Estreno en España: 11 Octubre 2007
Puntuación:
Sinopsis
Una disfuncional familia inglesa prepara el funeral del patriarca. La tensión crece a medida que las antiguas rencillas entre los hijos surgen de nuevo. La aparición de un extraño que afirma que el difunto ocultaba un oscuro secreto sólo empeora las cosas, lo que obliga a la familia a tomar medidas drásticas para evitar que el funeral se convierta en un desmadre total.
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
En un funeral puede pasar cualquier cosa, sobre todo si hay un enano chantajista, dos hermanos con rencores mutuos, algún que otro invitado desubicado, un viejo cascarrabias en silla de ruedas, y algún que otro drogado. Y si explotamos al máximo los chistes basados en el “drogado por accidente”, agregamos algunos gags macabros (imposible no agregarlos en este argumento) y algunos gags escatológicos (¿por qué no?, al fin y al cabo es una comedia), nos da como resultado una comedia convencional hasta el hartazgo. No diremos que no lo sea, solo que, teniendo todos los elementos para ser obvia y previsible, y aun siéndolo, no deja de tener el timing ideal para la comedia (más para una comedia británica que para una americana), sólidas actuaciones que, en algunos personajes, pueden ir de la risa al drama, y en definitiva, no deja de ser una comedia sumamente divertida y graciosa de principio a fin. Una comedia que, con su sencillez, su humor coral, y su irreverencia, homenajea a la comedia clásica norteamericana. Este espíritu es lo que la vuelve más divertida de lo que supondría a priori. Que logre eso, significa que la suma de los factores no da siempre el mismo producto. Naturalmente, esto es cine, pese a que la media hollywoodense actual nos haga creer lo contrario.
Dirección: Frank Oz.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 100 min.
Género: Comedia dramática.
Elenco: Ewen Bremmer (Justin), Peter Dinklage (Peter), Matthew Macfadyen (Daniel), Kris Marshall (Troy), Alan Tudyk (Simon), Rupert Graves (Robert), Andy Nyman (Howard).
Guión: Dean Craig.
Producción: Share Stallings, Diana Phillips, Laurence Malkin y Sidney Kimmel.
Música: Murray Gold.
Fotografía: Oliver Curtis.
Montaje: Beverley Mills.
Diseño de producción: Michael Howells.
Vestuario: Natalie Ward.
Biofilmografía de Frank Oz
Richard Frank Oznowicz (nacido en 25 de mayo de 1944), mejor conocido como Frank Oz, es un director de cine, actor y titiritero. Nació en Hereford, Reino Unido de padres franceses. Su padre era judío y su madre católica. Oz se trasladó a California, Estados Unidos con sus padres cuando tenía cinco años. Oz comenzó sus trabajos con títeres desde los 12 años. Se unió al personal de Jim Henson de titiriteros siete años después y llegó a ser gradualmente el colaborador más cercano de Henson, en la series de televisón para niños Barrio Sésamo, Los Teleñecos y sus películas. Así pues Oz es quien ha dado vida a personaje stan entrañables como la cerdita Miss Piggie, el oso Fozzie, o el Monstruo de las Galletas entre otros. Ha llegado a ser director de películas de buena nota, con varias comedias populares como mérito propio. Frank Oz codirigió la película de fantasía El cristal oscuro (1983). Preparado para extenderse más allá del mundo de Los Teleñecos, tuvo ojo agudo (y buen sentido del humor) al realizar la nueva versión musical estilizada de La tienda de los horrores (1986), que probó su brío como cineasta. Desde entonces ha dirigido comedias más convencionales como Dirty Rotten Scoundrels (1988), ¿Qué pasa con Bob? (1991), y HouseSitter (1992). Oz ha tomado también papeles de cameo en tres películas de John Landis: The Blues Brothers (1980), Un hombre-lobo americano en Londres (1981), y Trading Places (1983). Pero la mayoría de sus notables talentos eran para darle vida de forma magistral a un simple muñeco: Yoda, el sabio Maestro Jedi. Frank Oz le daba movimiento y le daba voz.
Filmografía (como director)
* 2007 – Un funeral de muerte
* 2004 – Las mujeres perfectas
* 2001 – The Score
* 1997 – In & Out
* 1992 – HouseSitter
* 1991 – ¿Qué pasa con Bob?
