creo que Will Smith es el hombre perfecto para interpretar el papel de Robert Neville,” ha manifestado el autor Richard Matheson. “He visto casi todas las películas en las que ha actuado y es totalmente convincente en todos los papeles que ha interpretado. En esta historia, su personaje es clave y, por lo tanto, él es la clave”.

En la parte central de “Soy Leyenda” está la lucha de un hombre para sobrevivir contra dificultades que parecen insuperables: solo y rodeado de los Infectados—seres monstruosos que matan sin pensarlo y sin ningún motivo. Su situación empeora al conocer que todo ha sido provocado por los de su misma especie. Las raíces de la pandemia que ha borrado la civilización dejando a Neville aislado y en un constante estado de peligro están en lo que inicialmente fue acogido como un avance rompedor de la medicina moderna: un retrovirus creado por el hombre para combatir una de las enfermedades que ha causado más muertes en la historia de la humanidad: el cáncer. Pero el éxito inicial del retrovirus tuvo pronto repercusiones inimaginables.

Neville, virólogo militar con base en Manhattan, encabezó las investigaciones promovidas por el gobierno para encontrar una vacuna para combatir la pandemia. Pero, a pesar de sus esfuerzos, el virus fue transportado por el aire y la ciudad consecuentemente se cerró, permitiendo sólo la evacuación a los que no estaban infectados. Con el pánico consiguiente, Neville presencia los trágicos fallecimientos de su esposa Zoë (Salli Richardson) y de su hija Marley, cuyo personaje interpreta su hija de 7 años Willow Smith, que hace su debut cinematográfico junto a su padre.
Los Infectados que no han sucumbido al virus tienen un destino quizás peor: su deteriorado metabolismo les ha transformado en criaturas que habitan en los oscuros túneles de la amplia red del metro de la ciudad y que emergen de la oscuridad impulsados por el singular instinto primario del hambre.

Después de la catástrofe, Neville también se siente impulsado, pero su necesidad es encontrar una cura para el mal causante del cataclismo. Inmune por algún motivo al virus, sabe que tiene dos armas a su disposición—su formación científica y su propia sangre. “Neville sabe que las personas han sido infectadas por un virus que ha sufrido una mutación después de su creación en el laboratorio,” dice Smith. “Ahora está expuesto a esta situación de superviviente solitario después de ser el que, según su mente, no pudo salvar a la humanidad”.

La experiencia de Neville como científico militar también determina la forma en que ha elegido vivir su vida en la ciudad abandonada. Su manera de abordar el problema es reglamentándolo todo desde una preparación física exhaustiva hasta la elaboración de una alarma diaria que avisa del momento exacto de la puesta del sol. “Neville es un hombre muy disciplinado,” comenta Lawrence. “Eso es lo que le mantiene lo más cuerdo que puede estar en una situación como esta. Sus opciones son extremas pero, si esa rutina se empezase a interrumpir, es muy posible que sucumbiera”.

Con la única compañía de su perro Sam, Neville lucha para mantenerse alejado de los Infectados. Durante el día, él y su perro Sam subsisten buscando suministros, trabajando en el laboratorio y emitiendo diariamente mensajes por la radio con la esperanza de encontrar a otros supervivientes. Durante la noche se parapetan en una casa de piedra caliza reforzada vigilando a los Infectados mientras que buscan y registran en las calles de la ciudad, tratando de encontrar indicios de alguna presa.

Aunque Neville establece horarios para diversas actividades y obligaciones, también dispone de cierta libertad. Ya sea dando una vuelta por la ciudad en su coche Shelby, mejorando su swing en el golf frente a un avión de combate, decorando su inexpugnable casa de piedra caliza con tesoros de incalculable valor, o catalogando las enormes reservas de alimentos, gas y medicinas de la ciudad con un intrincado sistema de mapas, Neville tiene libre acceso a los grandes recursos de la ciudad.

En una nueva y surrealista Nueva York, los lugares emblemáticos que antes eran centros comerciales, de arte y de entretenimiento se han convertido ahora en patio de juegos, zona de caza y jardines personales de Neville.

