Sinopsis
Evelyn Ryan (Julianne Moore) era una madre y ama de casa devota que utilizaba su, como ella lo llamaba, “don para las palabras” para mantener a flote a su problemática familia. En los años 50 y 60, las amas de casa de todo el país usaban su ingenio para ganar miles de dólares en metálico y en premios en concursos que montaban las corporaciones para promocionar sus productos. Pero de todas las aspirantes que competían por la supremacía, ninguna podía compararse a Evelyn Ryan, cuyos recursos creativos a menudo se correspondían directamente con las necesidades de su familia —y con diez hijos y un marido alcohólico (Woody Harrelson), estas necesidades eran muchas e interminables. Utilizando su notable ingenio y una agudeza fuera de lo común, Evelyn encontró el modo de mantener unida a su familia, a pesar de las enormes dificultades que tenían que atravesar.
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky
Basado en el libro escrito por la hija de la protagonista, La ganadora es una película en la que, como la casa que habita Evelyn Ryan junto a sus diez hijos, debajo de su cálida superficie se esconde un drama común, de lucha diaria por mantener unida una familia, lidiando con un marido alcohólico y un contexto que solo aporta pequeños y etéreos salvavidas.
La cotidianeidad de esta familia sustentada en la obtención de premios de concursos literarios (de jingles publicitarios) en los que participa Ryan, es el eje de esta película, que retrata a la perfección los ’50 en Norteamérica, una época en la que comienza a caerse la fachada del sueño americano. Este elemento esencial se muestra a partir del mundo que refleja la televisión, un mundo de publicidades, todas con rima y con la misma melodía, un mundo donde la mujer aún no pateó el tablero, y cuyo accionar se mantiene reducido al plano de las tareas del hogar.
Algo de toda esa sociedad de rostros aparentemente felices, y sostenida a base de espejos de colores, se veía en otro excelente film, Lejos del cielo, también brillantemente protagonizado por Julianne Moore. En esta ocasión, el personaje recuerda a la siempre sonriente Bree, de la exitosa serie Desperate housewives.
Tanto ella, como Woody Harrelson en el papel del marido, se encuentran estupendamente en sus papeles, y es de destacar tanto la prolija realización, como ciertos recursos originales y graciosos, que alimentan por momentos la puesta en escena.
Un film sencillo que va exponiendo, a medida que avanza, las miserias típicas de una sociedad de puro consumo, que construye su futuro viviendo un presente de prestado, y que gana terreno con cada volátil conquista, sepultando con ello todo atisbo de felicidad, en pos de mantener una fachada, una sonrisa en el rostro, y el vestido prolijamente lavado y planchado.
Dirección: Jane Anderson.
País: USA.
Año: 2005.
Duración: 99 min.
Género: Biopic, drama.
Interpretación: Julianne Moore (Evelyn Ryan), Woody Harrelson (Kelly Ryan), Laura Dern (Dortha), Ellary Porterfield (Tuff Ryan a los 13, 16 y 18 años), Simon Reynolds (Ray), Trevor Morgan (Bruce Ryan a los 16 años), Robert Clark (Dick Ryan a los 16 años), Michael Seater (Bub Ryan a los 15 años).
Guión: Jane Anderson; basado en el libro “The prize winner of
Defiance, Ohio: How my mother raised 10 kids on 25 words or less” de Terry Ryan.
Producción: Robert Zemeckis, Jack Rapke y Steve Starkey.
Música: John Frizzell.
Fotografía: Jonathan Freeman.
Montaje: Robert Dalva.
Diseño de producción: Edward T. McAvoy.
Vestuario: Hala Bahmet.
Estreno en USA: 28 Septiembre 2005.