* 1988 – Dirty Rotten Scoundrels
* 1986 – La tienda de los horrores
* 1983 – Cristal oscuro
CÓMO SE HIZO “UN FUNERAL DE MUERTE”
UN FUNERAL DE MUERTE arrasó en el Festival de Cine de Aspen, llevándose el deseado galardón del público, el Cinemax Audience Award. Este filme da un aire de modernidad a la clásica comedia británica gracias a un tema que transforma una situación tabú en una comedia de enredo desternillante. Esta ácida, animada y, en última instancia, positiva historia sobre los excéntricos peligros y placeres inesperados de las reuniones familiares ha sido dirigida con gran acierto por un estadounidense que nació en Inglaterra: Frank Oz. Oz comenzó como titiritero de Jim Henson. Fue el creador del icónico Yoda de la saga de La guerra de las galaxias de George Lucas, además de director de una serie de optimistas comedias como Un par de seductores con Steve Martin y Michael Caine; ¿Qué pasa con Bob? con Bill Murray y Richard Dreyfus; y Bowfinger, el pícaro con Steve Martin y Eddie Murphy. Oz vuelve a sus raíces con UN FUNERAL DE MUERTE, una comedia coral en la que cada uno de los personajes añade un toque mordaz y gracioso a la historia. El título mismo revela la ironía de la trama, pero según se desarrollan los encuentros y desencuentros familiares, la manera en que Daniel y Martha –el hijo y la sobrina del difunto– logran salir adelante a pesar de los sustos y las revelaciones del indisciplinado funeral hace que la película sea no sólo desternillante sino también tierna. El prometedor guionista británico Dean Craig ha realizado una interpretación valiente, refrescante, contemporánea y sin ningún tipo de restricciones de la tradicional farsa británica, y eso fue lo primero que llamó la atención de Oz. “Con este guión pasó algo muy raro: me reí a carcajadas en voz alta, y esa es la prueba de fuego”, dice Oz. “Cuando me enteré de lo joven que es Dean Craig me quedé sorprendido, porque su trabajo contiene todos los instintos de un experimentado artesano. La estructura está arraigada en la farsa, pero tiene una inteligencia fresca y joven y un buen sentido del humor. Me pareció tan gracioso que no pude negarme”.
El productor Larry Malkin, que trabajó con Horberg, Share Stallings y Diane Philips para llevar el proyecto del papel a la pantalla, recuerda la emoción con la que reaccionó inicialmente Frank Oz. “Nos encantó que dijera que sí. En las primeras conversaciones que mantuvimos con Frank, comentó que, aunque UN FUNERAL DE MUERTE puede parecer muy británica, es también muy universal dados los personajes y las complicaciones familiares que presenta, con las que todos podemos identificarnos. Desde entonces, esa ha sido la idea que guiado todas y cada una de las decisiones que hemos tomado con respecto a la película”. Malkin continúa diciendo “Frank cogió el material y lo hizo suyo. Es una deliciosa farsa moderna sobre los momentos en los que parece que la vida se tuerce completamente y todo se convierte en un gran desmadre”.
En opinión de Oz, el humor constante que aparece como telón de fondo en esta sombría ocasión aparece como resultado de todos los deseos humanos que se mezclan en ella. Por ejemplo, los del hijo que quiere evitar quedar como un fracasado cuando todos los elementos del funeral dan al traste; o los de la hija que quiere impresionar a su padre presentándole a su sensato prometido justo el día en que éste se ha tomado accidentalmente un alucinógeno y anda desnudo por la ceremonia.
“La gracia está en la creciente desesperación de los personajes”, observa Oz. “Todos los que han acudido quieren algo y la forma en la que sus deseos se entremezclan y chocan unos contra otros crea una situación llena de posibilidades cómicas”.
Otro aspecto cómico de la película surge del tabú que suele rodear a los funerales porque, a pesar de la solemnidad emocional, suelen estar repletos de cosas que no pueden, o no deben, decirse. “Es una de esas situaciones en las que uno no debería hablar, en las que debería callárselo todo. Pero claro, cuanto más se esfuerza uno por guardarse algo, peor es”, apunta Oz. “¿Quién no ha sufrido un ataque de risa en el momento más inapropiado? Es una reacción humana bastante natural, y es la base cómica de UN FUNERAL DE MUERTE”.