“Cuando se es el último hombre solo en Nueva York, siempre se encuentra alguna diversión, aunque sea una diversión en solitario,” dice Lawrence. “Vemos esos elementos que parecen tan importantes en el mundo en que vivimos, pero después de producirse la pandemia y de que el mundo tal como lo conocemos haya desaparecido, las cosas a las que dedicamos tanto tiempo, tanta energía y miles de millones de dólares se están echando a perder. Son totalmente inútiles”.

“Neville tiene acceso prácticamente a todo,” comenta Smith. “Hay suministros médicos, sabe dónde están los productos enlatados, dónde se almacena la gasolina. Utiliza toda la ciudad como si fuera su propio hogar. Y no hay nada como subirse encima de un avión con un palo de golf”.

Sin embargo no todo era diversión y juegos. Esprintar por las calles abandonadas, colgarse en el aire cabeza abajo a veinte pies del suelo, conducir un veloz Ford Mustang, saltar por encima de coches oxidados y luchar con dobles especialistas vestidos con trajes de efectos visuales de captación del movimiento para interpretar los personajes de los Infectados son sólo muestras de lo que Smith soportó para llevar a cabo las duras escenas de acción de la película.

Para coreografiar estas secuencias, los cineastas solicitaron la colaboración del veterano coordinador de dobles especialistas Vic Armstrong y de su experto equipo. Entre los trabajos más recientes de Armstrong, con una experiencia de cuarenta años, se incluyen sus intervenciones en las películas de acción “Misión imposible III,” “La guerra de los mundos” y “Muere otro día”.

Conociendo la facilidad de Smith para inyectar fisicalidad a sus actuaciones—bien construyendo las bases de un personaje o participando en las secuencias de acción principales—los cineastas reconocieron la disposición del actor para participar manos a la obra como especialista en escenas arriesgadas. Meses antes del rodaje, Smith empezó un programa de nutrición y de ejercicios físicos que le proporcionaron un cuerpo más delgado y esbelto. Trabajando con el experimentado entrenador Darrell Fostar, que años antes le había transformado en su personaje de “Ali”, por el que fue nominado para un premio de la Academia, Smith perdió 20 libras con un régimen tan arduo como el de Neville. En palabras de Fostar: “Le pusimos en apuros desesperados—entrenamiento a grandes alturas para reducir el oxígeno, fue sometido al calor, al frío, a la humedad, a la alimentación con pocas calorías y a otras muchas condiciones adversas. Esto le ayudó a desarrollar los aspectos mentales de su personaje tanto como los físicos”.

Como contraste, el entrenamiento con el asesor militar y de armas Sam Glen para manejar el rifle especialmente modificado de Neville fue mucho más fácil para el actor, que ya había manejado armas de fuego en anteriores películas.

Smith aparece la mayor parte del tiempo en la pantalla, junto al compañero fiel de Neville, un perro llamado Sam, que está representado por un pastor alemán de tres años que se llama Abbey. El director de entrenadores de animales Steve Berens, en cuyo historial figuran películas como “Click” y “La máscara,” comprendió que había muchas esperanzas puestas en que él consiguiera provocar una completa gama de emociones con su trabajo. La confianza en la habilidad innata de Abbey junto con un régimen de adiestramiento específico dio forma al planteamiento del adiestrador para provocar una actuación impactante de su actor canino.

“Todo estriba en cómo se prepara al animal,” explica Berens. “Se le adiestra día a día para que cuando esté en el plató para una toma en concreto comprenda y se comprometa con la situación totalmente; está en el juego. Sabemos que es trabajo, pero la idea en sí es hacer que todo sea divertido. Si se hace correctamente, con amor y refuerzo positivo, disfruta haciéndolo. Se trata de crear una camaradería con el perro y luego transmitírsela al actor. Y Will lo hizo magníficamente con Abbey. Realmente crearon un vínculo propio”.