Biografía de Jane Anderson
Una escritora y directora ganadora de varios premios que ha creado el cine, televisión y teatro más provocador de los años recientes. En 2003, escribió y dirigió la película de HBO “Normal”, basada en su obra “Looking for Normal”. Jessica Lange y Tom Wilkinson protagonizaron el polémico drama sobre un marido y padre de mediana edad que deja pasmada a su familia cuando les anuncia que quiere hacerse una operación de cambio de sexo. La película recibió cinco nominaciones al Emmy, incluyendo uno para Anderson como Mejor Guión. También fue nominada como Mejor Película para Televisión, así como Mejor Actor y Mejor Actriz. Además Anderson fue premiada por sus colegas con nominaciones del Directors Guild y el Writers Guild Award por su trabajo en la película.En 1993, Anderson ganó un Emmy y un Writers Guild Award por el guión de la gran aclamada comedia de HBO “The Positively True Adventures of the Alleged Texas Cheerleader-Murdering Mom”, protagonizada por Holly Hunter. Después Anderson escribió y dirigió el intenso drama de Showtime “The Baby Dance”, adaptada de su propia obra sobre la lucha de clases para la adopción en Estados Unidos. También fue nominada al Emmy por su guión de la primera parte de “If These Walls Could Talk 2” de HBO, protagonizada por Vanessa Redgrave, que Anderson también dirigió.Las obras de Anderson se han producido fuera de Broadway y en teatros de todo el país.
CÓMO SE HIZO “LA GANADORA”
El productor Robert Zemeckis recuerda que la primera vez que escuchó hablar sobre el libro The Prize Winner of Defiance, Ohio y su inspiradora heroína, Evelyn Ryan, fue cuando leyó una crítica en la sección literaria del New York Times. “Sonaba como una historia casi imposible aunque maravillosa, y parecía condensar una parte de América que existía en la cúspide de la era del marketing masivo”. Lo que le fascinó fue que la familia de Evelyn fue realmente capaz de sobrevivir gracias a su talento. “Pero más que eso”, dice, “fue el inquebrantable optimismo de Evelyn y su amor por la vida —esa cualidad espiritual que le permitió superar una vida llena de dificultades”. Zemeckis pasó el libro de Ryan a sus compañeros Jack Rapke y Steve Starkey, que compartían su entusiasmo por la historia. Rapke comenta, “Estaba impresionado con la brillantez de Evelyn, pero más que eso, me atraía el hecho de que no importara lo mala que pareciera su vida desde fuera que ella siempre veía el vaso medio lleno. Veía cualquier cosa que le dieran como un regalo”. El productor Steve Starkey también se sintió atraído por el material. “Esta heroica mujer fue capaz de superar incluso los más terribles obstáculos de su vida. Es realmente una historia que levanta el ánimo”, remarca. Publicado en 2001, The Prize Winner of Defiance, Ohio, fue el tributo de su autora, Terry Ryan a su gran madre, Evelyn Ryan, que murió en 1998. “Tenía 85 años cuando murió, pero podía haber vivido hasta los 185 y aún así habría sido demasiado pronto en lo que a nosotros respecta”, declara Ryan, la sexta de los diez hijos Ryan. “Lo que pretendí fue devolverla a la vida, aunque sólo fuera en el papel. Afortunadamente, nos lo puso fácil”.
A medida que Ryan y sus hermanos revisaban las cosas de su madre, encontraron siete tocadores y un arcón de cedro llenos de todos sus objetos de interés de los concursos: 24 cuadernos en los que había registrado cada frase y cada poema que había escrito; cientos de cartas de felicitación de las compañías patrocinadoras; y 70 formularios de participación. Incluso había una carta que decía “Querida Sra. Evelyn Z. Ryan: ¡Felicidades! Ha ganado una televisión General Electric. Firmado, Bob Hope”.
Ryan tuvo que alquilar una caravana para trasladar todos los papeles de su madre desde Defiance, Ohio, hasta la casa de Terry en San Francisco. Al juntarlos todos, terminó con un documento de 400 páginas al que llamó “El manual de mamá”. Se dio cuenta que tenía el perfil de la historia de la vida de su madre, que se convirtió en el trampolín para un libro fascinante. Años más tarde, cuando a Ryan le llegaron las noticias de que su libro había sido seleccionado para llevarlo al cine, dice que su primer pensamiento fue, “Mi madre es la única persona que conozco que estando muerta sigue ganando cosas”.