Ciertamente, el guionista Dean Craig confiesa que no tenía pensado escribir una farsa cuando empezó con el guión, pero al ir escribiendo sobre esta familia que se reúne para ir a un entierro, los elementos cómicos fueron expandiéndose cuando cada uno de los personajes empezó a perseguir sus propios objetivos y buscar su propia redención familiar en un día lleno de revelaciones.
Para la historia, Craig se inspiró en un entierro lleno de problemas al que asistió. “Mi abuelo murió hace unos años”, explica. “Fue un acontecimiento muy triste y difícil, pero en el que ocurrieron un montón de cosas. Era todo tan raro que me hizo pensar que en realidad podría ser la ambientación perfecta para una comedia negra. También quería utilizar ese sentimiento tan poderoso que nos invade a todos en los funerales porque, aunque en esos días todo se centra en la muerte, también hay una sensación preponderante de que la vida sigue. He creado a unos personajes que siguen obsesionados con sus vidas a pesar de estar en medio de un funeral. La verdad es que ha sido un proceso muy sencillo, simplemente he escrito algo que fluía de una forma muy natural”.
Lo que tampoco le supuso ninguna dificultad a Craig fue mezclar ese aire de comedia de enredo clásica e inteligente con una hilaridad más contemporánea y valiente basada en los personajes. “Lo que nos encantó del guión fue que sigue totalmente la tradición de las grandes farsas cinematográficas como Arsénico por compasión y El quinteto de la muerte, pero a la vez transmite la modernidad de haber sido escrita por un guionista joven”, dice el productor Share Stalling. “Nace de una de esas fuentes tan fantásticas, pero transmite una sensación de innovación y modernidad. Hay pocos guiones como éste”.
Craig se mostró especialmente entusiasmado cuando se enteró de que Frank Oz tomaría las riendas de la dirección. “Es uno de los mejores directores de comedia que hay, ¿verdad? No sólo tiene muchísima experiencia, sino que también tiene un gran sentido del humor y capta muy bien los guiones con los que trabaja”, dice.
Los realizadores también agradecieron que la película fuera acogida por Sidney Kimmel Entertainment (SKE), que se está convirtiendo rápidamente en un referente para las películas de gran calidad. “SKE nos apoyó muchísimo en todos los aspectos”, comenta Share Stalling. “Estuvieron de acuerdo con que viniéramos a Inglaterra y básicamente dijeron, ‘Frank, ésta es tu película, así que elige a los actores que quieras’. Así, al final logramos un reparto que realmente da la sensación de ser una familia unida”.
Frank Oz era consciente de que sólo lograría darle a UN FUNERAL DE MUERTE el tono que buscaba si conseguía a un grupo de actores inteligentes, ingeniosos y talentosos que fueran capaces de llevar a sus personajes a las profundidades más sentimentales y a los extremos más cómicos. Ha quedado encantado con el reparto final.
Según Oz, “No sólo son grandísimos actores, sino que además encajan perfectamente con su personaje. Todos y cada uno de ellos dan en el clavo”.
En el centro de la vorágine aparece Daniel, el desdichado buen hijo que sólo quiere despedir a su padre como se merece, pero que acaba desentrañando los rampantes secretos de su familia. Los realizadores eligieron a una de las estrellas más anheladas de la industria cinematográfica británica contemporánea para dar vida a Daniel, Matthew Macfadyen, que saltó a la fama y fue aclamado mundialmente por su papel protagonista del Sr. Darcy, el romántico galán de la versión cinematográfica de Orgullo y prejuicio de 2005. Aunque Macfadyen, que se formó en la afamada Real Academia de Arte Dramático, pueda tener más fama como actor serio, demuestra que tiene lo que hay que tener para interpretar el papel de Daniel.
“Sabía que necesitaba a un actor que pudiera interpretar a Daniel con honestidad, y también sabía que Daniel establecería el listón que marcaría el nivel de la actuación del resto de los personajes, porque él es el centro de la historia”, explica Oz. “Si hubiera sido demasiado genérico, el resto de los personajes también lo hubieran sido, pero Matthew fue extraordinariamente sutil y eso es justo lo que necesitaba la película. Es un actor increíble. Creo que está a punto de echarse a reír en cada una de las escenas, pero no deja que se note”.