Todo en la existencia de Neville cambia cuando sus mensajes diarios emitidos por radio los oyen finalmente otras supervivientes: una mujer de nombre Anna, cuyo papel lo interpreta Alice Braga (se pronuncia A-lis), y un niño, Ethan, cuyo papel lo interpreta Charlie Tahan. Ambos aparecen inesperadamente cuando Neville ha caído en una trampa puesta por los Infectados. “Creo que al oír el mensaje de Neville es cuando Anna empieza que creer que hay esperanza, que hay gente ahí fuera en el mundo,” relata la actriz Alice Braga, nacida en Brasil. “Este hombre está vivo, y Anna decide ir a salvarle, aún cuando los Infectados merodean por allí. Confiar en lo desconocido es lo que le impulsa a emprender su viaje de esperanza en la película. Necesitan establecer contacto y ser más fuertes al estar juntos”.

Los cineastas eligieron a Braga por su actuación en la película “City of God”, nominada para el premio de la Academia “Quedamos muy impresionados por su actuación en ‘City of God,'” dice Goldsman. “Alice tiene una belleza natural y transmite un evidente innato de compasión. En ella hay un brillo notorio: genera una sensación de bienestar que es importante porque Anna representa a la esperanza en la película. Le da a Neville una meta para lograr algo de nuevo y creo que Alice aporta esa cualidad a su personaje con gran autenticidad”.

Durante muchos meses, Neville había estado intentando desesperadamente de encontrar supervivientes humanos, pero cuando encuentra a los dos primeros seres humanos que ha visto en varios años, el conflicto entre la necesidad de contacto humano y el miedo a ese contacto queda muy claro. “Al principio no está seguro de que estén realmente allí,” dice Smith. “La noche anterior tuvo una horrible alucinación, por lo que no está seguro de lo que está viendo. Es su más profundo deseo, su mayor sueño, pero en el momento en que puede establecer ese contacto, experimenta un gran rechazo al mismo. Esa dicotomía es un maravilloso elemento psicológico para explorar como actor”.

Braga demostró una gran intuición para el papel de Anna al dedicarse a investigar sobre supervivientes de distintos horrores, desde el Katrina hasta el Holocausto. “¿Cómo pueden continuar andando y viviendo las personas después de aquello?” propone. “Cuanto más leo, más comprendo que hay que tener esperanza. El personaje que interpreto tiene todavía confianza y esperanza en su interior aún después de lo que Anna ha visto. He aprendido mucho sobre la vida a través de esta búsqueda para Anna”.

Neville queda impactado inmediatamente por la profunda fe de Anna incluso cuando se enfrenta a su propia amarga negación de una fuerza superior. “Anna siempre lucha para seguir,” observa Braga. “Su deseo de sobrevivir y su esperanza en algo más le da ánimos, especialmente por lo que se refiere a Ethan, el niño. El personaje que interpreta Will es grande e importante; para él es más fácil sobrevivir que para una mujer y un muchacho. Cuando ella le encuentra, se da cuenta al contemplar su casa que sólo está luchando para sobrevivir, por lo que decide confiar en él y creer que él puede ser alguien con quien sobrevivir en ese mundo loco”.

Con ocho años, Charlie Tahan se emocionó cuando fue elegido para el papel de Ethan, un joven superviviente que viaja con Anna. “Ethan es muy reservado porque su familia verdadera ha desaparecido y ha visto cosas realmente malas,” dice Tahan. “Las calles están vacías y no hay nadie más por allí con excepción de los Infectados. Al principio no confía mucho en Neville. No está seguro de si Neville es malo o si es uno de los Infectados. Neville sabe que Ethan no confía en él, por lo que trata de hacerle reir. Aún cuando no estábamos en el plató, Will me hacía reir mucho,” añade el joven actor, que dice que trabajar con Smith y Braga es “la experiencia de toda una vida”.

Encontrar a Anna y Ethan y escuchar su increíble relato de supervivencia le da a Neville un toque de esperanza. Smith dice: “Es la clásica lucha humana entre la fe y la ciencia. Anna habla desde una clara perspectiva judeo-cristiana, pero las ideas de espiritualidad son universales. Todas las personas que pierden a seres queridos se hacen esas preguntas y pasan por etapas de creencia y falta de creencia y de temor y enojo con Dios…todo eso. Y en vista de las pérdidas que Neville ha soportado y las circunstancias de su vida, tiene toda la razón para preguntar qué clase de dios permitiría ese tipo de sufrimiento”.