La primera elección de Zemeckis para escribir el guión fue Jane Anderson. “Incluso antes de que Jane se pasara a la dirección, escribía estos bonitos y maravillosamente estrafalarios guiones”, dice Zemeckis. “Había algo en esta historia que simplemente pedía que Jane fuera la que la adaptase”.
A Anderson le encantaba el libro, y decía que el desenfrenado optimismo de Evelyn era lo que le llamaba la atención particularmente. “Evelyn no era una mujer de pensamientos independientes; era una mujer de felicidad independiente. Tenía una vida aplastantemente difícil, pero insistía en vivir en un estado de placer. Pero no era tonta. Sabía como dejar de lado la adversidad y la mezquindad con gracia”.
Al principio Robert Zemeckis había planeado dirigir él mismo la película, pero cuando interfirieron otros compromisos, inmediatamente se dirigió a Anderson. “Jane tiene un sentido increíble del personaje, del tempo y del estilo”, comenta Zemeckis. “Su comprensión de la naturaleza humana le permite crear —y ayudar a los actores a crear— personajes reales accesibles y con los que uno se puede relacionar. Era evidente desde el guión que había escrito que tenía una pasión real por el material, y sabía en mi corazón que haría un trabajo fantástico dirigiendo la película”.
Durante los dos años que Anderson había trabajado en el guión, ella y Terry Ryan llegaron a acercarse mucho. “Para cuando llegó a dirigir, sentía que era simplemente la hija número once de mi madre”, ríe Ryan.
Con la directora preparada, la atención se centró en quién interpretaría el papel central de Evelyn Ryan. El productor Jack Rapke dice que el casting de Julianne Moore como Evelyn era algo que requería un mínimo de pensamiento, y añade, “Julianne está fantásticamente dotada —es una actriz brillante con una belleza interior que concuerda con su belleza exterior. También es una extraordinaria profesional con un notable cuerpo de trabajo”.
“Julianne era perfecta para el papel”, acuerda Zemeckis. “No sólo es una actriz maravillosa, sino que también tiene exactamente el mismo aspecto que le pusimos a Evelyn en la película”.
Moore revela que se sintió inmediatamente atraída por el papel de Evelyn Ryan. “Evelyn era alguien que no pensaba en lo que podía haber hecho, o lo que podría haber tenido. Estaba muy centrada en lo que sí tenía y se sentía feliz con ello. Quería a sus hijos, y le gustaba mucho escribir. Se las arreglaba para encontrar la forma de que todos los días mereciera la pena vivir, y se sentía agradecida por todas las cosas que tenía”.
Quizá la mayor afirmación del casting de Moore vino de la gente que mejor conocía a Evelyn Ryan. Terry Ryan declara, “No podía imaginar una persona mejor para interpretar a mi madre, y tampoco mis hermanos y hermanas”.
La representación del padre de los hermanos Ryan, Kelly Ryan, era un tema más delicado. De hecho, cuando Terry Ryan empezó a escribir el libro, se preguntaba cuánto incluir sobre su padre alcohólico y maltratador psicológico. “No quería ser injusta con nuestro padre”, dice Ryan, “pero tenía miedo de que si no le mostraba con la luz precisa la gente no entendiera exactamente lo que mamá había tenido que superar para hacer lo que hizo… no entenderían los milagros que realizó en las más difíciles circunstancias”.
Evelyn y Kelly se conocieron cuando ella estaba en el último año del instituto y él era un gamberro amante de la diversión que cantaba en un grupo y soñaba con una carrera en la música. Entonces, un accidente alteró los sueños de Kelly y terminó cogiendo un trabajo sin futuro en una fábrica. Gastaba la mayoría de lo que ganaba en cerveza y whisky, así que Evelyn tenía que encontrar el modo de mantener a la familia.
