Estreno en España: 30 Abril 2010
Título: Increíble pero falso
Estreno en Argentina: 18 Agosto 2010 (DVD)
Título: La mentira original
Sinopsis
La acción transcurre en otra realidad, donde no existe la mentira, ni siquiera como concepto. Todos, desde los políticos, pasando por el hombre y la mujer de la calle, hasta los publicistas, dicen la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, sin pensar en las consecuencias. De pronto, un perdedor nato llamado Mark Bellison desarrolla la capacidad de mentir, y no tarda en descubrir que la falta de sinceridad tiene grandes ventajas. En una sociedad donde cada palabra es una verdad absoluta, Mark no tiene problemas en trepar hacia la fama y la fortuna inventándose historias. Pero ya se sabe que las mentiras corren como la pólvora, y las de Mark empiezan a tomar un cariz preocupante porque todos se las creen a pies juntillas. El mundo está pendiente de lo que dice. Sin embargo, sus mentiras no convencen a una persona: la mujer a la que ama.
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
El genial comediante británico Ricky Gervais propone en esta, su primera película como coguionista y codirector, un mundo en el que nadie miente, porque no existe siquiera la idea de que se puede ocultar la verdad o suplantarla por otra cosa. Al no existir ese concepto, tampoco existe el término mentira, y este mundo funciona de la misma manera que el que todos conocemos, sólo que las personas se comunican sin filtro alguno, con lo que en este mundo podríamos definir como honestidad brutal, pero que, para los habitantes de ese universo ficcional, es algo totalmente cotidiano.
Semejante concepto brilla no sólo por su originalidad, sino por su incorrección política. A contramano de Mentiroso compulsivo, donde la mentira era un error que debía ser subsanado, esta comedia se atreve a mostrar que un mundo sin mentiras (ergo, sin un margen para la imaginación o la fantasía) puede llegar a ser un mundo apático, alienado, tan depresivo como el personaje de Jonah Hill. La fórmula de Increíble pero falso es similar a la de Idiocracia, la diferencia es que una propone un mundo alternativo, ucrónico, mientras que la otra expone su universo ficcional como el futuro hacia el cual se encamina la humanidad. Al igual que en aquella, en ésta la representación de este universo se ve potenciada por los detalles aparentemente más ínfimos, que dan cuenta de lo mucho que ha sido pensado el contexto. Para entender esto, basta esclarecer un detalle singular de la historia. El protagonista, Mark Bellinson (un personaje a la medida de Gervais), trabaja como guionista para una productora de películas, pero al no existir la mentira, no existen los actores y tampoco existen las ficciones, por ende la empresa se limita a filmar a una persona leyendo la historia de un suceso o un período histórico determinado, y eso es lo que consume el público.
En un mundo sin mentiras, Mark, un perdedor por naturaleza, descubre por casualidad que puede haber algo más allá de la verdad, y su reciente descubrimiento se convierte en un arma con el cual accede a todo aquello que deseaba, aunque como toda comedia que plantea un descubrimiento, se sabe que, tarde o temprano, esto se volverá un arma de doble filo, por momentos imposible de controlar.
Esta comedia se abre en dos aspectos diametralmente opuestos. Por un lado, están todas las situaciones cómicas, algunas de ellas de manual y otras graciosísimas, que derivan del descubrimiento de la mentira, como las conversaciones que mantiene Mark con el resto de los mortales, cuya ingenuidad por desconocer la idea de mentira los lleva a tomar cualquier fantasía pronunciada por Mark como verdad, y con ello él logra la ventaja necesaria para destacarse. Estas situaciones desembocan en los guiños más ácidos, incorrectos y desproporcionados que uno pueda imaginar, como la idea de que lo que uno conoce como religión, en este mundo puede partir del supuesto mesianismo que manifiesta Mark para salir airoso del reclamo de la gente, que reproduce como verdad lo que Mark ha inventado para hacer que su madre pase a mejor vida con una sonrisa en su rostro (esto incluye, por ejemplo, una simple y efectiva parodia de Moisés y las tablas de la ley).
El otro aspecto en el que se abre el plante inicial, es algo que se extiende en la segunda mitad de la película, y es la historia romántica y el drama moral, como consecuencia de imponer una serie de mentiras en un mundo que sólo admite la verdad. La película se inclina por esa faceta, tomando como natural algunos elementos verdaderamente molestos (como el hecho de que Mark esté enceguecido por Anna y no se permita ver que el razonamiento de ella es sumamente cruel), hasta darle a esos elementos el giro necesario para que terminen siendo digeribles.
Desde ya que uno hubiese deseado que el nivel de mordacidad propuesto por la película en varios pasajes, y consecuencia directa del original planteo de la historia, se explote aún más, y que no se incline por un drama moral y con un romanticismo previsible. Lo cierto es que la comicidad de Ricky Gervais, sin estridencias o excesos gestuales, le permite integrar ambas facetas en un todo coherente, sin desbocar en una o en la otra, y sin que uno detecte el instante en el que la película deja de ser una cosa para pasar a ser otra. Gracias a su inteligente interpretación, y a la sólida construcción del mundo planteado, la película no hace ruido cuando deja de lado la acidez y pasa a cuestionar el accionar de Mark. La efectividad de este giro, y la tierna resolución romántica, son fundamentales a la hora de entender la evolución de la historia que aquí se narra. Una evolución que pasteuriza el efecto de la sátira previa, pero que no deja de ser un paso adelante para un comediante que ya ha sabido brillar en productos televisivos británicos exitosos a nivel mundial, y que hoy está comenzando a desarrollar una carrera cinematográfica con el mismo grado de coherencia y efectividad cómica que ya ha logrado otro comediante británico único, Simon Pegg.
Gervais ha desembarcado en Hollywood produciendo un film tan singular que incluye en su reparto, además del elenco principal, algunos nombres relevantes de la comedia actual, como Jason Bateman, Tina Fey, Jonah Hill y el director Christopher Guest, y actores de renombre en breves cameos, como Edward Norton y Phillip Seymour Hoffman. Semejante cantidad de nombres no se hubieran reunido para participar en papeles chicos, sino fuera por un argumento por demás original, y por la presencia del mismísimo Ricky Gervais, que hace de la película el mejor vehículo para su histrionismo sobrio y medido. Un film que brilla con luz propia y se destaca por sobre buena parte de las comedias americanas, y es la mejor excusa para conocer a un comediante distinto, que como Pegg, tiene la facultad de poder asaltar a Hollywood con su talento.
Lo mejor de la película: Un concepto y un argumento muy originales, y un vehículo perfecto para el lucimiento del brillante Ricky Gervais.
Lo peor de la película: Su inclinación hacia el drama moral y un romanticismo que da demasiadas vueltas para llegar a una resolución previsible.
Dirección y guión: Ricky Gervais y Matthew Robinson.
País: USA.
Año: 2009.
Duración: 100 min.
Género: Comedia romántica.
Elenco: Ricky Gervais (Mark), Jennifer Garner (Anna), Jonah Hill (Frank), Louis C.K. (Greg), Fionnula Flanagan (Martha), Jeffrey Tambor (Anthony), Tina Fey (Shelley), Rob Lowe (Brad).
Producción: Lynda Obst, Oly Obst, Ricky Gervais y Dan Lin.
Música: Tim Atack.
Fotografía: Tim Suhrstedt.
Montaje: Chris Gill.
Diseño de producción: Alexander Hammond.
Vestuario: Susie De Santo.
Distribuidora: Universal Pictures International Spain.
Estreno en USA: 2 Octubre 2009.