El catalizador de las circunstancias de la vida de Neville es un virus creado por el hombre, nacido de un revolucionario método de curación del cáncer que posteriormente se transformó en un imparable microorganismo infeccioso. Esto impulsó a los cineastas a efectuar una expedición de investigación científica sobre el complejo estudio de los virus y la virología. Su investigación comenzó con tutorías impartidas por educadores de alto nivel en esta disciplina y culminó con una visita al Centro para el Control de Enfermedades. Este Centro dio a Smith, a Lawrence y a los productores la rara oportunidad de entrevistarse con los científicos que trabajaban dentro de sus laboratorios con el Nivel de Bioseguridad tres, donde se conservan algunos de los microorganismos de las enfermedades contagiosas más mortales y virulentas. Fue allí donde empezaron a comprender que la posibilidad de que un retrovirus se extienda fuera de control ya no es solamente un argumento para relatos de ciencia ficción sino que también podría suceder en la realidad.

Goldsman comenta: “Existe la posibilidad de que algunos virus ocupen la parte superior de la ‘cadena alimentaria.’ Es humillante y terrible ver el impacto duradero y profundo que puede ocasionar un virus mutado”.

Los cineastas pudieron conocer a algunos de los principales virólogos del país, desde los microbiólogos que trabajaban en laboratorios de riesgo biológico de alto nivel hasta los “cazadores de virus”, que se arriesgan a ir a los puntos calientes de todo el mundo en busca de respuestas frente a la que podría ser la próxima pandemia potencialmente letal. “Fue fascinante”, observa Lawrence. “Pudimos obtener información de primera mano sobre la forma de pensar de un virólogo y cómo ven los virólogos el mundo de los virus”.

Como Neville cumple los protocolos de seguridad que programan los laboratorios reales del Centro para el Control de Enfermedades, los cineastas debían obtener una gran cantidad de información para el proyecto. Smith agradeció especialmente la oportunidad de aplicar toda esa investigación práctica a la interpretación de su personaje. “Me gusta investigar,” observa. “Es difícil desarrollar emocionalmente un personaje como el de Neville cuando no se comprende la ciencia que le impulsa”.

Los expertos del Centro para el Control de Enfermedades también proporcionaron valiosa información sobre la logística y la ética de las evacuaciones masivas y las cuarentenas. Además, los organismos de la ciudad de Nueva York, y los organismos estatales y federales, comunicaron sus experiencias a los cineastas para la organización de algunas de las más explosivas y dramáticas secuencias de la película, incluyendo las del caos en las calles, así como las escenas en las que Neville está completamente solo en la que fuera una bulliciosa ciudad.

La ciudad de New York, que en la película está ambientada en el año 2012, es una terrorífica sombra de la metrópoli que conocemos hoy en día. Los cineastas han querido evitar el concepto estándar de la ciencia ficción de ciudad destruida y desertizada por una plaga y en vez de esto han creado una instantánea degradante de un momento en el tiempo—edificios en cuarentena, comercios saqueados, avisos de riesgos biológicos, y una paralización total del tráfico con coches ahora vacíos—todo invadido por una maraña de plantas y de vida salvaje que resurge. Francis Lawrence es quien ha concebido la fantasmagórica crudeza de un Manhattan que se había convertido literalmente en una jungla urbana, reclamado ahora por la naturaleza.

La diseñadora de producción Naomi Shohan, que había colaborado anteriormente con Lawrence en “Constantine,” ayudó a conceptualizar su toma Edenesca de la ciudad. “El resultado visual de la pandemia inicial es una ciudad ensuciada con los detritus de las acciones de respuesta de emergencia, militares y médicas, y el caos de una población frenética,” describe Shohan. “Su aspecto se parece al de una ciudad asolada por una guerra. Luego, más adelante en el tiempo, nos permitió transformar el paisaje y darle una forma poética que iba bien con la desesperada situación de Neville. Finalmente, se convierte en una ciudad transformada por una infraestructura implosionada y por la naturaleza desinhibida”.