Cuando Woody Harrelson leyó el guión por primera vez, admite que estaba un poco decepcionado por lo desagradable que a menudo aparece Kelly. Sin embargo, finalmente creció para comprender que el personaje era mucho más complejo. “Creo que Kelly era un prisionero dentro de su propia vida”, observa Harrelson. “Tuvo muchas decepciones en su vida, así que tenía mucha tristeza y odio, pero creo que quería a su familia. Era un tío que podía hacerte reír o llorar, dependiendo del humor que tuviera”.
“Construir honestamente el personaje de Kelly, y seguir haciéndolo comprensivo y comprensible, fue probablemente la mayor dificultad del papel. Woody lo bordó”, declara Rapke.
Zemeckis añade, “Mediante la interpretación de Woody puedes entender la tragedia de alguien que padece alcoholismo como Kelly. Puedes ver como, si no hubiera tenido esa enfermedad, podría haber sido un tipo fantástico. Woody hace comprensible el por qué Evelyn se enamoró de Kelly cuando empezaron. Interpretó ese equilibrio perfectamente”.
Laura Dern aparece en el cameo de Dortha Shaefer, un miembro del club de concursos llamado Affadaisies. “Dortha era la primera conexión real de Evelyn con el mundo exterior”, comenta Anderson sobre la mujer que no sólo compartía la pasión de Evelyn por los concursos, sino que se convirtió en la confidente con la que podía compartir los sufrimientos y tribulaciones de la vida y de sacar adelante a una familia.
Durante los años 50 y principios de los 60, los clubes de concursos como el Affadaisies florecieron por todo el país. Estaban compuestos mayoritariamente por mujeres que estaban en casa todo el día, principalmente porque todavía no eran bienvenidas en los lugares de trabajo. Las canciones de anuncios publicitarios que escribían pueden parecer cursis para los estándares de hoy, pero estas mujeres eran las maestras de la palabra de su época.
Anderson declara, “Hubo una época en que los americanos empezaron a adquirir un montón de cosas, y los publicistas nos decían lo que necesitábamos —el jabón adecuado, el postre adecuado, el desodorante adecuado…”
En aquellos días, casi cada producto tenía un concurso en marcha. Las compañías que patrocinaban los concursos los veían como una investigación de mercado. Algunos concursos eran grandes loterías, pero la mayoría de ellos sólo querían saber que pensabas de sus productos “en 25 palabras o menos”. Terry Ryan afirma, “Mucha gente participaba en los concursos en aquellos días, pero no muchos ganaban tanto como mi madre”.
La ironía de esto era que, aunque Evelyn sabía como atraer a los consumidores, ella no cayó en el consumismo; veía los concursos como una forma de cuidar de su familia. El dinero y los premios se convertían en comida, ropa, medicinas y otras necesidades. “Evelyn era una mujer increíble con un don increíble”, declara Rapke. “Si hubiera sido un hombre, probablemente hubiera dirigido una empresa de publicidad. Pero en los años 50, estas oportunidades no estaban abiertas para ella”.
“Solíamos decir, ‘Mamá, podrías haber sido una Dorothy Parker; podrías haber sido escritora en Madison Avenue; podrías haber tenido tu propia columna en el Chicago Tribune’”, recuerda Terry Ryan. “Y ella decía, ‘¿Y a cuál de vosotros, chicos, tendría que abandonar para hacer eso?’ Se daba cuenta de que podría haber sido cualquier cosa que hubiera querido ser. Pero también reconocía dónde se encontraba en la vida, y que tenía 10 hijos”.
En la película, hicieron falta 20 jóvenes actores además de un grupo de gemelos de seis meses de edad para interpretar a los 10 hijos Ryan en distintas edades. Al hacer el casting de los chicos, Anderson estaba buscando “viejas almas” —una esencia fugaz que podía observar “en la forma de sus caras… algo en sus ojos, o en la forma en que escuchaban”. Después de eso, dice, el desafío era hacer “coincidir genéticamente” a los 20 actores con Julianne Moore y Woody Harrelson.