A Macfadyen le gustó el guión, y le encantó la idea de interpretar a un personaje que no actúa como el público se espera. “Daniel es un personaje genial, no se parece nada a los papeles que me han dado hasta ahora”, dice. “El guión es tan divertido e imprevisible que nunca antes me había reído con tantas ganas. Me lo he pasado de miedo interpretando a Daniel, y espero que los espectadores disfruten tanto como yo mientras le acompañan en este día tan inolvidable”.
El actor cuenta que Daniel está en un aprieto cuando comienza la película, no es capaz de terminar su novela, ni de marcharse de casa, ni de enfrentarse a su hermano famoso, y parece que ni si quiera va a ser capaz de sacar adelante el funeral de su propio padre por culpa de los desafortunados contratiempos. “Necesita salir de las faldas de su madre y ser un hombre”, dice Macfadyen riéndose. “Pero creo que madura mucho durante la película, y al final, cuando las cosas empiezan a ir cada vez peor, realmente demuestra lo que vale, lo fuerte que es. Claro que cuantas más cosas están en juego, más gracioso es todo”.
Aunque el personaje de Macfadyen está basado en el realismo serio y matizado, no podía evitar doblarse de risa con las excéntricas payasadas que pasaban a su alrededor, y que hacen que el propio Daniel empiece a perder poco a poco el control. “Todos los actores han sido maravillosos, cada uno tiene sus propios objetivos; son todos muy humanos y, por tanto, muy divertidos. Me han entrado tantos ataques de risa mientras rodábamos ¡que me da hasta un poco de vergüenza!”, comenta.
Uno de los actores con los que más se tronchaba Macfadyen era Rupert Graves, que interpreta a su fanfarrón hermano Robert, que viene desde Nueva York en el último minuto para asistir al entierro. Su presencia le pone las cosas todavía más difíciles a su hermano. Graves, uno de los intérpretes ingleses más atrevidos e iconoclastas apareció recientemente en V de Vendetta, también se sintió atraído por la historia y su irreverente interpretación de una ocasión familiar típica pero muy poco analizada.
“Los funerales son situaciones increíblemente volátiles y emotivos, por eso creo que son un verdadero semillero para la comedia”, comenta Graves. “He ido a entierros en los que los prejuicios insignificantes, los intereses propios y el resentimiento entre familiares han hecho que los presentes se comportaran fatal. La historia que presentamos en la película lleva esa realidad a extremos cómicos”.
El tono desafiante del guión también encajaba a la perfección con Graves. “Es una comedia típicamente británica pero llevada a unos límites más exagerados que nunca”, apunta. “Tiene la energía anárquica de un joven guionista que subvierte de cierta manera el género al que pertenece. En esta historia no hay nada intocable”.
En cuanto a su personaje, Graves describe a Robert, con toda sinceridad, como “un ego extraordinario. Interpretar a Robert es un placer, porque sus maneras escurridizas y empalagosas le convierten en un personaje muy divertido”.
Mientras que las rencillas entre Daniel y Robert forman un eje de la historia, dos de los personajes periféricos son los que crean el caos total. Uno de ellos es Simon, el convencional prometido de su prima Martha, que llega al entierro tras haber ingerido accidentalmente un alucinógeno de diseño que le convierte en un loco ante su atónica futura esposa. Alan Tudyk interpreta el papel creando un personaje excéntrico pero absolutamente creíble. Este estadounidense creció en Plano, Texas, y estudió arte dramático en Juilliard antes de saltar a la fama tras interpretar a Steve el Pirata en Cuestión de pelotas y participar en la producción de Monty Python Spamalot en Broadway.
Tudyk no pudo resistirse al papel. “Durante los primeros minutos de la película, Simon es un tío tenso, serio, formal, pero se pasa el resto de la historia totalmente colocado, en un viaje alucinógeno. Es divertidísimo”, dice.