Juntamente con su departamento artístico, Shohan hizo una investigación exhaustiva para acercarse a los resultados finales de las diversas situaciones por las que pasaría la ciudad, incluyendo la interrupción repentina del suministro de agua y de energía y el crecimiento de la vegetación, así como la reproducción de animales e insectos. “Las roturas en las conducciones de agua habrían abierto agujeros, inundando calles y partes de edificios,” describe. “También habría incendios provocados por la electricidad y el gas, y la irrefrenable naturaleza habría empezado a reclamar su lugar. Repentinamente, en lugar de calles llenas de basura médica y militar, los grandes cañones de la ciudad de Nueva York empezarían a parecerse a algunas versiones románticas del Oeste Americano retratado por los pintores del siglo XIX. Hemos alcanzado una especie de intemporalidad; la dureza y el polvo de la ciudad, después de haber sido envuelta por la naturaleza, se convierten en un paisaje sensual”.

En consonancia con esa visión, Lawrence comenta: “Yo quería adoptar un enfoque naturalista para la filmación de esta película. Deseaba filmar aquí, en las calles de Nueva York, a plena luz del día y en lugares reales. Esto guiaba las actuaciones y la forma de rodar”.

El director eligió al director de fotografía Andrew Lesnie galardonado con un Oscar (trilogía “El Señor de los Anillos”) para evocar la simplicidad de emociones que él preveía para Neville y su mundo. “Nosotros intentamos realmente rodar utilizando la cámara para asegurarnos de que sentíamos lo que sentía Neville, tanto si se sentía solo, alegre o triste. Andrew ayudó realmente a convertir la cámara en un vehículo para el valor emocional de cada escena,” relata Lawrence.

Junto al viaje interior, la cámara debía registrar el asfixiante transcurrir de la vida al límite de Neville que, en algunos casos, sería aumentada con efectos visuales. Pese a rodar a horas intempestivas en fines de semana para evitar las aglomeraciones de gente que son habituales en la ciudad, todavía se veían transeúntes madrugadores que interrumpían su camino para fotografiar el espectáculo con el teléfono móvil. Una de las secuencias más notables es la de Neville conduciendo un coche Mustang Shelby modificado, a través de una serie de coches abandonados y obstáculos por las calles de la ciudad, que fue filmada en los fines de semana de todo un mes en diversos de la ciudad.

Fue un formidable reto logístico filmar toda una película en la que el personaje principal vive una existencia solitaria en una de las ciudades del mundo más densamente pobladas. Y sin embargo los cineastas insistían en filmar en las localizaciones reales. “No se puede hacer una imitación de Nueva York,” afirma el productor ejecutivo Michael Tadross afincado en Nueva York. “Tiene un telón de fondo único, y tuvimos mucha suerte al poder filmar en lugares en los que nadie había filmado antes”.

En colaboración con los organismos gubernamentales de todos los niveles, incluyendo la Oficina de Cinematografía y Televisión del Alcalde Michael Bloomberg, tanto Tadross como el director de exteriores Paul Kramer se encargaron de seleccionar algunas de las localizaciones más concurridas y emblemáticas. Se concedió al equipo de producción una autorización sin precedentes para poder rodar en algunos de los monumentos y sitios más famosos de la ciudad. Además se le permitió—durante cortos períodos de tiempo y en horas intempestivas—interrumpir el tráfico de coches y personas entre varias manzanas de la ciudad para crear una zona vacía de gente, exceptuando a Robert Neville. Incluso la más breve toma exterior requería que la zona sufriera una transformación que incluía la colocación de coches abandonados, de fachadas desmoronadas de edificios, y de plantas artificiales, arbustos y hierbas surgiendo del pavimento agrietado, con una capa de mugre para completar la pátina de deterioro.

“Nunca hicimos nada a pequeña escala en esta película. Cada vez que modificábamos alguna calle lo hacíamos a lo grande con el fin de crear un entorno post-apocalíptico. No pudimos utilizar nunca el entorno existente tal como estaba. El mundo que creamos era completamente distinto al de cualquier ciudad que habíamos visto antes. Fue todo un reto todo lo que hicimos,” recuerda Kramer.