Los jóvenes actores que fueron contratados para interpretar a los chicos Ryan tenían mucha curiosidad sobre las personalidades de sus personajes específicos. Terry y su hermana Betsy Ryan se reunieron y escribieron descripciones detalladas de sus hermanos. Por su parte, Anderson y la entrenadora de actuación Maria Ricossa seguían estas guías cuando trabajaban con los chicos, ayudándolos a meterse dentro de sus personajes.
El desafío para los jóvenes no sólo era representar de forma viva a los personajes de la vida real, sino también ser fieles a la época en la que está ambientada la película. Los chicos también tenían que adecuarse a los gestos y frases de la época, y Anderson y Ricossa estaban constantemente en guardia, especialmente frente a palabras como “impresionante” que aparecían ocasionalmente en el diálogo.
La recién llegada Ellary Porterfield, que fue contratada como la joven Terry Ryan, a la que llamaban “Tuff”, recuerda que fue difícil no caer en el argot contemporáneo. “Yo seguía diciendo ‘guay’. No lo hacía adrede; era algo inconsciente. Tenían que recordarme constantemente que Tuff no diría ‘guay’. Ella diría ‘fenomenal’ o algo así”.
Simplemente interpretar a una madre de diez hijos podría ser un desafío para cualquier actriz. Moore admite que es difícil hasta imaginarse criar de verdad a diez hijos bajo las circunstancias que rodeaban la vida de Evelyn. “Tuvo que haber sido una gran cantidad de trabajo, pero ellos dicen que sus hijos le daban energía. Y tengo que decir que trabajar con estos chicos fue mi parte favorita”.
Anderson remarca, “No tenía ni idea de lo maravillosa que Julianne sería con los chicos. Sus instintos maternales iluminaban el escenario, y eso era esencial para este personaje”.
El rodaje de “La Ganadora” tuvo lugar en más de 30 escenarios, además de en localizaciones dentro y en los alrededores de Toronto, Ontario, que hacían las veces de Defiance, el pequeño pueblo del medio oeste de mediados del siglo XX.
Aunque la película se extiende desde los años 30 hasta casi el día de hoy, la mayoría de las escenas tienen lugar a mediados de los 50 y principios de los 60. Se hizo una investigación muy intensa de todas esas décadas. El diseñador de producción Edward T. McAvoy y la diseñadora de vestuario Hala Bahmet repasaron viejas revistas y secuencias de noticiarios de la época.
Bahmet descubrió que los populares catálogos de la época proporcionaban una representación más precisa del vestuario de los Ryan que las revistas de moda que estaban más dedicadas a la gente acomodada. También obtuvo inspiración con los patrones de costura reales que utilizaban las modistas en aquellos años, anotando, “Sentíamos que era especialmente apropiado porque Evelyn Ryan era una costurera excelente. De hecho, ella misma podría haber cosido gran parte del vestuario que se ve en la película”.
Inestimablemente, McAvoy y Bahmet también tenían acceso a la gran colección de fotografías de familia de los Ryan, que Terry Ryan escaneó y envió a los cineastas en CD. Los hermanos Ryan también les dieron un montón de notas sobre el aspecto de su vieja casa y su vecindario.
Con un gran casting, incluidos niños de todas las edades, Bahmet confió mucho en casas de alquiler de vestuario, tiendas de segunda mano y mercadillos para el vestuario de los actores. Sin embargo, como la disponibilidad de la ropa de segunda mano es a veces un problema, Bahmet también tuvo que diseñar y confeccionar gran parte del vestuario para la película. Ella afirma, “Mucha de la ropa que necesitábamos, especialmente la de los años 30, no estaba disponible. Tuvimos que hacer gran parte del vestuario, no sólo a causa de la disponibilidad o para asegurar que encajara perfectamente, sino también porque teníamos una gama de colores especial en mente para muchos de los personajes”.