A pesar de que el potencial cómico del papel era evidente, no le fue fácil interpretar a un personaje tan desinhibido por las drogas. “Fue un reto mucho mayor de lo que me esperaba”, admite Tudyk. “Es más fácil estar borracho, estar en ese mundo en el que todo se mueve más lento, porque con las drogas todo va más rápido, todo se acelera y puede pasar cualquier cosa, tanto real como irreal. Simon pasa por fases de éxtasis, paranoia, terror y omnipotencia en cuestión de un par de horas. Fue agotador. Fue un poco como ser un niño, con ese abandono que se tiene en la infancia… aunque a ellos se les permite echarse una siesta, ¡y mi personaje no duerme ni un segundo!”.
Para conseguir dar con todos los matices de su turbulento “viaje”, Tudyk se entrevistó con gente que había experimentado con diferentes combinaciones alucinógenas. “Hablé con mucha gente y cada persona me contaba una experiencia diferente”, apunta. “Quería captar todas las fases distintas que había vivido la gente en sus viajes. Hay partes que dan miedo y otras que dan risa. Mientras tanto mi prometida Martha está intentando hacerse cargo de mí, pero es absolutamente imposible, porque en ese estado nadie puede hacer nada por mí”.
Martha es Daisy Donovan, una famosa actriz cómica británica que apareció recientemente en la película Millones de Danny Boyle. Donovan se quedó encantada con el personaje pero admite que “tiene problemas”. Continúa diciendo: “A su padre no le gusta mucho su novio y además está ese problemilla de que él se ha colocado para ir a un entierro. Martha simplemente está intentando controlar la situación, pero Simon es como una bomba de relojería”.
Cuando Simon explota, todo se descontrola –y eso se aplica tanto a los actores como a los personajes. “Tuvimos un pequeño problema con la risa, vamos, que a veces era imposible controlarnos”, admite Donovan. Según Donovan, Frank Oz desempeñó un papel decisivo a la hora de mantenerles a raya. “Siempre nos pidió que lo hiciéramos de verdad. Para él, la comedia no proviene de esos momentos extravagantes sino del ritmo y la realidad de los personajes”, explica la actriz. “Como resultado, vivimos momentos de estupidez que nos hicieron llorar de risa”.
Otro de los personajes que tiene un impacto muy fuerte en lo que ocurre en el funeral es Peter, el taciturno invitado misterioso que repentinamente desvela secretos, chantajes y maniobras desesperadas. Está interpretado por otro magnífico actor y escritor Peter Dinklage, que se convirtió en una cara conocida para todo el mundo con su galardonado papel en la comedia dramática Vías cruzadas (The Station Agent) y su personaje arrollador en la comedia Elf. Desde entonces ha interpretado una amplia variedad de papeles en cine y televisión.
Frank Oz supo desde el principio que quería a Dinklage para el papel. “Siempre he pensado que es un actor increíble, y me pareció que podría darle un giro muy interesante a este papel”, explica Oz. “No lo escribí pensando en un actor bajito, pero sí lo escribí pensando en un actor magnífico. Su altura simplemente le da otra vuelta de tuerca a la historia. Se lo comenté a Peter y me dijo que le encantaba la idea. Es un actor muy fuerte y llega muy lejos con su personaje”.
Al igual que el resto del reparto, Dinklage se sintió inmediatamente atraído por el guión, y por las manías y salidas de su personaje, el intruso. “La belleza de este papel es que estoy fuera de la acción durante la primera parte de la película mientras se desarrolla el misterio de quién soy y por qué estoy allí. Luego acontece la gran revelación que desencadena una alocada serie de acciones. Me partí de risa con el guión”, dice.
Otro de los aspectos que atrajo a Dinklage a UN FUNERAL DE MUERTE fue que “es una obra verdaderamente coral, y eso no es muy común. Todos desempeñan un papel bastante equitativo, así que ninguno de los personajes pasa desapercibido. Cada uno de los personajes le añade un toque de humor a la situación, para calentar el ambiente según se encamina hacia un final increíble”.
Dinklage decidió que su personaje fuera estadounidense, con lo que se añadía un toque más de misterio a su ya enigmática naturaleza. “Es un extraño, casi un turista que visita este evento familiar, incluso llega provisto de sus fotos, así que les comenté a Dean y a Frank la posibilidad de que fuera estadounidense. Me parecía que cuadraba con el personaje y así se siente todavía más desplazado con respecto a esta familia tan británica”, explica.