En la lista de localizaciones de Nueva York para “Soy Leyenda” figuraban todos los diversos barrios cosmopolitas y eclécticos de tres de los cinco distritos municipales de la ciudad, entre los que figuraban Grand Central Terminal, la zona del edificio Flatiron que está junto al Parque de Madison Square, el Parque de Washington Square, las elegantes calles de TriBeCa, el barrio Meatpacking, Columbus Circle y Chinatown.

Rodar durante varios fines de semana en el entorno de tiendas de lujo de la Quinta Avenida, fue uno de los retos más difíciles. Para paralizar completamente el tránsito de peatones y coches desde la Avenida Madison y la Sexta Avenida, cercando la Quinta Avenida en el tramo de la calle 57 a la calle 49, fue necesaria la intervención de cientos de ayudantes de producción, de agentes de tráfico y de la aplicación de la legislación local.

Para Smith, dejar libre de coches y peatones un lugar tan concurrido fue algo impresionante. “Uno se da cuenta de que en toda su vida no ha visto nunca una foto de Nueva York sin coches ni personas,” relata Smith. “Es una imagen impresionante. Cuando despejamos esa parte de la Quinta Avenida, quedó claro que estábamos haciendo algo que no tenía precedentes”.

Lawrence coincide observando que: “Lo de la Quinta Avenida fue toda una experiencia. Lo asombroso es que todo el mundo callaba cuando rodábamos. Viendo el monitor del video quedé cautivado por el diálogo y por la visión de Will caminando por la Quinta Avenida vacía de coches y de gente. Luego, tan pronto como grité: ‘Corten’, se oyeron los aplausos de miles de personas que estaban en el lado opuesto de la calle ocupando manzanas enteras. Nadie tomó fotos ni emitió ningún sonido durante las tomas. Era increíble. Estuvimos allí todo el día y fue increíble lo respetuosos que fueron todos en la ciudad en ese día. Estamos muy agradecidos por esto”.

La consideración de los numerosos espectadores fue agradecida cuando, en un día especialmente frío y con viento Smith les deleitó, así como también a los miembros del equipo, con una improvisada interpretación de “Summertime”.

En duro contraste con el vacío de Manhattan posterior a la pandemia, miles de actores y extras abarrotaron las calles para evocar el pánico y el caos de la cuarentena y la evacuación de la ciudad. Durante tres meses de preparaciones se obtuvieron permisos de múltiples organismos y se elaboraron una gran cantidad de normas estrictas para coordinar la logística inherente a múltiples aviones volando hacia y desde una localización en el agua.

La mayor parte de la acción transcurre en un muelle situado bajo el Puente de Brooklyn. Sin embargo, así como la mayoría de las localizaciones proporcionaban a Lawrence una maravillosa vista de la línea del horizonte de Nueva York, el muelle no existe en realidad. Con la colaboración de múltiples organismos de la ciudad, estatales y federales, de la unidad de Aviación NYPD del Cuerpo de Ingenieros del Ejército y del Departamento de Conservación Medioambiental, el equipo de producción utilizó una barcaza anclada en el lecho del río con una pasarela desde la costa, creando un muelle real.

El departamento de iluminación del equipo de producción inició un proceso que duró una semana para tender un cable y equipar el puente de Brooklyn, la barcaza y las calles circundantes, con una multitud de luces para iluminar el tramo de calle normalmente oscuro debajo de la autopista FDR.

Varios días antes del rodaje empezaron a llegar los equipos militares, organizados por el asesor militar y de armas Sam Glen, que resultó ser indispensable para el equipo de producción. Trabajar en estrecha colaboración con el ejército de los Estados Unidos fue de vital importancia para el éxito del rodaje de las secuencias.

El rodaje duró seis noches junto al puerto marítimo de South Street, y en las complicadas secuencias de acción participaron muchos aparatos militares de aire y de tierra, entre los que figuraban helicópteros Black Hawk de la Guardia Nacional de Nueva York y Dolphin H-65 de la Guardia Costera, Humvees y vehículos acorazados de asalto Stryker (los más recientes adquiridos por el arsenal de los Estados Unidos). Las embarcaciones grandes y pequeñas, proporcionadas mediante un acuerdo con el Ejército de los Estados Unidos y la Guardia Costera, desempeñaron un importante papel en estas escenas y garantizaron la seguridad de miles de actores y extras, de los cineastas y de los miembros del equipo de producción, que estaban en la orilla. Más de 150 militares estaban presentes—tanto delante como detrás de la cámara—manejando los aparatos utilizados en estas secuencias de la película.