Bahmet explica que la psicología del vestuario era crítica. Por ejemplo, Evelyn era muy optimista: no importa lo malas que parecieran las cosas, ella siempre trataba de mantener un punto de vista positivo. “El simbolismo en el vestuario era muy importante para nosotros. Nos encantaba la idea de que Evelyn llevara tonos rosados —todo tipo de sombras distintas de rosa e incluso rojos profundos— como una forma de hacer ver al público lo optimista que era esta mujer”. Para mantenernos fieles a la época incluso en el vestuario nuevo, Bahmet y su equipo registraron los Estados Unidos y Canadá en busca de telas raras de época con las que hacer la ropa.
El coordinador de coches Bill Boyd también vio limitado su trabajo con peticiones que iban desde un Model T de 1918 hasta un Hearse de 1981. Los coches se eligieron no sólo para que fueran adecuados a la época sino también para que fueran adecuados al nivel económico del vecindario donde vivían los Ryan. Sólo Kelly Ryan tuvo siete coches distintos durante el transcurso de la película incluido un Model T, un Oldsmobile del 37, tres Chevrolets (1952, 1955 y 1966) y un Ford Maverick de 1977. Algunos de los vehículos más difíciles de adquirir que Boyd encontró para la película incluían un Chevrolet del 47, dos camiones de reparto de 1948, una moto Triumph de 1969, una Triumph TR3A de 1959 (que Evelyn gana en un concurso), Hudson Hornets, Packards (incluido el raro descapotable Packard Caribbean), y dos Cadillacs de 1959. En total se utilizaron más de 70 coches antiguos en la película.
El exterior de la casa de alquiler de los Ryan estaba localizado en una calle del centro de Oshawa, y la localización de la nueva casa de los Ryan —comprada cuando Evelyn recibe un premio en el concurso Western Auto Supply Company— se encontró en el vecindario de Richmond Hill, justo al norte de Toronto. Los escenarios de los interiores de ambas casas se construyeron en un estudio de sonido de Toronto.
Bajo las órdenes de McAvoy, el departamento artístico transformó el exterior del cuartel general de la policía de Paris, Ontario, en la estación de autobuses de Defiance, Ohio; mientras, la estación de tren de Uxbridge se convirtió en la estación de tren de Defiance. Una gasolinera que llevaba mucho tiempo cerrada en las afueras del pequeño pueblo de Stouffville fue restaurada para la escena en la que el coche de Evelyn y Tuff se estropea de camino a la cita de Evelyn con las Affadaisies.
Probablemente el mayor desafío para McAvoy y su equipo fue recrear el interior del supermercado Big Chief, alrededor del año 1958. En la película, Evelyn gana una compra gratis de diez minutos en el supermercado en un concurso de escribir canciones para publicidad. El departamento artístico trabajó durante semanas reproduciendo gráficos y etiquetas de las marcas de la época, ya que todos los estantes estarían visibles mientras Evelyn corría arriba y abajo llenando el carro. Para más inri, tenían que recrear los raros productos gourmet que Evelyn elegía en lugar de los productos más cotidianos.
“Evelyn siempre estaba intentando expandir los horizontes de sus hijos y esta era su oportunidad de dejarles probar el sabor de un plato de gourmet. De ninguna manera iba a llenar el carrito con judías enlatadas y palitos de pescado”, declara Anderson. “Fue derecha a por las colas de langosta y el caviar”.
Cuando terminó el rodaje de la película, todos los que habían estado involucrados en la producción de “La Ganadora” estuvieron de acuerdo en que pasar tiempo en el mundo de Evelyn Ryan había sido una experiencia inspiradora. Anderson atestigua, “Siempre que me enfrentaba a los inevitables dolores de cabeza que vienen con la producción, respiraba hondo y decía, ‘¿Qué haría Evelyn?’ Hacer una película… criar a diez hijos —todo requiere paciencia, energía y un enorme sentido del humor. Debo decir que Evelyn fue una presencia tan grande en el escenario que estuve tentada de sacar una silla para ella. Era una mujer extraordinaria, y ha sido un honor para todos nosotros contar su historia”.