En última instancia, cuando UN FUNERAL DE MUERTE se convirtió en una realidad, Dinklage empezó a recordar a un director estadounidense. “Me venía a la cabeza Preston Sturges y esas maravillosas comedias de enredo en las que los personajes interactúan de una manera muy inteligente con todos sus propósitos opuestos”, dice.
Como todas las comedias de enredo, UN FUNERAL DE MUERTE combina y enfrenta a todo tipo de personajes. El tío Alfie sí que está enfrentado con casi todos con los que se cruza, y acaba totalmente enredado en los eventos más increíbles del día. A este taciturno personaje le interpreta el actor británico Peter Vaughn, que muchos recordarán por su papel como el padre de Anthony Hopkins en Lo que queda del día.
A pesar de sus muchas flaquezas, Vaughan se enamoró del tío Alfie. “Está un poco loco y es un poco salvaje, así que encaja perfectamente conmigo”, dice riéndose. El actor también considera que la película va más allá de la nacionalidad británica. “No creo que sea británica, porque esta historia podría desarrollarse en cualquier parte”, dice. “Lo mejor de la historia es que en el fondo es una comedia, pero tiene muchas capas de verdad, una verdad acentuada, pero verdad, al fin y al cabo”.
Otro de los invitados es Howard, un estrafalario amigo de Daniel que reacciona ante la triste ocasión con un importante ataque de hipocondría. Nyman describe a su personaje como “sudoroso, neurótico, obsesionado consigo mismo, irritante y posiblemente el galán de la película”, y luego añade, “Howard es básicamente un tío dulce y honrado que, desafortunadamente, es también un poco tontainas”. El guionista Dean Craig se quedó especialmente impresionado con la elección de Nyman. “Casi no hay diferencia entre cómo me había imaginado a Howard y el personaje que ha creado Andy”, dice maravillado.
Nyman también se emocionó al leer el trabajo de Craig. “Me impresionó mucho su guión porque combina esa sensación de farsa anticuada y comedia moderna”.
Por otro lado, el actor escocés Ewen Bremner, conocido mundialmente por el personaje de Spud en Trainspotting, y más recientemente por el largometraje de Woody Allen Match Point, interpreta al colega de Howard, Justin, cuyo objetivo principal en el entierro es enrollarse con la chica por la que estuvo colado, Martha. “Es divertido interpretar a Justin porque es un poco idiota, ¡pero no se parece al tipo de idiota al que suelo interpretar!”, dice Bremner riéndose. “Es egoísta, presumido, arrogante, y prácticamente se siente superior al resto de la humanidad”.
Por ridículo que sea Justin, Bremner apunta que también tiene otro lado oculto. “Frank se preocupó mucho de que todos los personajes tuvieran una historia secundaria que es como una tragedia dentro de la comedia. Ha sabido encontrar el equilibrio perfecto entre la comedia y la realidad, así que los personajes también tienen un toque de realidad”.
Otro de los personajes con su propia historia interior es Jane, la esposa de Daniel, una mujer realista y práctica que quiere deshacerse por fin de la influencia de su suegra. El personaje está interpretado por la esposa de Matthew Macfadyen en la vida real, Keeley Hawes, que también compartió cartel con su marido en la serie de televisión dramática MI5. “Hemos trabajado juntos antes pero nunca habíamos interpretado a un matrimonio”, comenta Hawes. “Ha sido muy agradable. Los personajes tienen muchos pequeños piques, pero nosotros nunca hemos discutido en el plató”.
Peter Egan, un veterano actor de comedias de situación británica conocido en EEUU por su papel en la oscarizada Carros de fuego interpreta al tradicional padre de Martha. Describe a su personaje como “un viejo cascarrabias que se encuentra en un funeral desastroso donde cada cosa sale peor que la anterior, ¡creando una situación que pone de los nervios a un hombre tan serio como Victor!”. Egan se sintió atraído por UN FUNERAL DE MUERTE desde el principio. “Son unos personajes muy cercanos y por eso son tan graciosos. Actúan movidos por los celos, la ambición, el deseo y la avaricia, y crean una combinación muy cómica”, observa.
Uno de los desencadenantes del caos es Troy (Kris Marshall), el hermano de Martha, un estudiante de químicas que se saca un poco de pasta diseñando alucinógenos. Kris Marshall participó en la comedia coral Love Actually y logró el galardón al Actor Revelación de 2002 en los premios de la comedia británicos.