“Todo el mundo estuvo de acuerdo en que era importante utilizar tropas reales en las escenas, por su experiencia y para proporcionar una mayor autenticidad,” dice Glen. “La famosa División de Infantería 69 de Nueva York, bajo el mando del Departamento de Defensa, tuvo la amabilidad de permitir que sus tropas colaborasen con nosotros como extras cuando estaban fuera de servicio. Estos soldados están entrenados para el mantenimiento de la paz urbana, lo que añade un mayor realismo a todo esto”.

Aunque Lawrence se comprometió a rodar realmente todo lo que fuera posible, fue necesario el CGI para aumentar la visión descontrolada de una ciudad abandonada y de los Infectados que se habían hecho con el poder. El supervisor de efectos visuales Janek Sirrs, ganador de un Oscar, (trilogía “The Matrix”) tuvo a su cargo la creación de los Infectados, que son restos carnívoros de lo que antes habían sido seres humanos. Sirrs y su equipo dieron vida a estas criaturas mediante la creación de personajes por medios digitales y con la tecnología de captación del movimiento. Los dobles especialistas llevaban trajes provistos de indicadores que permitían que sus movimientos fueran reproducidos en el ordenador. Se utilizó también el CGI y la composición de efectos visuales para completar el efecto, con el resultado de unas criaturas sin cabello con piel semitransparente, lo que permite ver hasta la primera capa del músculo. Los Infectados son liderados por el Macho Alfa, interpretado por el actor Dash Mihok.

La Kingsbridge Armory, un antiguo arsenal de la Guardia Nacional en el Bronx, proporcionó el telón de fondo tenebroso para la mayor parte del trabajo de efectos visuales pero principalmente para el entorno de Times Square irreconocible en un mar de hierba verde. El equipo de producción también utilizó el interior de 100.000 pies cuadrados de la Marcy Avenue Armory en el barrio de Williamsburg de Brooklyn. En este recinto estaban los cuatro platós que comprendían la guarida reforzada de Neville, una casa de cuatro pisos de piedra caliza, cuyo exterior fue filmado en el parque de Washington Square.

El bunker de Neville, donde Neville, Alice y Ethan se atrincheran para protegerse de los Infectados, fue concebido y diseñado por Naomi Shohan. Los diseños fueron luego mejorados por el supervisor de efectos especiales Conrad Brink, que añadió múltiples equipos hidráulicos y cañones de aire presurizados para sacudir literalmente el edificio desde los cimientos cuando se producen las explosiones alrededor de la casa de piedra caliza.

Aún con toda la intensa acción y los innovadores efectos visuales de la producción de “Soy Leyenda,” Goldsman todavía encuentra que el aspecto más impactante y cautivador de la película es el viaje interior de su personaje principal. “Es realmente la historia de una pérdida,” dice. “Se trata de lo que sucede cuando perdemos lo que amamos. Nuestra suposición era simplemente que cuando se produce una pérdida catastrófica el mundo se paraliza. Y con el fin de expresar eso de forma espectacular hemos creado un mundo que se paraliza. Es también una historia acerca del renacimiento y de lo que hay que hacer cuando es necesario efectuar una curación. Puede que sea ciencia ficción, pero es una historia con la que cualquiera de nosotros puede identificarse”.

Will Smith reconoce la naturaleza dual de la película, como “thriller” épico de ciencia ficción y como viaje emocional de un ser humano. “Está compuesta de capas y luego vas eliminando cada una de las capas,” dice. “Y es interesante cuando llegas a las capas cuarta y quinta en las que hay algo un poco oblicuo y la gente puede sacar sus propias conclusiones. Esta película es una experiencia y es de esperar que sea una experiencia catártica para el público. Evidentemente deseamos que sea emocionante, pero también que suscite pensamientos e interrogantes. Esta es la línea que hemos deseado seguir con esta película”.

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