Por último, la matriarca de la familia es Sandra, a quien da vida Jane Asher, una conocida actriz británica que lleva trabajando en el cine desde los años cincuenta. Asher fue muy comprensiva con lo que Sandra experimenta a lo largo del día, enfrentándose a un susto tras otro. “No creo que ella estuviera al tanto de los líos de su marido. Es un duro golpe darse cuenta de que él no era la persona que ella creía”, dice.
Asher se sintió atraída por el hilarante guión y por cómo enfoca una ceremonia como ésta. “Podría haber sido una ocasión muy seria, delicada, pero Sandra también disfruta de ser el centro de atención, y eso convierte su situación en algo gracioso”, dice. “Creo que Sandra acabará bien”.
En cuanto a trabajar con Frank Oz, “Siempre es encantador y tiene influencias británicas y estadounidenses, pero por encima de todo es un director buenísimo que va más allá de todas esas limitaciones”, resume Asher.
El reparto estuvo ensayando durante dos semanas antes de comenzar la producción, con lo que pudieron llegar a conocerse y a establecer sus propios vínculos familiares. Durante este periodo, las cosas se volvieron todavía más graciosas según los actores iban moldeando a sus personajes con sus interpretaciones improvisadas y dinámicas. “Una comedia tiene que ser graciosa más allá del papel, tiene que funcionar como algo vivo. Hubo muchos momentos especiales que los actores han creado con sus propias contribuciones”, dice Larry Malkin. “Esto sólo ocurre con las comedias, el arte se desarrolla gracias a que cada actor o actriz añade su propia esencia a la mezcla final”.
UN FUNERAL DE MUERTE se rodó en siete semanas en Londres y alrededores y en uno de los lugares más inspiradores para la comedia británica moderna: los Estudios Ealing, donde se rodaron las entrañables “comedias Ealing”, ingeniosas comedias negras como Ocho sentencias de muerte, El quinteto de la muerte, Oro en barras, Pasaporte para Pimlico y El hombre del traje blanco de los años cuarenta y cincuenta que sedujeron a espectadores de todo el mundo. Como un descendiente contemporáneo de estas películas, UN FUNERAL DE MUERTE no podría haber encontrado un hogar mejor. “Estábamos emocionados por estar en Ealing, porque allí habían surgido todas esas comedias clásicas”, dice Share Stallings. “Logramos crear el ambiente perfecto”.
Para el rodaje, Frank Oz se rodeó de la flor y nata de los técnicos británicos, como el director de fotografía Oliver Curtis (El día de la boda, Owning Mahowny, Amor y muerte en Long Island) que rodó la película creando la sensación de que todo ocurre en tiempo real a lo largo de un día; el diseñador de producción Michael Howells (Bright Young Things, La niñera mágica) que creó todas las salas contiguas para ambientar la locura cómica que se desencadena cuando todo se pone en marcha; la diseñadora de vestuario Natalie Ward (Sin control, El intruso, 24 Hour Party People) que dio a cada personaje un estilo único; y la diseñadora de peluquería y maquillaje Frances Hannon (El código Da Vinci, Flores rotas, Lara Croft Tomb Raider 2: La cuna de la vida) que completó los aspectos individuales de los personajes.
A la hora de trabajar con el equipo técnico y el reparto, Oz dio prioridad a crear una agradable atmósfera de libertad creativa, que para él es una de las mejores circunstancias en las que puede aparecer una comedia. “Lo aprendí de Jim Henson, con el que trabajé mucho tiempo”, dice. “Lo mejor es pasárselo bien porque las mejores opciones siempre surgen de los juegos. No quiero que la gente se paralice, quiero que florezcan. Hay que crear una atmósfera comunicativa que inspire las ideas de todos. Las ideas del reparto y del equipo enriquecieron mucho al filme”.
“Me ha encantado trabajar con los actores y el equipo de UN FUNERAL DE MUERTE. Me encanta ver que las cosas entran en ebullición. Cuando un instante o una mirada comienza a bullir, se convierte en algo real, creíble, divertido o emocionante. Ese es el momento que más me gusta cuando estoy dirigiendo una película”, añade.